jueves, 20 de junio de 2019

EL SUEÑO DE LOS TRES ARBOLES




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Había una vez tres árboles, en una colina de un bosque. Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas.

El primer árbol dijo:

“Algún día seré un cofre que guardara el tesoro más grande del universo”.

El segundo árbol dijo:

“Algún día seré una poderosa embarcación y llevaré a grandes reyes a través de los siete mares”.

Finalmente el tercer árbol dijo:

“Yo quiero ser el más alto de todos los árboles para que, cuando la gente mire mi copa, vea a Dios”.

Después de unos años de que los árboles oraban para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores vino donde estaban los árboles.

Cuando uno vio al primer árbol dijo:

“Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero”, y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para guardar grandes y valiosos tesoros.

El otro leñador dijo, mientras observaba al segundo árbol:

“Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto”. El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba a punto de convertirse en una poderosa embarcación.

El último leñador se acercó al tercer árbol. Este estaba muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces:

“No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomaré este”. Y cortó al tercer árbol.

El primer árbol fue convertido en un bebedero para animales y se sintió muy mal, pues eso no era por lo que tanto había orado.

El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña embarcación de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar y fue puesto en un lago. El segundo árbol vio como sus sueños de ser una gran embarcación para transportar reyes a través de los siete mares había llegado a su final.

El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas vigas y dejado en la oscuridad de una bodega.

Los árboles olvidaron, entonces, sus sueños y esperanzas por las que tanto habían orado.

Pero un día un hombre y una mujer, a punto de dar a luz, llegaron a un establo donde habían puesto el bebedero para animales que habían construido con el primer árbol. Ese bebedero fue llenado con paja y convertido en un pesebre donde fue puesto el niño, una vez nacido. El árbol finalmente comprendió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido “el más grande tesoro del universo”.

Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa que había sido construida con la madera del segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua, una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a aquellos hombres. Los hombres despertaron al que dormía, éste se levantó y reprendió al viento y al mar, los cuales le obedecieron. El segundo árbol se dio cuenta, entonces, de que había transportado al Rey del Universo.

Finalmente, un tiempo después, con las vigas del tercer árbol se construyó una cruz, la cual fue cargada, por las calles, por un hombre al que la gente escupía, insultaba y golpeaba. Se detuvieron en una pequeña colina y aquel hombre fue clavado en la cruz y levantado para morir en la cima de la colina. El tercer árbol se dio cuenta de que, al mirarlo, los hombres estaban mirando a Dios.

Palabras finales:

Cada árbol obtuvo lo que pidió, solo que no en la forma en que pensaban. A veces la gracia de Dios viene bajo la forma de un leñador con un hacha y te convierte en algo en lo que no querías.

Pero es esa misma gracia la que te va a transformar en lo que soñaste.

QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!

Marcelo D. D’Amico

Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA