domingo, 11 de diciembre de 2011

EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPIRITU SANTO



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Los siguientes pasajes de la Biblia nos hablan del Padre. Jesucristo nos revelo la existencia del Padre. Los judíos pensaban que no existía el Hijo, pero adoraban al Hijo como si fuera el Padre. Sin embargo, a quien adoraban era al Hijo, no al Padre. Ahora el Hijo nos revela que tiene un Padre.


Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Mateo, 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Mateo, 5:45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Mateo, 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Mateo, 23:9 Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.

Mateo, 6:1 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

Mateo, 6:4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en público.

Mateo, 6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en público.

Mateo, 6: 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. 6:9 Vosotros, pues, orareis así: Padre nuestro que estás en los cielos….

Mateo, 7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dadivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?.

Mateo, 7:21 No todo el que me diga: Señor, Señor, entrara en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Mateo, 10:20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

Mateo, 10:29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.

Mateo, 10:32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesare delante de mi Padre que está en los cielos. 10:33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negare delante de mi Padre que está en los cielos.

Nadie puede conocer al Padre, si el Hijo no lo revela:

Mateo, 11:25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 11:26 Si, Padre, porque así te agrado. 11:27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Solo a quien el Hijo lo revele, puede entender el asunto del Padre.

Mateo, 13:43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

Mateo, 16:16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 16:17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo revelo carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Mateo, 18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

No es la voluntad de Dios que la gente se condene.

Mateo, 18:10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.

Acá dice que el Padre tiene rostro. Los ángeles lo ven. Es una persona y los de limpio corazón lo verán.

Juan, 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habito entre nosotros (y vimos su gloria, gloria del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Juan, 4:23 Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoraran al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.


El Padre busca adoradores, también.


Juan, 5:17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 5:18 Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. 5:19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también hace el Hijo igualmente. 5:20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrara, de modo que vosotros os maravilléis. 5:21 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. 5:22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo.

No se piense acá que el “Hijito” hace lo que hace el “Papito”. No quiere decir eso. Quiere decir que, así como el Padre resucita muertos, salva y perdona y es Dios, el “Hijito” hace lo mismo, porque es Dios igual que el Padre. Son igualitos en el poder y en divinidad. “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre”. No menos. Al mismo nivel, como Dios. Exactamente iguales.

Filipenses, 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios como a cosa a que aferrarse. 2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.

Juan, 6:38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 6:39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

Pero algunos dicen que el Padre no existe:

Juan, 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitare en el día postrero.

Cuando te preguntan ¿cómo te convertiste?, tu seguro respondes: me entregue a Cristo. Pero no es así.

Juan, 6:65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.

Entonces ¿cómo pueden negar al Padre?. ¿Cómo se puede negar el “puente” después de que se pasó por él?.

Juan, 8:16 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre.


Juan, 14:8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. 14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?. 14:10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, el hace las obras.

Jesús demuestra que él no es el Padre. Si yo tengo una esponja y la meto al agua ¿dónde está la esponja?. En el agua. Y ¿dónde está el agua?. En la esponja. Pero la esponja no es el agua, ni el agua es la esponja. Así el Hijo está en el Padre y el Padre en el Hijo, pero el Hijo no es el Padre, ni el Padre es el Hijo. ¿Por qué el Hijo no es el Padre?. Porque al Padre nadie lo ha visto y al Hijo lo vieron y le pegaron.

Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Juan, 5:37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto.

Jesús, primero, dice que su Padre ha “dado testimonio de él” y, luego, dice que “nunca habéis oído su voz”. ¿Cómo que nunca habéis oído su voz?. Ahora veremos tres situaciones en las que Dios si hablo. Dios hablo tres veces:

Primera vez:

Juan, 12:28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificare otra vez. 12:29 Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel ha hablado. 12:30 Respondió Jesús y dijo: No ha venido esa voz por causa mía, sino por causa de vosotros.

Segunda vez:

Mateo, 3:16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venia sobre él. 3:17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

Tercera vez:

Mateo, 17:5 Mientras el aun hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.

Pero ¿Cómo Jesús dijo que el Padre nunca hablo?. Si acabamos de ver estas situaciones donde se escuchó la voz de Dios.

Juan, 5:37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto.

No significa que Dios nunca haya hablado. Significa que hablo y no lo escucharon. Por eso Jesús dice “nunca habéis oído su voz”. No le hicieron caso, no lo obedecieron. No oír, significa no obedecer.

Jesucristo no es el Padre, porque al Padre nadie lo ha visto:

1 Juan, 4:12 Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.

Timoteo, 6:16 el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.

Si usted ve al Padre, se desintegra. Porque es mucha gloria. Señor yo quiero ver tu rostro, tu gloria, le dijo Moisés (nada menos que Moisés). Dios le contesto: no puedes ver mi cara, porque no me vera hombre y vivirá.

Éxodo, 33:20 Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me vera hombre, y vivirá.

Pero ¿cómo puede ser, si los siguientes versículos de Éxodo, anteriores a 33:20, dicen que Moisés hablaba “cara a cara” con Jehová?.

Éxodo, 24:9 Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiu, y setenta de los ancianos de Israel. 24:10 y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando esta sereno. 24:11 Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.

Éxodo, 33:11 Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y el volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Num, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.

Y además:

Números, 12:1 María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. 12:2 Y dijeron ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová. 12:3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. 12:4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 12:5 Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamo a Aarón y a María; y salieron ambos. 12:6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablare con él. 12:7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 12:8  Cara a cara hablare con él, y claramente, y no por figuras; y vera la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?. 12:9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. 12:10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miro Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa. 12:11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! Señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. 12:12 No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne. 12:13 Entonces Moisés clamo a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. 12:14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación. 12:15 Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no paso adelante hasta que se reunió María con ellos.

Cuando la Biblia dice que Moisés hablaba “cara a cara” con Jehová, no se refiere a Jehová Padre sino a Jehová Hijo, porque los Jehová son dos.

Romanos, 9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

Tito, 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Apocalipsis, 1:8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

Todo aquel que no crea que Jesucristo es Dios se condenara.

Juan, 8:28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy……..

Jesús dijo “entonces conoceréis que YO SOY”…..

Éxodo, 3:13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?. 3:14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.

Cuando Dios llama a Moisés y lo manda a Egipto, Moisés le dice: si me preguntan quién me envía ¿qué les digo? ¿cuál es tu nombre? ¿quién eres?. Y Dios le contesto: YO SOY EL QUE SOY. Y luego le dice: di que YO SOY te envía. Este es Jesucristo.

El anterior escrito está basado en una prédica del Dr. Darío Salas, conocido Escatólogo chileno:




  

QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!

domingo, 13 de noviembre de 2011

LOS MISTERIOS DE LA CRUZ



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¿Por qué Pablo menciona tanto la cruz?.


Pablo dice: lejos está de mí gloriarme en la resurrección. Lejos está de mí gloriarme en la divinidad del Verbo. Lejos está de mí gloriarme en la eternidad del verbo. Lejos está de mí gloriarme en todos esos aspectos. Solo en una cosa me gloriare: en la cruz de Jesucristo.

Gálatas, 6:14 Pero lejos este de mi gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

1 Corintios, 1:17 Pues no me envió Cristo a  bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que se haga vana la cruz de Cristo.

Para que no se haga vana la cruz.

1 Corintios, 1:18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

La palabra de la cruz es locura.

1 Corintios, 1:23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura.

Predicamos a Cristo crucificado.

Gálatas, 3:1 ¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascino para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?.

¿Por qué Pablo se gloria tanto en la cruz?. La cruz era una cuestión negativa. Era algo maldito.

Deuteronomio, 21:22 Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero. 21:23 no dejareis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterraras el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminaras tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

Filipenses, 2:8 y estando en la condición de hombre, se humillo a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Las cuestiones en las que Pablo pudo haberse gloriado y no se glorió:

Su espiritualidad (la de Pablo):

Jeremías, 9:23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. 9:24 Más alábese en esto el que se hubiera de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.

Y Pablo estaba autorizado para gloriarse en ese sentido.

La eternidad del Verbo:

Se dice que Cristo nació en Belén. Cristo no nació nunca. El que nació fue Jesús. Cristo siempre existió, el Verbo. Él fue inmolado desde el principio del mundo. Antes que Abraham fuese yo soy!!!.

Proverbios, 8:22 Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras.

Colosenses, 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 1:17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en el subsisten.

Por él fueron hechas todas las cosas y él es antes de todas las cosas. Pedro le dijo: tú tienes palabras de vida eterna, palabras de alguien que nunca nació, que nunca morirá, que siempre existió. De existencia eterna.


El nombre de Jesús:

Los apóstoles sabían sacarle jugo al nombre de Jesús. Conocían la dinamita y la potencia que había en ese nombre. Y en ese nombre invadieron el imperio romano. Conquistaron el mundo con ese nombre. Pablo confiesa que había sido enemigo de ese nombre, pero que había sido derrotado por ese nombre. Y ahora estaba dispuesto a ir a Roma por ese nombre. Los apóstoles fueron amenazados por predicar en ese nombre. Y fueron encarcelados y azotados por ese nombre. Pero salieron gozosos de haber sufrido por ese nombre.

El Señorío de Cristo:

1 Corintios, 1:31 para que, como está escrito: El que se gloria, gloríese en el Señor.

Pero hemos predicado un evangelio aguachento. De ruegos, de ofertas….., un evangelio de promesas sin demandas. De privilegios sin responsabilidades. De resurrección sin el calvario………….

La oratoria de Jesús:

Nunca un hombre hablo como él, se dijo. Por los pulpitos del Antiguo Testamento, habían pasado los mejores oradores de la historia: Platón, Aristóteles, Sófocles. Buda, Confucio, Lao Tse. Grandes filósofos. Lenguas de oro para hablar. Habían pasado nada menos que Isaías, Salomón. La reina de Saba vino a escuchar su sabiduría y quedo pasmada. Pero Jesús dijo que había uno más sabio que Salomón, que era él. El desafió al Antiguo Testamento. La gente decía: jamás hablo un hombre como este. Pero si habían escuchado a Salomón, habían escuchado a Isaías (quien no se encanta leyendo Isaías: el quinto evangelio).  Pero ¿Por qué Cristo era superior?. Porque todos los profetas decían: Oye Israel, así dice el Señor. Pero Cristo nunca dijo así, porque él era el Señor. El decía: Oísteis que fue dicho a los antiguos: no te perjuraras, no harás un juramento falso. Mas yo os digo: no juréis, ni por el cielo, que es el trono de Dios, ni por la tierra, que es el estrado de sus pies, ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran rey, ni por tu cabeza juraras porque no puedes hacer un cabello blanco negro. Oísteis que fue dicho a los antiguos: no cometerás adulterio. Mas yo os digo: cualquiera que mire una mujer codiciándola, no siendo su esposa, adultera con ella en su corazón.-

La singularidad de Jesús:

Jesús era un ser incomparable. Comparados con Jesús, todos los grandes hombres son un barro. ¿Qué pasa con las luces de la calle cuando sale el sol?. No alumbran más. Todos los grandes hombres han muerto, pero Jesús se pasea entre los sepulcros, vivo y glorioso. Nunca fue a la escuela, pero todos los libros hablan de él. Nunca un profesor tuvo más alumnos que él. Nunca un general tuvo más soldados dispuestos a morir por él, que Jesucristo de Nazaret. Solo dos veces cruzo la frontera. Sin embargo, el país más humilde, por haber contado con su sola presencia, se lo llama Tierra Santa.

La resurrección de Jesús:

Pablo podía haberse gloriado en la resurrección de Jesús. Si vamos al Louvre, en Paris, encontramos las cenizas de Napoleón. Si vamos al Capitolio, en EEUU, encontramos las cenizas de George Washington. Pero si vamos a Jerusalén, no encontramos nada, porque el resucito. En los sepulcros de los grandes hombres, hay epitafios que dicen “aquí yace el gran hombre, el gran poeta, el gran filósofo”. Pero el sepulcro de Cristo no tiene ningún epitafio. Solo dos ángeles, hermosos, vivos, inteligentes, que dicen: no está aquí ¿por qué buscáis entre los muertos al que vive?.

En todas estas cosas podía haberse gloriado Pablo y no se glorió.

Razones por la que Pablo se gloria en la cruz:

La primera es porque Dios, en la cruz, logro hacer lo que jamás se le paso al diablo por la cabeza. Jamás el diablo imagino que Dios sería tan audaz. Dejar que su hijo muriese. El diablo jamás pensó que Dios llegaría tan lejos. En la cruz, Dios logro hacer lo imposible: lograr perdonar al hombre, sin quebrantar su ley, sin desdecirse. Dios había dicho: el alma que pecare, morirá. El día que comas lo prohibido, morirás. Sellado con el sello del rey. La paga del pecado era la muerte. Dada estaba la sentencia. Pero Dios amaba al hombre y no quería que el hombre pereciese, queriendo que todos procedan al arrepentimiento. ¿Cómo hacerlo?. ¿Cómo salvar al hombre sin desdecirse, sin quebrantar su propia ley?. Solo había una manera: la cruz.

La mejor manera de poner una idea grande en una cabeza chica es usar una comparación. Dos amigos se criaron juntos. Y uno se hizo delincuente y el otro juez. Y un día el delincuente cometió una fechoría y justo, por esas cosas de la vida, fue juzgado por su propio amigo de la infancia. El delincuente pensó entonces: el me perdonara, porque somos amigos. Pero el juez lo condeno a pagar una multa. El delincuente comenzó a llorar. “Mi amigo me traiciono”, pensó. Pero el juez se bajó del estrado, se sacó la toga, saco la billetera y le pago la multa. Lo condeno y lo salvo. Eso hizo nuestro Dios: nos condenó, pero bajo del cielo, en la forma de Jesús, y pago la multa en la cruz. Nos condenó y nos salvó. Por eso es que Pablo se gloria en la cruz.

La creación de la cruz, en la mente de Dios, ya estaba en la teología:

Salmos, 103:12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.

El oriente y el occidente…., alejo nuestros pecados (ahí tenemos el palo horizontal).

Efesios, 4:8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto llevo cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. 4:9 Y eso de que subió ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?.

Subió arriba de todos los cielos y bajo a la parte más baja de la tierra (ahí tenemos el palo vertical), formando la cruz de la misericordia.

Pablo dice: para que conozcamos la altura, la profundidad y la anchura de la cruz.

No hay amor más grande que el que enseña la cruz. Puedes ver a Jesús, clavado en la cruz, entre el cielo y la tierra, diciendo “Padre ¿por qué me has abandonado?”. ¿Piensas que Dios no quería librarlo de toso eso, de los golpes, de los escupitajos y de las ignominias?. Pero de tal manera amo Dios al mundo, que dejo que su Hijo muriera por nosotros……

El maquinista accionaba la palanca para levantar y bajar el puente. Cuando pasaban los barcos, lo levantaba y cuando pasaba el tren lo bajaba. Su hijo vino a dejarle la comida. Luego, jugando se cayó al agua y comenzó a pedir auxilio. Decía, sálvame papito, sálvame. Imagínense el corazón de ese padre. Pero ahí venia el tren, con miles de personas. Si salvaba al hijo, todos perecían. Y el padre, llorando, bajo el puente, mientras el hijo moría. De tal manera amo Dios al mundo…….

Al pie de la cruz, podría escribirse estos dos letreros:

1)     Así amo Dios al hombres;
2)     Este es el precio que Dios pago por la salvación de tu alma;

La cruz nos habla de simetría. De la simetría del amor de Dios. Eran dos palos: uno horizontal y otro vertical, formando una cruz. Un palo hacia arriba: amor a Dios. Un palo hacia abajo: amor a mí mismo. Uno a la derecha: amor a los simpáticos. Uno a la izquierda: amor a los impíos. Pero nosotros hemos hecho una cruz con un solo palo: la cruz del egoísmo. Cuanta gente pasa necesidades y no hay un hermano que le tienda la mano. No hay misericordia. El prójimo, para nosotros, no tiene rostro…….

Por esto Pablo se gloria en la cruz.

Pablo se gloria en la cruz, porque la cruz nos habla de que tenemos que sufrir. Normalmente se predica un evangelio de promesas sin demandas, de privilegios sin responsabilidades, de resurrección sin el calvario.

La prosperidad que se predica, es media prosperidad, es media verdad. Es real: Dios quiere bendecirnos en esta vida. Quiere bendecirnos, también, en la futura. Pablo dijo que estaba entrenado para la hartura y también para pasar necesidades, hambre. Se estar en todas las situaciones, dijo.

Filipenses, 1:29 Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en él, sino también que padezcáis por él.


1 Pedro, 4:12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese. 4:13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 4:14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 4:15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno. 4:16 pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. 4:17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?. 4:18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?. 4:19 De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.


El sufrimiento es natural al Evangelio, porque el calvario nunca logro pavimentarse. El calvario es áspero. Ahí nadie te aplaude. Todos te escupen y abofetean. Nadie te felicita. Hay muchos “turistas del calvario” que, en lugar de llevar la cruz, quieren que la cruz los lleve a ellos. Quieren una cruz elegante, con escalera para subir, almohada para descansar y clavos de goma.

Si la cruz nos recuerda que tenemos que sufrir, recordemos que había tres cruces en el calvario. Y los tres no eran santos: había dos malhechores que también tenían cruz. No solo Jesús tenía cruz, sino que los bandidos también. Y un ladrón creyó en Cristo y no escapo de la cruz. Y el otro no creyó y tampoco escapo de la cruz. ¿Por qué?. Porque la cruz es el símbolo del sufrimiento. Nadie se escapa de llevar una cruz en esta vida. Esta tierra ha sido llamada “el valle de las lágrimas”. Cuando llegamos aquí, llegamos llorando (por la palmada inicial del médico) y cuando nos vamos, dejamos llorando a otros. El sufrimiento es necesario.

Un hombre se quejaba porque sufría mucho. Parece que a Dios se le paso la mano con él, con la cruz que le había dado. El hombre dijo: si yo pudiese ver a Dios, le pediría que me la cambiase. Y una noche tuvo un sueño. Vio a Jesús y dijo: voy a aprovechar para decirle que me cambie la cruz. Señor: parece que la cruz que usted me dio es muy pesada ¿podría cambiármela?. El Señor le dijo: ahí están las demás cruces, toma otra que te guste. El hombre tiro su cruz ahí, en medio de las otras cruces. Eligio primero una y no le gusto. Dijo: esta es muy liviana y la deshecho. Luego eligió otra, pero era muy pesada. Dijo: con esta no llego ni a la luna y mucho menos al cielo. Y entre tanto que eligió y deshecho, eligió una que le quedaba justo y dijo: con esta me quedo Señor. Y el Señor se rio y le dijo: esta es la misma cruz que tenías y que pediste cambiar.

Porque Dios no dará más carga que la que podamos llevar……

Esa (y no otra) es la cruz que tu tiene que llevar.

Esto es curioso. Tres cruces. Un malhechor se arrepintió y no escapo de la cruz. No, no. Tiene que continuar con la cruz. El otro no se convirtió y también siguió con la cruz. Esto es simbólico y es fantástico. Aquel que creyó, entonces ¿qué diferencia tiene con el que no creyó, si los dos tuvieron cruz?. La diferencia es que uno salto al paraíso y el otro al infierno. Entonces hay una cruz maldita y otra bendita.

Cuando Moisés saco a Israel de Egipto, atravesaron el desierto. Ya en el desierto, a causa de que muchos murmuraban contra Moisés, Dios envió una plaga de serpientes, de cobras. Salían de la arena, de todas partes y picaban a casi todos. Y morían. Moisés oro a Dios pidiendo misericordia y Dios le dijo que fabricara una serpiente de bronce sobre un asta y que todo aquel que la mirara, cuando fuese mordido, sanaría, solo por mirarla, solo por la fe.


Números, 21:4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. 21:5 Y hablo el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. 21:6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. 21:7 Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oro por el pueblo. 21:8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre un asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. 21:9 Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.

Pablo, por su parte, también nos muestra la salvación por fe. A Dios no se lo busca con la cabeza, sino con el corazón.

Juan, 3:14 Y como Moisés levanto la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado. 3:15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.

Para ser perdonado gratuitamente por la fe.

Pablo, también se gloria en la cruz, porque con la cruz quedamos al nivel de los Israelitas.

Los judíos, los israelitas tenían todos los privilegios religiosos. Nosotros, para ellos, éramos perros. No es bueno, dijo Jesús, tomar el pan de los hijos y dárselo a los perrillos!!!. Así eran tratados los gentiles.

Romanos, 3:1 ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de que aprovecha la circuncisión?. 3:2 Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios.

La salvación viene de los judíos, de Israel. Los patriarcas son de ese pueblo. Para más remate: el Señor vino también de ahí. Ellos tenían todos los privilegios.

Romanos, 9:4 que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas. 9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas…..

Juan, 4:22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.

Efesios, 2:11 Por tanto, acordaos de que en otros tiempos vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 2:12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 2:13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación. 2:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos uno solo y nuevo hombre, haciendo la paz. 2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. 2:17 Y vino y anuncio las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca. 2:18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Pero con la cruz, la cosa cambio. Nosotros, que no valíamos nada, ahora quedamos mejor que el propio Israel. Éramos perros incircuncisos. Sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, los pactos abrahámicos, davídicos y salomónicos. Sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero, por la sangre de Cristo, hemos sido hechos cercanos y esa sangre fue derramada en la cruz. De los dos pueblos hizo uno, de modo que nos dejó al mismo nivel. Nos fundió con Israel. De los dos, nació un solo y nuevo hombre. Y, mediante la cruz, reconcilio a ambos en un solo cuerpo.

Pablo, además, se gloria en la cruz, por la “radioactividad” de la cruz. Cristo murió para reconciliar las cosas en la tierra y en el cielo.

El cielo estaba sucio:

Hebreos, 1:10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. 1:11 Ellos perecerán, más tu permaneces; y todos ellos se envejecerán como una vestidura.

Todo el universo estaba envejeciendo, por causa del pecado.
  

Job, 15:15 He aquí, en sus santos no confía, y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos. 15:16 ¿Cuánto menos el hombre, abominable y vil, que bebe la iniquidad como agua?.

Todo el universo fue redimido por la sangre de Cristo en la cruz.

Colosenses, 1:20 y por medio de el reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

El cielo estaba sucio. Mediante las sangre de su cruz, reconciliar las cosas de la tierra y del cielo. Las cosas del cielo…….

Hebreos, 9:23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.

Con mejores sacrificios que estos (de animales).

Romanos, 6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

Nuestro viejo hombre fue crucificado conjuntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido. Y como el resucito, nosotros también resucitamos.

Hebreos, 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz. Este es otro misterio.

La cruz era horrorosa. Los crucificaban desnudos. Les daban posca (vinagre con hiel). Los traspasaban con una lanza, para ver si estaban vivos o muertos. Y si no habían muerto, los remataban a mazazos y martillazos. Les quebraban todos los huesos. Era terrible. Ser crucificado desnudo. Imagínate: sin el taparrabo y todos mirando, porque era costumbre para ellos eso. Se orinaban en la cruz. Esa era la vergüenza de la cruz. Sufrió muerte y muerte de cruz.

Pero Jesús tenía miedo de morir crucificado.

Hebreos, 5:7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y suplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.

Él lo pensó muchas veces. Fue oído por su Padre, a causa de su miedo reverente. El sufrió una cromidosis: se le reventó el corazón. El pericardio está protegido por una pared de agua, con otra glándula, que hace una especie de bloqueo para que el corazón no roce con la carne. Pero, cuando el sufrimiento es muy intenso en una persona, se rompe eso y la sangre se mezcla con el agua y es por eso que el sudaba gotas de sangre. Esto se llama cromidosis.

Imaginen el siguiente dialogo, entre el Padre y el Hijo:

Jesús dice: Padre, tendré que tomar este cáliz de la muerte. En tu infinito entendimiento, no existe otro modo de salvar al hombre. Digamos, un decreto de perdón. Que tal, Padre, si matamos todos los animales, todos los ángeles, y salvamos al hombre, ya que tú lo quieres tanto.

Hijo (contesta Dios) tú no sabes, porque tú te despojaste de tu gloria (Filipenses, 2: 4 al 8) y te hiciste siervo (Juan, 15:15) y el siervo no conoce las cosas de su Señor. Por eso es que el Hijo no sabe (Mateo, 24:32).

Hijo, la gravedad de la ofensa se mide en la calidad del que la hace y del que la recibe. Es una cosa diferente ofender a un lustrabotas que a un juez. Entonces, por ofender a una persona infinita, la multa debe ser infinita. Ni todos los toros bastaran para el sacrificio (está escrito). Pero si tu mueres, Hijo, tu sí que puedes salvarlos porque una gota de tu sangre no tiene pecado, así que imagínate si la das toda. Porque ellos nacen y mueren contaminados por el pecado. Pero tu no. Tu madre fue virgen, su cordón umbilical impidió que su sangre pasase para ti y como no tenías la sangre de un padre humano, era mi sangre, sangre de Dios, sangre divina que limpia de todo pecado. Es por eso que tu sangre los redime. Una sola gota redime todos los mundos que pudiesen existir, porque es una sangre infinita y eterna. ¿No te causa gozo, Hijo, todo esto?.

Si, Padre, me encanta pensar en ello. Daré mi vida por ellos.

El, entonces, se sometió a la cruz, por el gozo que le fue propuesto de tu felicidad. Por el gozo de tu vida.


Como dice Hebreos, 12:12 Por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz.


Lo anterior es una desgrabación de una prédica del Dr. Darío Salas, conocido Escatólogo chileno:








QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!.

lunes, 10 de octubre de 2011

EL POR QUE DECIDI CREAR ESTE BLOG

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Hola a todos. Que Dios los bendiga. Mi nombre es Marcelo. Soy argentino, tengo 41 años y soy profesional (Contador, UBA). Después de haber leído un montón de libros para graduarme y de haber leído, ademas, por gusto (me gusta la literatura) a varios autores (Borges, Bioy Casares, Cortázar, etc.), en los últimos años (y, sobre todo, en el último tiempo: 2 años, digamos), me propuse encarar una lectura comprensiva de la Biblia, la Palabra de Dios. Debo aclarar, antes que nada, que no comencé la mencionada 'lectura comprensiva' de la Biblia, producto de haber tenido una 'revelación' o haber sido 'llamado'. No. Me crie, si, en un contexto familiar cristiano (no católico), en el que mi abuela, siendo yo muy chico, me contaba, una y otra vez, las historias de la Biblia, del Antiguo y Nuevo Testamento: Daniel en el foso de los leones, Sansón y Dalila, David contra Goliat, las predicas de Jesús, así también como su muerte en la cruz y su posterior resurrección. Mi madre continuo, lógicamente, con esa tradición. Vi también, a lo largo de mi infancia y adolescencia, innumerables películas acerca de Jesús de Nazaret: Rey de Reyes, El Manto Sagrado, Jesús de Nazaret (de Franco Sefirelli), etc. O sea: sabia bastante (o yo creía ingenuamente que sabia bastante) acerca de la obra y el mensaje de Cristo, pero técnicamente yo jamás había agarrado la Biblia para leerla. Tampoco me congregaba en una iglesia (sigo sin hacerlo, aunque mas adelante, en otros post o comentarios, explicare porque). O sea: estaba en la situación en la que, en el mejor de los casos, hoy se encuentran muchísimos cristianos.

Pero me pasó algo (siempre nos pasa algo) que, de alguna manera me acerco en serio a Cristo y a su Padre: la gran crisis que sufrió la Argentina en 2001 (y los 2 o 3 años que duro), la consecuente falta de empleo y, para más remate, la muerte de mi padre en 2005, producto de una enfermedad terminal. Recuerdo mis largas noches de vigilia en el hospital donde él se encontraba internado. Bueno, en una de esas noches, estando yo en mi casa y preparándome para ir al hospital, a suplantar a mi hermana, agarre una Biblia y me fui. Esa noche me leí los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento: Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Y, desde ahí, de a poquito, comencé a leerla más asiduamente y también a estudiarla, bajando de la internet numerosos estudios bíblicos y viendo videos cristianos de predicas de estudiosos de la Palabra de Dios. Fue como que me dije: bueno, vos invertiste mucho tiempo en leer doctrinas de hombres. Qué tal si pones el mismo esfuerzo (como mínimo) en leer e intentar comprender la Doctrina de Dios. Y me sorprendió (y no deja de sorprenderme) la enorme sabiduría (bendita y eterna como su hacedor) que contiene este libro.

Yo comencé a leer la Biblia y a acercarme a Dios en uno de los peores momentos de mi vida. Suele suceder. Pero lo difícil no es acercarse. Lo difícil es mantenerse cerca cuando empieza a irte bien. Hoy, gracias a Dios, me va bien y sigo cerca. Hoy puedo entender las palabras del Apóstol Pedro (1 Pedro, 4:12): "Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo...".

El sufrimiento es natural al Evangelio de Cristo. Cuando crucificaron a nuestro Señor, lo hicieron en medio de dos malhechores. Uno se arrepintió y el otro, en cambio, blasfemo. Pero ¿que diferencia hubo entre los dos, si ambos padecieron y terminaron muriendo en la cruz?. El que se había arrepentido, no fue liberado de la cruz. La diferencia fue que uno salto al paraíso y el otro al infierno. La cruz bendita y la cruz maldita. Nadie se libra de llevar una cruz en esta vida. Tratemos de que sea la cruz bendita, la de Nuestro Señor Jesucristo.

Quisiera terminar con una especie de fabula con moraleja, que escuche por ahí: había un señor que siempre se quejaba de que la cruz que Cristo le había dado era muy pesada y se dijo: si tuviera la oportunidad de hablar con él, le pediría que me la cambie, porque esta es muy pesada. Un día soñó con Jesús y se lo dijo: Señor, esta cruz que tú me has dado es muy pesada ¿podrías cambiármela?. Si, le dijo el Señor: elige cualquiera de estas cruces que están por acá. Este señor, entonces, arrojo la cruz que llevaba a un lado y comenzó a revolver entre una pila de cruces. Eligio una y le pareció muy pesada (mas pesada que la que había desechado). La descarto. Luego eligió otra que le pareció, en cambio, muy liviana. También la descarto. Siguió revolviendo hasta que, al fin, encontró una que le quedaba justa. Y dijo: ya esta Señor, con esta me quedo. El Señor lo miro, se rio y le dijo: pero si es la misma cruz que viniste a pedir que te cambiara......

Porque Dios no nos dará mas carga que la que podamos llevar.-

Hice este blog para comenzar a compartir, con todos los que lo deseen, los mensajes maravillosos que contiene la Palabra de Dios y, sobre todo, su parte profética para estos tiempos que corren. Yo creo que son los últimos.-


El arrepentimiento solo es un PRIVILEGIO de los vivos.-


QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!