SALMOS
Autor: David y otros
Tema: oraciones y alabanzas
Fecha: principalmente siglos X a V a.C.
Propósito
Los salmos, como oraciones y alabanzas inspiradas por el Espíritu, se escribieron, por lo general, para expresar las emociones profundas del corazón humano en su relación con Dios.
[1] muchos se
escribieron como oraciones a Dios, que expresan:
[a] confianza, amor, adoración, acción de gracias,
alabanza y el anhelo de un compañerismo intimo; y
[b] desanimo, angustia profunda, temor, ansiedad, humillación
y clamor por la liberación, la sanidad o la vindicación;
[2] otros se escribieron como cantos que expresan
alabanza, acción de gracias y adoración por lo que Dios es y por las grandes
cosas que ha hecho;
[3] algunos salmos contienen importantes secciones mesiánicas
(referencias proféticas al Mesías);
Trasfondo
El titulo hebreo de los Salmos es “tehilim” (en hebreo: “alabanzas”). El título en la Septuaginta (la traducción al griego del AT, hecha cerca de 200 a.C.) es “psalmoi”, que significa “cantos con el acompañamiento de instrumentos de cuerda”. El título en castellano, “Salmos”, se deriva de la Septuaginta.
La música desempeñaba un papel importante en el culto del antiguo Israel (Salmos, 149 – 150, 1 Crónicas, 15:16-22). Los salmos eran los himnos de Israel. A diferencia de mucha poesía o cantos del mundo occidental que se escriben con rima o métrica, la poesías y los cantos del AT se basaban en un paralelismo de pensamiento en el que el segundo verso, o los sucesivos, esencialmente expone de nuevo (paralelismo sinónimo), contrasta (paralelismo antitético) o de manera progresiva completa (paralelismo sintético) el primero. Las tres formas de paralelismo caracterizan el salterio.
El salmo más antiguo que se conoce es de Moisés, del siglo XV a.C. (Salmos, 90). Los últimos son de los siglos VI al V a.C. (Salmos, 137). La mayoría de los salmos, sin embargo, fueron escritos en el siglo X a.C., durante la edad de oro de la poesía en Israel.
Los títulos editoriales o sobrescritos al comienzo de la mayoría de los salmos, aunque no son parte original e inspirada de ellos, son antiguos (de antes de la Septuaginta) y significativos. El contenido de estos sobrescritos varía, cubriendo categorías tales como:
[1] el nombre del autor (Salmos, 47 “Salmo de los hijos de Core”);
[2] tipo de salmo (Salmos, 32
“Masquil”, que significa “poema contemplativo o didáctico”);
[3] términos musicales (Salmos, 4
“Al músico principal; sobre Neginot [instrumentos de cuerda]”);
[4] anotaciones litúrgicas
(Salmos, 45 “Canción de amores”, es decir, canto de bodas); y
[5] breves notas históricas
(Salmos, 3 “Salmo de David cuando huía de delante de Absalón su hijo”);
Autoría
En cuanto a la paternidad literaria de los salmos, los sobrescritos le adjudican:
[+] setenta y tres salmos a David;
[+] doce a Asaf (un levita que tenía
dones musicales y proféticos; 1 Crónicas, 15:16-19, 2 Crónicas, 29:30);
[+] diez a los hijos de Coré (familia con talento musical);
[+] dos a Salomón;
[+] uno a Hemán;
[+] uno a Etán; y
[+] uno a Moisés;
[+] cincuenta salmos son anónimos;
Con la excepción de Moisés, David y Salomón, el resto de los autores fueron sacerdotes o levitas con talento musical y responsabilidades en el culto sagrado durante el reinado de David.
Las referencias bíblicas e históricas sugieren que David (1 Crónicas, 15:16-22), Ezequías (2 Crónicas, 29:25-30, Proverbios, 25:1) y Esdras (Nehemías, 10:39, 11:22, 12:27-36, 45-47) participaron en diferentes etapas en la recopilación de los salmos para uso colectivo de Jerusalén. Es probable que la recopilación final del salterio ocurriera durante el tiempo de Esdras y Nehemías (450 – 400 a.C.).
Estructura
El salterio es una antología de 150 salmos y cubre una amplia gama de temas, inclusive la revelación acerca de Dios, la creación, la humanidad, la salvación, el pecado y el mal, la rectitud y la justicia, la adoración y la alabanza, la oración y el juicio.
Un método útil para estudiar el libro es por categorías generales usadas para clasificar los salmos:
[ 1 ] cantos de aleluyas y
alabanza: magnifican el nombre, la majestad, la bondad, la grandeza y la salvación
de Dios (Salmos, 8, 21, 33 - 34, 103 – 106, 111 – 113, 115 – 117 , 135, 145 –
150);
[ 2 ] cantos de acción de
gracias: reconocen el auxilio salvador de Dios y la liberación de un individuo
o de la nación de Israel (Salmos, 18, 30, 34, 41, 66, 92, 100, 106, 116, 118,
124, 126, 136, 138);
[ 3 ] salmos de oración y
suplica: incluyen lamentos y peticiones a Dios, el anhelo de Dios y la intercesión
por el pueblo de Dios (Salmos, 3 – 6, 13, 43, 54, 67, 69 – 70, 79 – 80, 85 – 86, 88, 90, 102, 141 – 143);
[ 4 ] salmos penitenciales:
enfocan el reconocimiento y la confesión del pecado (Salmos, 32, 38, 51, 130);
[ 5 ] cantos de la historia
sagrada: recuentan el trato de Dios con las nación de Israel (Salmos, 78, 105 –
106, 108, 114, 126, 137);
[ 6 ] salmos de entronización del
Señor: declaran que “Jehová reina” (Salmos, 24, 47, 93, 96 – 99);
[ 7 ] cantos litúrgicos: fueron compuestos para servicios o fiestas especiales (Salmos, 15, 24, 45, 68, 113 – 118; los últimos seis se usaban anualmente en la Pascua);
[ 8 ] salmos de confianza y devoción:
expresan [a] la confianza del individuo en la integridad de Dios y la ayuda de
su presencia y [b] la devoción del corazón a Dios (Salmos, 11, 16, 23, 27, 31 –
32, 40, 46, 56, 62 – 63, 91, 119, 130 – 131, 139);
[ 9 ] cantos de la peregrinación:
llamados también “cantos de Sion” o “cantos del ascenso”, los cantaban los
peregrinos durante su viaje a Jerusalén para las fiestas anuales de Pascua, Pentecostés
y Tabernáculos (Salmos, 43, 46, 48, 76, 84, 87, 120 – 134);
[10] cantos de la creación:
reconocen la obra de Dios en los cielos y sobre la tierra (Salmos, 8, 19, 29,
33, 65, 104);
[11] salmos de sabiduría y didácticos:
reflexionan sobre los caminos de Dios e instruyen en cuanto a la justicia
(Salmos, 1, 34, 37, 73, 112, 119, 133);
[12] salmos reales o mesiánicos:
describen ciertas experiencias del rey David o Salomón que tienen importancia profética
y hallan su cumplimiento final en la venida del Mesías, Jesucristo (Salmos, 2,
8, 16, 22, 40 – 41, 45, 68 – 69, 72, 89, 102, 110, 118);
[13] salmos imprecatorios: invocan
la maldición o el juicio de Dios sobre los malvados (Salmos, 7, 35, 55, 58, 59,
69, 109, 137, 139:19-22); como muchos creyentes quedan perplejos con estos
salmos, se debe aclarar que se escribieron con celo por el nombre de Dios, su
rectitud y su justicia y un fuerte aborrecimiento del mal y no con un espíritu
vengativo; esencialmente, estos salmos piden a Dios que levante al justo y abata
al malvado;
Características especiales
Nueve aspectos o énfasis principales caracterizan los Salmos:
[1] es el libro más extenso de la
Biblia y contiene también el capítulo más largo (Salmos, 119:1-176), el capítulo
más corto (Salmos, 117:1-2) y el versículo central (118:8);
[2] es el himnario y libro
devocional hebreo y su profundidad y amplitud espirituales lo convierten en el
mas leído y atesorado de los libros del AT para la mayoría de los creyentes;
[3] “Aleluya” (“alabad a Jehová”),
es una palabra hebrea reconocida universalmente entre los creyentes; ocurre
veintiocho veces en la Biblia, veinticuatro de la cuales están en los Salmos;
el salterio llega a su pináculo en el Salmo 150 y comunica una alabanza
completa y perfecta al Señor;
[4] ningún otro libro de la
Biblia expresa con tanta plenitud toda la gama de emociones y necesidades
humanas con relación a Dios y a la vida; sus coros de alabanza y devoción
fluyen desde las montañas más altas y sus gritos de desesperación se levantan
desde los valles más profundos;
[5] casi la mitad de los salmos
incluye oraciones de fe en tiempos de adversidad;
[6] es el libro del AT que se cita con más frecuencia en el NT;
[7] contiene muchos “capítulos
favoritos” de la Biblia, tales como Salmos, 1, 23, 24, 34, 37, 84, 91, 103,
119, 121, 139 y 150;
[8] el Salmo 119 es singular en la Biblia por:
[a] su extensión (176
versículos); y
[b] su amor
majestuoso a la palabra de Dios; y
[c] su construcción literaria,
que comprende veintidós estrofas de ocho versículos cada una; cada estrofa
comienza cada versículo con la misma letra y cada estrofa usa una letra
sucesiva del alfabeto hebreo como ayuda nemotécnica (un acróstico alfabético);
[9] su principal rasgo literario
es un estilo poético llamado paralelismo, que emplea el ritmo de pensamiento en
vez del ritmo de rima o métrica; esa característica ha permitido la traducción
de su mensaje de un idioma a otro sin dificultades graves;
Cumplimiento en el NT
Hay 186 citas de los Salmos en el NT, muchas más que de ningún otro libro del AT. Se ve con claridad que Jesús y los escritores del NT conocían bien los salmos y que el Espíritu Santo los uso a menudo en las enseñanzas de Jesús y en otros pasajes donde Jesús cumplió las Escrituras como el Mesías profetizado. Por ejemplo, el breve salmo 110 (siete versículos) se cita en el NT más veces que ningún otro capítulo del AT. Contiene profecía acerca de Jesús como el Mesías, como el Hijo de Dios y como sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Otros salmos mesiánicos que se aplican a Jesús en el NT son: Salmos, 2, 8, 16, 22, 40, 41, 45, 68, 69, 89, 102, 109 y 118. Se aplican [a] a Jesús como profeta, sacerdote y rey, [2] a su primera venida y la segunda, [3] a su calidad de Hijo de Dios y su carácter, [4] a sus sufrimientos y muerte expiatoria y [5] a su resurrección.
En resumen, los salmos están entre las más detalladas de todas las profecías del AT acerca de Cristo y están entretejidos en el mensaje de los escritores del NT.
Cristo en Salmos
Cristo es “nuestro Pastor”:
Salmos, 23:1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
Salmos, 80:1 Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece.
DIOS TE BENDIGA!
Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA