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AMÓS
Autor: Amós
Tema: juicio, justicia y retribución divina por el pecado
Fecha: 760 – 755 a.C.
Propósito
La prosperidad de Israel solo
sirvió para profundizar su corrupción. Cuando Dios, misericordiosamente, envió
a Amós a Betel, a proclamar el mensaje “arrepiéntanse o perecerán”, expulsaron
al profeta de la ciudad y le ordenaron que no volviera a profetizar allí (lo
contrario a la reacción de Nínive al mensaje de Jonás). Parece que, en aquel
momento o poco después, Amós regreso a su lugar de residencia en Judá y puso su
mensaje por escrito. Su propósito, al hacerlo, fue:
[1] entregar una copia escrita de su advertencia
profética al rey Jeroboam II; y
[2] difundir el mensaje por todo Israel (y Judá) acerca de la certeza del juicio inminente de Dios sobre Israel y las naciones vecinas, a menos que se arrepintieran de su idolatría, inmoralidad e injusticia;
La destrucción de Israel ocurrió tres décadas después.
Trasfondo
Amós
fue un profeta del siglo VIII a.C., contemporáneo de Jonás y Oseas en Israel.
En Amós, 1:1 revela cuatro hechos importantes acerca de si mismo:
[1] era pastor de bueyes (Amós,
7:14 añade: “y recojo higos silvestres”) de Tecoa, una aldea de Judá a unos 20
km al sur de Jerusalén;
[2] “vio” su mensaje (tuvo
visiones proféticas, Amós, 7:1, 4, 7, 8:1-2, 9:1) acerca de Israel, el reino
del norte; aunque era laico y no tenía la posición oficial de profeta, Dios, no
obstante, le dio el cargo y ministerio proféticos para el rebelde reino del
norte de Israel (Amós, 7:14-15); el nombre Amós significa “cargado” o
“cargador”;
[3] el ministerio de Amós a Israel ocurrió durante los días en que Uzías fue rey de Judá (el reino del sur) y Jeroboam II fue rey de Israel (el reino del norte); el reinado de esos dos reyes coincidió durante los años 767 – 753 a.C.; es probable que el ministerio de Amós fuera en 760 – 755 a.C.; y
[4] Amós profetizo durante los dos años anteriores al “terremoto”; los arqueólogos han hallado evidencias de un gran terremoto destructor de ese periodo en sitios de Israel, inclusive en su capital Samaria; Zacarías menciona el mismo terremoto (Zacarías, 14:5) más de 200 años después, hecho que indica que, en verdad, fue un sismo grande; la referencia en Amós sugiere que él lo considero como confirmación de su mensaje y ministerio proféticos a Israel (Amós, 9:1);
Cuando Amós profetizó al reino del norte a mediados del siglo VIII a.C., la nación (por fuera) estaba en su esplendor en cuanto a la expansión territorial, la paz política y la prosperidad nacional pero (por dentro) estaba podrida. La hipocresía y la religión idólatra eran populares, la sociedad era indulgente (tolerante, benevolente) en sumo grado, la inmoralidad estaba generalizada, el sistema judicial era corrupto y la opresión de los pobres era común. En respuesta al llamamiento de Dios, Amós fue a Betel, donde tenía su residencia el rey Jeroboam II. El pueblo también era un centro religioso lleno de personas que iban a adorar. Allí, Amós proclamó con valor su mensaje de juicio, justicia y retribución divina por el pecado, a un pueblo que no quería oír lo que el Señor tenía para decirles.
Autoría
No hay razones para pensar que Amós no sea al autor del libro del AT que lleva su nombre.
Estructura
El
libro se divide naturalmente en tres secciones principales:
[1] en Amós, 1:3 – 2:16 Amós
primero dirige su mensaje de juicio a siete naciones de alrededor de la tierra
de Israel, inclusive a Judá; después del juicio a las otras naciones (Amós, 1:3
– 2:5), Amós describe con claridad los pecados de Israel y el juicio de Dios
contra el reino del norte (Amós, 2:6-16); esta sección da el tono para el
mensaje de juicio del libro, que daría como resultado la destrucción nacional y
el exilio;
[2] Amós, 3:1 – 6:14 registra
tres mensajes atrevidos y cada uno comienza con la frase “oíd esta palabra”
(Amós, 3:1, 4:1, 5:1):
[a] en el primer mensaje Dios acusa a Israel como un pueblo privilegiado al cual libero de la esclavitud en Egipto: “A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades” (Amós, 3:2);
[b] el segundo mensaje comienza
dirigiéndose a las mujeres ricas de Samaria así: “Vacas de Basán….. que oprimís
a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores:
Traed y beberemos” (Amós, 4:1); Amós profetizo que ellas serian llevadas en
cautividad con ganchos y anzuelos de
pescador como su juicio justo de Dios (Amós, 4:2-3); Amós tenia palabras
semejantes para los mercaderes deshonestos, los gobernantes corruptos, abogados
y jueces oportunistas y sacerdotes y profetas transigentes;
[c] Amós, 5 – 6 da una lista de
los aborrecibles pecados de Israel y Amós llama al pueblo al arrepentimiento:
“Ay de los reposados en Sion…! (Amós, 6:1); la ruina y la retribución terribles
por el pecado vendrían con seguridad;
[3] Amós, 7:1 – 9:10 registra cinco visiones proféticas de Amós acerca del juicio inminente de Dios. La cuarta visión describe de modo grafico a Israel como un canastillo de fruta madura de verano que pronto se expondría como podrida al calor del juicio de Dios (Amós, 8:1-14); en la última visión se ve a Dios sobre el altar, listo para derribar la ciudad capital de Samaria y al reino decadente (Amós, 9:1-10); el libro concluye con una promesa breve pero poderosa de restauración futura para el remanente que sobreviviera (Amós, 9:11-15);
Características especiales
Seis
aspectos o énfasis principales caracterizan el libro de Amós:
[1] es principalmente un clamor
profético por la justicia y la rectitud basadas en el carácter de Dios;
mientras Oseas se sentía agobiado por la infidelidad de Israel a Dios, Amós
estaba enfurecido por la violación, por parte de Israel, de las normas de Dios
de juicio y justicia para su pueblo;
[2] ilustra con claridad lo
aborrecible que es la religión para
Dios, cuando va separada de la conducta justa en la vida diaria;
[3] su estilo es de absoluta y
enérgica confrontación; la confrontación de Amós con el sacerdote Amasías
(Amós, 7:10-17) es una escena típica de la profecía hebrea;
[4] su estilo osado y vigoroso
refleja la lealtad, firme e inflexible, del profeta a Dios y a sus justas
normas para el pueblo del pacto;
[5] demuestra que Dios está dispuesto a emplear a personas temerosas de El que no tengan credenciales ministeriales para proclamar su mensaje en una época de profesionalismo; y
[6] tiene numerosos pasajes bien conocidos, tales como: Amós, 3:3, 7, 4:6-12, 5:14-15, 21-24, 6:1, 7:8, 8:11, 9:13.
Cumplimiento en el NT
El mensaje de Amós se ve con más claridad en la enseñanza de Jesús y en el libro de Santiago en el NT. Tanto Jesús como Santiago pusieron en práctica el mensaje de Amós de que el culto verdadero a Dios no es la observancia formal de ritos religiosos, sino “oír” y “hacer” la voluntad de Dios, demostrada en un trato justo y recto del prójimo (Mateo, 7:15-27, 23, Santiago, 2). Amós y Santiago también ponen énfasis en el principio de que “la verdadera religión exige una conducta justa”. Por último, Santiago cito Amós, 9:11-12 en el Concilio de Jerusalén (Hechos, 15:16-18) respecto a la admisión de no judíos en la iglesia.
Cristo en Amós
Cristo es “el Prendedor del Fuego”:
Amós,
2:5 Prenderé, por tanto, fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de
Jerusalén.
Amós,
7:4 Jehová el Señor me mostró así: He aquí, Jehová el Señor llamaba para juzgar
con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra.
DIOS TE BENDIGA!
Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA