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Te dejo los videos (1° y 2° parte) donde predico acerca de este tema (el contenido de los videos es el mismo que el expuesto mas abajo):
Introducción
Estamos haciendo este estudio sobre un tema trascendental dentro de la doctrina cristiana como lo es el rapto o arrebatamiento de la iglesia y la segunda venida de Cristo al final de la Tribulación.
Vamos a basar este estudio en los capítulos 24 y 25
del libro de Mateo y en muchos otros pasajes de las Escrituras. Vamos a
intentar demostrar que, en efecto, estamos viviendo los tiempos finales, motivo
por el cual tanto el rapto o arrebatamiento de la iglesia como la segunda
venida de Cristo son hechos que están en un futuro cercano.
Las
profecías de Jesús contenidas en su “discurso del Monte de los Olivos”
(capítulos 24 y 25 del libro de Mateo), que inicia en Mateo, 24:3 con el título
“Señales antes del fin” y continua hasta Mateo, 25:46, fueron una respuesta a
la pregunta de sus discípulos: “¿Qué señal habrá de tu venida y del fin del
siglo?”. Cristo les dio:
[1]
señales generales: falsos Cristos, guerras y rumores de guerras, pestes, hambres,
terremotos, aborrecimiento de unos a otros, falsos profetas, enfriamiento del
amor por la multiplicación de la maldad y la predicación del Evangelio en todo
el mundo (Mateo, 24:4-14);
[2]
señales especiales: la “abominación desoladora” de la que hablo el profeta
Daniel (Mateo, 24:15-28);
[3]
señales espectaculares o eventos astronómicos (“el sol se oscurecerá, y la luna
no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo”) que ocurren en su venida triunfante con poder y
gran gloria (Mateo, 24:29-31);
[4]
advertencias a los creyentes que vivan antes de la Tribulación, para que
estén espiritualmente preparados para el rapto de la iglesia (Mateo,
24:36-51, 25:1-30);
[5]
advertencias para los santos de la tribulación (que no representan a la
iglesia, la cual es arrebatada con anterioridad) para que estén alerta a las
señales de la segunda venida de Cristo inmediatamente después de la
Tribulación de 7 años (Mateo, 24:32-35); y
Para
que se entienda: antes de hacer caer los peores juicios sobre la tierra para
castigar a la humanidad, Dios va a sacar a su iglesia de la tierra en lo que se
conoce como el rapto o arrebatamiento de la iglesia. Dios va a hacer
desaparecer a la iglesia y luego hará llover los perores juicios sobre la
tierra. La iglesia está formada por los cristianos verdaderamente convertidos
al momento del rapto y los “santos de la Tribulación” también son cristianos
pero que no forman parte de la iglesia. Ellos no se fueron en el rapto. Se
terminan de convertir luego del rapto, durante la Tribulación.
[6]
una descripción del juicio de las naciones después de la segunda venida de
Cristo (Mateo, 25:31-46); cuando Cristo venga a la tierra por segunda vez, se
encontrara con personas que sobrevivieron a la Gran Tribulación:
[a] las ovejas:
son los “santos de la tribulación” y son los cristianos convertidos durante la
tribulación y a estos Jesucristo apartara a su derecha; y
[b] los cabritos:
son personas que, a pesar de haber sobrevivido a la Gran Tribulación, siguen
sin convertirse y a estos Jesucristo apartará a su izquierda y serán
condenados;
Comenzamos
No todos los versículos de Mateo, 24 y 25 están
dirigidos al mismo público sino a públicos distintos:
1º Corintios, 10:32 No seáis tropiezo ni a judíos,
ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios.
O sea que, en principio, tenemos 3 grupos a los que está
dirigido el mensaje de Cristo:
[1] La iglesia;
[2] Los
judíos; y;
[3] Los
gentiles;
Habría un cuarto grupo que seria los “santos de la
tribulación”.
Empecemos por lo más fácil que es la iglesia. En la
iglesia de Jesucristo hay de todo: judíos y gentiles, que tienen en común el
haber aceptado a Cristo como Señor y Salvador. Ya lo veremos con mayor detalle
pero, a modo de anticipo, diremos que la iglesia será raptada, es decir, Dios
sacara a la iglesia de la tierra antes de hacer llover sus juicios para
castigar al mundo. Los judíos “a secas” son judíos que, ya sea por su ateísmo o
por su ortodoxia (apego a su religión que es el judaísmo) no han aceptado el
mesianismo de Jesús. Los gentiles son no judíos que tampoco han aceptado a
Jesús como el Hijo de Dios. Mientras la iglesia es rescatada por Dios, tanto
judíos como gentiles van a pasar por los juicios terribles de la Gran
Tribulación. De estos judíos y gentiles va a salir un grupo que van a ser los
“santos de la tribulación”, es decir, personas que se van a convertir al
cristianismo durante la Gran Tribulación.
Tribulación y Gran Tribulación
Se conoce con el nombre de Tribulación a los últimos
7 años del gobierno del hombre sobre la tierra, antes de la segunda venida de
Jesucristo. A su vez, se suele dividir a estos últimos 7 años en dos mitades:
un primer sub-periodo de 3 años y ½ llamado Tribulación seguido de un segundo
sub-periodo, también de 3 años y ½, llamado Gran tribulación. La “bisagra”
entre estos 2 periodos es la manifestación y revelación plena del anticristo
declarándose Dios dentro de un tercer templo que aun hoy no se ha construido.
Esta es la “abominación desoladora de la que hablo el profeta Daniel” (Mateo,
24:15, Daniel, 9:27) y de la que también hablo Pablo (2º Tesalonicenses,
2:3-4). La diferencia es que las calamidades y los eventos desastrosos serán
más frecuentes e intensos en el segundo sub-periodo de 3 años y ½, pero, en
general, los últimos 7 años serán angustiosos.
Por un lado, Jesucristo hablo de que sus seguidores,
a lo largo de la historia, sufrirían “tribulación” (angustia y dificultades),
como una “condición general” que acompañaría a los cristianos a lo largo de
toda la era de la iglesia, es decir, las angustia y las dificultades serian
inherentes a la condición de cristiano.
Por el otro, Jesucristo aquí hablo de la “Gran
Tribulación” como un “periodo de tiempo” que tendrá un comienzo y un final y
que comenzará cuando la “abominación desoladora” (el anticristo), que fue
predicha por el profeta Daniel, se manifieste en el (tercer) Templo, a la mitad
de los últimos siete años de la historia (Mateo, 24:15) y terminará (ese
periodo de “Gran Tribulación”) con la segunda venida de Jesucristo a la tierra,
3 años y ½ después (Mateo, 24:29-30).
El propósito de la Gran Tribulación es doble:
[1] disciplinar (purificar) al pueblo de Israel para
que esté preparado para recibir al Mesías, que ya ha venido (Jesucristo) pero
que ellos no han querido aceptar; y
[2] destruir completamente a las naciones en las
cuales fue esparcido Israel y que también rechazaron al Mesías.
¿Y la iglesia?.
En
el caso de Israel, todas las generaciones desde la cruz están perdidas por
haber rechazado al Mesías. La disciplina de la última generación de israelitas
tiene la intención de llevarlos a que terminen de aceptar a Jesucristo como el
Mesías de Israel.
En
el caso de la iglesia, todas las generaciones anteriores han muerto creyendo en Jesucristo por
lo que el sufrimiento de una última generación de
cristianos en la Gran Tribulación no tendría ningún sentido ya que no serviría
para purificar a todas esas generaciones anteriores de creyentes que ya han sido purificadas por
que, precisamente, han muerto en Cristo.
Lo que debe quedar claro es lo siguiente:
[1] El propósito de la Gran Tribulación es el de
disciplinar a Israel y destruir completamente a las naciones que lo maltrataron
y que rechazaron al Mesías; y
[2] La Iglesia no tiene necesidad de ser purificada
o disciplinada, y por consiguiente nuestra presencia aquí durante ese período –
la Gran Tribulación – estaría en
oposición directa a nuestra naturaleza como la ve Dios. La Iglesia fue
purificada en la cruz, ocasión en la que todos los castigos que merecíamos por
nuestros pecados, fueron llevados por el mismo Señor.
La Iglesia es una “nueva raza humana”, que sale de
entre judíos y gentiles pero que no comparte su destino con ninguno de los dos
(Efesios, 2:15-16).
Efesios, 2:15 aboliendo en su carne las enemistades,
la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de
los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 2:16 y mediante la cruz
reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las
enemistades.
