martes, 19 de marzo de 2019

LA ESENCIA DEL EVANGELIO


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Introducción

Supón que estas en un hospital, al lado de la cama de un moribundo (el escenario no es descabellado ya que muchos cristianos, de hecho, van a evangelizar a los hospitales).

Te enteras, por boca del propio moribundo, de que no es salvo. Es más, el moribundo te confiesa su deseo de ser salvo y te pregunta que tiene que hacer para conseguirlo.

¿Qué le dirías?.

Si yo te pidiera que escogieras tres versículos de la Biblia, de tres libros distintos en el NT, donde se nos habla acerca de la salvación ¿qué pasajes escogerías?.

No hay tiempo para bautizar al moribundo, ni para que, una vez convertido, se congregue, tome la Santa Cena, salga a evangelizar o haga alguna obra para el reino. No hay tiempo de estudiar las grandes doctrinas de la Biblia, ni de explicar lo que es el “dispensacionalismo” o el “calvinismo”. Se muere.

¿Se entiende el punto?.

Yo he pensado en lo siguiente.

Respecto de la SALVACION, deberíamos hablar acerca de tres cosas:

[1] el QUE;

[2] el COMO; y

[3] el POR QUE;


HABLEMOS DEL “QUE”

El apóstol Pablo nos dice en QUE consiste el Evangelio de la salvación:

1 Corintios, 15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 15:4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

Y esto es lo que hay que predicar:

Que Jesús murió en la cruz por nuestros pecados, que fue sepultado y que resucito al tercer día, todo conforme a las Escrituras.

HABLEMOS DEL “COMO”

Es también el apóstol Pablo el que nos dice COMO ser salvos:

Romanos, 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 

Pablo establece lo que podríamos denominar los “requisitos de la salvación” y son dos:

[1] debemos confesar (con la boca) que Jesús es el Señor, es decir, que Jesús es Dios; y

[2] debemos creer (en el corazón) que Dios (su Padre) lo levanto de entre los muertos, es decir, que Jesús resucito de los muertos;

HABLEMOS DEL “POR QUE”

Nuevamente es el apóstol Pablo el que nos instruye acerca de la causa por la que somos salvos:

Efesios, 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe. 

Pablo dice que somos salvos “por” gracia (la causa de la salvación), por “medio” de la fe (el medio). Luego dice que la salvación es un don (regalo) de Dios y que “no es por obras” (por cosas que hagamos), para que nadie se gloríe (para que nadie se jacte de haberse salvado por sus propios medios).

Romanos, 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 5:2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

Para Pablo, la fe es el “boleto de entrada” a la gracia (la causa de la salvación).

Palabras finales

Elegí tres pasajes, de tres libros distintos del NT, donde se nos habla acerca de la salvación:

[1] 1 Corintios, 15:3-4 (el que);

[2] Romanos, 10:9-10 (el cómo); y

[3] Efesios, 2:8-9 (el por qué);

Nada más deberíamos predicarle a nuestro hipotético moribundo.

Está muy bien bautizarse, tomar la Santa Cena, congregarse, salir a evangelizar, estudiar las Escrituras y demás, pero, por lo general, es en una situación extrema donde casi siempre se nos revela lo medular de un asunto.


QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!


Marcelo D. D’Amico

Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA