martes, 15 de octubre de 2019

LA AVARICIA DE LOS FALSOS MINISTROS


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Te dejo el video donde predico acerca de este tema (el contenido del video es el mismo que el expuesto mas abajo):




Introducción

En el presente estudio veremos como muchos (falsos) ministros, debido a su avaricia (2 Timoteo, 3:2), falsifican la Palabra de Dios (2 Corintios, 2:17), cayendo, por su amor al lucro, en “el error de Balaam” que es el de hacer pecar al pueblo de Dios (Judas, 1:11).

La destrucción deliberada de la institución del diezmo

Desde hace algún tiempo vienen proliferando, sobre todo en la web, los mensajes donde se sostiene que la obligación de diezmar ya no está vigente para la iglesia del NT.

Los diezmos están mencionados en el NT pero como citas directas del AT, es decir, la institución del diezmo no tiene entidad propia en el NT. La mayoría de los pasajes del NT que mencionan los diezmos (Lucas, 18:12, Hebreos, 7:2, Hebreos, 7:4-6, 8-9) se refieren siempre a la ley de Moisés. Uno de los pasajes del NT,  por ejemplo, que habla de los  diezmos es:

Hebreos, 7:5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

Este pasaje de Hebreos, 7:5 tiene su antecedente en:

Números, 18:21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.

En el AT solo los descendientes de Levi podían ejercer el sacerdocio (los levitas) y Hebreos, 7:5 dice que ellos tienen obligación (mandato) de tomar del pueblo los diezmos.  Cuando Josué conquisto la tierra prometida, los levitas no recibieron ninguna porción de tierra (solo algunas ciudades, conocidas como las “ciudades de los levitas” y convertidas en lugares de refugio para homicidas accidentales), porque su herencia no sería la tierra sino el sacerdocio.

O sea, el tema de los diezmos viene estrictamente de la LEY DE MOISÉS.

La obligación de diezmar, además de Hebreos, 7:5 y Números, 18:21, surge del siguiente pasaje:

Malaquías, 3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

Antes que nada aclaremos lo siguiente:

[a] el Pentateuco está compuesto por los primeros cinco libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio; y

[b] la Ley de Moisés fue dada a lo largo de los libros de Éxodo, Levítico y Números y “repasada” en Deuteronomio;

O sea: la Ley de Moisés forma parte del Pentateuco y este, a su vez, forma parte del Antiguo Testamento (AT), el cual termina en Malaquías. El Nuevo Testamento (NT), por su parte, comienza con el libro de Mateo y concluye con el libro de Apocalipsis.

Quienes sostienen que la obligación de diezmar ya no está vigente, razonan del siguiente modo:

Como:

[1] la obligación de diezmar no tiene entidad propia en el NT (Hebreos, 7.5) sino que viene de la LEY DE MOISES (Números, 18:21) y del AT (Malaquías, 3:10); y

[2] la LEY DE MOISES y el AT constituyen el ANTIGUO PACTO; y

[3] el ANTIGUO PACTO fue reemplazado por el NUEVO PACTO;

Entonces:

[4] el NUEVO PACTO (el NT) nos libera de la obligación de diezmar;

Mientras que las afirmaciones de los apartados [1] y [3] son verdaderas, la afirmación contenida en el apartado [2] es falsa, lo cual transforma también en falsa la conclusión del apartado [4].

¿Por qué es falsa la afirmación del apartado [2], es decir, que la LEY DE MOISES y el AT constituyen el ANTIGUO PACTO?.

La Epístola a los Hebreos (NT) fue escrita para demostrar la obsolescencia del ANTIGUO PACTO, ahora reemplazado por el NUEVO PACTO, establecido a partir de la muerte expiatoria de Cristo en la cruz.

¿En qué consistía el ANTIGUO PACTO?.

El pecado siempre se levantó como una barrera o un muro entre Dios y los hombres. Como Dios no puede morar en presencia del pecado, siempre fue necesario expiar (quitar de en medio) el pecado por medio de la sangre. A lo largo de toda la historia de la redención, la sangre siempre fue necesaria para expiar el pecado:

Hebreos, 9:22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

En el ANTIGUO PACTO (el sistema levítico de sacrificios inserto en la LEY DE MOISÉS), a través de la sangre de animales. En el NUEVO PACTO, a través de la sangre de Cristo derramada en la cruz.

¿Cuál es la diferencia entre el ANTIGUO PACTO y el NUEVO PACTO?.

En el ANTIGUO PACTO, la que se derramaba era la sangre de animales en los sacrificios del templo (una y otra vez). En el NUEVO PACTO, la que se derramo fue la sangre de Cristo en la cruz (una sola vez).

Como está escrito:

Hebreos, 10:14 porque con una sola ofrenda hizo [Cristo] perfectos para siempre a los santificados.

Hebreos, 9:24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 9:25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena [de animales]. 9:26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.

Cuando decimos que el ANTIGUO PACTO quedo obsoleto (que no se usa en la actualidad, que ha quedado claramente anticuado), lo que estamos queriendo decir es que lo que quedo obsoleto es el sistema levítico de sacrificios de animales inserto en la ley de Moisés y no la propia LEY DE MOISÉS o los libros del AT, todo lo cual es Palabra de Dios, que jamás quedara obsoleta. ¿A quién se le puede ocurrir que los diez mandamientos, insertos en Éxodo, 20 ya no están vigentes?. No mataras, no robaras, no adoraras a dioses ajenos, no cometerás adulterio ¿quedo, acaso, todo esto sin vigencia?. Claro que no.

Al respecto, Jesús dijo:

Lucas, 16:17 Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.

Y luego agregó:

Mateo, 5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

Pero el cielo y la tierra todavía “no han pasado”. Esto está todavía en el futuro y es mencionado en el libro de Apocalipsis:

Apocalipsis, 21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

Y esto que ve Juan (un cielo nuevo y una tierra nueva) ocurre al finalizar el reinado milenial (de 1000 años) de Cristo, es decir, 1000 años después del retorno de Cristo a la tierra. Fíjense ustedes cuanto tiempo todavía seguirá vigente la Ley de Moisés.

La diferencia entre el ANTIGUO PACTO y el NUEVO PACTO, está perfectamente explicitada en los siguientes pasajes:

Hebreos, 10:1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 10:2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 10:3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 10:4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

Conclusión:

El ANTIGUO PACTO no es el AT, sino que consiste en el derramamiento de la sangre de animales (una y otra vez) en el sistema de sacrificios del templo descripto en la LEY DE MOISES. El NUEVO PACTO no es el NT, sino que consiste en el derramamiento de la sangre de Jesucristo en la cruz (una sola vez), descripto en la Epístola a los Hebreos.

Lo que fue derogado y reemplazado es el ANTIGUO PACTO por el NUEVO PACTO: ya no es la sangre de los animales, derramada una y otra vez en el templo, sino la sangre de Jesucristo, derramada una sola vez en la cruz, la que expía (quita de en medio) el pecado. Pero de ninguna manera el NT (incluida la EPISTOLA A LOS HEBREOS) ha derogado, ni reemplazado al AT (incluida la LEY DE MOISES), motivo por el cual la obligación de diezmar (Malaquías, 3:10) sigue vigente.

Lo único que ya no está vigente de la LEY DE MOISES para la iglesia son:

[1] disposiciones de orden civil;

[a] la “ley de levirato” (Deuteronomio, 25:5-10); y

[b] las leyes sobre esclavitud (Éxodo, 21:1-11, Deuteronomio, 15:12-18, Levítico, 25:39-40);

[2] disposiciones de orden alimentario (Levítico, 11:7), lo cual fue abolido por el Señor en el NT (Hechos, 10:9-16);

Si no hay ninguna base en las Escrituras ¿por qué, entonces, algunos ministros quieren destruir deliberadamente la institución del diezmo?.

Por su avaricia:

2 Timoteo, 3:2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3:3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 3:4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 3:5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

¿Por qué entendemos que los avaros de los que habla Pablo son ministros de Dios?. Porque Pablo concluye el versículo diciendo que son hombres que “tendrán apariencia de piedad, pero no la ejercerán”. ¿Y quiénes son los que siendo aparentemente “piadosos” no lo son?. Desde ya no son los incrédulos (ellos no aparentan ser lo que no son), sino los falsos ministros Dios.

Para estos hombres, el diezmo ya no tiene ninguna relevancia financiera. Por eso lo desechan. Ellos, en cambio, hablan a sus congregaciones de “pactar con Dios” y “sellar la palabra”, todo ello, claro está, a cambio de dinero. De esto se desprende que los que no tienen dinero (acaso los pobres) no pueden pactar con Dios, ni arrebatar una palabra que haya sido soltada sobre sus vidas. Una locura. ¿Te imaginas a Jesucristo, luego del “Sermón del Monte” (Mateo, 5), recaudando para “sellar la palabra”?.

Demás está decir que en ningún lugar de las Escrituras se hace referencia a “pactar con Dios” ni a “sellar la palabra”.

Si bien es cierto que en el AT Dios pacto con algunos hombres (Noé, Abraham, Moisés y David) y que la riqueza material era un signo visible de contar con el favor de Dios, no es menos cierto que el que pacto fue Dios con ellos y no ellos con Dios y que Jesucristo, al introducir el NUEVO PACTO (que reemplazo a todos los anteriores) dejo en claro que las riquezas y Dios ya no estaban asociados:

Mateo, 8:20 Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.

Lucas, 16:13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. 16:14 Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él.

Por estas cosas los fariseos se burlaban de Jesús, es decir, porque era pobre (no tenía posesiones) y hablaba contra las riquezas. Por esto (pensaban los fariseos) Jesús no podía ser el Mesías. Ellos esperaban un Mesías político y militar, rico y poderoso, que los librara del yugo de Roma y lo que Dios envió fue un Mesías libertador espiritual, pobre, manso y humilde (Mateo, 11:29). Ellos pensaban: si los grandes patriarcas (Abraham, Isaac, Jacob, José, Job) habían sido ricos y poderosos, cuanto más debería serlo el Mesías enviado por Dios.

Fueron los fariseos los que sentaron las bases del “evangelio de la prosperidad”: si eres hijo de Dios, no puedes ser pobre o, dicho al revés, si eres pobre, entonces no puedes ser hijo de Dios.

Por último, la Palabra de Dios siempre se cumple, tengan o no dinero los hombres para “sellarla”.

Isaías, 55:11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

Por esta avaricia, muchos falsifican la Palabra de Dios:

2 Corintios, 2:17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.

Como vimos, muchos sostienen hoy en día que la obligación de diezmar ya no está vigente, falsificando la Palabra de Dios, confundiendo, engañando y trayendo males sobre su pueblo.

Y caen en el pecado de Balaam:

Judas, 1:11 ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.

¿Quién fue Balaam y que hizo?.

En su peregrinar por el desierto y antes de la conquista de la tierra prometida liderada por Josué, Israel derrota en guerra a Sehon rey de los amorreos y a Or rey de Basan.

Y llegaron estas noticias a Balac rey de Moab quien tuvo miedo y mando a buscar a Balaam, un sacerdote-adivinador muy conocido. El rey moabita Balac pretendía que Balaam, mediante su conocimiento secreto de hechicería y encantamientos, maldiga a Israel. Pareciera que Balaam pudo haber sido alguna vez un verdadero seguidor de Dios, que más tarde se apartó de la fe y se convirtió en hechicero.

Las Escrituras describen a Balaam como un hombre estrictamente motivado por el dinero. Cuando Balaam preparo la asna y partió con los príncipes de Moab, aunque Dios mismo le había permitido que vaya, igualmente se encendió la ira de Dios porque Balaam seguía considerando la oferta de Balac.

Las tres veces que Balaam subió a la cumbre de un monte para maldecir a Israel y termino bendiciéndolo, lo hizo en forma de  parábola (no fue el sino Dios hablando por su boca). Incapaz de maldecir a Israel, Balaam igualmente los llevo al pecado y a la inmoralidad:

Números, 31:15 y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres? 31:16 He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que hubo mortandad en la congregación de Jehová.

Después que Balaam había fracasado en su intento de separar a los israelitas del Señor, les aconsejó a los moabitas que trataran de separar a los israelitas de su Dios, atrayéndolos a la inmoralidad y a la adoración sensual de dioses falsos, lo cual trajo mortandad en Israel:

Números, 25:1 Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, 25:2 las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. 25:3 Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel. 25:4 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel.

En la carta a la iglesia de Pérgamo, en el libro de Apocalipsis, se menciona la “doctrina de Balaam”:

Apocalipsis, 2:14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.

Palabras finales

En el libro de Oseas, podemos leer:

Oseas, 4:6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

En la escritura original dice: mi pueblo “feneció” por falta de conocimiento. La palabra “fenecer” significa “podrirse o descomponerse lentamente”. El pueblo que no conoce la ley de Dios literalmente se pudre lenta y gradualmente.

Y las consecuencias de desechar la ley de Dios son dos:

[a] la expulsión del sacerdocio; y

[b] la maldición de las generaciones venideras (¿acaso hay peor maldición que Dios se “olvide de nuestros hijos”?);

Claramente aquí hay dos partes:

[1] por un lado, los líderes corruptos que, falsificando la Palabra de Dios, le dicen al pueblo lo que quiere oír (a la carne le agrada escuchar que no es obligatorio diezmar); y

[2] por el otro, un pueblo que perece no solo por escuchar lo que quiere oír sino por su desconocimiento de las Escrituras (si el pueblo conocería las Escrituras, detectaría rápidamente las mentiras de los líderes corruptos);

Continúa diciendo Oseas:

Oseas, 4:8 Del pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan su alma. 4:9 Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras.

La frase “del pecado de mi pueblo comen” habla de los falsos ministros que, en definitiva, recaudan más dinero haciendo pecar al pueblo, estimulándolo a “pactar” y a “sellar” la palabra, en lugar de diezmar. Para Dios, el pueblo no es inocente y esto puede verse en la frase “será el pueblo como el sacerdote”.

No diezmar implica robar a Dios:

Malaquías, 3:8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.

Y la consecuencia de no diezmar es la maldición de Dios sobre el pueblo:

Malaquías, 3:9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

Y los líderes que provocan esto, son responsables ante Dios:

Ezequiel, 3:17 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. 3:18 Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. 3:19 Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.


QUE DIOS LOS BEDIGA A TODOS!!!

Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA.