martes, 2 de marzo de 2021

SERIE BOSQUEJOS DE LOS LIBROS DE LA BIBLIA: # 43 - JUAN

 


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JUAN 

Autor: Juan 

Tema: Jesús, el Hijo de Dios 

Fecha: 80 – 95 d.C. 

Propósito 

Juan declara el propósito de su Evangelio en:

Juan, 20:31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. 

Trasfondo 

El Evangelio de Juan es único entre los cuatro Evangelios. Relata mucho del ministerio de Jesús en Judea y en Jerusalén que omiten los otros tres Evangelios y revela más a fondo el misterio de la personalidad de Jesús. 

Según varias fuentes antiguas, los ancianos de la iglesia de Asia le pidieron al anciano apóstol Juan, mientras residía en Éfeso, que escribiera este “evangelio espiritual” para contrarrestar y refutar una peligrosa herejía concerniente a la naturaleza, persona y deidad de Jesucristo, dirigida por un judío persuasivo llamado Cerinto. El Evangelio de Juan aun sirve a la iglesia como profunda declaración teológica de “la verdad” encarnada en Jesucristo. 

Autoría 

Se identifica al autor de modo indirecto como “el discípulo a quien Jesús amaba” (Juan, 13:23, 19:26, 20:2, 21:7, 20). El testimonio del cristianismo antiguo y la evidencia interna del Evangelio de Juan señalan como autor a Juan hijo de Zebedeo, uno de los doce apóstoles originales y del círculo íntimo de Jesús (Pedro, Jacobo y Juan). 

Estructura 

El cuarto Evangelio presenta pruebas bien seleccionadas de que Jesús es el Mesías prometido a Israel y el Hijo de Dios encarnado (no adoptado). 

Las pruebas que lo corroboran, incluyen:

 

[a] siete señales (Juan, 2:1-11, 4:46-54, 5:2-18, 6:1-15, 6:16-21, 9:1-41, 11:1-46) y siete discursos (Juan, 3:1-21, 4:4-42, 5:19-47, 6:22-59, 7:37-44, 8:12-30, 10:1-21), con los cuales Jesús reveló con claridad su verdadera identidad;


[b] siete declaraciones de Jesús que comienzan con “Yo soy” (Juan, 6:35, 8:12, 10:7, 10:11, 11:25, 14:6, 15:1), con las cuales Jesús reveló, de manera figurada, lo que Él es con relación a la redención de la raza humana; y


[c] la resurrección física de Jesús como señal por excelencia y la prueba máxima de que Él es “el Cristo, el Hijo de Dios” (Juan, 20:31); 

El Evangelio de Juan consta de dos divisiones principales:

 

[1] Juan, 1 – 12 presentan la encarnación y el ministerio público de Jesús; a pesar de las siete señales convincentes, los siete discursos profundos y las siete declaraciones de Jesús que comienzan con la frase  “Yo soy”, los judíos no lo aceptaron como su Mesías; y


[2] Juan, 13 – 21 muestran que, ante el rechazo, Jesús consideró a sus apóstoles como el núcleo del pueblo del Nuevo Pacto (la iglesia); estos capítulos incluyen la ultima cena de Jesús (Juan, 13), sus últimos discursos (Juan, 14 – 16) y su última oración por sus discípulos (Juan, 17) y por todos los creyentes; el Nuevo Pacto se inició y estableció con su muerte (Juan, 18 – 19) y resurrección (Juan, 20 – 21); 

Características especiales 

Ocho énfasis o aspectos principales caracterizan el Evangelio de Juan:

 

[1] enfatiza la deidad de Jesús como “el Hijo de Dios”; desde el prólogo de Juan, con su gran declaración “vimos su gloria” (Juan, 1:14), hasta la conclusión con la confesión de Tomas “Señor mío, y Dios mío” (Juan, 20:28), Jesús es el Hijo de Dios encarnado;

[2] el verbo “creer” o algunos de sus derivados aparece 98 veces y es el equivalente de recibir a Cristo (Juan, 1:12);

[3] la “vida eterna” es un concepto clave de Juan que se refiere no tanto a la existencia sin fin sino, más bien, al cambio cualitativo de la vida actual, que ocurre por la unión con Cristo y produce la libertad de la esclavitud al pecado y a los demonios y un conocimiento progresivo y la comunión con Dios;

[4] encuentros personales con Cristo son presentados a través de todo este Evangelio no menos de 27 veces; 

[5] el ministerio del Espíritu Santo capacita a los creyentes para tener la vida y el poder de Jesucristo de manera creciente, después de la muerte y la resurrección de Cristo;

[6] enfatiza la “verdad”: Jesucristo es la verdad, el Espíritu Santo es el Espíritu de verdad y la Palabra de Dios es verdad; la verdad libera a las personas (Juan, 8:32), las limpia (Juan, 15:3) y es lo contrario a la naturaleza y a la actividad de satanás (Juan, 8:44-47, 51);

[7] el número siete es prominente en el Evangelio de Juan: siete señales, siete discursos y siete afirmaciones de Jesús que comienzan con la frase “Yo soy”, atestiguan quien es Jesús (igual a la importancia del número siete en el libro de Apocalipsis escrito también por Juan); y

[8] otras palabras sobresalientes que Juan emplea con frecuencia son: palabra, luz, carne, amor, testigo, conocer, tinieblas y mundo; 

Cristo en Juan 

Cristo es “el Hijo de Dios”: 

Juan, 10:36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?  

Juan, 1:49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.  

Juan, 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.  

Juan, 11:4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.  

Juan, 5:25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.  

Juan, 9:33 Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.  

Juan, 20:31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. 

Observaciones adicionales 

Apocalipsis, 4:6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.

El versículo anterior, perteneciente al Libro de Apocalipsis, menciona cuatro “seres vivientes” que rodean el trono de Dios. Estos seres vivientes son ángeles pertenecientes a la categoría de los QUERUBINES. Estos seres celestiales están también mencionados en el libro del profeta Ezequiel (Ezequiel, 1:13-24, 3:12-13, 10:9-14). 

Dos QUERUBINES enfrentados uno con el otro, mirando hacia abajo y con las alas extendidas adornaban la parte superior (llamada “Propiciatorio”) del objeto más sagrado del mundo: el Arca de la Alianza. 

Éxodo, 37:6 Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. 37:7 Hizo también los dos querubines de oro, labrados a martillo, en los dos extremos del propiciatorio. 37:8 Un querubín a un extremo, y otro querubín al otro extremo; de una pieza con el propiciatorio hizo los querubines a sus dos extremos. 37:9 Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio; y sus rostros el uno enfrente del otro miraban hacia el propiciatorio. 

La palabra querubín proviene del hebreo “Kerub”, que significa muy cercano o próximo y se refiere a los ángeles más cercanos a Dios. 

Cuatro ángeles QUERUBINES, entonces, rodean el trono de Dios. Continúa el libro de Apocalipsis describiendo a estos seres: 

Apocalipsis, 4:7 El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. 4:8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.  

¿Quiénes son o que representan estos cuatro seres vivientes?. Representan los cuatro Evangelios del NT: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. 

El PRIMER SER VIVIENTE es un LEON y representa al Evangelio de MATEO. Mateo no fue un Evangelio escrito para los romanos, ni para los griegos o gentiles (los no judíos). Fue escrito para los judíos. Si hay un Evangelio que describe a Jesús como el Mesías judío, la expectativa mesiánica completada y concretada en El, es Mateo. En Mateo se presenta a Jesús como el LEON DE JUDA. El Mesías Rey, el Rey León que conquista Israel y las naciones. Jesús es presentado como el Rey de Reyes, el Rey de Israel. Jesús es Ariel, el León de Dios. 

El SEGUNDO SER VIVIENTE es un BECERRO y representa a MARCOS. El becerro es utilizado por Israel para ofrecer sacrificios a Dios. El tema central del Evangelio de Marcos es demostrar que Jesús es el CORDERO DE DIOS, el becerro que se dio en ofrenda por nuestros pecados. 

El TERCER SER VIVIENTE tenía rostro como de HOMBRE. No “de hombre” sino “como de hombre”, lo cual significa que este ser viviente representa al Mesías en su lado humano. Representa al Evangelio de LUCAS. El tema central del Evangelio de LUCAS es demostrar que Jesús es el HOMBRE PERFECTO. Además del Evangelio que lleva su nombre, LUCAS escribió el Libro de los Hechos de los Apóstoles. 

El CUARTO SER VIVIENTE era semejante a un AGUILA volando. Representa a JUAN, el cuarto Evangelio. El tema central del Evangelio de JUAN no es presentar a Jesús como REY, ni como CORDERO, ni como el HOMBRE PERFECTO, sino como DIOS mismo, como el VERBO DE DIOS. 

Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, más allá de las particularidades de cada uno, tienen muchos puntos de contacto entre sí. El Evangelio de Juan, en cambio, es un poco diferente de los otros tres. 

 

DIOS TE BENDIGA!

Marcelo D. D’Amico

Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA