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Continuamos con el estudio sistemático y ordenado del Libro de Apocalipsis.
No dejes de leer, para no perder el “hilo” del estudio completo, los
siguientes post, en este mismo blog:
Libro de
Apocalipsis – Capitulo 1:
Libro de
Apocalipsis – Cap. 2 y 3 – 1ª Parte:
Libro de
Apocalipsis – Cap. 2 y 3 – 2ª Parte:
Libro de
Apocalipsis – Cap. 2 y 3 – 3ª Parte:
Libro de
Apocalipsis – Capitulo 4:
Sigamos, ahora, con el capítulo 5 del Libro de Apocalipsis:
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Fuente:
El rollo
y el Cordero:
Apocalipsis, 5:1 Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono
un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. 5:2 Y vi a
un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y
desatar sus sellos? 5:3 Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de
la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. 5:4 Y lloraba yo mucho, porque
no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de
mirarlo.
Este rollo, o libro, ha sido llamado el título de propiedad de la tierra.
Los rollos por lo general tenían la escritura en un solo lado, pero en algunos
casos, el Señor escribe en ambos lados. Cuando lo hace, Él está indicando que
el juicio se avecina.
En Ezequiel 2 un
rollo escrito por ambos lados significaba que Israel estaba a punto de ser
juzgado y Ezequiel había sido escogido para llevar las noticias a los otros
cautivos en Babilonia de que pronto la nación entera se les uniría durante un
cautiverio de 70 años. En Zacarías
5, un rollo volador del mismo tamaño que el Lugar Santo del tabernáculo,
les advirtió a todas aquellas personas que habían fracasado en guardar la ley,
que desaparecerían de la presencia de Dios y sus hogares serían destruidos. A
pesar de que este rollo mencionó solamente el mandamiento en contra del robo en
un lado y los falsos testimonios en el otro, el hecho de que uno estuviera en
el centro de la primera tablilla de piedra y el otro en el centro de la segunda
tablilla de piedra, ha hecho que muchos eruditos crean que eso representa los
Diez Mandamientos.
El motivo por el que Juan lloraba tan amargamente es porque sabía lo que
estaba en juego aquí. Solamente alguien que pudiera redimir el Planeta Tierra y
devolverlo a su verdadero dueño era capaz de poder abrir el libro, y no se
había encontrado a nadie. Ni en el Cielo, ni en la Tierra, ni debajo
de la Tierra. Sin un redentor calificado, la Tierra se
perdería por toda la eternidad.
Apocalipsis, 5:5 Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el
León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y
desatar sus siete sellos. 5:6 Y miré, y vi que en medio del trono y de los
cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero
como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete
espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Después de todo, ¡sí hay alguien digno de poder abrir el libro!. El hecho
de que la palabra “Cordero” esté con mayúscula significa que este es el Cordero
de Dios de Juan 1:29, que
quita el pecado del mundo. Él también es el León de Judá de Génesis 49:9-10 y la Raíz de
David de Isaías 11:1-3.
Juan, 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He
aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Génesis, 49:9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se
encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará? 49:10 No
será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.
Isaías, 11:1 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de
sus raíces. 11:2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de
conocimiento y de temor de Jehová. 11:3 Y le hará entender diligente en el
temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que
oigan sus oídos;
Puesto que Juan lo describe como un Cordero como inmolado, es que sabemos
que Él aun está en Su forma humana y que también aun muestra las huellas de Su
crucifixión. Una vez que Jesús estuvo de acuerdo en convertirse en un hombre,
Él se hizo hombre para siempre. Este Cordero es el dador del Espíritu Santo
confirmando así que es el Señor Quien ha triunfado. Él es el que es digno de abrir
el libro y sus siete sellos porque Él redimió el planeta al mismo tiempo que
nos estaba salvando. (Romanos 8:19-21).
Romanos, 8:19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la
manifestación de los hijos de Dios. 8:20 Porque la creación fue sujetada a
vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en
esperanza; 8:21 porque también la creación misma será libertada de la
esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
No sabía que se
había perdido:
¿Cuándo se perdió la Tierra en primer lugar? Algunos creen que en
la eternidad pasada, al que llamamos Satanás se le dio la tierra como su reino.
Fue un regalo por mantener su estatura tanto como el querubín grande y
protector, a cargo de los que guardaban el mismo Trono de Dios, y por ser el
líder de la adoración en el ámbito celestial. Ciertamente él era el portador de
la luz entonces (Lucifer quiere decir el portador de la luz en latín), vestido
con toda piedra preciosa y con una voz como de un órgano de tubas. Él era el
modelo de perfección, lleno de sabiduría y belleza perfecta, el óptimo ser
creado (Ezequiel 28:11-14).
Ezequiel, 28:11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 28:12 Hijo de
hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el
Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de
hermosura. 28:13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra
preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y
ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y
flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. 28:14 Tú,
querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí
estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.
Pero inflado en arrogancia y auto estima y orgullo, se rebeló y fue
expulsado del cielo en desgracia, y sus posiciones y posesiones le fueron
quitadas y su reino abandonado (Ezequiel
28:15-17).
Ezequiel, 28:15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste
creado, hasta que se halló en ti maldad. 28:16 A causa de la multitud de tus
contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del
monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín
protector. 28:17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría
a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te
pondré para que miren en ti.
Se sentó entre las ruinas quien sabe por cuánto tiempo, inútil para hacer
nada, hasta que Dios dijo, “Hágase la luz”, y los ángeles gritaron de alegría (Job 38:6-7).
Job, 38:6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra
angular, 38:7 Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban
todos los hijos de Dios?.
Cuando Dios creó a Adán cinco días después y le dio el dominio sobre la
Tierra, Satanás conspiró para recuperarla. Tomando la forma de una serpiente,
engañó a Adán y Eva para sacarlos de su tierra, obteniendo así, por medio del
engaño, lo que había perdido debido a su rebelión. En el proceso, también les
quitó a Adán y Eva su inmortalidad, provocando su muerte y la muerte de todos
sus descendientes (Génesis 2:16-17).
Génesis, 2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del
huerto podrás comer; 2:17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
De inmediato se propuso reconstruir su reino, convirtiéndose en el príncipe
de este mundo (Juan 12:31):
Juan, 12:31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de
este mundo será echado fuera.
Y el dios de este siglo (2
Corintios 4:4).
2 Corintios, 4:4 en los cuales el dios de este siglo cegó
el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del
evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
La ley de Dios requiere que un pariente cercano redima lo que un miembro de
la familia perdió (Levítico 25:25).
Levítico, 25:25 Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su
posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano
hubiere vendido.
Según la ley, un hijo puede redimir lo que su padre perdió, pero en la
transacción Adán se había convertido en pecador, descalificando para siempre
así a sus hijos de poder redimirlo. La moneda de la redención era la sangre de
un hombre sin pecado y todos los hijos de Adán eran pecadores por haber nacido
a imagen de su padre (Génesis 5:3).
Génesis, 5:3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró
un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre
Set.
Adán era un hijo de Dios (Lucas
3:38), así que solamente otro hijo de Dios sería suficiente.
Lucas, 3:38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.
Ya que los pecados de los padres llegan hasta los hijos (Éxodo 20:5):
Éxodo, 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová
tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
Una mujer podría dar a luz a un hijo sin pecado, pero solamente si se hacía
sin intervención de un marido. Por eso fue que en el Edén Dios anunció que la
simiente de la mujer podía redimir lo que Satanás había robado (Génesis 3:15) que es una profecía del
nacimiento virginal del Señor.
Génesis, 3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y
la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
A su debido tiempo, el Hijo de Dios, nacido de una virgen, dio Su vida para
pagar la deuda del pecado y redimir la propiedad que le fue robada a Adán, el
Planeta Tierra. Siendo todo Dios (sin pecado) y todo humano (hombre), Él es el
único en toda la creación que es digno de tomar el libro y abrir sus sellos.
Como Pariente Redentor de Adán, Él pagó la deuda del pecado que la progenie
de Adán debía, y redimió la propiedad que Adán también había perdido. Y ahora,
Él ha venido a tomar posesión de lo que Él pagó. Puesto que el pariente cercano
era también responsable de vengar la muerte de un miembro de la familia, Él
también viene como el Vengador de Sangre de Adán (Números 35:16-21), y esa es una de las razones del porqué el resto
del libro es la historia de grandes juicios.
Números, 35:16 Si con instrumento de hierro lo hiriere y muriere, homicida
es; el homicida morirá. 35:17 Y si con piedra en la mano, que pueda dar muerte,
lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 35:18 Y si con
instrumento de palo en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere,
homicida es; el homicida morirá. 35:19 El vengador de la sangre, él dará muerte
al homicida; cuando lo encontrare, él lo matará. 35:20 Y si por odio lo empujó,
o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y muere; 35:21 o por enemistad lo
hirió con su mano, y murió, el heridor morirá; es homicida; el vengador de la
sangre matará al homicida cuando lo encontrare.
Sigamos:
Apocalipsis, 5:7 Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba
sentado en el trono. 5:8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres
vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos
tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los
santos; 5:9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro
y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has
redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 5:10 y nos has
hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
En estos versículos se utiliza el pronombre personal griego de la primera
persona en plural, el cual aparece 173 veces en la Biblia como “nos”
y “nosotros”, y nunca como palabra de la tercera persona como “hombres” o
“ellos”. También el idioma griego utiliza la misma palabra para rey y reino,
así que debemos decidir cuál es la que debemos utilizar dentro del contexto.
Reyes se ajusta mejor que reinos. Y eso es consistente con la versión
de la Biblia Reina Valera de 1960.
Algunas de las traducciones modernas toman ya sea el punto de vista de
después de la tribulación o el amilenialista, o ambos, y por lo tanto se
muestran renuentes a mostrar la Iglesia en el cielo, la cual ya ha
sido raptada en Apocalipsis 5.
En vez de eso, al cambiar el pasaje a la tercera persona del plural, colocan a
los 24 ancianos entonando un cántico sobre la iglesia como si aun estuviéramos
en la tierra. Pero eso no es así. Los 24 ancianos son la iglesia. Ese es un
cántico para los redimidos y solamente la iglesia lo puede cantar. La versión
Reina Valera de 1960 está en lo correcto.
Apocalipsis, 5:11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del
trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de
millones, 5:12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el
poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la
alabanza. 5:13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la
tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que
está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y
el poder, por los siglos de los siglos. 5:14 Los cuatro seres vivientes decían:
Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al
que vive por los siglos de los siglos.
La poderosa obra de George Frederic Handel de poner estas palabras en
música en su magistral obra “El Mesías”, palidecerán en significado cuando se
comparan con este coro angelical. Nadie sabe el tamaño de este coro. Juan
escribe la cantidad de “millones de millones”.
C. H. Spurgeon escribió que la palabra griega traducida “todo” (v. 13),
tiene siete u ocho significados en su uso, y solamente en raras ocasiones,
alguna de estas literalmente significan “cada uno” y “todos”. Lo más seguro es
que Juan quiso decir que cada clasificación de la humanidad estaba
representada, ricos, pobres, libres, esclavos, judíos, gentiles, etc. A todos
ellos se les unieron los animales de la tierra, las aves del cielo, los peces
del mar y aun los seres de debajo de la tierra, quienes a pesar de que se
habían rebelado y aguardan su juicio encadenados, reconocen la autoridad de El
Cristo (Santiago 2:19).
Santiago, 2:19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios
creen, y tiemblan.
QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!