Por esto Pablo divide a las personas en 3 categorías
distintas: judíos, gentiles y la iglesia.
1 Corintios, 10:32 No seáis tropiezo ni a judíos, ni
a gentiles, ni a la iglesia de Dios;
Debido a esto, Dios ha prometido remover a la
Iglesia antes de que inicie la Gran Tribulación.
1 Tesalonicenses, 1:10 y esperar de los cielos a su
Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la
ira venidera.
1 Tesalonicenses, 5:9 Porque no nos ha
puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo,
También tenemos el siguiente pasaje de Apocalipsis:
Apocalipsis, 3:10 Por cuanto has guardado la
palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que
ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la
tierra.
Pero ¿de qué manera la iglesia será rescatada de la
ira venidera?.
Hay un pasaje en Lucas que sugiere que habría una
“forma de escapar” de estos eventos descriptos en Mateo, 24 y ss. acerca de la
Gran Tribulación:
Lucas, 21:36 Velad, pues, en todo tiempo orando
que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán,
y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Jesucristo dio a entender que los verdaderos
creyentes tendrían una forma de escapar de “todas estas cosas” pero no dijo
nada más. Años más tarde, el misterio fue revelado a Pablo en 1º Corintios,
15:51-52.
El rapto o arrebatamiento de la iglesia
1 Corintios, 15:51 He aquí, os digo un misterio:
No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 15:52 en un momento,
en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la
trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros
seremos transformados.
Aquí Pablo dice que estaba revelando un “misterio”
(un secreto), pero la resurrección de los muertos se puede encontrar en el
Antiguo Testamento. El secreto está en que algunos no van a morir, sino
que serán tomados vivos ante la presencia del Señor después de pasar por una
transformación instantánea.
El Rapto sucede muy rápido. En un instante nos
encontramos caminando en la tierra y al siguiente estamos en el Reino.
El rapto o arrebatamiento de la iglesia consiste en
el traslado instantáneo de millones de personas vivas de la tierra a los
cielos, en los días venideros y está acompañado por otro evento paralelo: la
resurrección previa de todas aquellas personas que, antes de morir, pidieron
perdón a Dios por sus pecados, aceptando a Jesús como su Señor y Salvador pero
la muerte se les anticipo. O sea, tanto los muertos en Cristo (serán “resucitados”)
como los cristianos que se encuentren vivos (serán “transformados”) serán
llevados al cielo, en un pestañear e inmediatamente comenzara la Tribulación.
Aunque el día y la hora del rapto de la iglesia no
lo conoce nadie (solo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo), respecto de la
“época” en que ocurrirá se han desarrollado 3 posturas doctrinales:
[1] Pretribulacionista: según la cual el
rapto ocurrirá antes de la Tribulación total que durara 7 años (es más, según
esta postura con el rapto se inicia el periodo de los últimos 7 años);
[2] Mesotribulacionista: según la cual el
rapto ocurre a mitad de los últimos 7 años, es decir, a los 3 años y ½ de
comenzado el periodo total de la Tribulación de 7 años por lo que el rapto aquí
coincide con otro evento que es la manifestación de la “abominación desoladora”
(Mateo, 24:15); y
[3] Postibulacionista: según la cual el rapto
ocurre al final de la Tribulación, superponiéndose casi con la segunda venida
de Cristo (es la postura que menos adhesiones ha despertado);
Pasajes bíblicos que sustentan la ocurrencia del rapto:
1 Corintios, 15:51 He aquí, os digo un misterio: No
todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 15:52 en un momento,
en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta,
y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos
transformados.
1 Tesalonicenses, 4:15 Por lo cual os decimos esto
en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la
venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 4:16 Porque el Señor
mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá
del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 4:17 Luego nosotros los
que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con
ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor.
Juan, 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en
Dios, creed también en mí. 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si
así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para
vosotros. 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré
a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
El Rapto es un evento desconocido y
secreto, cuando Jesús llega a medio camino entre el cielo y la tierra para
encontrarse con su iglesia en el aire y llevarla a donde Él se encuentra ahora.
Y decimos “desconocido y secreto”, porque el momento específico permanecerá
desconocido hasta que haya sucedido.
La Segunda Venida, en cambio, es un evento conocido
y público cuando Jesús llega hasta la tierra con su iglesia, para
establecer Su reino aquí. Y decimos “programado y público” porque el momento
general de su llegada será conocido en la tierra 3 años y ½ antes que suceda (a
partir de que se manifieste la “abominación desoladora”, quedaran 3 años y ½
para la segunda venida de Cristo) y público, porque todas las personas en la
tierra podrán ver su llegada (Apocalipsis, 1:7 He aquí que viene con las nubes,
y todo ojo le verá).
La Gran Tribulación (los últimos 3 años y ½)
comienza en Apocalipsis 11—13. Pero la ira de Dios es más larga, empezando
en Apocalipsis 6 (los juicios de los sellos). Los juicios de las copas que
vienen después, no inician el momento de su ira, sino que la concluyen
(Apocalipsis 15:1).
Habiendo sido rescatados del tiempo, del lugar y de
cualquier relación que hubiera con la ira de Dios, significa que la Iglesia
tiene que desaparecer antes de Apocalipsis 6 (que es donde realmente
comienza la ira de Dios), y es por eso que el Rapto debería llevarse a cabo
en Apocalipsis 4:
Apocalipsis, 4:1
Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera
voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y
yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
La Iglesia es ese grupo de creyentes que se ven en
el Cielo en Apocalipsis 5.
¿Por qué es de suma importancia que nos vayamos en el
rapto?
Venimos diciendo que tenemos 4 grupos o compañías de
personas: la iglesia, los santos de la tribulación, los judíos y los gentiles y
ya hemos dicho quienes son cada uno. También venimos diciendo que la iglesia se
va a ir en el rapto en algún momento durante la primera mitad de los 7 años
totales, motivo por el cual la iglesia no entrara en la Gran Tribulación, donde
se van a ver los juicios de Dios más severos. La iglesia será, por tanto,
rescatada de la ira de Dios. Se van a quedar a atravesar la Gran tribulación
los judíos y los gentiles. Respecto del segundo grupo, los “santos de la
tribulación”, venimos diciendo que son personas que se convertirán al
cristianismo, luego del rapto, durante la Gran Tribulación y van a salir de los
judíos y gentiles que se quedaron. No se fueron en el rapto porque no formaban
parte de la iglesia.
Dentro de este grupo de judíos y gentiles que no se
fueron en el rapto y que van a atravesar la Gran tribulación y de los cuales
van a salir los “santos de la tribulación” tenemos:
[a] Judíos y gentiles incrédulos que, al momento del
rapto, jamás habían aceptado a Jesucristo (nunca fueron cristianos); y
[b] Judíos y gentiles creyentes pero que eran
cristianos inconstantes (llamados “cristianos tibios”), es decir, cristianos
que se congregaban y participaban, incluso, de algunas de la actividades de su
congregación, pero que, al momento del rapto, no estaban 100% convertidos (por
eso no se fueron en el rapto);
De estos dos grupos saldrán los “santos de la
tribulación”, es decir, los cristianos que se conviertan durante la Gran
Tribulación.
Surge, entonces, una pregunta interesante: dentro de
los “santos de la tribulación” ¿de quienes habrá más?. ¿Judíos o gentiles?.
¿Judíos y gentiles que no se fueron en el rapto por incrédulos (nunca creyeron
en Dios) o Judíos y gentiles que, habiendo creído en Jesucristo, no se fueron
en el rapto por ser tibios?. Lo primero que tenemos que decir es que hay malas
noticias para los gentiles, es decir, para los no judíos, porque la mayoría de
los “santos de la tribulación” van a ser
judíos. ¿Por qué?. Porque el foco de la Gran Tribulación es judío. Ya dijimos
que el propósito principal de la Gran tribulación es disciplinar a Israel para
llevarlos a la aceptación de Jesucristo como el Mesías. Con el rapto habrá
terminado la era de la iglesia (que fue de la cruz al rapto) y se habrá acabado
la gracia.
Con el rapto, se acaba el “tiempo de gentiles” y
Dios volverá sus ojos a Israel. Para los gentiles fue la “gracia” (que fue de
la cruz al rapto). Para judíos es la Gran tribulación. Y de los pocos gentiles
(no judíos) que formen parte de los “santos de la tribulación”, es muy probable
que la mayoría hayan sido “gentiles incrédulos” y no tibios. ¿Por qué?. Porque
los cristianos tibios que no se hayan ido en el rapto precisamente por ser
tibios, van a quedar resentidos de alguna manera con Dios. Ellos, aun
reconociendo su tibieza, le van a reprochar a Dios lo siguiente: ¿nosotros,
aunque fuimos tibios, siempre creímos en vos y hasta hicimos algunas cosas por
tu obra, tenemos que pasar por las mismas calamidades que los judíos, que nunca
aceptaron a tu Hijo y que los gentiles que jamás creyeron en vos?.
Es decir, a los cristianos gentiles tibios, su
conocimiento previo de Dios no solo que no les va a servir para nada (no les va
a ser contado por justicia) sino que, además, les va a jugar en contra. Ellos,
conociendo la verdad, se relajaron y no tomaron en serio las advertencias de
Dios.
Apocalipsis, 3:15 Yo conozco tus obras, que ni
eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 3:16 Pero por
cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Jesucristo dice que es mejor ser frio (incrédulo) o
caliente (lleno del Espíritu Santo), antes que tibio.
Hacete un auto examen. Si sos gentil (no judío) y
cristiano y hay tibieza en vos, yo te diría que tu única oportunidad es el
rapto de la iglesia.
Romanos, 11:25 Porque no quiero, hermanos, que
ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros
mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya
entrado la plenitud de los gentiles; 11:26 y luego todo Israel será salvo.
Con esto Pablo quiere decirles a los gentiles (los
no judíos) que no se “agranden”, es decir, que no piensen que van a reemplazar
a Israel porque, una vez que la plenitud de los gentiles termine (es decir, la
era de la iglesia) todo Israel será salvo.
Los siete arrebatamientos biblicos
Para terminar de demostrar que el rapto es una
doctrina que tiene una fuerte presencia en las Escrituras, vamos a hablar ahora
de los 7 raptos o arrebatamientos que se registran en la Biblia (5 cumplidos y
2 todavía sin cumplir).
1º Arrebatamiento 'cumplido' (Enoc)
Génesis, 5:24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y
desapareció, porque le llevó Dios.
Hebreos, 11:5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no
ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese
traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
2º Arrebatamiento 'cumplido' (Elías)
2º Reyes, 2:11 Y aconteció que yendo ellos y
hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y
Elías subió al cielo en un torbellino.
3º Arrebatamiento 'cumplido'
(Jesucristo)
Hechos, 1:9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo
ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 1:10 Y
estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he
aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 1:11 los
cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?
Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le
habéis visto ir al cielo.
Apocalipsis, 12:5 Y ella dio a luz un hijo varón,
que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado
para Dios y para su trono.
4º Arrebatamiento 'cumplido' (Felipe)
Hechos, 8:38 Y mandó parar el carro; y descendieron
ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. 8:39 Cuando subieron del agua,
el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió
gozoso su camino. 8:40 Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba
el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesárea.
El de Felipe fue el único arrebatamiento de una
ciudad a otra (de un lugar de la tierra a otro lugar de la tierra y no al cielo).
5º Arrebatamiento 'cumplido' (Pablo de
Tarso)
2º Corintios, 12:2 Conozco a un hombre en Cristo,
que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo
sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 12:3 Y conozco al tal
hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 12:4 que
fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al
hombre expresar.
Existen 3 paraísos y 3 cielos:
[1] el primer paraíso fue el Huerto del Edén, de
donde fueron expulsados Adán y Eva por pecar (Génesis, 3:24);
[2] el segundo paraíso fue el Seno de Abraham
(Lucas, 16:22); y
[3] el tercer paraíso es la Nueva Jerusalén, que está
en el tercer cielo (Apocalipsis, 21:9-27);
El 'primer cielo' es la atmosfera, el 'segundo
cielo' es el universo y el 'tercer cielo' es donde está el Trono de Dios. Pablo
dice que fue arrebatado hasta el 'tercer cielo'.
6º Arrebatamiento 'pendiente'
(Iglesia)
1º Corintios, 15:51 He aquí, os digo un misterio: No
todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 15:52 en un momento, en un
abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y
los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
1º Tesalonicenses, 4:16 Porque el Señor mismo con
voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del
cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 4:17 Luego nosotros los que
vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el
Señor.
7º Arrebatamiento 'pendiente' (los 2
testigos del Apocalipsis)
Apocalipsis, 11:3 Y daré a mis dos testigos que
profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. 11:4 Estos
testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del
Dios de la tierra. 11:5 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de
ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él
de la misma manera. 11:6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que
no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para
convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces
quieran. 11:7 Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo
hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. 11:8 Y sus cadáveres estarán en la plaza de la
grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también
nuestro Señor fue crucificado. 11:9 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y
naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean
sepultados. 11:10 Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se
alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían
atormentado a los moradores de la tierra. 11:11 Pero después de tres días y
medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron
sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. 11:12 Y oyeron una
gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube;
y sus enemigos los vieron.
Estos 2 testigos del Apocalipsis muy probablemente
sean ELIAS y MOISES.
Sabemos que Elías, en su tiempo, oro para que no
lloviera (poder para cerrar el cielo) y también conocemos todos los prodigios
que hizo Moisés, delante de Faraón, para que dejara salir a su pueblo (Israel)
de Egipto. Estos dos testigos que menciona el Apocalipsis, tendrán poder,
precisamente, para hacer todas estas maravillas. Con el arrebatamiento de la
iglesia se inicia la Tribulación de 7 años (según la doctrina
pretribulacionista) o la Gran tribulación (según la doctrina
mesotribulacionista). Luego del rapto vendrán estos 2 testigos y profetizaran
contra el anticristo 3 años y ½ (1.260 días). Finalmente los mataran y no
permitirán que los entierren. A los 3 días y ½ de muertos serán arrebatados por
Dios.
¿Qué te espera en la Gran Tribulación?
En la Gran Tribulación te esperan todas las cosas
descriptas en el libro de Apocalipsis:
[a] va a escasear el agua: el único agua potable que
se puede beber es el que se encuentra mayormente en ríos y lagos – el agua
dulce – el cual va a quedar envenenado y Dios va a provocar esto (Apocalipsis,
16:4);
[b] van a escasear los alimentos;
[c] el sol va a estar tan enfermo que va a incinerar
todo lo que se exponga a él (Apocalipsis, 16:8);
[d] va a estar la “marca de la bestia” sin la cual
nadie va a poder comprar ni vender (Apocalipsis, 13:16-17; 16:2);
Apocalipsis, 13:16 Y hacía que a todos, pequeños y
grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano
derecha, o en la frente; 13:17 y que ninguno pudiese comprar ni vender,
sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su
nombre. 13:18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el
número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos
sesenta y seis.
Hace 30 o 40 años atrás esto era “ciencia ficción”,
pero hoy ya se sabe que la “marca de la bestia” es un microchip que se va a
implantar en la mano derecha o en la frente en el cual van a estar cargados
todos tus datos y tu sueldo como “dinero electrónico” (el dinero en papel va a
desaparecer). Vos me dirás: no me dejo implantar el chip y listo. En primer
lugar va a ser obligatorio y en segundo lugar, los que no tengan esta “marca”
(este chip implantado) van a quedar afuera de todo: no vas a poder comprar
ningún producto en ningún comercio (ni medicamentos), no vas a poder conseguir
trabajo, vas a quedar afuera del sistema de salud (si no tenés esta marca -
este chip implantado) y no vas a poder atenderte (ni vos ni tus hijos) ni
siquiera en un hospital público, etc.
Vos me dirás: bueno, me implanto el chip y listo.
Pero hay un problema. Si tejas marcar con esta “marca de la bestia” (si te
dejas implantar este chip), para Dios es lo mismo que adorar a Satanás y esto
(junto con la blasfemia del Espíritu Santo) no será perdonado por Dios.
Apocalipsis, 14:9 Y el tercer ángel los siguió,
diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la
marca en su frente o en su mano, 14:10 él también beberá del vino de la
ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado
con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero;
Apocalipsis, 15:1 Vi en el cielo otra señal, grande
y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en
ellas se consumaba la ira de Dios.
Apocalipsis, 16:2 Fue el primero, y derramó su copa
sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que
tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.
El tercer templo
Mateo,
24:21 porque habrá
entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del
mundo hasta ahora, ni la habrá.
La
señal más importante para el comienzo de la Gran Tribulación es la “abominación
desoladora” (Mateo, 24:15), es decir, el anticristo, dentro del templo,
profanándolo y autoproclamándose “Dios”. Esta señal les dice a los fieles que
estén vivos en ese momento (que no se fueron en el rapto) que la venida de
Cristo a la tierra ocurrirá al finalizar los próximos 3 años y ½.
Una
vez que Dios haya arrebatado o esté a punto de arrebatar a la iglesia,
“empezara a tratar de nuevo con Israel” (con el rapto estará terminando la “era
de la iglesia”), motivo por el cual se reanudara el antiguo pacto, con todo el
sistema de sacrificios, con lo cual un nuevo templo tendrá que ser construido.
Este templo que se construya (que hoy no existe) será un tercer templo: el
primero, que construyo Salomón, fue destruido por Nabucodonosor en 586 a.C. y
el segundo, que fue reconstruido durante la época postexilica de Esdras y
Nehemías, fue destruido por los romanos en 70 d.C.. El anticristo, llamado el
inicuo, levantara su imagen en el templo de Dios (esta es la abominación
cometida por el desolador), declarándose “Dios” (Daniel, 9:27, 2º
Tesalonicenses, 2:3-4, Apocalipsis, 13:14-15).
Muchos se preguntan por qué un nuevo (tercer) templo
tiene que ser construido para seguir efectuando sacrificios si:
[1] el templo del Espíritu Santo es el cuerpo (1
Corintios, 6:19) por lo que ya no es necesario un templo físico; y
[2] El sacrificio de Cristo fue una vez y para
siempre (Hebreos, 10:12) con lo cual ya no es necesario sacrificar animales;
La primera razón por la que un nuevo (tercer)
templo tiene que ser construido es evidente: la “abominación desoladora” (el
anticristo) de la que hablo el profeta Daniel (Mateo, 24:15), tiene que
revelarse como tal en un templo, el cual profanará (autoproclamándose “Dios”) y el cual usara como centro de sus
pronunciamientos contra Dios. Por lo tanto, un nuevo (tercer) templo (que hoy
no existe) tiene que ser construido.
La segunda razón por la que un nuevo (tercer)
templo tiene que ser construido es que Dios va a retomar su relación con Israel
exactamente donde quedo al momento que apareció la iglesia con la primera
venida de Jesucristo. Durante la era de la iglesia el antiguo pacto quedo
suspendido. Como los judíos, aun al día de hoy, jamás han aceptado a Jesús como
Mesías, cuando la iglesia ya no esté por haber sido arrebatada, Dios retomara
su relación con ellos en el punto donde había quedado hasta llevarlos
(utilizando como disciplina la Gran Tribulación) a la aceptación definitiva de
Jesús como el Mesías prometido a Israel. Por lo tanto, si Dios va a “retomar”
su relación con Israel donde había quedado, un nuevo (tercer) tiene que ser
construido para que Israel retome el sistema de sacrificios interrumpido por la
destrucción del segundo templo en el año 70 d.C. a manos de los romanos.
Una tercera razón por la que un tercer templo
tendrá que ser construido la encontramos en Ezequiel, 40 donde el profeta
Ezequiel tiene una visión de un templo, que no es ni el de Salomón (destruido
en 586 a.C. por Nabucodonosor) ni el segundo templo, reconstruido en la época
pos exílica de Esdras y Nehemías (destruido por los romanos en 70 d.C.). Es más,
este tercer templo que se construya se hará con las especificaciones que
recibió Ezequiel. Busca en internet. Hay muchos videos acerca de la
construcción del tercer templo. Incluso, ha sido creado en Israel el “instituto
del tercer templo” desde donde se supervisara su construcción y también la
confección de los trajes de los sacerdotes y de los instrumentos musicales que
tocarán los levitas.
El fin del mundo
Antes
de continuar debemos aclarar que significa “fin del mundo” en el contexto de
este “discurso del Monte de los Olivos” (Mateo, 24 y 25). Con la segunda venida
de Cristo lo que se producirá es el fin del sistema por medio del cual el
hombre ha gobernado hasta ahora a la tierra y a sus semejantes. Cuando Cristo
retorne peleara contra el anticristo y lo derrotara y tanto el anticristo como
el falso profeta (las 2 bestias del Apocalipsis) serán arrojados vivos al lago
de fuego (Apocalipsis, 19:20). Por su parte, Satanás será encarcelado en el
abismo por 1.000 años (Apocalipsis, 20:1-3).
Durante
los 1.000 años que Satanás esté encarcelado en el abismo, Jesucristo gobernara
políticamente la tierra desde Jerusalén en lo que se conoce como el “reinado
milenial de Cristo” (Apocalipsis, 20:6). Cumplidos estos 1.000 años Satanás
“será suelto de su prisión y saldrá a engañar a las naciones” (Apocalipsis,
20:7). La rebelión será nuevamente aplastada y Satanás será lanzado al lago de
fuego donde el anticristo y el falso profeta ya habían sido arrojados 1.000
años antes (Apocalipsis, 20:10). Y después de esto recién será el fin del mundo
(no en la segunda venida de Cristo). Existirá, entonces, un cielo nuevo y una
nueva tierra porque “el primer cielo y la primera tierra pasaron y el mar ya no
existía mas” (Apocalipsis, 21).
Israel vuelve a ser una nación
Hay muchos pasajes que hablan del resurgimiento de
Israel como nación. Yo elijo un pasaje del libro de Ezequiel:
Ezequiel, 37:21 y les dirás: Así ha dicho Jehová el
Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las
cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra;
A pesar de que Ezequiel escribió estas palabras
mientras los israelitas aun se encontraban exiliados en Babilonia, no se
cumplieron cuando la nación retornó del exilio (en la época de Esdras y
Nehemías) ya que luego, en la época de los romanos y después de Jesús se
produjo la famosa diáspora o dispersión. Ezequiel estaba hablando del segundo y
último retorno: el de mayo de 1948, luego de la segunda guerra mundial.
La señal de la higuera
Mateo,
24:32 De la higuera
aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis
que el verano está cerca.
En este pasaje, la “higuera” representa a Israel, el
“brote de las hojas” representa su restauración como estado político y el
“verano” representa la segunda venida de Cristo (tanto en el rapto de la
iglesia como al final de la Gran Tribulación). La higuera comenzó a reverdecer
en mayo de 1948, cuando nació el Estado de Israel. Si consideramos que en la
“guerra de los 6 días”, librada por Israel en 1967 contra una coalición de
naciones árabes, Israel recupero el control total de Jerusalén, podríamos decir
que la higuera está bastante reverdecida.
Mateo,
24:34 De cierto os digo,
que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
Lo que Jesucristo quiso decir con esto es que
algunas personas de la generación que estaba naciendo cuando Israel fue
restaurado como estado político en mayo de 1948 (cuando la higuera reverdeció),
aun estarían vivas cuando Él retornara. De acuerdo a la propia Biblia una
generación es de 70 a 80 años (Salmos, 90:10) o directamente de 70 años
(Isaías, 23:15). Si tomamos como una señal decisiva la restauración de Israel en
mayo de 1948 (y vaya si lo es) y que muchos de lo que estaban vivos en esa
época, estarán vivos para cuando el Señor regrese, nos vamos al año 2018 (1948
+ 70 años) con lo cual la segunda venida de Cristo estaría más que cerca.
Si a 1.948 sumamos 80 años (la otra alternativa de
Salmos, 90:10), nos vamos al año 2.028. Año 2.023 en promedio si a 1.948
sumamos 75 años (precisamente el promedio entre 70 y 80 años). Con lo cual,
como podemos ver, el retorno de Cristo estaría más que cercano. Con esto, no
pretendemos “sacar cuentas” sino solo corroborar que estamos en los “últimos
tiempos”, los cuales, más allá de las fechas, deben ser reconocidos por los
verdaderos hijos de Dios. Recordemos que una de las principales acusaciones de
Jesús a los Fariseos fue la de que eran incapaces de reconocer los tiempos del
advenimiento del Mesías (que era El, Jesús), ampliamente profetizado en las
Escrituras.
Mateo,
24:36 Pero del día y la
hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
Este versículo se refiere al rapto de la iglesia y
no a la segunda venida de Cristo, ya que el tiempo exacto de su segunda venida
será conocida una vez que se manifieste la “abominación desoladora” (Mateo,
24:15). A partir de aquí Cristo vendrá, en su segunda venida (no el rapto) a
los 3 años y ½.
Este pasaje dice que solo el Padre conoce el tiempo
del retorno de Cristo por su iglesia (el rapto). Hay que entender esto como una
referencia al tiempo en que Cristo estuvo en la tierra, donde El se despojo de
su divinidad y se hizo siervo hasta la muerte (y el siervo no conoce). Seguro
que ahora Jesús, que ha regresado a su gloria anterior (Juan, 17:5), tiene
conocimiento futuro de su retorno por su iglesia (el rapto).
Mateo,
24:37 Mas como en los días
de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
Cuando Cristo afirma que su (segunda) venida será
como en los días de Noé, tenemos que pensar que fue lo que sucedió en los días
de Noé. En los días de Noé hubo 3 categorías de personas:
[a] Enoc, que antes del diluvio, fue arrebatado por
Dios, representa a la iglesia (Génesis, 5:24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y
desapareció, porque le llevó Dios, Hebreos, 11:5 Por la fe Enoc fue traspuesto
para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que
fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios);
[b] Noé (y su familia) que se salvaron del diluvio
porque construyeron el Arca (representan a los “santos de la tribulación”); y
[c] Los impíos (incrédulos) que perecieron en el
diluvio (no le creyeron a Noé);
Mateo,
24:40 Entonces estarán dos
en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Este pasaje no se refiere a la segunda venida de
Cristo sino al rapto de la iglesia. Cuando Jesús dice “el uno será tomado y el
otro será dejado”, lo dice antes de decir:
Mateo, 24:42 Velad, pues, porque no sabéis a
qué hora ha de venir vuestro Señor.
Como ya dijimos, una vez que se manifieste la
“abominación desoladora” (Mateo, 24:15), la segunda venida del Señor será
conocida porque ocurrirá 3 años y ½ después. Es decir, cada vez que aparezcan
pasajes donde se nos diga “velad” porque “no sabéis”, etc., claramente están
haciendo alusión al rapto de la iglesia.
Mateo, 24:44 Por tanto, también vosotros estad
preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
Una vez más Cristo se refiere a su venida por los
fieles de su iglesia en un momento “inesperado y desconocido”. Claramente esta
advertencia está dirigida a la iglesia y se refiere al rapto o arrebatamiento.
No está referida a su segunda venida, al final de la Gran Tribulación, cuyo
tiempo será conocido: 3 años y ½ después de que se manifieste la “abominación
desoladora” (Mateo, 24:15).
La única manera de armonizar la enseñanza de Cristo
sobre:
[a] su venida inesperada en el rapto de la
iglesia (Mateo, 24:42, 44); con
[b] su venida esperada al final de la Gran
Tribulación (Mateo, 24:33);
Es dar por sentado dos fases de su segunda venida:
[1] La primera etapa se refiere al rapto o
arrebatamiento de la iglesia (1 Corintios, 15:51-52, 1 Tesalonicenses,
4:15-17); y
[2] La segunda etapa, se refiere a su (segunda)
venida 3 años y ½ después de que se manifieste la “abominación desoladora”
(Mateo, 24:15);
Mateo,
24:48 Pero si aquel siervo
malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
Como ya dijimos, es necesario saber diferenciar a
quien se le habla en cada versículo. Cuando la Biblia utiliza la palabra
“siervo” se está refiriendo a un cristiano, es decir, a un miembro de la
iglesia de Cristo (no a un judío o a un gentil). Si, además, la expresión es
“siervo malo” se está refiriendo a un cristiano inconstante (tibio). Los
cristianos tibios no participaran del rapto de la iglesia por lo que tendrán
que pasar por las mismas pruebas que los judíos y los gentiles: o aceptan a Cristo
durante la Gran Tribulación (aun a precio de morir) o serán condenados. El
Señor advirtió que vomitaría (no haría participes del rapto) a los tibios
(Apocalipsis, 3:16).
De la misma forma que el infierno (el fuego eterno)
inicialmente se preparo para el diablo y sus ángeles y no para los hombres
(Mateo, 25:41), la Gran Tribulación estuvo siempre destinada, como ya dijimos,
a disciplinar a los judíos (para que terminen de aceptar al Mesías) y castigar
a los gentiles incrédulos, pero jamás estuvo destinada para la iglesia. No
obstante, los cristianos tibios no participaran del rapto motivo por el cual
sufrirán la Gran Tribulación al igual que los judíos y los gentiles. Ellos
tendrían que haberse ido en el rapto pero, por no haber estado consagrados 100%
al Señor, ahora, durante la Gran Tribulación, tendrán que probar su fe a cada
instante y hasta el fin, sufriendo pruebas terribles, para conservar su
salvación, incluso a costa de perder la vida.
Mateo, 24:13 Mas el que persevere hasta el fin,
éste será salvo.
Estas palabras de Jesús no están destinadas a la
iglesia (que habrá sido raptada antes de la Gran Tribulación) sino a los
cristianos tibios que no hayan participado del rapto y a los incrédulos (judíos
y gentiles) que se conviertan durante la Gran Tribulación. A todos estos se les
llama los “santos de la tribulación” (muchos morirán como mártires). Tendrán
que “perseverar hasta el fin” para ser salvos.
Apocalipsis, 7:9 Después de esto miré, y he aquí una
gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos
y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero,
vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; 7:13 Entonces uno de
los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes
son, y de dónde han venido? 7:14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me
dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus
ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 7:15 Por esto están
delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo;
En el libro de Apocalipsis, Juan es transportado al
cielo y ve a una multitud “vestida de ropas blancas y con palmas en las manos”.
Uno de los ancianos que adoran a Dios le pregunta quiénes son y de donde han
venido. Juan no los reconoce (un indicio de que no son la iglesia) y le dice al
anciano: tú lo sabes. El anciano responde: son los que han salido de la gran
tribulación. ¿Cómo salieron de la Gran Tribulación?. Muriendo como mártires
(porque en la visión de Juan están en el cielo). Y están con palmas en las
manos y “sirven en el templo día y noche”. Claramente no son la iglesia cuyos
miembros están destinados a ser “reyes y sacerdotes”. Por lo tanto, los “santos
de la tribulación” no solamente tendrán que pasar por pruebas más duras para
salvarse sino que, además, no tendrán los privilegios a los que está destinada
la iglesia.
Respecto de la venida del señor
2 Tesalonicenses, 2:1 Pero con respecto a la venida
de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos,
hermanos, 2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar,
ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera
nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.
En estos pasajes, Pablo habla de la venida del Señor
y de “nuestra reunión con El”, es decir, Pablo no está hablando de la segunda
venida sino del rapto o arrebatamiento de la iglesia donde, como vimos, nos
“reuniremos con el Señor en el aire”. En la segunda venida, al final de la
Tribulación total de 7 años, Cristo no viene a reunirse con nadie sino que
viene a pelear contra el anticristo, con su iglesia con la cual se reunió antes
en el rapto. De este modo, cuando Pablo dice respecto a la venida del Señor y
nuestra reunión con El se está refiriendo al rapto.
Pablo les advierte a los tesalonicenses que no se
turben ni se dejen convencer (no se dejen mover fácilmente de su modo de
pensar) en cuanto a que la venida del Señor y nuestra reunión con El (el rapto)
está cerca:
[a] ni por espíritu (se refiere a los espíritus
engañadores y las doctrinas de demonios de 1 Timoteo, 4:1);
[b] ni por palabra (soltada por algún falso
profeta);
[c] ni por “carta como si fuera nuestra”
(probablemente los tesalonicenses recibieron, en algún momento, alguna carta
como si fuera de Pablo pero que no era de Pablo; tales son las artimañas del
enemigo para infiltrar y pervertir el Evangelio verdadero);
2 Tesalonicenses, 2:3 Nadie os engañe en ninguna
manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición, 2:4 el cual se opone y se levanta
contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en
el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
Es decir, el Señor no vendrá y, por lo tanto, no nos
reuniremos con El (el rapto no ocurrirá) hasta que no pasen 2 cosas:
[1] la apostasía, es decir, el abandono de la fe (en
una escala importante) dentro de la iglesia (un inconverso no puede apostatar
porque no puede abandonar lo que jamás tuvo); y
[2] la manifestación del “hijo de perdición”, es
decir, el anticristo;
Esta manifestación consiste en que (el anticristo)
va a entrar en un tercer templo (aun no construido) y se va a autoproclamar
“Dios”. Esta es la manifestación de la “abominación desoladora” de la que hablo
el profeta Daniel (Mateo, 24:15). Y no solo se opondrá a Dios sino a “todo lo
que es objeto de culto”, es decir, se opondrá incluso a las religiones falsas
(paganas) porque pretenderá que se le adore únicamente a él como a un “dios”.
