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Te dejo el video donde predico acerca de este tema (el contenido del video es el mismo que el expuesto mas abajo):
No son nuestras obras
No son nuestras obras
Pablo
escribe:
Efesios, 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Efesios, 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Pablo dice
que la causa de la salvación es la gracia (cuando dice “por gracia sois
salvos”) y que la fe es el medio (cuando dice “por medio de la fe”) y que la
salvación (que es por gracia, por medio de la fe) es un “don” de Dios. La
palabra “don” significa aquí “regalo”. Es decir, para Pablo la salvación es un
regalo de Dios respecto del cual no tenemos que hacer nada para recibirlo (solo
tener fe). Y un regalo es exactamente eso: algo que recibimos sin haber hecho
absolutamente nada para merecerlo. Pablo también dice que la salvación no es
por obras “para que nadie se gloríe”, es decir, para que nadie pueda jactarse
(delante de Dios) de haberse salvado por sus propios medios.
Para Pablo
la fe es el “boleto de entrada” a la gracia (la verdadera causa de la
salvación):
Romanos, 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo; 5:2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria
de Dios.
En el lenguaje
de Pablo, la palabra “justificados” significa “salvos”, de modo que lo que
Pablo está diciendo es “salvos por fe, tenemos paz para con Dios por medio de
Jesucristo, por quien tenemos entrada, por la fe, a esta gracia” (la verdadera
causa de la salvación).
Pablo sigue
escribiendo:
Romanos,
3:22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que
creen en él. Porque no hay diferencia, 3:23 por cuanto todos pecaron, y
están destituidos de la gloria de Dios, 3:24 siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo
Jesús,
En el
lenguaje de Pablo, la palabra “justicia” significa salvación y dice que “la
salvación de Dios es por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen,
porque no hay diferencia”, dice Pablo. ¿Entre quienes?. Entre creyentes e
incrédulos. ¿Por qué?. Porque “todos” (creyentes e inconversos) pecaron y por
eso (todos) están destituidos de la gloria de Dios. Por eso, solo los que creen
(no todos) son “justificados” (salvos) por su gracia, por medio de la obra de
redención de Cristo en la cruz.
Para que no
queden dudas, Pablo insiste en que nuestra salvación no es por obras:
Tito, 3:5
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia,
por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu
Santo,
Pablo
finaliza con esta categórica sentencia:
Gálatas,
2:21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia,
entonces por demás murió Cristo.
En el
lenguaje de Pablo, la ley es sinónimo de obras y la palabra justicia, como ya
dijimos, significa salvación. Lo que Pablo está diciendo es que si la salvación
fuese por nuestras obras entonces Cristo murió en vano.
Si bastara
con nuestras obras para salvarnos ¿no hubiese sido más fácil – y menos doloroso
– que Cristo hubiese igualmente descendido del cielo a entregarnos su evangelio
y el que creía se salvaba y el que no se condenaba?. ¿Cuál es el verdadero peso
de la cruz en la ecuación de la salvación?. ¿Sera que necesitamos inicialmente
100% de la cruz para salvarnos y luego son nuestras obras las que nos
“mantienen” salvos?. ¿Fue la cruz el “anticipo pagado” por nuestra salvación y
luego quedamos pagando el “resto de las cuotas” con nuestras propias obras?. En
suma ¿será que somos participes de nuestra salvación junto con Cristo?.
Esta herejía
(que ya veremos de donde viene) dice que participamos de nuestra salvación con
nuestras obras.
Pero el 100%
de la gloria por nuestra salvación es de Dios, por dos razones:
[1] Dios no
comparte su gloria con nadie:
Isaías, 42:8
Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a
esculturas.
[2] las
mejores obras, de los mejores hombres son, delante de Dios, trapos sucios:
Isaías, 64:6
Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como
trapo de inmundicia;
En la época
de Isaías, los “trapos de inmundicia” eran los trapos que contenían la
menstruación de las mujeres. Así son nuestras obras (nuestra propia justicia)
delante de Dios.
