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2 TIMOTEO
Autor: Pablo
Tema: resistencia firme
Fecha: 67 d.C.
Propósito
Consciente de que Timoteo era tímido y se enfrentaba al sufrimiento y percatándose de la posibilidad de una severa persecución desde fuera de la iglesia y de los falsos maestros dentro de ella, Pablo exhorta a Timoteo a proteger el Evangelio, predicar la Palabra, soportar el sufrimiento y cumplir su encargo.
Trasfondo
2
Timoteo es la última epístola de Pablo. Se escribió cuando el emperador Nerón
trataba de detener la propagación de la fe cristiana en Roma, mediante una
severa persecución a los creyentes. Pablo volvió a ser prisionero del emperador
en Roma (2 Timoteo, 1:16). Sufría privaciones como si fuera un delincuente
común (2 Timoteo, 2:9), abandonado por muchos de sus amigos (2 Timoteo, 1:15) y
consciente de que su ministerio había terminado y se acercaba su muerte (2
Timoteo, 4:6-8, 18).
Pablo escribe a Timoteo como a un “amado hijo” (2 Timoteo, 1:2) y colaborador fiel (Romanos, 16:21). Su cercanía a Timoteo y confianza en él se ven en que aparecen juntos como remitentes de seis epístolas, en la presencia de Timoteo con Pablo durante su primer encarcelamiento (Filipenses, 1:1, Colosenses, 1:1, Filemón, 1:1) y en las dos epístolas que Pablo le dirigió. Ante la ejecución inminente, Pablo le pide dos veces a Timoteo que se reúna con él en Roma de nuevo (2 Timoteo, 4:9, 21). Timoteo estaba todavía en Éfeso (2 Timoteo, 1:18, 4:19) cuando Pablo le escribió esta segunda epístola.
Autoría
1 y 2 Timoteo y Tito, comúnmente conocidas como “epístolas pastorales”, son de Pablo (1 Timoteo, 1:1, 2 Timoteo, 1:1, Tito, 1:1) a Timoteo (en Éfeso) y a Tito (en Creta) respecto al cuidado pastoral de las iglesias.
Algunos críticos han objetado que Pablo sea el autor de esas epístolas, pero la iglesia primitiva las coloco entre las epístolas auténticas de Pablo. Aunque se notan diferencias de estilo y vocabulario en las epístolas pastorales, al compararlas con los demás escritos de Pablo, las mismas pudieran explicarse por la edad avanzada de Pablo y su preocupación por los ministerios de Timoteo y de Tito.
Estructura
En 2
Timoteo, 1 Pablo confirma a Timoteo su continuo amor y sus oraciones y lo
exhorta a mantenerse fiel al Evangelio, sin transigir, a defender con
diligencia la verdad y a seguir su ejemplo.
En 2
Timoteo, 2 Pablo encarga a su hijo espiritual conservar la fe, transmitiendo
sus verdades a hombres de confianza que, a su vez, la enseñaran a otros (2
Timoteo, 2:2). Exhorta al joven pastor a que soporte el sufrimiento como un
buen soldado (2 Timoteo, 2:3), sirva a Dios con diligencia e interprete con
precisión la palabra de verdad (2 Timoteo, 2:15), se separe de todos los que se
alejan de la verdad apostólica (2 Timoteo, 2:18-21), se mantenga puro (2
Timoteo, 2:2) y trabaje con paciencia como maestro (2 Timoteo, 2:23-26).
En 2
Timoteo, 3 Pablo le informa a Timoteo que aumentaran el mal y la apostasía (2
Timoteo, 3:1-9), pero que él debe ser fiel, sin vacilaciones a su herencia y a
las Escrituras (2 Timoteo, 3:10-17).
En 2
Timoteo, 4 Pablo le encarga a Timoteo que predique la Palabra y cumpla con
todos los deberes de su ministerio (2 Timoteo, 4:1-5). Pablo concluye poniendo
al día a Timoteo con respecto a sus circunstancias presentes al enfrentarse al
fin y exhortándole a que vaya pronto (2 Timoteo, 4:6-22).
Características especiales
Esta
epístola tiene cinco características principales:
[1] contiene las últimas palabras
escritas de Pablo antes de ser ejecutado por orden de Nerón en Roma, unos 35
años después de su conversión a Cristo en el camino de Damasco;
[2] contiene una de las
declaraciones más claras de la Biblia acerca de la inspiración divina y del
propósito de las Escrituras (2 Timoteo, 3:16-17): Pablo enfatiza que las
Escrituras deben tener la interpretación correcta de los ministros de la
Palabra (2 Timoteo, 2:15) y exhorta a que se le encargue la Palabra de Dios a
hombres dignos de confianza, que puedan enseñar a otros (2 Timoteo, 2:2);
[3] la epístola abunda en
exhortaciones breves; por ejemplo, “que avives el fuego del don de Dios” (2
Timoteo, 1:6), “no te avergüences” (2 Timoteo, 1:8), “participa de las
aflicciones por el evangelio” (2 Timoteo, 1:8), “reten la forma de las sanas
Palabras” (2 Timoteo, 1:13), “guarda el buen deposito” (2 Timoteo, 1:14),
“esfuérzate en la gracia” (2 Timoteo, 2:1), “lo que has oído….. encarga” (2
Timoteo, 2:2), “sufre penalidades” (2 Timoteo, 2:3), “se diligente en la
Palabra” (2 Timoteo, 2:1), “evita” (2 Timoteo, 2:16), “huye… sigue” (2 Timoteo,
2:22), “ten en cuenta la apostasía que se avecina” (2 Timoteo, 3:1-9), “sigue
en la verdad” (2 Timoteo, 3:14), “que prediques la Palabra” (2 Timoteo, 4:2),
“haz obra de evangelista” (2 Timoteo, 4:5) y “cumple tu ministerio” (2 Timoteo,
4:5);
[4] los temas recurrentes de sus
muchas exhortaciones son mantenerse firme en la fe (a Jesucristo y a su
Evangelio apostólico original), protegerla de la tergiversación y la
corrupción, oponerse a los falsos maestros y predicar el verdadero evangelio
con inmutable perseverancia; y
[5] el testimonio de despedida de Pablo es un conmovedor ejemplo de valor y de esperanza frente al martirio seguro (2 Timoteo, 4:6-8);
Cristo en 2 Timoteo
Cristo es el mediador entre Dios y los hombres.
1 Timoteo, 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
Observaciones adicionales
Aunque toda la epístola es importante, no debiéramos dejar de leer y profundizar los siguientes pasajes:
[+] la imposición de manos para la transmisión de
dones (2 Timoteo, 1:6);
[+] un espíritu de poder, de amor y de dominio propio
(2 Timoteo, 1:7);
[+] el llamamiento no es por obras (2 Timoteo, 1:9);
[+] Pablo, predicador, apóstol y maestro de los
gentiles (2 Timoteo, 1:11);
[+] el Espíritu Santo morando en nosotros (2 Timoteo,
1:14, 1 Corintios, 3:16, 6:19);
[+] exigencia a los que militan en el reino de Dios (2
Timoteo, 2:4);
[+] características del siervo de Dios (2 Timoteo,
2:24-26);
[+] el carácter de los hombres en los días postreros (2
Timoteo, 3:1-9);
[+] el propósito de las Escrituras (2 Timoteo,
3:16-17);
[+] los falsos maestros (2 Timoteo, 4:3-4);
Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA
