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DANIEL
Autor: Daniel
Tema: la soberanía de Dios en la historia
Fecha: 536 - 530 a.C.
Propósito
Hay un propósito doble en la escritura de Daniel:
[1] asegurar al pueblo del pacto del AT que su
juicio de cautividad bajo las naciones no judías no sería su situación
permanente; y
[2] dar al pueblo de Dios, a través de la historia,
las visiones proféticas de la soberanía de Dios sobre las naciones y el triunfo
final de su reino en la tierra;
Este doble propósito se demuestra a través del libro en la vida de Daniel y sus tres amigos y se ilustró en el mensaje y el ministerio proféticos de Daniel. El libro afirma que las promesas de Dios de conservar y restaurar a su pueblo del pacto son tan seguras como el reino mesiánico venidero que durará para siempre.
Trasfondo
El libro registra sucesos desde la primera invasión de Nabucodonosor a Jerusalén (605 a.C.) hasta el tercer año de Ciro (536 a.C.). Así que el ambiente histórico del libro es Babilonia durante la cautividad babilónica de 70 años profetizada por Jeremías (Jeremías, 25:11). Daniel sería adolescente cuando comenzaron los sucesos de Daniel, 1 y tendría casi 90 años cuando recibió sus visiones de Daniel, 9 – 12. Pudo haber vivido hasta 530 a.C. y completado el libro en su ancianidad, durante la última década de su vida. Los críticos modernos, que consideran el libro de Daniel como un seudoepígrafo del siglo II a.C. se guían por sus presuposiciones filosóficas en vez de por los hechos.
Casi
toda la información acerca del profeta Daniel viene de su libro (Ezequiel,
14:14, 20). Quizá Daniel fue descendiente del rey Ezequías (2 Reyes, 20:17-18,
Isaías, 39:6-7). Es cierto que era de una familia educada de la clase alta de
Jerusalén (Daniel, 1:3-6), pues Nabucodonosor no habría escogido jóvenes
extranjeros de clases más bajas para su corte real (Daniel, 1:4, 17). Daniel
pudo haber sido hecho eunuco en Babilonia, como era común en aquellos días en
que un hombre servía en la corte real (Daniel, 1:3, 2 Reyes, 20:18, Mateo,
19:12).
El éxito de Daniel en Babilonia se atribuye a su integridad de carácter, sus dones proféticos y las intervenciones de Dios que produjeron su ascenso rápido a lugares de eminencia y responsabilidad (Daniel, 2:46-49, 6:1-3).
Cronológicamente, Daniel es uno de los últimos profetas del AT. Solo Hageo, Zacarías y Malaquías lo siguen en la corriente profética de las historia del AT. Fue un contemporáneo (aunque más joven) de Jeremías y, probablemente, de la misma edad de Ezequiel.
Autoría
Daniel, cuyo nombre significa “Dios es mi juez”, es, a la vez, el personaje principal y el autor del libro que lleva su nombre. La paternidad literaria de Daniel no solo se declara en forma explícita en Daniel, 12:4 sino que también se implica en las numerosas referencias autobiográficas de Daniel, 7 al 12. Jesús atribuye el libro a “Daniel el profeta” (Mateo, 24:15) cuando cita Daniel, 9:27.
Estructura
El contenido de Daniel es una mezcla de autobiografía, historia y profecía. Su forma literaria es de literatura apocalíptica, lo cual significa que su mensaje profético descubre la revelación de Dios:
[a] mediante visiones, sueños y simbolismo;
[b] con el propósito de animar al
pueblo de Dios durante un periodo histórico de crisis; y
[c] para da una visión de la esperanza de Israel del triunfo final del reino y la justicia de Dios en la tierra;
El libro se divide naturalmente en tres partes principales:
[1] Daniel, 1 está escrito en hebreo e introduce el ambiente histórico
del libro;
[2] Daniel, 2 – 7, comenzando en
Daniel, 2:4, se escribieron en arameo y describen al ascenso y la caída de
cuatro poderosos reinos mundiales sucesivos, seguidos por el establecimiento
del reino eterno de Dios (especialmente Daniel, 2 y 7); estos capítulos dan
énfasis a la soberanía e intervención de Dios en los asuntos de las personas y
las naciones al describir:
[a] el ascenso de
Daniel en la corte de Nabucodonosor (Daniel, 2);
[b] al Hijo de Dios en el horno ardiente con los tres amigos de Daniel (Daniel, 3);
[c] la locura temporal de
Nabucodonosor como juicio de Dios (Daniel, 4);
[d] el papel de Daniel en el
banquete de Belsasar, declarando el fin del reino babilónico (Daniel, 5);
[e] la liberación milagrosa de
Daniel del foso de los leones (Daniel, 6); y
[f] la visión de los cuatro
reinos mundiales sucesivos juzgados por el “Anciano de días” (Daniel, 7);
[3] Daniel, 8 – 12, donde Daniel
