domingo, 6 de octubre de 2019

GENTE COMO UNO


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Te dejo el video donde predico acerca de este tema (el contenido del video es el mismo que el expuesto mas abajo):



Introducción

Como sabemos, la Biblia está poblada de personajes notables. Sin embargo, esos personajes, muchas veces nos resultan totalmente ajenos, lejanos, por lo que nos cuesta bastante vernos reflejados en ellos. Muchas veces me pregunte por qué sucede esto y creo haber encontrado la respuesta.

La respuesta, creo yo,  está en la forma “aséptica” en la que muchas veces se nos presenta la Biblia, producto de una concepción legalista de no pocos predicadores. Yo busque la definición de la palabra “aséptico” y encontré lo siguiente: “que no tiene gérmenes que puedan provocar una infección”. Se les quita, a los personajes bíblicos, todo “germen de debilidad” que pueda “infectarnos”.

Esta “asepsia” puede verse claramente cuando figuras prominentes de la Biblia (Abraham, Jacob, Moisés, David, etc.) son presentadas como seres incontaminados, “pasteurizados”, perfectos y sublimes, sin pasado y sin emociones. Se nos presenta el “modelo terminado”.

Afortunadamente la Biblia nos cuenta “toda la historia” y nos habla, en efecto, de estos grandes hombres y mujeres y de cómo fueron usados por Dios, pero también nos habla de sus dudas, debilidades, defectos y temores.

La Biblia, lo mismo que la historia

La Biblia, además de ser la Palabra de Dios, es también un libro de historia, por lo que resulta aplicable la siguiente reflexión del reconocido historiador argentino Felipe Pigna:

A los de mi generación - confiesa el historiador - les han enseñado la historia de una manera bastante particular. Una historia completamente ajena, que no tenía que ver con nosotros, una historia de otros, de seres perfectos e, incluso, una historia poblada de seres ejemplares.

Pero sucede que es muy difícil imitar o tomar como ejemplo a los perfectos y esto habla de una desigualdad inicial: en realidad, había que imitar a gente a la cual uno jamás podría alcanzar.

Me paso hace poco - relata el historiador -  dando una charla para chicos, en un colegio público, una escuela muy pobre de La Matanza (un partido del conurbano bonaerense donde vive gente de bajos recursos), donde estábamos hablando del General San Martin y en el momento de las preguntas un chico me dice: “me encantaría ser como San Martin, pero tengo que cruzar Los Andes y eso es medio complicado”. Y otro chico le contesta (todos chicos de ocho años, más o menos): “no, mira, con que seas honesto, con que no robes, no mientas, por ahí, podes ser como San Martin”. Este segundo chico había entendido perfectamente el concepto de ejemplaridad, que no tiene que ver con la emulación (la mera copia) sino con tomar aquellas virtudes que todos podemos asumir. Todos podemos “ser como San Martin” (si queremos). Podemos asumir, por ejemplo, su honestidad, su compromiso y su responsabilidad.

Esta historia ajena que nos contaron, esta “ajenidad”, no era absolutamente inocente sino que era una ajenidad que tenía que ver con una forma de enseñarnos la historia. Una historia que planteaba a personajes recortados: Sarmiento es el “padre del aula”, San Martin es el “padre de la patria” y así con muchos. Una historia que fue siendo “recortada”.

Es decir, vamos viendo como la historia nos la van contando de una manera distorsionada, donde nos van apartando, nos van alejando, nos van convenciendo de que es una historia ajena y nos pasa como cuando llegamos a una reunión y están hablando de una película que no vimos o de un libro que no leímos y nos sentimos por fuera de eso.

Hasta aquí, la reflexión de Felipe Pigna.

Al igual que sucede con la historia secular, los personajes bíblicos sufren el mismo tipo de “recorte” por quienes están llamados a predicar la Palabra de Dios. Personajes inalcanzables, por lo tanto, lejanos, por lo tanto, ajenos. ¿Cómo verse reflejado en aquellos a los que jamás podremos alcanzar?.

Muchos ministros, hombres de Dios, parecen ignorar esta sentencia de Pablo, aplicable tanto al NT como al AT:

1 Corintios, 1:27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 1:28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 1:29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 

El versículo es claro ¿no?. Dios eligió lo necio, lo débil, lo vil, lo menospreciado y lo que no es, no solo para avergonzar a los sabios sino, fundamentalmente, para glorificarse, es decir, para llevarse toda la gloria, para que no quede ninguna duda de que fue Dios el que levanto a esos hombres y mujeres y actuó a través de ellos.

No obstante, existe una sutil diferencia entre la historia secular y la Biblia. Mientras en la historia secular las circunstancias y los personajes son adulterados por quienes van escribiendo la “historia oficial” (la historia de los que ganan) para influir en las futuras generaciones al hacer que estas, al no poder reconocer a sus verdaderos patriotas, olviden sus valores fundacionales, en la Biblia la presentación “pasteurizada” de sus personajes por pastores y ministros no tiene otro que el noble objetivo de resaltar lo mejor de cada uno de ellos para inspirarnos, con un inevitable riesgo: que tales personajes nos parezcan más de ficción que seres de carne y hueso, es decir, que no se nos parezcan. Y esto, desde ya, dificulta bastante el proceso de apropiación, por las actuales generaciones de creyentes, de las promesas hechas por Dios a quienes nos antecedieron a lo largo de la historia de la redención.

Lo peor que podría pasarnos es no percibir ese “aire de familia” (no vernos reflejados) al despojar  a los personajes bíblicos de su inexorable condición humana. ¿Cómo Dios podría darme lo que les prometió a Abraham, Jacob, Moisés y David si yo jamás podría ser como ellos?. ¿Se entiende el punto?.

No tenemos que “abrir el Mar Rojo” para ser como Moisés. Como dijo el historiador citado más arriba, el concepto de ejemplaridad no tiene que ver con la emulación (la mera copia) sino con tomar aquellas virtudes de Moisés que todos podemos asumir: su honestidad, su sentido de la responsabilidad y su capacidad para interceder y conmover el corazón de Dios.

Abraham

[+] Padre de la fe;

Abraham es llamado, con toda justicia, el “padre de la fe”. Como se sabe, Abraham (el primero de los cuatro patriarcas del Libro de Génesis, junto a Isaac, Jacob y José) es anterior a la Ley de Moisés, quien la recibió de Dios recién en el Libro de Éxodo. De ahí que Abraham se movió estrictamente por la fe (y no por las obras de la ley, que vino después).

El Libro de Hebreos incluye en su capítulo 11 a Abraham como un “héroe de la fe”:

Hebreos, 11:8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. 11:9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 11:10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 11:11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. 

Pablo, por su parte, agrega lo siguiente:

Romanos, 4:19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. 4:20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 4:21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; 4:22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.

[+] Padre de la obediencia;

Abraham puede ser llamado también, con toda justicia, “padre de la obediencia”. En Génesis, 22 se nos relata la situación en la que Dios le pide que sacrifique a su único hijo Isaac (el hijo de la promesa).

Génesis, 22:1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 22:2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 

Cuando Abraham estaba a punto de degollar al niño, un ángel lo detuvo y le mostro a sus espaldas “un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos, el cual tomo Abraham y ofreció en holocausto en lugar de su hijo” (Génesis, 22:13).

En esta escena, Isaac representa al hombre mientras que el carnero es el sacrificio que Dios proveyó como sustituto, el cual es símbolo de Cristo.

Pero este es el “modelo terminado de Abraham” y nos cuesta pensar que “el padre de la fe y de la obediencia” pudo haber dudado, alguna vez, de las promesas de Dios. Veamos.

[+] Siendo una persona salva ¿has dudado alguna vez, no de la existencia de Dios pero si, tal vez, de alguna profecía que fue soltada sobre tu vida?.

Abraham también:

Génesis, 17:17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? 17:18 Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti.

No obstante, a pesar de las dudas aquí referidas, en el NT  (como vimos) se resalta la fe de Abraham (Hebreos, 11:8-11, Romanos, 4:19-22).

Y Sara también:

Génesis, 18:12 Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? 18:13 Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? 18:14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo. 18:15 Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.

No obstante, a pesar de las dudas aquí referidas, en el NT  (como vimos) se resalta la fe de Sara (Hebreos, 11:11).

[+] Siendo una persona salva, entre una promesa y su realización ¿has buscado obtener lo que Dios te profetizo - por medio de sus profetas - recurriendo a tus propias fuerzas?.

Abraham también:

Abraham quería tener un hijo y esto estaba en la voluntad de Dios (Génesis, 15:3-4). Abraham recibió la promesa de un hijo a los 75 años y la misma se cumplió (en Isaac) cuando tenía 100 años (Génesis, 21:5). Pero en el medio aparecieron las dudas y Abraham (de 86 años) tuvo un hijo con Agar, la esclava de su esposa Sara (que era estéril), al que llamo Ismael (Génesis, 16:15-16). Abraham obtuvo en la carne (con sus propias fuerzas) lo que Dios ya le había prometido.

Consecuencia no deseada: Ismael fue el padre de la raza árabe (los ismaelitas), que han sido y todavía son los enemigos acérrimos de Israel (Génesis, 16:12).

Moisés

¿Quién puede dudar de la importancia de Moisés en la historia de la redención?.

[+] El Éxodo es símbolo de la redención y Moisés es un precursor de Jesús;

En cierto modo, el ministerio de Moisés prefigura el ministerio de Jesucristo: (1) se procuró destruir tanto a Moisés como a Jesús cuando eran niños (2) tanto Moisés como Jesucristo ministraron como profetas, sacerdotes, reyes y pastores y (3) sufrieron con el pueblo de Dios, liberaron al pueblo de la esclavitud e introdujeron un pacto.

[+] Dios encomendó a Moisés que sacara a Israel de Egipto;

Éxodo, 3:10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 

[+] Dios hablaba “cara a cara” con Moisés:

Números, 12:7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 12:8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová.

[+] Moisés profetizo al Mesías:

Deuteronomio, 18:15 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; 

Pero normalmente vemos el “modelo terminado” de Moisés como profeta, sacerdote y pastor y no reparamos en sus “antecedentes”:

[+] Siendo una persona salva ¿has sentido que no calificas - por tus pecados - para servir a Dios?.

Moisés tampoco calificaba porque fue un homicida y prófugo de la justicia:

Éxodo, 2:11 En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. 2:12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. 2:13 Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo? 2:14 Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto. 2:15 Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián.

[+] Siendo una persona salva y sabiendo que tienes un llamado ¿has puesto excusas para servir a Dios?.

Moisés también:

Éxodo, 3:11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? 

Éxodo, 4:1 Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová.

[+] Siendo una persona salva y sabiendo que tienes un llamado ¿sientes que no eres apto para cumplir con el mismo?.

Moisés también:

Éxodo, 4:10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.

Los eruditos coinciden en que Moisés, muy probablemente, era tartamudo (“tardo en el habla y torpe de lengua”).

[+] Siendo una persona salva y sabiendo que tienes un llamado ¿has querido huir de tu llamado pidiéndole a Dios que levante a otro?.

Moisés también:

Éxodo, 4:13 Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar.

[+] Siendo una persona salva y habiendo aceptado tu llamado ¿te pareció que era demasiada la carga que Dios puso sobre ti?.

A Moisés también:

Números, 11:11 Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 11:12 ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? 11:13 ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. 11:14 No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía. 11:15 Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal. 11:16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. 11:17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.

Si bien es cierto que Dios no nos dará más carga que la que podamos llevar (1 Corintios, 10:13), aun así, a veces podemos sentirnos agobiados. Como Moisés, lo que tenemos que hacer es planteárselo al Señor, quien realizara los ajustes necesarios para que salgamos de ese estado de agobio.

Jacob

¿Quién puede dudar de la importancia de Jacob en la historia de la redención?.

Jacob fue hijo de Isaac quien, a su vez, fue hijo de Abraham. O sea que Jacob fue nieto de Abraham y, por lo tanto, heredero del pacto.

De los hijos de Jacob surgieron las doce tribus de Israel:

Los hijos que Jacob tuvo con Lea fueron: RUBEN, SIMEON, LEVI, JUDA, ISACAR y ZABULON. Pero Raquel era estéril. Entonces Raquel dio su sierva (Bilha) a Jacob, de donde nacieron DAN y NEFTALI. Y Lea también dio su sierva (Zilpa) a Jacob, de donde nacieron GAD y ASER. Finalmente, Raquel, que era estéril, le da dos hijos a Jacob: JOSE y BENJAMIN. JOSE, quien luego fuera vendido como esclavo por sus hermanos, tuvo, a su vez, dos hijos en Egipto: EFRAIN y MANASES. Y de aquí salen los nombres de las doce tribus de Israel: RUBEN, SIMEON, JUDA, ISACAR, ZABULON, DAN, NEFTALI, GAD, ASER, BENJAMIN, EFRAIN y MANASES. No están LEVI (su herencia fue el sacerdocio) ni JOSE, que se abrió en dos tribus: EFRAIN y MANASES (sus hijos).

El nombre Jacob, en hebreo, significa:

[a] engañador astuto;
[b] ser más listo;
[c] tomador del talón; y
[d] el que suplanta;

Pero luego Dios le cambia el nombre (Génesis, 35:10) de Jacob (engañador astuto) por el de Israel (el que pelea con Dios y vence).

Pero antes de concentrarnos en el “modelo terminado” de Jacob analicemos algunas de sus actitudes.

[+] Siendo una persona salva ¿has deseado algo que también estaba en la voluntad de Dios y, por no esperar los tiempos de Dios, has intentado obtenerlo a tu modo?.

Jacob también:

Estaba en la voluntad de Dios que, siendo menor que Esaú, Jacob recibiera la bendición de la primogenitura:

Génesis, 25:23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor. 25:24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. 25:25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 25:26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

Pero Jacob actuó de manera desleal dos veces para que se cumpliera esta profecía.

Dejemos que el propio Esaú nos cuente lo que le hizo Jacob:

Génesis, 27:36 Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición.

[1] Primero, Jacob se apodero de la primogenitura de Esaú:

Génesis, 25:29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, 25:30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. 25:31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 25:32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 25:33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 25:34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

[2] Luego, Jacob tomo la bendición de Esaú:

Por no esperar el tiempo de Dios, Jacob obtuvo su bendición de manera ilegítima cuando, manipulado por su madre Rebeca, robo a Esaú la bendición de la primogenitura, engañando a su padre Isaac (ciego, viejo y enfermo), haciéndose pasar por Esaú (Génesis, 27:1-40).

Consecuencia no deseada: Jacob debió huir de Esaú para que este no lo matara (Génesis, 27:41) y debió vivir en el exilio (Génesis, 28:1-5), donde fue engañado por su suegro Laban (Génesis, 29:25) y jamás volvió a ver a su madre Rebeca.

David

¿Quién puede negar la importancia del Rey David en la historia de la redención?.

[+] Del linaje de David vino el Mesías:

A Jesús lo llamaban “hijo de David”:

Marcos, 10:47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 10:48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

El Evangelio según San Mateo comienza con una genealogía que sigue el legítimo linaje ancestral de Jesús por toda la descendencia paternal (ascendencia de José), como era la costumbre de los judíos. Aunque José no era el padre natural de Jesús, si fue su padre legítimo. Como Dios había prometido que el Mesías sería un descendiente de Abraham (Génesis, 12:3, 22:18, Gálatas, 3:16) y David (2º Samuel, 7:12-19, Jeremías, 23:5), Mateo reconstruye el linaje legítimo de Jesús hasta esos dos nombres, a fin de demostrarles a los judíos que Jesús tenía la genealogía apropiada para llenar los requisitos como el Mesías. La palabra “Cristo” (del griego “cristos”) y su equivalente hebreo “Mesías”, significan “el Ungido” (Daniel, 9:25-26).

Mateo establece que Jesús fue descendiente legítimo de David al seguir la genealogía de José, que era de la casa de David. Aunque Jesús fue concebido por el Espíritu Santo, estaba formalmente registrado como hijo de José y era, por lo tanto, hijo legítimo de David.

Mateo, 1:16 y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.

En la genealogía se protege el nacimiento virginal de Jesús. Obsérvese que la frase “engendro a” se emplea a todos los nombres hasta llegar a José pero, entonces, se altera la declaración: no se hace referencia a José como el que engendro a Jesús sino como el “marido de María”, de la cual nació Jesús.

[+] David fue llamado el “dulce cantor de Israel”:

2 Samuel, 23:1 Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel:

[+] El Espíritu Santo fluía en la música de David:

1 Samuel, 16:23 Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.

[+] David fue un hombre conforme al corazón de Dios:

1 Samuel, 13:14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó. 

Hechos, 13:22 Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

[+] A raíz de lo anterior, Dios le prometió a David que siempre habría un descendiente suyo en el trono de Israel:

Salmos, 89:34 No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. 89:35 Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David. 89:36 Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí.

2 Samuel, 7:16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. 7:17 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

1 Reyes, 2:4 para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.

Finalmente, a pesar de que el linaje de David en el trono de Israel se interrumpió cuando Judá cayó bajo el dominio babilónico en 586 a.C., esta promesa de Dios se cumplió en Jesucristo quien es Rey Eterno de Israel, descendiente de la Casa de David.

[+] David conquisto Jerusalén, llamada “Jebús”:

2 Samuel, 5:6 Entonces marchó el rey con sus hombres a Jerusalén contra los jebuseos que moraban en aquella tierra; los cuales hablaron a David, diciendo: Tú no entrarás acá, pues aun los ciegos y los cojos te echarán (queriendo decir: David no puede entrar acá). 5:7 Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David. 5:8 Y dijo David aquel día: Todo el que hiera a los jebuseos, suba por el canal y hiera a los cojos y ciegos aborrecidos del alma de David. Por esto se dijo: Ciego ni cojo no entrará en la casa. 5:9 Y David moró en la fortaleza, y le puso por nombre la Ciudad de David; y edificó alrededor desde Milo hacia adentro.

[+] David recupero el Arca y la llevo a Jerusalén:

2 Samuel, 6:14 Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. 6:15 Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta. 6:16 Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón. 6:17 Metieron, pues, el arca de Jehová, y la pusieron en su lugar en medio de una tienda que David le había levantado; y sacrificó David holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová.

[+] Fue David el que compuso por lo menos la mitad de los 150 Salmos que componen el libro,  muchos de ellos proféticos:

Un caso ejemplar es el Salmo “mesiánico” N° 22 donde David profetiza los sufrimientos de Jesucristo en la cruz:

Salmos, 22:1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 22:7 Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: 22:8 Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía. 22:14 He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas. 22:15 Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte. 22:16 Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies. 22:17 Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto,  ellos me miran y me observan. 22:18 Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.

¿Cuándo le paso todo esto a David?. Claramente es un Salmo profético acerca de los padecimientos de Cristo en la cruz.

Estos son solo algunos de los méritos bien ganados de David y no hemos dicho una sola palabra acerca de cómo derroto a Goliat (1 Samuel, 17:1-58) librando a Israel de los filisteos y de cómo espero el tiempo de Dios para ascender al trono de Israel (2 Samuel, 5:1-5), negándose dos veces a matar a Saúl (1 Samuel, 24:1-22, 1 Samuel, 26:1-25).

Pero, a pesar de este “modelo terminado” que podemos ver de David y que surge de las mismas Escrituras, David tuvo algunos inconductas graves.

[+] Siendo una persona salva ¿has pecado y, al mismo tiempo, has procurado ocultar ese pecado cometiendo otro pecado incluso mayor?.

David también:

En 2 Samuel, 11 se nos relata lo siguiente:

Betsabé era la esposa de un soldado (Urías, heteo) del ejército de David. Mientras Urías estaba de campaña (en la guerra), David cometió adulterio con su esposa Betsabé. Betsabé queda embarazada y se lo comunica a David, quien hace volver a Urías de la guerra (aunque la guerra todavía continuaba) y lo alienta a que vaya y “duerma” con su esposa (para “tapar” el embarazo). Urías se niega argumentando que el no podía ir alegremente a dormir con su esposa mientras “sus hermanos estaban en el fragor de la batalla”.

Ante tamaño acto de dignidad de Urías, David lo envía nuevamente a la guerra con una carta que debía entregar a Joab (el general de los ejércitos de David), en la que David sugería a Joab que ponga a Urías en lo más álgido de la batalla, donde seguramente moriría. Este fue casi un asesinato por encargo de parte de David, para quedarse definitivamente con Betsabé.

David cometió un doble pecado: adulterio (se acostó con la mujer de otro), seguido de homicidio. Dios saco a la luz el pecado de David por medio del profeta Natán (2 Samuel, 12). Aun así, Dios lo perdono, pero el niño que fue engendrado en adulterio murió. No obstante, este no fue el único castigo que tuvo que soportar David. Aunque luego engendro con Betsabé a Salomón (a quien amo Dios), la vida familiar de David estuvo, hasta su muerte, signada por asesinatos, violencia, intrigas, violaciones y tragedias de todo tipo, lo cual indica que ningún pecado queda sin castigo, se trate de quien se trate.

Mateo, 1:6 Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías.

En el libro de Mateo queda registrada la afrenta del pecado cometido por David al aclarar (y recordar) que David engendro a Salomón “de la que fue mujer de Urías”, cumpliéndose, una vez más, la Palabra de Dios:

Proverbios, 6:32 Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace. 6:33 Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta nunca será borrada.

[+] Siendo una persona salva ¿has desobedecido a Dios por confiar en tus propias fuerzas y en tus logros anteriores?.

David también:

En 2 Samuel, 24 se nos relata el censo que David hizo del pueblo:

2 Samuel 24:9 Y Joab dio el censo del pueblo al rey; y fueron los de Israel ochocientos mil hombres fuertes que sacaban espada, y los de Judá quinientos mil hombres. 

Y esto encendió la ira de Dios:

2 Samuel, 24:1 Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá.

Y David reconoció su pecado:

2 Samuel, 24:10 Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente.

Y acepto el castigo de Dios:

2 Samuel, 24:11 Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra de Jehová al profeta Gad, vidente de David, diciendo: 24:12 Ve y di a David: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te ofrezco; tú escogerás una de ellas, para que yo la haga. 24:13 Vino, pues, Gad a David, y se lo hizo saber, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿o que huyas tres meses delante de tus enemigos y que ellos te persigan? ¿o que tres días haya peste en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me ha enviado. 24:14 Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres. 24:15 Y Jehová envió la peste sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres. 24:16 Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Y el ángel de Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo. 24:17 Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre.

¿Por qué se encendió la ira de Dios debido al censo que hizo David?. Por causa del orgullo de David y su falta de confianza en Dios, lo cual se manifestó:

[1] en su liderazgo de un pueblo poderoso y numeroso; y
[2] en su vanagloria y jactancia de sus grandes logros y su fuerza;

David se estaba apoyando en la capacidad humana y en las grandes cifras en lugar de apoyarse en el poder y en la justicia de Dios.

[+] Siendo una persona salva ¿has tenido problemas para perdonar a alguien o has sentido odio o ira contra otros?.

David también:

Prácticamente en su lecho de muerte, David encomienda asesinatos vindicatorios a su hijo y sucesor Salomón:

El primer asesinato por encargo es para Joab, general de David:

1 Reyes, 2:5 Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies. 2:6 Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz. 

El segundo asesinato por encargo es a Simei, hijo de Gera, quien había maldecido a David con “maldición fuerte”:

1 Reyes, 2:8 También tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová diciendo: Yo no te mataré a espada. 2:9 Pero ahora no lo absolverás; pues hombre sabio eres, y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol.

Resulta contradictorio y un poco chocante que las últimas instrucciones de David para Salomón, en su lecho de muerte, sean asesinatos por encargo. En el caso de Simei, está el agravante que David había jurado por Jehová que no lo mataría.

David fue un rey guerrero, por lo que sus manos estaban manchadas de demasiada sangre. Por esto no pudo edificar el Templo de Dios, lo cual si hizo su hijo Salomón:

1 Crónicas, 28:3 Más Dios me dijo: Tú no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra, y has derramado mucha sangre.

Dios ya se lo había anticipado a David cuando hizo pacto con el:

2 Samuel, 7:12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. 7:13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. 7:14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; 7:15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.

Elías

Es innegable la importancia del profeta Elías en la historia de la redención. Junto con Moisés, son los dos personajes preeminentes del AT, a tal punto que al AT se le llama también “la ley y los profetas”.

Lucas, 16:16 La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.

Mientras que la ley está indisolublemente ligada a Moisés, el cargo u oficio profético, si bien el primero en ejercerlo fue Samuel, está indisolublemente ligado al profeta Elías. Cabe recordar, además, que Elías y Moisés son los que aparecen con Jesucristo en la transfiguración relatada en Mateo, 17:1-13.

A Elías le tocó en suerte ejercer su ministerio profético en el reino de Israel del norte, cuya capital era Samaria, en la más que complicada época del rey Acab y su esposa Jezabel, quien condujo a Israel a la más absoluta apostasía.

Elías tuvo poder para:

[a] hacer descender fuego del cielo (1 Reyes, 18:36-40);
[b] cerrar el cielo a fin de que no haya lluvia durante tres años y medio (1 Reyes, 17:1); y
[c] abrir el cielo a fin de que volviera a llover (1 Reyes, 18:41-46);

A pesar de semejantes demostraciones de poder, Elías era, en opinión de Santiago, no demasiado distinto de nosotros:

Santiago, 5:17 Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 5:18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.

Hasta aquí, el “modelo terminado” de Elías. ¿Pudo, un hombre en el que el poder de Dios se manifestó de una manera tan contundente, haber sufrido zozobras hasta el punto de desear morirse?. Veamos.

[+] Siendo una persona salva ¿tuviste ganas de morirte o de que Dios te quitara la vida, luego de haber experimentado en primera persona - como Elías -  el poder de Dios en tu vida?.

Elías también:

1 Reyes, 19:1 Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. 19:2 Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. 19:3 Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. 19:4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 

[+] Siendo una persona salva ¿tuvo Dios que fortalecerte para que siguieras tu camino?.

A Elías también:

1 Reyes, 19:5 Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. 19:6 Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. 19:7 Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. 19:8 Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. 

[+] Siendo una persona salva ¿tuvo que sacarte Dios personalmente de la “cueva” en la que decidiste aislarte?.

A Elías también:

1 Reyes, 19:9 Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? 19:10 El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. 19:11 El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. 

[+] Siendo una persona salva ¿le contaste tus problemas a Dios como si él no los conociera?.

Elías también:

1 Reyes, 19:14 El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

[+] Siendo una persona salva, habiéndole contado tus tristezas y habiéndote consolado ¿te ha dado Dios nuevas instrucciones?.

A Elías también:

1 Reyes, 19:15 Y le dio Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. 19:16 A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar.

Porque la obra de Dios debe continuar.

Pablo

Demás esta hablar de la importancia del apóstol Pablo en la historia de la redención. Pablo no solo fue el autor más prolífico del NT, sino que, además, fue gracias a el que se expandió el cristianismo en el mundo antiguo, durante sus cuatro grandes viajes misioneros, donde fundo las iglesias de Asia.

[+] Pablo es el perito arquitecto, que coloco los pilares doctrinales de la iglesia;

1 Corintios, 3:10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 

[+] Pablo no aprendió su evangelio de ningún hombre, sino que le fue revelado por Jesucristo;

Gálatas, 1:11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; 1:12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.

[+] Una vez recibida la revelación, Pablo fue y les predico a los apóstoles;

Gálatas, 2:1 Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. 2:2 Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles. 

[+] A Pablo le fue revelado el misterio del Evangelio;

Romanos, 16:25 Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos,

Consistente en:

1 Corintios, 15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 15:4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
[+] A Pablo le fue revelado que el Espíritu Santo mora en el creyente;

1 Corintios, 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

1 Corintios, 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 

[+] A Pablo le fue revelado que el Espíritu Santo se recibe por la fe;

Gálatas, 3:2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 

[+] A Pablo le fue revelado que el Espíritu Santo, además, es sellado en el creyente;

Efesios, 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

[+] A Pablo le fue revelado el misterio del Rapto de la iglesia;

1 Corintios, 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

1 Tesalonicenses, 4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Este es el “modelo terminado” de Pablo. Pero Pablo no siempre fue el de sus Epístolas. Veamos.

[+] Pablo persiguió a la iglesia de Jesucristo;

Hechos, 8:3 Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel.

Gálatas, 1:13 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;

[+] Pablo aprobó la muerte por lapidación de Esteban;

Hechos, 7:59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 7:60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió. 8:1 Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. 

[+] Siendo una persona salva ¿sientes que tuviste un pasado demasiado oscuro como para que Dios pueda usarte?.

Pablo también.

Palabras finales

Podríamos también citar el caso de Sansón quien, luego de haber desobedecido sistemáticamente a Dios, terminó siendo incluido en el capítulo 11 de la Epístola a los Hebreos, reservado a los “héroes de la fe”:

Hebreos, 11:32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 11:33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 11:34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 

El objeto del presente estudio no es hacer “apología del pecado”, ya que hay una bendición especial para aquellos que no “estuvieron en camino de pecadores”:

Salmos, 1:1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Solo se ha pretendido demostrar que los grandes hombres y mujeres de la Biblia, a quienes solemos colocar en un pedestal, fueron hombres y mujeres no demasiado distintos de nosotros (Santiago, 5:17).

Hay un relato que circula por internet y que grafica como nada esta idea y es el siguiente:

Jacob era un engañador. Pedro negó a Jesús tres veces. David cometió adulterio y homicidio. Noé se emborrachó. Jonás huyo de su llamado. Pablo persiguió a la iglesia. Gedeón era inseguro. Miriam era chismosa. Marta atrapada por los afanes de la vida. Tomás era incrédulo. Sara era impaciente. Elías era temperamental. Moisés era tartamudo. Zaqueo era pequeño. Abraham era muy viejo y Lázaro estaba muerto.

Sin embargo, todas estas personas figuran como amigos de Dios y fueron usados por Él. Algunos incluso están en el "Salón de la Fama" de la Fe (Hebreos, 11).

Dios no llama a los perfectos sino que perfecciona a los que llama.


QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!

Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra -  Ministerio REY DE GLORIA