Desde ya el
evangelio predicado por Pablo tuvo sus enemigos, no tanto en griegos y romanos
sino, más bien, en los falsos maestros judaizantes, a los cuales podemos ver en
acción en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, escrito por Lucas como
complemento de su Evangelio:
Hechos, 15:5
Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron
diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de
Moisés.
Aquí la ley
de Moisés y la circuncisión son sinónimos de obras, es decir, estos falsos
maestros negaban la gracia que predicaba Pablo añadiendo obras a la fe
necesaria para la salvación. Estos (falsos) maestros judaizantes, fariseos en
cuanto a la ley, decían a los nuevos convertidos al cristianismo:
[a] si eran
judíos, que no debían abandonar el judaísmo, es decir, que debían seguir
guardando la ley de Moisés; y
[b] si eran gentiles
(no judíos), que, antes de convertirse al cristianismo, primero tenían que
convertirse al judaísmo y circuncidarse;
Algunos de
estos falsos maestros ya se habían infiltrado en la iglesia de Galacia. Por
esto Pablo escribe la carta a los Gálatas, para combatir este problema:
Primero,
Pablo les pregunta a los gálatas con ironía:
Gálatas, 3:2
Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de
la ley, o por el oír con fe? 3:3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por
el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?.
Obviamente
Pablo sabía y predicaba que el Espíritu Santo (y la salvación) se recibían por
la fe (no por obras). Luego, en un intento por hacerles ver su error, les
explica:
Gálatas, 5:1
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis
otra vez sujetos al yugo de esclavitud. 5:2 He aquí, yo Pablo os digo que
si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 5:3 Y otra vez
testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la
ley. 5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia
habéis caído.
Pablo les
escribe a los gálatas, que estaban siendo influenciados por estos falsos
maestros judaizantes, para que se mantengan firmes en “la libertad con que
Cristo los hizo libres de (guardar) las obras de la ley” y para que no vuelvan
a colocarse ese yugo otra vez.
Y a los que
se querían circuncidar y justificar por la ley, es decir, a los que pretendían
“salvarse por las obras”, les dice “de Cristo os desligasteis” y “de la gracia
habéis caído”. Pablo les aclara además que, aquellos que estaban rechazando la
gracia y pretendían salvarse por las obras de la ley, tendrían que “guardar
toda la ley”.
¿Por qué
Pablo dice esto?. Por lo que dice Santiago en:
Santiago,
2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto se
hace culpable de todos.
El evangelio
que predico Pablo es un evangelio de “gracia + fe”. El (falso) evangelio que se
levantó contra el (verdadero) evangelio de Pablo es un evangelio de “fe +
obras”. Satanás es astuto y sabe que no puede eliminar la fe de la ecuación de
la salvación. Por eso trata de reemplazar la gracia divina por las obras
humanas.
Pablo dice
que somos salvos por gracia, por medio de la fe y no por obras (Efesios,
2:8-9). Pero muchos piensan que somos salvos, además, por nuestras obras.
Y he aquí la
disputa:
Si la Biblia
es tan contundente en cuanto a que la salvación no es por obras (Efesios, 2:8-9,
Tito, 3:5) ¿por qué este falso evangelio de obras ha logrado penetrar en la
iglesia?.
[+] En la
iglesia católica, este falso evangelio de obras no solo ha penetrado sino que domina
totalmente su teología en materia de salvación. Para los católicos, las obras
tienen tanto peso que directamente creen que participan de su salvación con sus
propias obras, a punto tal que las buenas obras son vistas como una “moneda de
pago” para comprar la salvación. No de otra concepción deriva la importante obra
caritativa llevada a cabo por el catolicismo romano (el fin es loable, pero la
motivación es equivocada).
[+] En la
iglesia protestante, este falso evangelio de obras también ha penetrado pero, a
diferencia de la iglesia católica, domina parcialmente su doctrina en materia
de salvación y es aquí donde este falso evangelio se viste de herejía porque,
mientras el catolicismo romano es un cristianismo totalmente infiltrado y prostituido,
el protestantismo fue fundado por Martin Lutero (y sus precursores) para
preservar la verdadera iglesia de Jesucristo.
Este falso
evangelio de obras fue rechazado por los principios fundacionales de la Reforma
Protestante, que pueden resumirse en las famosas “cinco solas”:
[1] sola
scriptura (solo la Escritura);
[2] sola
fide (solo la fe);
[3] sola
gratia (solo la gracia);
[4] solus
Christus (solo Cristo); y
[5] soli Deo
gloria (la gloria solo para Dios);
Afirmar que
la salvación es por gracia (sola gratia), por medio de la fe (sola fide) y no por obras, como lo afirma la Biblia en
Efesios, 2:8-9 (sola scriptura), implica reconocer que la salvación es solo por
Jesucristo (solus Christus) y que toda la gloria por nuestra salvación es solo
para Dios (soli Deo gloria).
Podemos ver,
entonces, que la teología protestante pura rechaza de plano este falso
evangelio de obras (esta herejía).
Pero ¿qué
lugar ocupan las obras en la teología protestante?.
Los
protestantes no afirmamos que un cristiano no tenga que tener obras. Las obras,
en definitiva, son la manifestación externa (el fruto) de la fe que decimos
tener. Lo que intentamos decir es que, esas obras, no nos salvan por la
sencilla razón de que no son nuestras sino de Dios. Y es ahora cuando todos los
pasajes de Efesios, 2 escritos por Pablo cobran sentido:
Efesios, 2:8
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues
es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe. 2:10
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Las buenas
obras en las que se manifiesta nuestra fe, como dice Pablo, fueron preparadas
por Dios de antemano, es decir, están totalmente inspiradas por el Espíritu
Santo. No son nuestras. No somos salvos por nuestras obras sino que somos
capaces de hacer buenas obras porque somos salvos, es decir, porque el Espíritu
Santo mora en nosotros.
El origen de esta herejía
Pero, al
igual que sucede con la herejía de la “Nueva Era”, que de “nueva” no tiene nada
sino que, por el contrario, es muy antigua, este falso evangelio de obras (otra
herejía) no surge de una simple disputa doctrinal entre católicos y
protestantes sino que, también, viene de mas atrás (casi desde el principio).
Las
consecuencias de la desobediencia de Adán y Eva en el Huerto del Edén son
bastante conocidas:
[+] Dios
maldijo a la serpiente (Génesis, 3:14) y a la tierra, por causa de Adán (Génesis,
3:17);
[+] Eva
sufriría dolores de parto y quedaría sujeta a su marido (Génesis, 3:16);
[+] Adán
comería de la tierra con dolor (Génesis, 3:17) y con el sudor de su rostro
comería el pan (Génesis, 3:19); y
[+] Dios prometió
una simiente de la mujer (el Mesías), que entraría en enemistad con la simiente
de la serpiente y le aplastaría la cabeza (Génesis, 3:15);
En Génesis,
4 se nos relata que Eva concibe de Adán a Caín:
Génesis, 4:1
Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por
voluntad de Jehová he adquirido varón.
Eva pensó
que su hijo Caín era la simiente prometida en Génesis, 3:15. En Génesis, 4:1
Eva dijo “por voluntad de Jehová he adquirido varón”. Caín significa
precisamente "adquirido". Se miraba al niño como un don (regalo) de
Dios.
Génesis, 4:2
Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue
labrador de la tierra.
Luego Eva
concibió a Abel. El nombre Abel significa "vanidad, vapor". Ya desde
el mismo principio vemos una división del trabajo: mientras a Caín se lo
identifica con la tierra y con el oficio de labrador, a Abel se lo asocia con
el ganado y con el oficio de pastor. Y, como Dios ya había maldecido la tierra (Génesis,
3:17), Caín (como labrador de la tierra) quedo asociado a esa maldición.
Un día ambos
(Caín y Abel) trajeron ofrendas al Señor:
Génesis, 4:3
Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una
ofrenda a Jehová. 4:4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus
ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su
ofrenda; 4:5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se
ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
Por la
Palabra de Dios sabemos que Abel trajo su ofrenda por fe:
Hebreos,
11:4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo
cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus
ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
Por la Palabra
de Dios, sabemos que la fe viene por el oír:
Romanos,
10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Si la fe
viene por el oír, entonces Dios debe haber enseñado a Adán y a su familia como
acercarse a Él, luego de la expulsión del paraíso. La gloria de Dios habitaba
en el árbol de la vida (el otro árbol del paraíso, además del árbol de la
ciencia del bien y del mal) pero el acceso a él había quedado restringido con
el querubín custodiando el camino.
