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1 CRONICAS
Autor: posiblemente Esdras
Tema: la historia “redentora” de Israel
Fecha: 450 - 420 a.C.
Propósito
1 y 2 Crónicas se escribieron para volver a conectar con sus antepasados y su historia redentora a los judíos exiliados que regresaron. Al hacerlo, subrayaron tres puntos:
[1] la
importancia para los judíos de conservar su herencia racial y espiritual;
[2] la importancia de la ley, el templo y el
sacerdocio en su relación en curso con Dios, mucho más importante que su
lealtad a un rey terrenal; y
[3] la esperanza máxima de Israel en la promesa de
Dios de que un descendiente mesiánico de David se sentaría en el trono para
siempre (1 Crónicas, 17:14);
Trasfondo
En 722 a.C. cae el reino del norte (formado por todas las tribus de Israel, excepto Judá y Benjamín, con capital en Samaria) a manos del imperio asirio. En 586 a.C. cae el reino del sur (formado por las tribus de Judá y Benjamín, con capital en Jerusalén, donde estaba el - primer - templo) a manos del imperio babilónico comandado por el rey Nabucodonosor, quien se llevó cautivos a muchos israelitas a Babilonia. Sin embargo, la deportación de israelitas a Babilonia, en el reino del sur, se produjo en tres etapas:
[1] en 605 a.C. se produjo la
primera deportación a Babilonia de jóvenes selectos, entre los cuales estaba el
profeta Daniel;
[2] en 597 a.C. se produjo la
segunda deportación a Babilonia, entre los cuales estaba el también joven
profeta Ezequiel; y
[3] finalmente, en 586 a.C.,
junto con la destrucción de Jerusalén y el Templo, se produce la tercera y
última deportación de israelitas a Babilonia;
Este exilio, que duro 70 años, fue la consecuencia de la desobediencia de Israel y fue profetizado por Jeremías (quien profetizo en el reino del sur):
Jeremías, 25:8 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: Por cuanto no habéis oído mis palabras, 25:9 he aquí enviaré y tomaré a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus moradores, y contra todas estas naciones en derredor; y los destruiré, y los pondré por escarnio y por burla y en desolación perpetua. 25:10 Y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara. 25:11 Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años.
La historia registrada en 1 y 2 Crónicas es preexílica (los hechos referidos ocurrieron antes del exilio). El origen y la perspectivas de los libros, sin embargo, son postexílicos (luego del exilio), escritos en la segunda mitad del siglo V a.C., algún tiempo después de que Esdras y una segunda compañía grande de judíos exiliados de Babilonia y Persia habían regresado a Palestina (457 a.C.).
Las invasiones y la destrucción de Jerusalén por el rey Nabucodonosor (606 - 586 a.C.), junto con los consiguientes setenta años de exilio en Babilonia, habían aplastado muchas esperanzas e ideales de los judíos como el pueblo del pacto. Por eso, los exiliados que regresaron a reconstruir Jerusalén y el templo necesitaban un fundamento espiritual, es decir, un sentido de identidad con su historia redentora y una comprensión del carácter de su fe presente y su esperanza futura como el pueblo del pacto. 1 y 2 Crónicas fueron escritos para satisfacer esa necesidad de los exiliados que regresaron.
Autoría
Los libros de 1 y 2 Crónicas, Esdras y Nehemías fueron escritos para los judíos que habían regresado a Palestina del exilio y se parecen mucho en estilo, lenguaje, perspectiva y propósito. Los eruditos comúnmente creen que todos estos libros fueron la obra de un único autor o compilador que, según el Talmud (libro de reflexiones rabínicas sobre el AT hebreo) y la mayoría de los eruditos judíos y cristianos de la antigüedad, fue Esdras, el sacerdote y escriba.
Como 1 y 2 Crónicas se escribieron con una perspectiva sacerdotal y probablemente durante la vida de Esdras y puesto que los versículos finales de 2 Crónicas (2 Crónicas, 36:22-23) se repiten en Esdras, 1:1-3, se comprueba la tradición talmúdica de que Esdras fue el cronista autor de las Crónicas.
El autor consulto numerosas fuentes escritas al escribir Crónicas, inclusive ciertos libros del AT y crónicas no canónicas (que no forman partes de las Escrituras) de reyes y profetas (1 Crónicas, 29:29, 2 Crónicas, 9:29, 12:15, 20:34, 32:32). Según el libro apócrifo 2 Macabeos (2 Macabeos, 2:13-15), Nehemías, durante su gobierno, estableció una biblioteca en Jerusalén, en la cual coloco numerosas crónicas de reyes y profetas. En su calidad de líder espiritual, Esdras tenía acceso a todos los documentos disponibles para usarlos en la compilación de 1 y 2 Crónicas. Esta es una tradición antigua y puede con precisión reflejar los medios por los cuales el Espíritu Santo guio e inspiro la composición de estos dos libros.
Estructura
Aunque el origen y la perspectiva de 1 y 2 Crónicas son postexílicos, contienen una visión panorámica de la historia del AT desde Adán hasta el decreto de Ciro (538 a.C.), cuando se les permitió a los judíos que regresaran a su país desde el exilio en Babilonia y Persia. El libro 1 Crónicas está organizado en torno a dos temas principales:
[1] la historia genealógica de Israel (1 Crónicas, 1 al 9);
1 Crónicas, 1 al 9 trazan la singular historia redentora de Israel, desde Adán hasta Abraham, David y el exilio babilónico. La tribu de Judá se coloca primero entre los doce hijos de Jacob porque el linaje de David, el templo y el Mesías vinieron de Judá. Las genealogías revelan que Dios eligió y conservo un remanente para si desde el comienzo de la historia humana hasta el presente, después del exilio. La perspectiva sacerdotal de este libro se nota en la atención especial dada a las familias de los sacerdotes y levitas.
[2] el reinado del rey David (1 Crónicas, 10 al 29);
1 Crónicas, 10 al 29 se dedican
al reinado de David. Se exalta a los valientes de David (1 Crónicas, 11 y 12) y
sus grandes victorias (1 Crónicas, 14 y 18 al 20). También se destaca a los
levitas, sacerdotes y músicos en su administración (1 Crónicas, 23 al 26). El
autor puso énfasis en que David recupero el Arca del Pacto y estableció a Jerusalén como centro del culto en Israel (1 Crónicas,
13 al 16, 22 y 28 al 29).
A diferencia de 2 Samuel (que también cuenta la historia del rey David), 1 Crónicas no menciona los pecados terribles de adulterio (con Betsabé) y homicidio (de Urías) de David y las consecuencias trágicas de tales pecados. A diferencia de 2 Samuel, 1 Crónicas inserta las provisiones diligentes y detalladas para la construcción del templo y el establecimiento del culto de Dios, el Señor.
Bajo la guía del Espíritu Santo, estas omisiones y adiciones de 1 Crónicas (en comparación con 1 Samuel) tenían el propósito de satisfacer las necesidades del pueblo de Dios en la comunidad postexilica. Tal vez no edificaba hablarle a un pueblo, que venía de setenta años de exilio en Babilonia, de las consecuencias trágicas de los pecados de David y si edificaba poner énfasis en la construcción del templo y en el establecimiento del culto.
Características especiales
Cinco aspectos o énfasis especiales caracterizan a 1 Crónicas:
[1] cubre aproximadamente el mismo periodo histórico de 1 y 2 Samuel;
[2] sus genealogías (1 Crónicas,
1 al 9) son las más largas y completas de la Biblia; 1 y 2 Crónicas ocupaban el
último lugar en la disposición original hebrea de los libros del AT, de modo
que dieron inspiración y contenido a las genealogías del Mesías al comienzo del
NT;
[3] describe de manera vivida el
avivamiento y la restauración sin precedentes de todas las formas de adoración
cuando David llevo el Arca del Pacto a Jerusalén (1 Crónicas, 15 al 16);
[4] pone énfasis en el pacto de Dios
con David (1 Crónicas, 17) como el enfoque central de la esperanza de Israel
del Mesías prometido; y
[5] su historia selectiva refleja
la perspectiva sacerdotal del autor inspirado en lo concerniente al
restablecimiento del templo, la ley y el sacerdocio en la comunidad postexilica
de Jerusalén;
Cumplimiento en el NT
El registro genealógico desde Adán hasta el exilio en Babilonia, incluso los reyes davídicos y sus descendientes (1 Crónicas, 3 al 4), provee la información necesaria para las genealogías del NT de Jesús el Mesías en Mateo (Mateo, 1:1-17) y de Jesús el Hijo de Dios en Lucas (Lucas, 3:23-28). El retrato de David en 1 Crónicas, sentado sobre el trono del Señor y gobernando su reino (1 Crónicas, 17:14), anuncia la venida del mesiánico “Hijo de David”, Jesucristo.
Confiabilidad histórica
Ciertos críticos descuidados han considerado a Crónicas como historia inventada o distorsionada y, por ende, menos confiable que la registrada en Samuel y Reyes. Es verdad que Crónicas es una historia muy selectiva. No es verdad, sin embargo, que sea inventada o que no sea confiable. Es cierto que Crónicas hace hincapié en los mejores aspectos de la historia judía. No es verdad, sin embargo, que niegue sus fracasos:
1 Crónicas, 21:1 Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel.
Cuando omite la historia registrada en Samuel y Reyes, el cronista supone que los lectores conocen tales libros. Tanto los juicios proféticos de los libros de Samuel y Reyes como las esperanzas sacerdotales de Crónicas son verdaderos y necesarios. Muchas declaraciones históricas halladas solo en 1 Crónicas han sido autenticadas como confiables por descubrimientos arqueológicos (ninguna se encontró insostenible). El estudio cuidadoso también ha provisto explicaciones legitimas respecto al problema superficial de cifras grandes en Crónicas.
Crónicas 1 y 2 constituyen parte importante y confiable de toda la historia del Antiguo Pacto inspirada por Dios.
Cristo en 1 Crónicas
Cristo es “nuestro Rey que gobierna”:
1 Reyes, 1:13 Ve y entra al rey David, y dile: Rey señor mío, ¿no juraste a tu sierva, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono? ¿Por qué, pues, reina Adonías?
DIOS TE BENDIGA!
Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA