martes, 30 de marzo de 2021

SERIE BOSQUEJOS DE LOS LIBROS DE LA BIBLIA: # 66 - APOCALIPSIS

 


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APOCALIPSIS 

Autor: Juan 

Tema: conflicto y consumación 

Fecha: 90 - 96 d.C. 

Propósito 

El libro tiene un propósito triple:

 

[1] las cartas a las siete iglesias revelan que ocurrían, en el NT, desviaciones graves a las normas apostólicas de verdad y justicia, entre muchas iglesias de Asia; Juan escribe de parte de Cristo para reprender su acomodo y pecado y llamarlas al arrepentimiento y a volver a su primer amor;


[2] en vista de la persecución que resultó del endiosamiento de sí mismo de Domiciano (emperador romano), Apocalipsis se dio a las iglesias para fortalecer su fe, resolución y fidelidad a Jesucristo y para inspirarlas a ser vencedoras y a permanecer fieles, aun hasta la muerte; y


[3] finalmente, el libro se escribió para dar a los creyentes de todas las generaciones la perspectiva de Dios de su conflicto con las fuerzas combinadas de satanás, al revelar la culminación de la historia; 

Apocalipsis, particularmente revela:

 

[a] los acontecimientos de los últimos siete años que preceden a la (segunda) venida de Cristo;


[b] que Dios prevalecerá y librará a sus santos derramando su ira sobre el reino de satanás; y

[c] a esto seguirá la (segunda) venida de Cristo; 

Trasfondo 

Apocalipsis es el último libro del NT y el más extraordinario. Es, a la vez, una revelación del futuro (Apocalipsis, 1:1-2, 20), una profecía (Apocalipsis, 1:3, 22:7, 10, 18-19) y un conjunto de siete cartas (Apocalipsis, 1:4, 11, 2:1 – 3:22). La palabra “Apocalipsis” viene del griego y se traduce como “revelación” (Apocalipsis, 1:1). El libro es una revelación profética con relación a la esencia de su contenido, una profecía respecto a su mensaje y una carta con relación a sus destinatarios. 

Cinco asuntos importantes se revelan en Apocalipsis, 1: 

[1] es la revelación de Jesucristo (Apocalipsis, 1:1);


[2] esa revelación se le comunicó al autor de manera sobrenatural, por medio del Cristo exaltado, de ángeles y de visiones (Apocalipsis, 1:1, 10-18);

[3] la comunicación fue a Juan, siervo de Dios (Apocalipsis, 1:1, 4, 9, 22:8);


[4] Juan recibió las visiones y el mensaje apocalíptico mientras estaba exiliado en la isla de Patmos (a unos 80 km al suroeste de Éfeso), a causa de la Palabra de Dios y de su propio testimonio (Apocalipsis, 1:9); y


[5] las destinatarias originales fueron siete iglesias de la provincia de Asia (Apocalipsis, 1:4, 11); 

El contenido del libro refleja las circunstancias históricas del reinado de Domiciano (emperador romano), cuando exigía que todos sus súbditos los llamaran “Señor y Dios”. El decreto del emperador creó, sin dudas, una confrontación entre los que estaban dispuestos a adorar al emperador y los creyentes fieles que confesaban que solo Jesucristo era “Señor y Dios”. El libro se escribió en un momento en el que los creyentes estaban pasando por una persecución grave, debido al testimonio que dieron, una situación que, como es evidente, forma el trasfondo de Apocalipsis (Apocalipsis, 1:19, 2:10, 13, 6:9-11, 7:14-17, 11:7, 12:11, 17, 17:6, 18:24, 19:2, 20:4). 

Autoría 

La evidencia histórica y la interna señalan al apóstol Juan como el autor de Apocalipsis. Irineo verifica que Policarpo (el conoció a Policarpo, quien había conocido al apóstol Juan) se refirió a que Juan había escrito Apocalipsis hacia el fin del reino de Domiciano, emperador romano (81 – 96 d.C.). 

Estructura 

El mensaje profético de este libro se comunica mediante imágenes espectaculares y símbolos que describen la consumación del mensaje bíblico integral de la redención. Presenta la función de Cristo como el digno Cordero que fue inmolado (Apocalipsis, 5) y el Cordero airado que viene a juzgar al mundo y a purgarlo del mal (Apocalipsis, 6 al 19). Las otras principales imágenes simbólicas en el libro son el dragón (satanás), la bestia que sube del mar (el anticristo), la bestia que sube de la tierra (el falso profeta) y la gran Babilonia (el centro de engaño satánico y poder mundial). 

Después del prólogo (Apocalipsis, 1:1-8), hay tres secciones principales en el libro:

 

[1] En la primera sección (Apocalipsis, 1:9 – 3:22), Juan tiene una pasmosa visión de Cristo exaltado en medio de los candeleros (iglesias), que comisiona a Juan para que escriba cartas a las siete iglesias en Asia Menor (Apocalipsis, 1:11, 19). Cada carta (Apocalipsis, 2:1 – 3:22), incluye una descripción simbólica del Señor exaltado de la visión inicial, una evaluación de la iglesia, palabras de encomio o censura (o ambas), palabras de advertencia a cinco iglesias, una exhortación a oír y arrepentirse y una promesa para todos los vencedores. El énfasis en el número siete en esta sección indica que las cartas representan una plenitud colectiva de lo que el Señor exaltado dice a la iglesia en cada ciudad y generación;


[2] La segunda sección (Apocalipsis, 4:1 – 11:19), contiene visiones de lo que hay en el cielo y en la tierra respecto del Cordero y su función en la culminación de la historia. Comienza con una visión del tribunal majestuoso celestial donde Dios se sienta entronizado en santidad y luz inaccesible (Apocalipsis, 4). Apocalipsis, 5 se centra en un rollo sellado en la mano derecha de Dios y del Cordero, quien es el único digno de abrir los sellos y revelar su contenido. La apertura de los primeros seis sellos (Apocalipsis, 6), continua la visión que comenzó en Apocalipsis, 4 y 5, salvo que ahora la escena se mueve a los acontecimientos sobre la tierra. Los primeros cinco sellos descubren los sellos de Dios en los últimos días que conducen al fin. EL sexto sello anuncia la ira venidera de Dios. El primer interludio del libro ocurre en Apocalipsis, 7 y describe cómo los 144.000 son sellados al comienzo de la Gran Tribulación (Apocalipsis, 7:1-8) y la recompensa de los santos en el cielo después de la Gran Tribulación (Apocalipsis, 7:9-17). Apocalipsis, 8 y 9 revelan la apertura del séptimo sello que descubre otra serie de juicios: las siete trompetas. El segundo interludio se encuentra entre la sexta y la séptima trompeta, que incluye a Juan y un librito (Apocalipsis, 10:1-11) y dos poderosos testigos proféticos en la gran ciudad (Apocalipsis, 11:1-14). Por último, la séptima trompeta (Apocalipsis, 11:15-19) sirve como una vista previa de la consumación (Apocalipsis, 11:15) y un preludio de las escenas finales del misterio revelado de Dios (Apocalipsis, 12 al 22); y


[3] La tercera sección principal (Apocalipsis, 12:1 – 22:5) presenta una descripción detallada del gran conflicto del tiempo del fin entre Dios y su adversario, satanás. Apocalipsis, 12 y 13 revelan que los santos en la tierra deben enfrentarse a una conspiración y una triada de maldad terribles: [a] el dragón (Apocalipsis, 12), la bestia que sube del mar o anticristo (Apocalipsis, 13:1-10) y la bestia que sube de la tierra o falso profeta (Apocalipsis, 13:11-18). Apocalipsis, 14 y 15 contiene visiones para asegurarles a los santos de la tribulación que prevalecerá la justicia, ya que Dios está por derramar su ira final sobre la civilización del anticristo.


Una completa revelación de la ira de Dios ocurre entonces en la serie de los siete juicios de las copas (Apocalipsis, 16), el juicio de la gran ramera (Apocalipsis, 17) y la caída de la gran Babilonia (Apocalipsis, 18). Entonces irrumpe un gran gozo en el cielo y se anuncia la cena de las bodas del Cordero y su esposa (Apocalipsis, 19:1-10). 

No obstante, el fin no ocurre todavía. Juan ve entonces el cielo abierto y a Cristo montado en un caballo blanco como Rey de reyes y Señor de señores para derrotar a la bestia y a todos sus aliados (Apocalipsis, 19:11-21). La derrota final de satanás está precedida por su encarcelamiento durante 1.000 años (Apocalipsis, 20:1-6), durante los cuales Cristo reina con los santos (Apocalipsis, 20:4), después de los cuales satanás es suelto por un poco de tiempo (Apocalipsis, 20:7-9) y luego se le arroja al lago de fuego para siempre (Apocalipsis, 20:10). La profecía apocalíptica concluye con la escena del juicio ante el gran trono blanco (Apocalipsis, 20:11-15), la condenación justa de los malvados (Apocalipsis, 20:14-15, 21:8) y el nuevo cielo y la nueva tierra como destino de los santos (Apocalipsis, 21:1 – 22:5). El libro finaliza con advertencias en cuanto a poner atención a su mensaje y entrar en la vida eterna (Apocalipsis, 22:6-21). 

Características especiales 

Ocho son las características principales de este libro: 

[1] es el único libro del NT clasificado como profético y de revelación;


[2] como libro de revelación profética, su mensaje se transmite en símbolos que representan realidades de tiempos y acontecimientos futuros a la vez que preserva cierto enigma o misterio;


[3] se emplean números en abundancia: 2, 3, 3 y ½,  , 4, 5, 6, 7, 10, 12, 24, 42, 666, 1.000, 1.260, 7.000, 12.000, 144.000 y 200.000.000; el libro presenta de modo especial el numero 7 (que simboliza perfecta plenitud o realización) no menos de cincuenta y cuatro veces;


[4] las visiones son prominentes, con escenas que, a menudo, cambian de lugar de la tierra al cielo y otra vez a la tierra;


[5] los ángeles se asocian principalmente con las visiones y los decretos celestiales;

[6] es un libro polémico que:

 

[a] expone el carácter demoniaco de la presunción de deidad de cualquier gobernante terrenal; y


[b] revela a Jesucristo como el Señor exaltado y el Rey de los reyes de la tierra (Apocalipsis, 1:5, 19:16);

 

[7] es un libro impresionante que expresa la verdad de su mensaje con toda claridad y fuerza posibles; y


[8] tiene el espíritu de la profecía del AT sin citarlo de manera formal;

Interpretación 

Es el libro de más difícil interpretación de todo el NT. Aunque los lectores originales probablemente entendieron su mensaje sin gran perplejidad, en los siglos siguientes las diversas opiniones sobre el libro dieron por resultado cuatro escuelas principales de interpretación:

 

[1] la interpretación “preterista” considera el libro y sus profecías cumplidos en la escena histórica original del imperio romano, excepto Apocalipsis, 19 al 22, que aguardan su cumplimiento futuro;


[2] la interpretación “historicista” considera Apocalipsis como una predicción profética de toda la historia de la iglesia, desde Juan hasta el fin del mundo;


[3] la interpretación “idealista” considera el simbolismo del libro como la expresión de ciertos principios  espirituales sin limitaciones temporales sobre el bien y el mal en la historia, en general, sin referencia a los verdaderos acontecimientos históricos; y


[4] la interpretación “futurista” trata Apocalipsis, 4 al 22 como profecía aún no cumplida, es decir, relativa a acontecimientos  que todavía están en el futuro;

 

Nota: la cuarta escuela (la interpretación “futurista”) es la más aceptada entre los intérpretes bíblicos.

 Cristo en Apocalipsis 

Cristo es el “Rey de Reyes y Señor de Señores.”

Apocalipsis, 17:14 Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. 

Apocalipsis, 19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 

Estudios relacionados

Apocalipsis (estudio completo)

Las setenta semanas de Daniel

Los dos testigos del Apocalipsis

Las diez tribus (no tan) perdidas de Israel

Babilonia: la madre de todas las rameras

La resurrección de los muertos 


Marcelo D. D’Amico

Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA