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Te dejo el video donde predico acerca de este tema (el contenido es el mismo que el expuesto mas abajo):
Introducción
Lo que motivo a Pablo escribir
Romanos 14 fue, probablemente, la tensión que se generó entre los creyentes
gentiles y judíos en la iglesia de Roma. Antes de su conversión, los judíos
tendían a ser “legalistas”, mientras que los gentiles (paganos) tendían a ser
“inmorales”. Pueden advertirse claramente las implicancias de caer en alguno de estos dos extremos.
Los creyentes deben tener cuidado de no hacer de su teología o ética cristiana el estándar para todos los demás creyentes.
Al respecto, Pablo escribe:
Los creyentes deben tener cuidado de no hacer de su teología o ética cristiana el estándar para todos los demás creyentes.
Al respecto, Pablo escribe:
2 Corintios, 10:12 Porque no
nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí
mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose
consigo mismos, no son juiciosos.
Los creyentes todavía somos
afectados por el pecado. Debemos, por tanto, motivarnos, animarnos y enseñarnos
los unos a los otros con las Escrituras, pero siempre en amor. Cada creyente tiene sus
fortalezas y sus debilidades. Debemos, por tanto, andar en la luz que tengamos,
siempre abiertos al Espíritu y a la Biblia para obtener más luz.
Estamos en un periodo en el
que vemos a través de un espejo oscuro:
1 Corintios, 13:9 Porque en
parte conocemos, y en parte profetizamos; 13:10 más cuando venga lo
perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 13:11 Cuando yo era
niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; más cuando ya
fui hombre, dejé lo que era de niño. 13:12 Ahora vemos por espejo,
oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero
entonces conoceré como fui conocido.
Por eso debemos procurar andar
en amor:
1 Corintios, 13:13 Y ahora
permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es
el amor.
En Romanos 14, Pablo
identifica dos grupos de cristianos:
[1]
los “hermanos más fuertes”; y
[2]
los “hermanos más débiles”;
Tenemos la tendencia a pensar
que los “fuertes” somos nosotros, mientras que los “débiles” son los demás, lo
cual genera, desde ya, algún tipo de prejuicio. Pero esta no fue la intención
de Pablo. Ambos grupos eran (y son)
cristianos sinceros.
No debemos tratar de que otros cristianos sean como nosotros. Debemos aceptarnos unos a otros en Cristo.
No debemos tratar de que otros cristianos sean como nosotros. Debemos aceptarnos unos a otros en Cristo.
Todo esto puede resumirse en
tres principios:
[1]
aceptarnos unos a otros, porque Dios nos acepta en Cristo;
[2]
no juzgarnos unos a otros, porque Cristo es nuestro único Señor y Juez;
[3]
el amor es más importante que la libertad personal;
El capítulo 14 de la epístola
a los Romanos tiene claramente dos secciones:
[1] Romanos, 14:1-12:
Estos versículos están
dirigidos a todos los cristianos, tanto a los “fuertes” como a los “débiles” y
hacen hincapié en la idea de que los cristianos deben aceptar completamente a todos
los otros cristianos, porque Cristo (único Señor y Juez), acepta completamente
a todos.
[2] Romanos, 14:13-23:
Estos versículos están
principalmente dirigidos a los “hermanos más fuertes” quienes, en ejercicio de
su libertad, pueden destruir la obra de Dios en los “hermanos más débiles”. Los
cristianos (más fuertes) son guardas de sus hermanos (más débiles), a través de
Cristo y debido a Cristo.
Cuando Dios le pregunto a Caín
“donde está tu hermano” (sabiendo que lo había asesinado), Caín contesto:
Génesis, 4:9 Y Jehová dijo a
Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso
guarda de mi hermano?
Si, somos guardas de nuestros
hermanos.
Análisis
de Romanos, 14:1-12
Romanos,
14:1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.
La expresión “recibid” es un
“presente imperativo”, es decir, es un mandato dirigido a los “hermanos fuertes”
y tiene que ver con “aceptar al débil en la fe”.
La “fe” se refiere aquí al
“entendimiento del evangelio” y sus implicancias nuevas y liberadoras, no
siempre bien entendidas, sobre todo por judíos de esa época que, como ya
dijimos, tendían a ser, más bien, “legalistas”. El tiempo presente implícito en
la expresión “débil en la fe” implica que es un estilo de vida característico y
se refiere a una manera de pensar “demasiado escrupulosa o directamente legalista”.
Colosenses, 2:16 Por tanto,
nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva
o días de reposo,
El cristiano demasiado
escrupuloso es descripto en este capítulo de dos maneras distintas: [1] por las
prohibiciones de la comida y [2] por los días especiales (Colosenses, 2:16).
Tengamos cuidado de no
categorizarnos demasiado rápido en algunos de estos grupos porque, a menudo, un
creyente débil en una área es fuerte en otras (donde otros son débiles).
La
expresión “no contender sobre opiniones” significa aceptar a otros cristianos
con los que no estamos de acuerdo, a los que no debemos tratar de cambiar. Los
creyentes están todos en proceso, por lo que debemos dar tiempo al Espíritu
Santo para que nos lleve (a todos) a la madurez. Pero, aun en la madurez, no
siempre los creyentes estaremos todos de acuerdo en todo.
Romanos, 14:2 Porque uno cree
que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres.
Muchos
creyentes en Roma estaban divididos respecto a un asunto discutible. Algunos
habían determinado comer solo legumbres, mientras que otros comían legumbres y
todos los demás alimentos (incluso carne). Pablo aclara que el comer en si no
es una asunto moral, pero la actitud personal acerca de lo que se come puede
llevar a la injusta condenación mutua.
Jesús claramente enseño que la
comida no es lo que contamina al hombre:
Mateo, 15:11 No lo que entra
en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al
hombre. 15:17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al
vientre, y es echado en la letrina? 15:18 Pero lo que sale de la
boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
Esta idea debiera ser un
principio rector a la hora de juzgar a otro por lo que come y tiene su correlato
en el Libro de los Hechos de los Apóstoles:
Hechos,
10:9 Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la
ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. 10:10 Y
tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino
un éxtasis; 10:11 y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a
un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la
tierra; 10:12 en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y
reptiles y aves del cielo. 10:13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata
y come. 10:14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o
inmunda he comido jamás. 10:15 Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que
Dios limpió, no lo llames tú común.
Esta
visión, que Pedro tuvo inmediatamente antes de su encuentro con Cornelio (el
centurión romano), tiene una doble dimensión:
[1]
simbólica, por cuanto Dios utilizo la visión para mostrarle a Pedro (un judío)
que también había limpiado a Cornelio (un gentil); y
[2]
práctica, por cuanto Dios utilizo la visión para mostrarle a Pedro que todos
los alimentos eran limpios;
Romanos, 14:3 El que come, no
menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come;
porque Dios le ha recibido.
La
expresión “no menosprecie” es un “presente imperativo” con la “partícula
negativa NO”, lo cual implica “detener un acto en proceso”. Menospreciar es
“bajar el precio”, “considerar de menor valor”, “burlarse de”. Los creyentes
(más fuertes) deben evitar caer en el menosprecio de sus hermanos (más débiles).
La expresión “no juzgue”
también es un “presente imperativo” con la “partícula negativa NO”, lo cual
también implica “detener un acto en proceso”. El débil en la fe debe dejar de
juzgar a sus hermanos (más fuertes) en la fe, quienes no están de acuerdo con él
en algún punto.
Nótese que, mientras los
“fuertes” no deben “menospreciar”, los “débiles” no deben “juzgar”. Con esto Pablo
da a entender que aquellos cristianos menos maduros en el evangelio (los
débiles) son los que más tienden a “juzgar” a sus hermanos más maduros (los
fuertes).
La expresión “porque Dios le
ha recibido” implica que los creyentes deben aceptarse los unos a los otros
porque Dios, a través de Cristo, ha recibido a todos. En el contexto de Romanos,
14:3, este mensaje es para los cristianos demasiado escrupulosos (los “débiles
en la fe”).
Romanos,
14:4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en
pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar
firme.
La expresión “tu quien eres”
es enfática y está dirigida al cristiano “débil en la fe”.
El argumento de Pablo aquí es
que cada creyente es un siervo o esclavo de Cristo y solo Él les dirigirá y les
pedirá cuenta por sus acciones y motivos.
2 Corintios, 5:10 Porque es
necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que
cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno
o sea malo.
En el contexto de este
versículo, la expresión “para su propio señor está en pie o cae” está dirigida
a los demasiado escrupulosos (los débiles en la fe), pero la declaración resulta
aplicable a los dos grupos (fuertes y débiles).
Pablo termina con una promesa
maravillosa: “pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar
firme”.
Romanos,
14:5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días.
Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.
Colosenses, 2:16 Por tanto,
nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva
o días de reposo,
En realidad, todos los días
pertenecen a Dios por igual. No hay días especiales. No hay tal cosa como lo
"secular" versus lo "sagrado”. ¡Todo es sagrado!.
La expresión “cada uno esté
convencido en su propia mente” es la clave para tener paz en esta área. Las
convicciones personales del creyente son prioridad al realizar sus acciones,
pero no son para todos los creyentes.
Romanos,
14:6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace
caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor
come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come,
y da gracias a Dios.
Todas las cuestiones relativas
al estilo de vida de creyentes sinceros deben hacerse como “para el Señor” y no
solo por preferencias personales.
Esta idea de Pablo también
está presente en:
Efesios, 6:7 sirviendo de
buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
Colosenses, 3:23 Y todo lo que
hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
Romanos,
14:7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
Los cristianos viven primero y
principalmente para Cristo. Por lo tanto, deben limitar su libertad personal por
amor a los demás:
1 Corintios, 10:24 Ninguno
busque su propio bien, sino el del otro.
Los
cristianos deben permitir a los demás crecer en su libertad personal.
Romanos, 14:8 Pues si vivimos,
para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que
vivamos, o que muramos, del Señor somos.
En
este versículo hay dos oraciones condicionales (definidas por el “SI”), las
cuales significan una posible acción futura. Los creyentes deben servir al
Señor en todo y en cualquier posible contingencia.
Romanos, 14:9 Porque Cristo
para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los
muertos como de los que viven.
El
Señor es ahora el soberano de ambos reinos.
Romanos,
14:10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué
menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de
Cristo.
Las dos preguntas de este
versículo ([1] ¿por qué juzgas a tu hermano? y [2] ¿por qué menosprecias a tu
hermano?) se refieren a los dos grupos de los que venimos hablando: un grupo
(los débiles) "juzga" y el otro grupo (los fuertes) "menosprecia"
al primero (los débiles). Ambas actitudes son inapropiadas para los Siervos (esclavos)
del Señor, quien es el Único que tiene el derecho de “juzgar” y/o “menospreciar”.
Los creyentes, al juzgar a otros, pretenden suplantar a Dios (y ya sabemos quién,
alguna vez, intento – sin éxito – suplantar al Señor).
La expresión “todos comparecemos
ante el tribunal de Cristo” tiene su correlato en:
2 Corintios, 5:10 Porque es
necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que
cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno
o sea malo.
Los creyentes deberán dar
explicaciones al Señor sobre cómo trataron a los demás.
Romanos,
14:11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará
toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.
Este versículo tiene su
correlato en:
Isaías, 45:23 Por mí mismo
hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a
mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.
Filipenses, 2:10 para que en
el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en
la tierra, y debajo de la tierra; 2:11 y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
La
expresión “vivo yo” significa que Dios es el verdadero y único Dios vivo y,
como tal, está jurando por Su propia existencia.
Romanos, 14:12 De manera que
cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Los cristianos serán juzgados:
2 Corintios, 2 Corintios, 5:10
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el
cuerpo, sea bueno o sea malo.
Y el criticar a los hermanos
será parte de esta experiencia.
Análisis
de Romanos, 14:13-23
Romanos,
14:13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien
decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
La expresión “ya no nos
juzguemos más” está en tiempo presente y tiene la “partícula negativa NO”, lo
cual implica “detener un acto en proceso”. Esto no es una advertencia, sino una
prohibición.
La expresión “no poner
tropiezo u ocasión de caer al hermano” también está en tiempo presente y tiene
la “partícula negativa NO”, lo cual también implica “detener un acto en proceso”.
Esta idea encuentra su
correlato en:
1 Corintios, 8:9 Pero mirad
que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles.
Aunque deben abstenerse de
juzgarse unos a otros en asuntos de poca importancia, los creyentes deben
considerar como estimularse unos a otros a ser verdaderamente como Cristo y a
ser santos en lo que respecta a la fe, la doctrina y la moral (Hechos, 10:24).
Esto incluye evaluarse (1
Tesalonicenses, 5:21, 1 Juan, 4:1), corregirse y censurarse unos a otros con
sinceridad, amor y humildad (Lucas, 17:3) y, cuando sea necesario, ejercer la
disciplina eclesial (1 Corintios, 5:12-13, 2 Tesalonicenses, 3:6, 14, 1
Timoteo, 5:20-21, 2 Timoteo, 2:24-26, 4:2).
Romanos,
14:14 Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; más
para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es.
La expresión “yo sé, y confío
en el Señor Jesús” implica que el entendimiento de los creyentes de las
verdades espirituales proviene de su relación con Cristo, a través del Espíritu
Santo. Ellos deben vivir a la luz del entendimiento que poseen.
La expresión “nada es inmundo
en sí mismo” implica, en efecto, que nada en la creación es malo en sí mismo. Es
muy difícil para algunos cristianos aceptar la verdad de que todas las cosas en
el mundo físico son puras.
Pablo declara repetidamente
que todas las cosas son puras:
Romanos, 14:20 Todas las cosas
a la verdad son limpias;
1 Corintios, 10:25 De todo lo
que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de
conciencia; 10:26 porque del Señor es la tierra y su plenitud;
1 Timoteo, 4:4 Porque todo lo
que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de
gracias;
Tito, 1:15 Todas las cosas son
puras para los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada les es puro;
pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.
La expresión “más para el que
piensa que algo es inmundo, para él lo es”, implica que los creyentes deben
evaluar sus acciones por sus conciencias. Aún si están mal informados acerca de
un determinado asunto, ellos deben caminar en la luz que poseen delante Dios y
tampoco deben juzgar a otros creyentes por la luz que estos poseen, especialmente
en áreas ambiguas.
Romanos,
14:15 Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas
conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por
quien Cristo murió.
Lo que realmente determina
nuestro estilo de vida es el amor y no nuestros derechos, nuestra
responsabilidad y no nuestra libertad.
A esto se le conoce con
frecuencia como "la ley de la libertad" o "la ley real" o "la
ley de Cristo":
Santiago, 1:25 Mas el que mira
atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella,
no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado
en lo que hace.
Santiago, 2:8 Si en verdad
cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a
ti mismo, bien hacéis;
Gálatas, 6:2 Sobrellevad los
unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
La frase “no hagas que por la
comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió” es un “presente imperativo”
con la “partícula negativa NO”, lo cual implica “detener un acto en proceso”. La
libertad de algunos cristianos (más fuertes) no debiera causar la destrucción
de otros cristianos (más débiles).
La expresión “se pierda aquel
por quien Cristo murió” no se refiere a la pérdida de la salvación, sino a la
pérdida de la paz debido a la convicción que el Espíritu Santo ha producido en el
“hermano más débil”, que ha violado sus convicciones personales por causa del
“hermano más fuerte”.
Romanos,
14:16 No sea, pues, vituperado vuestro bien;
La expresión “no sea, pues,
vituperado vuestro bien”, es un “presente imperativo” con la “partícula
negativa NO”, lo cual implica “detener un acto en proceso”.
Ese "bien", en este
versículo, se refiere a las acciones del “hermano más fuerte”. Si un “cristiano
fuerte” actúa, en su libertad, de tal manera que los “hermanos más débiles” son
dañados espiritualmente, entonces el "bien" se convierte en una
oportunidad para el maligno.
Romanos,
14:17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo
en el Espíritu Santo.
El reino de Dios no debe quedar
definido por cuestiones vanas y superfluas como la comida y/o la bebida (lo que
se come y/o lo que se bebe) sino por sus atributos esenciales: la justicia, la
paz y el gozo. Es el Espíritu Santo que da estas cualidades, tanto a los
creyentes individualmente como a la comunidad de fe. Estas son características
de la familia de Dios.
Romanos,
14:18 Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por
los hombres.
Los creyentes (más fuertes)
que auto limitan su libertad por causa de los “hermanos más débiles”, en
realidad le están haciendo un servicio a Cristo mismo. No hay mejor manera de
afirmar nuestro amor por Cristo que amando, cuidando y protegiendo a aquellos
(mas débiles) por quienes Cristo también murió.
La frase “aprobado por los
hombres” puede estar referida a que esta auto limitación ejercida por los
“hermanos más fuertes” puede servir,
incluso, para dar testimonio al mundo incrédulo.
Esto encuentra su correlato
en:
2 Corintios, 8:21 procurando
hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de
los hombres.
1 Pedro, 2:12 manteniendo
buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran
de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación,
al considerar vuestras buenas obras.
Dependiendo del cómo nos
tratemos unos a otros dentro de la comunidad de la fe podemos dar testimonio
(positivo o negativo) a los incrédulos.
Romanos,
14:19 Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
La palabra “sigamos” significa
“seguir con empeño” o “dedicarse enfáticamente a adquirir”.
La “paz” y la “mutua
edificación” debieran configurar la meta del creyente en todas las cosas. La
libertad personal y el entendimiento teológico deben guiar a la estabilidad y
al crecimiento del cuerpo de Cristo.
Romanos,
14:20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la
verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que
come.
La expresión “no destruyas la
obra de Dios” es un “presente imperativo” con la “partícula negativa NO”, lo
cual implica “detener un acto en proceso”.
¿Cuál es la "obra de
Dios" en este contexto?. La “obra de Dios”, aquí, se refiere a la
actividad del Espíritu Santo en la vida del “cristiano más débil”.
En cuanto a lo sacrificado a
los ídolos, Pablo escribe:
1 Corintios, 8:4 Acerca, pues,
de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en
el mundo, y que no hay más que un Dios. 8:5 Pues aunque haya algunos que
se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos
señores), 8:6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del
cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor,
Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de
él. 8:7 Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados
hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia,
siendo débil, se contamina. 8:8 Si bien la vianda no nos hace más aceptos
ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos
menos. 8:9 Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero
para los débiles. 8:10 Porque si alguno te ve a ti, que tienes
conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel
que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los
ídolos? 8:11 Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por
quien Cristo murió. 8:12 De esta manera, pues, pecando contra los hermanos
e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. 8:13 Por lo cual, si
la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no
poner tropiezo a mi hermano.
La carne no es ni buena ni
mala, pero si el “hermano más débil”, que piensa que es inapropiada, ve a otro “hermano
más fuerte” comerla y él también la come, aquello que era moralmente neutro se
convierte en algo malo, porque está violando su conciencia (convicción)
personal de la voluntad de Dios.
Romanos,
14:21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece,
o se ofenda, o se debilite.
Este versículo está dirigido
al "hermano más fuerte”, quien debe limitarse a sí mismo en amor a sus “hermanos
más débiles” y a personas (aun inconversas) que están buscando la verdad.
Pablo escribe “bueno es no
beber vino…” pero esta no es una afirmación absoluta sino condicionada a si esa
acción (beber vino u otra bebida alcohólica) hace tropezar, ofende o debilita la fe de un “hermano más débil”.
Romanos,
14:22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que
no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
Esta es una reafirmación de
que un creyente debe vivir a la luz de su conciencia, guiada por el Espíritu
Santo. Este versículo se refiere al “hermano fuerte”, quien debe andar en la
luz que posee.
Romanos,
14:23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con
fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.
Este versículo está dirigido
al cristiano demasiado escrupuloso, es decir, al “hermano más débil”.
La expresión “es condenado”, no
se refiere a la pérdida de la salvación, sino a la pérdida de la paz debido a
la convicción que el Espíritu Santo ha producido en el “hermano más débil”, que
ha violado sus convicciones personales.
En áreas bíblicas ambiguas, el
pecado es una violación de nuestra propia conciencia (convicción), más que una violación de
la ley. Debemos andar en la luz que tenemos, estando siempre abiertos a recibir
más luz de la Biblia y del Espíritu Santo.
La Biblia define la fe como:
Hebreos, 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
La expresión de Pablo "todo lo que no proviene de fe, es pecado" significa que, en ambiguas cuestiones, todo lo que no proviene de la convicción personal, es pecado, como si se violara la ley misma.
La Biblia define la fe como:
Hebreos, 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
La expresión de Pablo "todo lo que no proviene de fe, es pecado" significa que, en ambiguas cuestiones, todo lo que no proviene de la convicción personal, es pecado, como si se violara la ley misma.
El entendimiento de la voluntad
de Dios por parte de los creyentes, debe determinar sus acciones. Es posible
que cristianos maduros sostengan diferentes puntos de vista en asuntos que
resultan bíblicamente ambiguos y sin embargo que ambos estén en la voluntad de
Dios.
Pablo termina su exposición en
el inicio de Romanos, 15 donde podemos leer:
Romanos, 15:1 Así que, los que
somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no
agradarnos a nosotros mismos. 15:2 Cada uno de nosotros agrade a su
prójimo en lo que es bueno, para edificación. 15:3 Porque ni aun Cristo
se agradó a sí mismo;
Desatender
las convicciones de otras personas para complacerse a uno mismo destruye la
obra de Dios. Por el contrario, vivir de modo abnegado para ayudar a los demás,
fortalece el reino de Dios. Pablo señala el ejemplo de Cristo, quien no vivió
para satisfacer sus propios intereses sino los de los de demás.
Palabras finales:
[+] En muchos casos, la Biblia
no deja ningún tipo de duda de que estamos en presencia de un pecado:
1 Corintios, 6:9 ¿No sabéis
que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios,
ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, 6:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
Apocalipsis, 21:8 Pero los
cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros,
los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con
fuego y azufre, que es la muerte segunda.
[+] Hay otros casos, respecto
de los cuales podemos discernir que estamos en presencia de un pecado porque, a
pesar de no estar puntualmente mencionado, indirectamente viola algún pasaje de
las Escrituras. Un claro ejemplo es “fumar”.
Por un lado, Pablo escribe que
somos templo del Espíritu Santo:
1 Corintios, 3:16 ¿No sabéis
que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
1 Corintios, 6:19 ¿O ignoráis
que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el
cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Por el otro, Pablo advierte a
quienes destruyan el templo de Dios:
1 Corintios, 3:17 Si alguno
destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios,
el cual sois vosotros, santo es.
Fumar, entonces, implica:
[1]
destruir el templo de Dios (porque daña nuestro cuerpo); y
[2]
profanar (con humo) el templo de Dios, que es santo;
[+]
En lo tocante a la comida, nuestro Señor Jesucristo nos ha regalado el
siguiente principio:
Mateo,
15:11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de
la boca, esto contamina al hombre. 15:17 ¿No entendéis que todo lo
que entra en la boca va al vientre, y es echado en la
letrina? 15:18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y
esto contamina al hombre.
[+]
Y, finalmente, existen áreas ambiguas, donde la Biblia no es contundente.
La Biblia, por ejemplo, condena
el pecado de “borrachera” (1 Corintios, 6:10), pero, aunque todos los borrachos
toman vino o bebidas alcohólicas, no todo el que toma vino o bebidas alcohólicas
es un borracho. Entonces ¿es pecado tomar vino o alguna bebida alcohólica, sin
ser un borracho?.
En cuestiones ambiguas como
estas (y otras), los principios a aplicar son los que hemos visto:
[+] la motivación y la actitud
que tengamos ante Dios son las verdaderas claves para evaluar nuestras
acciones;
[+] los creyentes deben evaluar
sus acciones por sus conciencias, aún si ellos están mal informados acerca de
un determinado asunto, ellos deben caminar en la luz que poseen delante Dios;
[+] el entendimiento de la
voluntad de Dios por parte de los creyentes, debe determinar sus acciones;
[+] los creyentes no deben
juzgar a otros creyentes por la luz que estos poseen, sobre un determinado
asunto;
[+] los “cristianos más
fuertes” no deben actuar, en su libertad, de tal manera que los “cristianos más
débiles” sean dañados espiritualmente;
[+] en áreas bíblicas
ambiguas, el pecado es una violación de nuestra propia conciencia, más que una
violación de la ley;
[+] debemos andar en la luz que
tenemos, estando siempre abiertos a recibir más luz de la Biblia y del Espíritu
Santo;
QUE
DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!
Maestro de la Palabra –
Ministerio REY DE GLORIA