vuelve a escribir en hebreo y describe revelaciones extrañas y visitaciones
angélicas de Dios en cuanto:
[a] al pueblo judío bajo la
futura dominación de los no judíos (Daniel, 8 – 11);
[b] al periodo de 70 semanas como
el tiempo establecido por Dios para la realización de la misión del Mesías a
favor de ellos (Daniel, 9); y
[c] a su final liberación de toda tribulación del tiempo del fin (Daniel, 12);
Los mensajes proféticos de Daniel comprenden dos dimensiones:
[1] el futuro inmediato; y
[2] el futuro distante, aunque estas dos dimensiones, a menudo, se combinan;
Por
ejemplo, en Daniel, 8 y 11 Daniel profetiza acerca del tipo de “anticristo”, Antíoco
IV Epífanes, que profanó el templo de Jerusalén en 168 a.C., y también
profetizo acerca del anticristo del tiempo del fin (Daniel, 8:23-26, 11:36-45,
Apocalipsis, 13:1-10). Esta interacción entre los dos futuros caracteriza la
profecía bíblica en general y la de Daniel en particular. Dios revela a Daniel
que la profecía muy distante es un mensaje oculto “hasta el tiempo del fin”
(Daniel, 12:4, 9), en el cual se dará discernimiento al pueblo de Dios que, con
pureza y sabiduría, lo busque para
obtener comprensión así como Daniel (Daniel, 12:3, 10).
Características especiales
Ocho
rasgos o énfasis especiales caracterizan el libro de Daniel:
[1] es el más corto de los cuatro
libros proféticos mayores y el más leído y estudiado de todos los profetas del
AT;
[2] en los pasajes proféticos del NT, se cita el libro de Daniel o se alude a él con más frecuencia que ningún otro libro del AT;
[3] es el “Apocalipsis” del AT y,
como el libro de Apocalipsis del NT, revela grandes temas de la profecía que
son de vital importancia para la iglesia del tiempo del fin;
[4] contiene el compendio profético
más detallado de la historia del AT y es la única profecía del AT que pone el
tiempo de la primera venida del Mesías (Daniel, 9:24-27);
[5] revela más acerca de su autor
que ningún otro libro profético del AT (con la posible excepción de Jeremías); nótese
especialmente que Daniel fue un hombre caracterizado por una gran integridad de
carácter, sabiduría profética y diligencia en la oración y el ayuno;
[6] contiene el principal modelo
de la Biblia de intercesión por la restauración del pueblo de Dios, basada en
las inspiradas promesas de la palabra de Dios (véase Daniel, 9 inspirado por Jeremías,
25:11-16, 29:7, 10-14);
[7] las historias acerca de
Daniel y sus amigos están entre las más apreciadas de la Biblia (especialmente
Daniel, 3 y 6); y
[8] el drama de “la escritura en la pared” en el banquete de Belsasar es muy conocido;
Cumplimiento en el NT
La influencia de Daniel en NT va mucho más allá de las cinco o seis citas directas del libro. Gran parte de la historia y la profecía de Daniel reaparece en pasajes proféticos en los Evangelios, las Epístolas y Apocalipsis.
La profecía de Daniel acerca del Mesías que vendría incluye una descripción de El como:
[1] la “gran piedra” que aplastaría a los reinos terrenales (Daniel,
2:34-35, 45);
[2] el hijo del hombre, a quien
daría dominio, gloria y un reino el Anciano de días (Daniel, 7:13-14); y
3] el “Mesías Príncipe” que vendría y entonces se le quitaría la vida (Daniel, 9:25-26);
Algunos eruditos creen que la visión de Daniel en Daniel, 10:5-9 es una aparición pre encarnada de Cristo (Apocalipsis, 1:12-16).
Daniel
contiene numerosos temas proféticos que se desarrollan de modo más completo en
el NT: la gran tribulación y el anticristo, la segunda venida de nuestro Señor,
el triunfo del reino de Dios, la resurrección de los justos y de los malvados y
el día del juicio. La vida de Daniel y sus tres amigos demuestra la enseñanza
del NT acerca de la separación de la persona del pecado y el mundo, es decir,
vivir en el mundo incrédulo pero no participar de su espíritu y conducta
(Daniel, 1:8, 3:12, 6:10, Juan, 7:6, 15-16, 18, 2 Corintios, 6:14 – 7:1).
Cristo en Daniel
Cristo es “el Cuarto Hombre Semejante al Hijo de los Dioses en el horno de fuego de la Vida”:
Daniel,
3:24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y
dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego?
Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. 3:25 Y él dijo: He aquí yo
veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún
daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.
Estudios bíblicos relacionados
Sueño de la estatua de Nabucodonosor
DIOS TE BENDIGA!
Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA