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Continuamos con el estudio sistemático y ordenado del Libro de Apocalipsis.
No dejes de leer, para no perder el “hilo” del estudio completo, los
siguientes post, en este mismo blog:
Libro de
Apocalipsis – Capitulo 1:
Libro de
Apocalipsis – Cap. 2 y 3 – 1ª Parte:
Libro de
Apocalipsis – Cap. 2 y 3 – 2ª Parte:
Libro de
Apocalipsis – Cap. 2 y 3 – 3ª Parte:
Libro de
Apocalipsis – Capitulo 4:
Libro de
Apocalipsis – Capitulo 5:
Libro de
Apocalipsis – Capitulo 6:
Sigamos, ahora, con el capítulo 7 del Libro de Apocalipsis:
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Fuente:
Entre el sexto y séptimo sello hay una pausa donde se llevan cabo dos
eventos importantes, uno en la tierra y el otro en el cielo. Ambos involucran
la disposición de un grupo del pueblo de Dios, pero ninguno de estos grupos es
la iglesia. La iglesia no volverá a ser vista sino hasta el final del capítulo
17.
Los 144.000
Sellados:
7:1 Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de
la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase
viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. 7:2 Vi
también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios
vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el
poder de hacer daño a la tierra y al mar, 7:3 diciendo: No hagáis daño a la
tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a
los siervos de nuestro Dios. 7:4 Y oí el número de los sellados: ciento
cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel. 7:5
De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil
sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. 7:6 De la tribu de Aser, doce
mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de
Manasés, doce mil sellados. 7:7 De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la
tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. 7:8
De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil
sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados.
El múltiple uso del número cuatro en estos versículos enfatiza que la
Creación es el centro de atención, porque al final del Cuarto Día de la
Creación la luz había sido separada de las tinieblas, la atmósfera había
sido formada, la tierra había sido separada del agua, la vegetación había
empezado a crecer, y al añadir el sol, la luna y las estrellas, el día había
sido separado de la noche. Ahora que el Día Cuatro de la Creación se
había completado todo estaba listo para ser habitado, es por eso que el
número cuatro es el número de la Creación.
Pero el siguiente ciclo de juicios se demorará hasta que suceda otro
acontecimiento. Este es la comisión de los 144.000 judíos que muchos creen
serán los principales evangelistas del Señor durante el resto de la Semana
Setenta de Daniel.
Se ha mencionado mucho, en el presente estudio, la “semana setenta de
Daniel”. En la siguiente dirección (que es un post de este mismo blog), tendrás
acceso a un excelente estudio sobre el tema:
Sigamos:
Ellos llevan el sello de Dios en sus frentes lo que los hace ser los únicos
seres protegidos en la tierra de los juicios venideros. En Ezequiel 9:4 leemos sobre un caso
similar cuando antes de que la Ciudad de Jerusalén fuera destruida
por los babilonios, unos ángeles la recorrieron buscando y sellando a los
fieles para protegerlos de la destrucción.
Ezequiel, 9:4 y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en
medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y
que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de
ella.
En este caso el Señor también había retrasado el juicio venidero hasta que
todos Sus fieles fueran sellados, pero esta vez es solamente un selecto grupo
que Él ha escogido para un propósito específico. Todas las demás personas sobre
la tierra estarán el peligro, ya sean creyentes o no.
Después que Jacob adoptó a los hijos de José, Efraín y Manasés (Génesis 48:5), habían catorce nombres
de los que se escogerían los nombres para las doce tribus de Israel. Pero la
Biblia nunca enumera más de 12 tribus en cualquier momento, por eso es que
algunas veces el orden de las listas es diferente. Los levitas no recibieron
tierra alguna (su herencia fue el sacerdocio) y nunca salieron a la guerra, por
eso son a menudo omitidos. José también fue omitido cuando Efraín y Manasés
fueron incluidos puesto que cada uno de ellos recibió la mitad de su tribu como
herencia. Pero el listado de Apocalipsis
7 es el único en que Leví y José se encuentran incluidos mientras
que se ha omitido a Dan y a Efraín.
Génesis, 48:5 Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la
tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son; como
Rubén y Simeón, serán míos.
Muchos eruditos creen que Dan fue omitido porque fue por medio de la tribu
de Dan que la idolatría se introdujo (por Jeroboam) en la tierra después que
murió Salomón (1 Reyes 12:28-30).
1 Reyes, 12:28 Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro,
y dijo al pueblo: Bastante habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh
Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto. 12:29 Y puso uno
en Bet-el, y el otro en Dan. 12:30 Y esto fue causa de pecado; porque el pueblo
iba a adorar delante de uno hasta Dan.
Jacob había profetizado en Génesis
49:17 que “será Dan
serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde los talones del
caballo, y hace caer hacia atrás al jinete” insinuando de esta
manera, que Dan sería responsable por la caída de Israel en la idolatría.
Génesis, 49:17 Será Dan serpiente junto al camino, Víbora junto a la senda,
Que muerde los talones del caballo, Y hace caer hacia atrás al jinete.
Existe una tradición que dice que Dan fue el que maquinó el secuestro y
posterior venta de José como esclavo, y otra que el anticristo saldrá de la
tribu de Dan, pero ninguna de estas dos teorías las confirma la Biblia.
Por estas u otras razones, nadie de la tribu de Dan recibirá el sello
protector. Pero Dios es misericordioso, y los fieles de la tribu de Dan
sobrevivirán. Sabemos esto porque al comienzo de la Era del Reino,
cuando la tierra se vuelve a distribuir, los descendientes de Dan recibe la
primera parte (Ezequiel 48:1).
Ezequiel, 48:1 Estos son los nombres de las tribus: Desde el extremo norte
por la vía de Hetlón viniendo a Hamat, Hazar-enán, en los confines de Damasco,
al norte, hacia Hamat, tendrá Dan una parte, desde el lado oriental hasta el
occidental.
A pesar de que Efraín no se menciona por su nombre, su pueblo está incluido
ya que aquí conforman el grupo llamado José. Recuerde que la tribu de José fue
dividida entre Efraín y Manasés. Al mencionar a José y Manasés en esta lista,
el pueblo de ambas mitades de la tribu de José es sellado sin mencionar el
nombre de Efraín. 1 Reyes 12:28-30 también
nos dice que un becerro de oro fue levantado en Bet-el, en tierra de Efraín, y
otro becerro en la tierra de Dan. El Señor aborrece la idolatría.
Los esfuerzos de espiritualizar este pasaje para que se entienda como un
grupo simbólico de todos los creyentes, son un lamentable e inadecuado intento
de los seguidores de la teología del reemplazo para privar a Israel de su papel
en el tiempo del fin dentro del plan redentor de Dios. Este pasaje es demasiado
claro para justificar una interpretación diferente a la literal.
Y todas las personas que dicen que esta lista no es exacta porque diez
tribus desaparecieron en el año 721 a.C., cuando el Reino del Norte fue
esparcido en el destierro, harían bien en leer 2 Crónicas 11:16.
2 Crónicas, 11:16 Tras aquellos acudieron también de todas las tribus de
Israel los que habían puesto su corazón en buscar a Jehová Dios de Israel; y
vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus padres.
El historiador Josefo reportó que esta migración produjo un aumento
substancial en la población de Jerusalén. Dios siempre ha mantenido un
remanente fiel de Su pueblo.
Ahora identifiquemos el otro grupo, el que está en el cielo.
La multitud vestida de
ropas blancas:
Apocalipsis, 7:9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual
nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban
delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y
con palmas en las manos; 7:10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación
pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. 7:11 Y
todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de
los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono,
y adoraron a Dios, 7:12 diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría
y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro
Dios por los siglos de los siglos. Amén. 7:13 Entonces uno de los ancianos
habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y
de dónde han venido? 7:14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos
son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las
han emblanquecido en la sangre del Cordero. 7:15 Por esto están delante del
trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado
sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. 7:16 Ya no tendrán hambre
ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; 7:17 porque el
Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de
aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
Hay diferentes opiniones sobre quiénes conforman esta multitud. Pero por
sus ropas blancas y su declaración en cuanto al Autor de su salvación, todos
están de acuerdo en que son creyentes de la Tierra.
Pero los hechos son que:
1) Juan, el
discípulo más cercanamente asociado con la iglesia, no los reconociera;
2) su arribo al
cielo se presenta tres capítulos después del Rapto; y
3) su destino es
el de servidores en el templo y no co-regentes (co-gobernantes, junto
con Cristo, como Reyes y Sacerdotes, que es el destino de la iglesia) del
universo;
Todo lo cual significa que todos ellos son creyentes posteriores al Rapto y
no son parte de la iglesia. Ellos han sido víctimas de la destrucción en la
tierra durante los juicios de los sellos y han pagado el precio último por su
recién encontrada fe.
Estas personas son llamadas mártires de la tribulación, o santos de la
tribulación, pero técnicamente, eso tampoco es exacto, porque la Gran
Tribulación aun no ha comenzado. Todavía estamos en la primera mitad de la
Semana Setenta.
¿Cómo es que sabemos eso? La palabra griega traducida “de la” en la frase
“estos son los que han salido de la gran tribulación”, es la misma palabra
traducida “de la” en Apocalipsis
3:10 en donde el Señor promete la liberación de la iglesia.
Apocalipsis, 3:10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo
también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo
entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Según la Concordancia Strong, esta es una preposición primaria que
denota origen. Significa “de, o fuera de, el lugar, el tiempo o la causa” de un
evento específico.
Así que, como la iglesia, estos santos han sido removidos del lugar, el
tiempo y la causa de la Gran Tribulación. Ellos no llegaron a tiempo
a la fe en Jesús para el momento del Rapto por eso es que no disfrutarán del
destino y la bendición que son únicos para la iglesia. Pero lo más seguro es
que al haber sido persuadidos hacia la fe debido a la desaparición de la
iglesia, serán martirizados al inicio de la Semana Setenta, por lo que
podrán escapar de lo peor de ella. Más tarde, los vivos envidiarán a los
muertos tanto así que desearán la muerte, pero la muerte los eludirá (Apocalipsis 9:6).
Apocalipsis, 9:6 Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no
la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.
Estos santos tendrán una existencia privilegiada en la eternidad, siempre
ante la presencia del Señor. Le servirán día y noche en Su Templo y nunca
necesitarán de nada más. El Señor extenderá Su tabernáculo sobre ellos, lo que
significa que Él será responsable por su bienestar. No sentirán hambre ni sed,
y el Señor removerá todo pesar de sus mentes, enjugando toda lágrima de sus
ojos.
Pero a pesar de que le sirven al Señor en Su Templo, nunca son llamados
sacerdotes, como lo es la Iglesia. Ninguno de ellos se sentará jamás
en un trono a la par de su Amado, lo cual es ejemplo para que todo el universo
vea las incomparables riquezas de la gracia de Dios expresadas en Su amor por
la iglesia, Su obra de arte (Efesios
2:6-10).
Efesios, 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar
en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 2:7 para mostrar en los siglos
venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros
en Cristo Jesús. 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto
no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se
gloríe. 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas
obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Ellos nunca compartirán en Su herencia como tampoco serán contados entre el
grupo más favorecido en toda la creación. Cuando fueron bruscamente
presionados, ellos necesitaron de una señal final e incontrovertible de que
había llegado el momento correcto de creer. Careciendo de la fe para aceptar lo
que no podían ver, necesitaron evidencia. Esa evidencia les llegó en la forma
del Rapto de la Iglesia, cuando todas las personas que creyeron solamente
por fe desaparecieron ante sus propios ojos. Aunque tarde para ser incluidas en
ese increíble evento, estas personas finalmente creyeron a causa del mismo.
Juan, 20:29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste;
bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Con el séptimo sello próximo a abrirse, se presentan los juicios de las
siete trompetas. Este segundo ciclo de juicios completará la primera parte de la
Semana Setenta de Daniel y preparará el escenario para la presentación del
anticristo y la gran tribulación.
QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!