Según Pablo, entonces, el rapto de la iglesia no ocurrirá hasta que:
[1] venga la apostasía dentro de la iglesia y
alcance niveles alarmantes; y
[2] se manifieste el “hijo de perdición” (el
anticristo);
Esto, por supuesto, nos conduce o nos acerca a la
doctrina mesotribulacionista en cuanto a la época de ocurrencia del rapto ya
que, según Pablo, la iglesia vera la manifestación del anticristo (lo cual
ocurre a mitad de la Tribulación total de 7 años).
Por su parte, la apostasía tendrá 2 dimensiones:
[1] una dimensión teológica: la desviación y el
rechazo total o parcial de las enseñanzas de las Escrituras; y
[2] una dimensión moral: se predicara sana doctrina
pero tolerando el pecado y la inmoralidad dentro de la iglesia;
¿Que significa que el anticristo se haga
manifiesto?. Se opondrá (lo veremos) contra Dios tanto (hasta el punto) de
sentarse en el templo de Dios y hacerse pasar por Dios. O sea que, de acuerdo a
estas palabras de Pablo, la iglesia, antes de ser arrebatada, tendría que ver a
la abominación desoladora manifestada (Mateo, 24:15), por lo que un tercer
templo tendrá que ser construido en los días de la iglesia.
La manifestación del hombre de pecado
2 Tesalonicenses, 2:5 ¿No os acordáis que cuando yo
estaba todavía con vosotros, os decía esto? 2:6 Y ahora vosotros sabéis lo
que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. 2:7 Porque
ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente
lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 2:8 Y entonces
se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su
boca, y destruirá con el resplandor de su venida; 2:9 inicuo cuyo
advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios
mentirosos, 2:10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por
cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 2:11 Por esto
Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 2:12 a fin de
que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se
complacieron en la injusticia.
Al momento de escribir esta segunda carta a los
tesalonicenses, Pablo les dice que ya (en ese tiempo) estaba en acción el
“misterio de la iniquidad”. ¿Qué es este “misterio de la iniquidad”?. Es la
actividad secreta de los poderes del mal. Esta afirmación de Pablo de que ya,
en sus días, estaba en acción el “misterio de la iniquidad” se corresponde con
la afirmación de Juan de que, también en sus días, “han surgido muchos
anticristos” (1 Juan, 2:18). Pablo les dice a los tesalonicenses que, cuando
todavía estaba con ellos, el les había dicho personalmente que era lo que
detenía la acción de este “misterio de la iniquidad” (de esta actividad
maligna) y agrega que, cuando el que lo detiene sea quitado de en medio, esta
maldad se manifestara en aquel inicuo a quien el Señor matara con el espíritu de
su boca.
El único que tiene poder para limitar y detener esta
actividad maligna (este “misterio de la iniquidad”) es el Espíritu Santo (es
Dios). Pero, en algún momento, el Espíritu Santo será quitado de en medio, lo
cual no significa que será quitado del mundo sino que cesara su influencia que
restringe la iniquidad, es decir, serán quitadas todas las limitaciones contra
el pecado y comenzara la rebelión de Satanás. Como la iglesia es el medio por
el cual actúa el Espíritu Santo, al ser arrebatada de la tierra, el Espíritu
Santo permanecerá en el mundo (convenciendo de pecado y capacitando y
convirtiendo personas a Cristo) pero no actuara para detener y limitar el mal,
ahora totalmente desenfrenado, porque la iglesia ya no estará presente. O sea:
si actualmente no vemos cosas peores es por la presencia en el mundo del Espíritu Santo actuando a
través de la iglesia.
El Espíritu Santo no va a abandonar el planeta
porque es Dios y uno de los atributos de Dios, que comparten las 3 personas de
la Trinidad, es la omnipresencia (es imposible que Dios no esté en un lugar).
Lo que si sucederá es que el Señor, el Espíritu Santo, Dios ya no actuara
directamente para refrenar el mal porque le va a faltar su brazo derecho, es
decir, la carne que utiliza el Espíritu Santo para modificar las cosas en el
mundo conforme al plan de Dios y que es la iglesia, la cual ya no estará por
haber sido raptada. Este inicuo, cuyo advenimiento es por obra de Satanás, dice
Pablo refiriéndose al anticristo, será un gobernante mundial que, al iniciar
los últimos 7 años de la historia hará un pacto de paz con Israel.
Terminara de revelar su verdadera identidad cuando 3
años y ½ después (a mitad de los 7 años) rompa ese pacto con Israel (Daniel,
9:27), llegue a ser gobernante mundial, se declare a sí mismo “Dios”,
profanando un tercer templo (aun no construido), que utilizara como centro de
sus pronunciamientos. Mediante el poder de Satanás y utilizando los medios
masivos de comunicación (en especial la TV), el anticristo hará grandes señales,
milagros y portentos para propagar el error. Estos milagros genuinos (serán
verdaderos actos sobrenaturales), engañaran a la mayoría que no acepto la
verdad de Jesucristo, para que acepten la mentira y sean condenados, lo cual
será permitido por Dios.
El inicio de los últimos 7 años
Hasta ahora hemos hablado de que el tiempo total de
la Tribulación es de 7 años, de que a mitad de dicho periodo (a los 3 años y ½)
se manifestará la “abominación desoladora” (Mateo, 24:15), de que, a partir de
aquí, comenzará la Gran Tribulación y de que, de este modo, la segunda venida
de Cristo seria conocida ya que se producirá al final de la Gran Tribulación,
es decir, 3 años y ½ después de la manifestación de la “abominación desoladora”
(Mateo, 24:15). También dijimos que la iglesia no entrara en la Gran
Tribulación, por lo que tendrá que ser raptada en algún momento de la primera
mitad de estos 7 años. Pero no hemos dicho nada acerca de cuándo inicia este
periodo total de 7 años. ¿Cómo sabemos cuándo inicia este periodo?. ¿A partir
de qué momento empezamos a contar?.
La respuesta está en el libro de Daniel:
Daniel, 9:24 Setenta semanas están determinadas
sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y
poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable,
y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 9:25
Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y
edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y
dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos
angustiosos. 9:26 Y después de las
sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo
de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin
será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las
devastaciones. 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la
mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la
muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación,
y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
A estos versículos que acabamos de leer del libro de
Daniel (Daniel, 9:24-27) se los conoce con el nombre de “las 70 semanas de
Daniel”. Este fue un periodo de tiempo, que le fue revelado a Daniel, sobre el que profetizo Daniel, en el
cual iban a ocurrir una serie de eventos que iban a ser claves para Israel. La
profecía es para Israel, ya que Daniel, 9:24 dice: “Setenta semanas están
determinadas sobre tu pueblo [el pueblo de Daniel era Israel] y sobre tu santa
ciudad [la santa ciudad es Jerusalén]”. El periodo total de tiempo al que se
refiere la profecía son 70 semanas. Pero estas semanas no son “semanas de días”
sino “semanas de años” con lo cual el periodo total al que se refiere la profecía
es de 490 años (70 semanas x 7 años) en los cuales iban a ocurrir una serie de eventos cruciales para
Israel.
¿Desde donde empezamos a contar estos 490 años?. La
misma profecía lo dice en Daniel, 9:25: “desde la salida de la orden para
restaurar y edificar a Jerusalén”. ¿Y hasta donde llega?. También la misma
profecía lo dice: "hasta el Mesías
Príncipe". Y dice más: dice que entre estos dos eventos (entre la salida
de la orden para edificar Jerusalén hasta el Mesías) habrá 69 semanas (en
realidad la profecía dice 7 semanas y 62 semanas) o, lo que es lo mismo, 483
años (69 semanas x 7 años). La salida de la orden para reedificar Jerusalén se
produjo en el año 444 a.C.. Si a estos 444 a.C. le restamos los 483 años,
tendríamos que llegar hasta el Mesías, que murió en el año 33 d.C.. Pero si
hacemos esta cuenta, desembocamos en el año 39 d.C. y si contamos los años
transcurridos desde 444 a.C. hasta 33 d.C. suman 476 años y no los 483 años de
los que habla la profecía, con lo cual las cuentas no cierran. ¿Por qué no
cierran?.
Porque en los tiempos bíblicos se usaba el
“calendario lunar”, donde los meses eran todos de 30 días y los años de 360
días y en los tiempos modernos usamos el “calendario gregoriano” donde no todos
los meses tienen 30 días y donde un año tiene 365 días. ¿Cómo armonizamos ambos
calendarios?. Muy fácil. Si multiplicamos los 483 años por 360 días (lo cual da
un total de 173.880 días) y luego dividimos ese número por 365 días la cuenta
da 476,383562 años (la porción decimal nos lleva puntualmente hasta la fecha
exacta en que fue crucificado el Mesías). Es decir, 483 años de 360 días
equivalen a 476 años de 365 días, con lo cual las cuentas si cierran y vemos
que desde la salida para reedificar Jerusalén hasta el Mesías Príncipe si
transcurrió el tiempo que dice la profecía: 69 semanas o 483 años.
Pero la profecía habla de un periodo de 490 años.
Desde la salida de la orden para reedificar Jerusalén hasta hoy, por ejemplo,
han pasado mucho más que 490 años. ¿Qué paso con esta profecía?. Paso que el
“reloj profético de Dios se detuvo”. ¿Dónde se detuvo?. ¿Por qué se detuvo?. Se
detuvo en la cruz de Cristo porque ahí nació la iglesia, es decir, comenzó la
“era de la iglesia”. Vimos que desde la salida de la orden para reedificar Jerusalén
hasta el Mesías Príncipe transcurrieron 483 años. O sea que faltan todavía 7
años por cumplirse. ¿Cuando se va a reactivar el “reloj profético de Dios”?.
Con el rapto de la iglesia o antes, si es que la iglesia, en lugar de ser
arrebatada al inicio de los últimos 7 años, es arrebatada a mitad de dicho
periodo. El “reloj profético de Dios” es Israel y se va a reactivar cuando Dios
empiece a tratar nuevamente con Israel.
¿Cuándo empiezan a contar los últimos 7 años, que
fue la pregunta que nos hicimos al inicio?.
La respuesta la tenemos en este pasaje:
Daniel, 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto
con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
El pasaje está hablando del anticristo o de ese
líder mundial que va a surgir y que luego se convertirá en el anticristo. Los
últimos 7 años comenzaran a contar con la firma de un acuerdo mundial por la
paz, referido a Israel (“por otra semana confirmará el pacto con muchos”).
Luego, a mitad de semana (a los 3 años y ½) quebrantara este pacto y se
manifestara como el anticristo” dentro del (tercer) templo (“a la mitad de la
semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”). Era necesario, entonces,
primero entender la profecía de “las 70 semanas de Daniel” para responder esto.
1 Tesalonicenses, 5:3 que cuando digan: Paz y
seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores
a la mujer encinta, y no escaparán.
Pablo dice que cuando el mundo hable de (cuando
digan) “paz y seguridad” (no cuando la consigan), vendrá sobre ellos
destrucción repentina. ¿Qué es esta “destrucción repentina”?. ¿Desastres
naturales?. No. Esta “destrucción repentina” es la “guerra de Gog y Magog” de
Ezequiel, 38 (la tercera guerra mundial).
La “paz y seguridad” de la que habla Pablo (1
Tesalonicenses, 5:3) no parece ser la paz (el pacto) que el anticristo firmara
con Israel (lo que dará inicio a los últimos 7 años o la Tribulación) y que
luego, a los 3 años y ½ quebrantara y se autoproclamara “Dios” en el (tercer)
templo. La “paz y seguridad” de la que habla Pablo pareciera ser una paz más
endeble y fugaz, a la que sobrevendrá “destrucción repentina”, es decir, la
“guerra de Gog y Magog” de Ezequiel 38, cuando una coalición de naciones
musulmanas, comandada por Rusia, ataque Israel y sean destruidos milagrosamente
por Dios. Es de esperar que, luego de la tercera guerra mundial, ahí si surgirá
un líder mundial (que hoy no existe), que aparecerá como el “salvador del
mundo” y que firmara un pacto de paz con Israel (dando inicio, así, a la
Tribulación de 7 años), que 3 años y medio después quebrantara y se manifestara
abiertamente.
Las abominaciones desoladoras
Hemos hablado bastante acerca de la “abominación
desoladora” de la que hablo el profeta Daniel y que podemos encontrar en Mateo,
24:15, Daniel, 9:27 y 2 Tesalonicenses, 2:3-4. Esta “abominación desoladora” se
refiere al anticristo de los últimos tiempos. Pero la “abominación desoladora
de la que hablo el profeta Daniel” también se aplica a un personaje histórico
de la antigüedad, quien profano el (segundo) templo de Jerusalén.
En el libro de Daniel, el ángel Gabriel le da al
profeta Daniel la siguiente profecía:
Daniel, 8:3 Alcé los ojos y miré, y he aquí un
carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos
eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció
después. 8:4 Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte
y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase
de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. 8:5
Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del
poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío
tenía un cuerno notable entre sus ojos. 8:6 Y vino hasta el carnero de
dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la
furia de su fuerza. 8:7 Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó
contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía
fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo
pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder. 8:8 Y el macho
cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran
cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia
los cuatro vientos del cielo. 8:9 Y de uno de ellos salió un cuerno
pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra
gloriosa.
Luego, el ángel Gabriel le
da a Daniel la interpretación de esta visión profética:
Daniel, 8:16 Y oí una voz de hombre
entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la
visión. 8:17 Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me
asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de
hombre, porque la visión es para el tiempo del fin. 8:18 Mientras él
hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo
estar en pie. 8:19 Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al
fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin. 8:20 En cuanto al
carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de
Persia. 8:21 El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que
tenía entre sus ojos es el rey primero. 8:22 Y en cuanto al cuerno que fue
quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se
levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él. 8:23 Y al fin del
reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un
rey altivo de rostro y entendido en enigmas.
La profecía habla de un
“carnero” que tenía dos cuernos: estos son los reyes de Media y de Persia, le
dice el ángel Gabriel a Daniel. La profecía habla también de que este carnero
fue vencido por un “macho cabrío”, que tenía un cuerno notable entre sus ojos.
El propio ángel Gabriel le aclara a Daniel que el “macho cabrío” es el rey de
Grecia (el imperio griego) y que el “cuerno grande” que tenía entre sus ojos es
“el rey primero” (Alejandro Magno). La profecía también dice que el macho
cabrío (el imperio griego comandado por Alejandro) se engrandeció sobremanera
pero que, estando en su mayor fuerza, el “gran cuerno” fue quebrado (Alejandro
Magno murió cuando estaba en su apogeo). La profecía también dice que del “gran
cuerno quebrado” (de Alejandro Magno) salieron, a su vez, otros 4 cuernos
notables (otros 4 reyes) y que de uno de los cuernos (de uno de esos 4 reyes)
salió un cuerno pequeño (otro rey menor) que creció mucho al sur y al oriente y
“hacia la tierra gloriosa” (hacia Jerusalén).
El ángel Gabriel le dice a
Daniel que los 4 cuernos que salieron del cuerno quebrado son cuatro reinos
(reyes), que no iban a tener la fuerza del cuerno quebrado (4 reyes que no iban
a ser tan poderosos como Alejandro Magno). Del gran cuerno quebrado (Alejandro
Magno), saldrían 4 reyes y de uno de esos reyes saldría un rey que marcharía
hacia Jerusalén y profanaría el templo. El profeta Daniel, que vivió durante el
apogeo del imperio babilónico (al mando de Nabucodonosor quien, a su vez, fue
sucedido por su hijo Belsasar) y que vivió también la caída y dominación del
imperio babilónico a manos del imperio medo-persa, no vio, sin embargo, el
cumplimiento de esta profecía (la caída, a su vez, del imperio medo-persa a manos
del imperio griego comandado por Alejandro y la profanación del templo de
Jerusalén por un rey descendiente de uno de los 4 reyes que sucedería a
Alejandro tras su muerte).
Los Macabeos fueron una
familia numerosa judía, que tomaron las armas contra los griegos. Y ellos
ganaron muchos adeptos. De aquí surgieron los “zelotes”, que representaron la
resistencia armada judía durante la época de la dominación romana (Barrabas era
“zelote”). El imperio griego fue enfrentado por una minoría judía: los Macabeos.
¿Qué ocurrió en los días
de los Macabeos?.
Tras la muerte de Alejandro Magno, cuatro de sus
generales, tomaron el reino: Lisímaco, Seleuco, Ptolomeo y Casandro. Uno
gobernó Siria, otro Egipto, otro Arabia y otro Israel. Y de Siria (gobernada
por Seleuco, quien fundó la dinastía seleucida) salió Antíoco Epifano o Antíoco
IV, que profano el templo de Israel, levantando una imagen de Zeus dentro del
mismo y sacrificando un cerdo en el altar (esta es la “abominación desoladora”
de la que hablo el profeta Daniel).
ANTIOCO IV
En 167 a.C., Antíoco IV organizó una expedición
contra Jerusalén, la cual saqueó. Según el Libro de los Macabeos, promulgó
varias ordenanzas de tipo religioso: trató de suprimir el culto a Jehová,
prohibió el judaísmo, suspendiendo toda clase de manifestación religiosa, mandó
que se comieran alimentos considerados impuros y trató de establecer el culto a
los dioses griegos. Pero el sacerdote judío Matatías y sus dos hijos
llamados Macabeos consiguieron levantar a la población en su contra y lo
expulsaron.
Cuando la ciudad de
Jerusalén estaba sitiada ocurrió un milagro impresionante, que dio origen a una
de las fiestas más importantes de la nación de Israel. El (segundo) templo
vivió uno de sus días más difíciles. La “Menorah” es el conocido candelabro de
7 brazos que Dios había ordenado construir a Moisés y que se encontraba en el
templo. Este candelabro tenía que permanecer encendido de día y de noche (no
podía apagarse nunca).
Lo que hacía arder a este candelabro era aceite de oliva. Pero la ciudad de Jerusalén se encontraba sitiada (rodeada) por los griegos y no había manera de conseguir más aceite, con lo cual este candelabro amenazaba con apagarse, motivo por el cual los sacerdotes judíos estaban desesperados.
Cuenta la historia que uno
de los levitas, en unos pasadizos secretos del templo, encontró milagrosamente
una botella, sin abrir, que contenía aceite de oliva. Este levita corrió
entonces al sumo sacerdote y le mostro la botella que había encontrado, con el
aceite de oliva para hacer arder el candelabro.
La porción encontrada de
aceite de oliva en la botella alcanzaba solo para un día, pero, milagrosamente,
alcanzo para hacer arder el candelabro durante 8 días. Por eso también hay un
candelabro que tiene 9 brazos, con 9 velas y es el candelabro de “janukah”.
“Janukah” es el nombre de una fiesta que también se la conoce como la fiesta de
las luces o de la dedicación, recordando la gesta de los Macabeos. ¿Porque
tiene 9 velas este candelabro?. Porque con una vela se van encendiendo las
otras 8, porque el milagro duro 8 días. Al final de los 8 días Israel venció a
los griegos. Un milagro de Dios, un milagro de sobrevivencia. Los judíos
tuvieron que desarmar el altar, donde se había sacrificado el cerdo, y
construir un nuevo altar. Por eso a la fiesta de “Janukah” también se la llama
“la fiesta de la dedicación”, porque tuvieron que re-dedicar el altar
nuevamente a Dios. Sacar las piedras y colocar nuevas piedras y hacer nuevos
sacrificios en el nuevo altar. En esta fiesta de “Janukah”, el candelabro de 9
velas no se enciende todo de golpe, sino que se enciende una vela por noche.
Recién en la octava noche
el candelabro arde completo. Si Israel no hubiese vencido en la gesta de los
Macabeos, Jesucristo no hubiese nacido, porque lo que pretendían los griegos
(impulsados por Satanás, claro está) era exterminar al pueblo judío, a la
nación de Israel, para que precisamente el Mesías no venga. Tal es la
relevancia histórica de la fiesta del “Janukah”. ¿Jesucristo celebro la fiesta
del Janukah?.
Juan, 10:22 Celebrábase en
Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, 10:23 y Jesús andaba en el
templo por el pórtico de Salomón. 10:24 Y le rodearon los judíos y le dijeron:
Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis;
El versículo anterior dice que “celebrábase en
Jerusalén la fiesta de la dedicación”. La dedicación del templo, sin dudas la
fiesta de “Janukah”. Era invierno, dice el versículo. Esto es a mediados de
diciembre, que es cuando los judíos celebran la fiesta de “Janukah”. Esta
fiesta es tan importante que el mismísimo Mesías la vivió en sus días.
Lo que hizo, en
definitiva, Jesucristo en Mateo, 24:15 es tomar la profecía de Daniel y decir:
ojo que esto que profetizo Daniel y que ya paso, hacia el final de los tiempos
va a volver a pasar (van a volver a profanar el templo).
Paz y seguridad
Te dejo un video sobre la firma de un acuerdo
mundial de paz firmado por las potencias europeas y EEUU con Irán en abril de
este año 2015:
Señales de la segunda venida de cristo
[a] señales generales: pestes, hambres, guerras y
rumores de guerras, terremotos, multiplicación de la maldad, etc.
[b] restauración de Israel como Estado político en
mayo de 1948 (Mateo, 24:32; Ezequiel, 37:21);
[c] recupero del control total de Israel sobre
Jerusalén, en 1967, en la "Guerra de los 6 días" (Lucas, 21:24);
[d] acuerdo global de paz (1 Tesalonicenses, 5:3);
[e] líderes mundiales preparando el camino para el
anticristo;
[f] lunas de sangre (Joel, 2:31 El sol se convertirá
en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de
Jehová;
[g] surgimiento de una religión mundial;
[h] surgimiento de una moneda única a nivel mundial;
Israel recupera el control de Jerusalén
Lucas, 21:24 Y caerán a filo de espada, y serán
llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los
gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.
Este pasaje de Lucas contiene la profecía relativa a
la dispersión (diáspora) de Israel, profetizada por Moisés (Deuteronomio,
30:1), que sobrevino sobre Israel, junto con la destrucción del templo en 70
d.C., por haber rechazado al Mesías.
Jerusalén, hasta que Israel recupero su control en 1967, fue gobernada por los
gentiles durante casi 2.000 años, “hasta que los tiempos de los gentiles se
cumplan” dice la profecía.
El recupero del 100% del control de Israel sobre Jerusalén es una señal,
precisamente, de que “los tiempos de los gentiles están cumplidos”. En el año
1967, en la llamada "guerra de los 6 días", Israel recupero el
control total de la ciudad de Jerusalén. Hay un esfuerzo mundial para dividir
de nuevo la ciudad (como parte del reconocimiento de un "estado
palestino"). Casi todos los líderes de Israel han estado firmes sobre su
compromiso de mantener Jerusalén unida para siempre como la capital de Israel,
pero los líderes incrédulos del mundo están resueltamente determinados a dividirla.
Líderes mundiales preparando el camino para el anticristo
El
ex secretario general de la ONU, el africano Kofi Annan (antecesor del actual
secretario Ban Ki-moon):
Kofi Annan, en su momento, dijo:
“Si no hallamos la paz con urgencia en oriente
medio, el mundo se incendiara. Además, es de imperiosa necesidad que, en este
tiempo, surja un nuevo liderazgo mundial que potencie la unidad de los pueblos,
que sea capaz de establecer un nuevo orden mundial, que abra la puerta al mundo
para una nueva era de armonía internacional, que comande el proceso de
globalización no solo en el área económica, sino que gobierne con leyes más
justas la política y la sociedad, instaurando un nuevo régimen para todos los
humanos, sin distinción alguna, venga de Dios o del infierno mismo. Lo
recibiremos con los brazos abiertos”.
PAPA FRANCISCO I
El papa Francisco I declaro que la cruz de Cristo fue el
fracaso de Dios. Puedes corroborarlo en el siguiente video:
Conclusion
Hace unos pocos años atrás, pongamos 30 años, la
“marca de la bestia” de la que habla el libro de Apocalipsis (sin la cual nadie
podrá comprar ni vender) y de la cual hablamos en este video, era ciencia
ficción y hoy está a la vuelta de la esquina, porque ya está la tecnología y
porque, como habrás notado, también está el poder del Estado que, cada vez más,
lo quiere controlar todo. Los gobiernos van a entregar su poder al diablo
(Apocalipsis, 17:12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún
no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes
juntamente con la bestia. 17:13 Estos tienen un mismo propósito, y
entregarán su poder y su autoridad a la bestia). Es decir, algo que decía
la Biblia y de los cual muchos se rieron hoy es posible y, además, en algunos
casos, ya se está haciendo. Israel, después de 2000 años de diáspora
(dispersión) y habiendo existido el
holocausto nazi, volvió a ser un Estado independiente. La Biblia también dijo
que esto pasaría. Se está a punto de acabar la gracia y van a comenzar los
juicios de Dios sobre este mundo. Ya no importa si sos judío o gentil. Busca a
Dios mientras pueda ser hallado.
Isaías, 55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser
hallado, llamadle en tanto que está cercano.
QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!!
Marcelo D.
D’Amico
Maestro de
la Palabra – MINISTERIO REY DE GLORIA