Por la Palabra
de Dios, sabemos que sin fe es imposible agradar a Dios:
Hebreos, 11:6
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan.
Además de la
fe, Adán también sabía que el acercamiento a Dios debía incluir un sacrificio
de sangre, ya que resulta obvio que Dios mato un animal para vestirlos con
“túnicas de pieles”:
Génesis,
3:21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los
vistió.
Por la
Palabra de Dios, sabemos que sin derramamiento de sangre no hay remisión de
pecados:
Hebreos,
9:22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento
de sangre no se hace remisión.
Aun sabiendo
que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos, 11:6) y que, sin derramamiento
de sangre, no puede haber remisión de pecados (Hebreos, 9:22), Caín trajo de la
tierra maldita una ofrenda "sin sangre" (verduras). Aunque tal vez
fue sincera, su ofrenda no fue aceptada por Dios. Caín no tenía fe en la
Palabra de Dios, ni dependencia en el sacrificio (de sangre) de un sustituto,
como si las tuvo Abel.
Caín tenía
cierta forma de piedad y religión, pero negó el poder:
2 Timoteo,
3:5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos
evita.
Caín era del
maligno (hijo del diablo):
1 Juan, 3:12
No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le
mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.
Y, como tal,
practicaba una falsa justicia en la carne y no la justicia de Dios por la fe. Jesús
llamo "hijos del diablo" a los fariseos:
Juan,
8:44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro
padre queréis hacer.
Y culpó a
los fariseos y a los de su calaña (que se auto justificaban), por la muerte de
Abel:
Lucas,
11:51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre
el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.
Judas habla
acerca del "camino de Caín", que es la senda de la "religión sin
sangre", es decir, de la religión basada en las obras humanas y en la
justicia propia.
Judas, 1:11
¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en
el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
La
descendencia de Caín:
[+] Lamec (Génesis,
4:19) fue el primero que rechazo el principio de monogamia ordenado por Dios
(Génesis, 2:24);
[+] Jabal (Génesis,
4:20) el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados;
[+] Jubal (Génesis,
4:21) el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta;
[+] Tubal Caín
(Génesis, 4:22) artífice de toda obra de bronce y de hierro;
La familia
impía de Caín desarrollo y centro su vida en torno a las artes seculares y los
negocios, estableciendo un procedimiento de confianza en sí mismos (auto
confianza). Caín y sus descendientes fueron los pioneros de la civilización
humana que no conoce a Dios. Una motivación fundamental en todas las sociedades
humanísticas es la tentativa por vencer la maldición de Caín y recobrar el
paraíso sin sumisión a Dios.
En otras
palabras, el sistema mundial, en su rebelión contra Dios, está fundado en el
principio de auto redención de la raza humana.
La
descendencia de Set:
Génesis, 4:25
Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su
nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de
Abel, a quien mató Caín. 4:26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su
nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.
Set y su
descendencia, por el contrario, “comenzaron a invocar el nombre de Jehová” a
fin de expresar su dependencia de Él. De esta manera, se fueron desarrollando
en la tierra dos grupos familiares fundamentalmente distintos: los piadosos y
los impíos.
Sacando el
ateísmo y las religiones falsas, solo hay dos tipos de cristianismo en el mundo
actual:
[1] el de
Abel (y luego el de Set y sus descendientes), que depende de la sangre de
Cristo y en el que el 100% de la gloria por nuestra salvación se la lleva Dios;
y
[2] el de
Caín, que no depende 100% de la sangre de Cristo sino, además, de las obras
humanas, que busca la auto redención y en el que Dios no puede llevarse el 100%
de la gloria por nuestra salvación;
El primero
conduce al cielo. El segundo, al infierno.
QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!
Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra –
Ministerio REY DE GLORIA