sábado, 27 de febrero de 2021

SERIE BOSQUEJOS DE LOS LIBROS DE LA BIBLIA: INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA

 


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Introducción

La Biblia es un libro que contiene la Palabra de Dios. Fue escrita a lo largo de miles de años, por hombres similares a nosotros (Santiago, 5:17-18), es cierto, pero esos hombres estuvieron inspirados por Dios:

2 Pedro, 1:19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; 1:20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 1:21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

En suma, la Biblia contiene el mensaje de Dios para la humanidad. Pero, justo aquí comienzan las preguntas ¿verdad?.

¿Quién es Dios?. ¿Qué es eso de que Dios tiene un Hijo que vino a morir por nosotros en una cruz y por qué?. ¿Quién es Satanás, el adversario de Dios?. Si Satanás es el responsable de la maldad en el mundo ¿por qué Dios no lo aplasta y listo?.

Atributos de Dios

Para empezar a contestar algunas de estas preguntas, debemos echar mano a algunos conceptos teológicos. Para ello, nos basaremos en el libro "El Único Dios Verdadero" de Paul Washer (de libre acceso en la internet).

Dios es uno

El testimonio de las Escrituras es que hay solo un Dios verdadero. La creencia en solo un Dios es monoteísmo [Griego: mono = uno + theos = dios]. La creencia en más que un Dios es politeísmo [Griego: poly = muchos]. La fe cristiana es monoteísta.

Deuteronomio, 6:4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 

Hay solo un Dios. Es importante entender que la palabra “uno” proviene de la palabra hebrea echad, que se refiere a una unidad de más que una persona.

Ejemplo bíblicos de como más de un elemento puede formar “una unidad”:

Génesis, 2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Esdras, 3:1 Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén.

Esta verdad tendrá una gran importancia cuando veamos que el único Dios verdadero existe como una trinidad: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

No hay ningún otro Dios

Deuteronomio, 4:39 Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.

Isaías, 43:10 Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí

Isaías, 45:18 Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.

Como deben actuar los hombres frente al único Dios verdadero

Éxodo, 20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 20:6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

Marcos, 12:28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 12:29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

Dios es una Trinidad

La palabra “trinidad” proviene de la palabra latina trinitas, que significa “tres en uno.” Las Escrituras afirman que el único Dios verdadero existe como una trinidad: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Ellos son tres personas distintas, que diferencian el uno del otro y, a la vez, comparten la misma naturaleza o esencia divina, y se relacionan el uno con el otro en un compañerismo inquebrantable. Es importante saber que la palabra “trinidad” no se encuentra en las Escrituras, sino que fue empleado por primera vez por Tertuliano, uno de los padres de la iglesia temprana, para describir lo que las Escrituras enseñan acerca de la naturaleza trinitaria de Dios.

Como cristianos, confesamos abiertamente que la Trinidad es un misterio inalcanzable para el entendimiento humano, pero no podemos, por ello, negar la Trinidad porque es la clara enseñanza de las Escrituras. La misma Biblia que declara que Dios es uno, también se refiere a tres diferentes personas como Dios.

El Padre (es Dios)

1 Corintios, 8:6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. 

Juan, 6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

1 Pedro, 1:2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

El Hijo (es Dios)

Juan, 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Juan, 20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!

Filipenses, 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

Tito, 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,

Romanos, 9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

Colosenses, 1:15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

Colosenses, 2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,

Hebreos, 1:8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; 

Cetro de equidad es el cetro de tu reino.

El Espíritu Santo (Dios)

Hechos, 5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 

5:4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

1 Corintios, 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

1 Corintios, 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Dios el Padre y el Espíritu Santo son uno (1 Corintios, 3:16 y 6:19).

Romanos, 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

Dios el Hijo y el Espíritu son uno (Romanos, 8:9).

Ejemplos bíblicos de la Unidad y Trinidad de Dios 

Mateo, 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 

Es importante notar que el “nombre” es singular aunque se refiere a tres personas diferentes. El texto no dice en los “nombres” del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, sino en el “nombre”, porque los Tres son Uno.

2 Corintios, 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

Tal estructura literaria denota una igualdad absoluta. Es importante notar que el Hijo se menciona antes que el Padre. Sería blasfemia mencionar al Hijo y al Espíritu en la misma frase con el Padre si no fueran iguales con Él.

1 Corintios, 12:4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 12:5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 12:6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

Efesios, 4:4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 4:5 un Señor, una fe, un bautismo, 4:6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

1 Pedro, 1:2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

El Padre, Hijo, y Espíritu Santo son de una sola esencia divina y moran en perfecta igualdad y unidad, pero a la vez son tres personas distintas y no simplemente una persona que se revela en tres diferentes maneras. En las siguientes Escrituras, esta verdad se demuestra claramente:

Marcos, 1:10 Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. 1:11 Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

[a] El Hijo es bautizado;

[b] El Espíritu desciende;

[c] El Padre habla desde el cielo;

Juan, 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 14:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

[a] El Hijo ora al Padre;

[b] El Padre da al Consolador o Espíritu Santo;

[c] El Espíritu Santo mora con y estará con el creyente;

 Resumiendo: 

[1] El PADRE, es el Dios invisible que ningún hombre ha visto (Juan 1:18);

 

[2] El HIJO, es Dios hecho carne y la revelación perfecta del Padre (Juan 1:1,14, 18; 14:9);

 

[3] El ESPIRITU SANTO, es Dios viviendo en el cristiano (Romanos 8:9; Juan 14:16-17, 23, 1 Corintios, 3:16, 6:19, Efesios, 1:13-14, 2 Corintios, 1:22);

 

Conclusiones

[+] El Dios de las Escrituras existe en tres personas distintas e iguales quienes son uno en naturaleza o esencia divina, y quienes se relacionan el uno con el otro en perfecta igualdad y unidad.

[+] Aunque el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son iguales y existen en perfecta unidad, con frecuencia llevan a cabo diferentes funciones, y se manifiestan de diferentes maneras.

[+] La Trinidad no es tres personas independientes o tres diferentes dioses (esta es una herejía llamada Triteísmo).

[+] Tampoco la Trinidad no es una sola persona que se pone tres diferentes máscaras o que se revela de tres diferentes formas (esta es una herejía llamada Modalismo).

[+] Las Tres Personas de la Trinidad son perfectamente Iguales. El Hijo no es menos que el Padre, y el Espíritu no es menos que el Hijo.

[+] Las Tres Personas de la Trinidad pueden manifestarse de diferentes maneras y pueden llevar acabo diferentes funciones. Ningún hombre ha visto al Padre; el Hijo llegó a ser carne y habitó con los hombres; el Espíritu mora en cada creyente en Cristo.

[+] El misterio de la Trinidad no es una razón para negarla. Algunos dicen que no pueden creer lo que no pueden entender, o si algo no se puede explicar entonces no puede ser verdad. Si aplicáramos esta misma lógica a la Biblia entera o aún a nuestra propia existencia, nos dejaría muy poco en que creer. Aún las verdades más simples de las Escrituras y de la existencia humana van mucho más allá que nuestro entendimiento. No creemos porque podemos entenderlo todo perfectamente, sino creemos porque es la verdad – es el testimonio de las Escrituras.

[+] La mayoría de las ilustraciones que se emplean para explicar la Trinidad no son adecuadas. Con frecuencia, los estudiantes de las Escrituras emplean varias ilustraciones para explicar la Trinidad. Lamentablemente, con frecuencia, estas ilustraciones hacen más daño que nada. Por ejemplo, a veces la Trinidad se compara al agua que existe en tres formas diferentes – líquido, hielo, y vapor. Tal ilustración es una distorsión de la Trinidad, en que sugiere que Dios es una persona que toma tres diferentes formas – una herejía que se llama Modalismo (véase #3). Es mejor simplemente afirmar que Dios es uno y tres, sin dar explicaciones y usar ilustraciones que son inadecuadas o aún herejía. 

Dios es espíritu

Dios no es material o corporal (no posee un cuerpo físico). Esto significa que:

[1] Dios no está limitado por las restricciones físicas que sufren los hombres; y

[2] Dios no es visible y por lo tanto no debe ser degradado con imagines hechas por los hombres;

A veces, las Escrituras hablan de Dios como si poseyera un cuerpo físico. Hay referencias a sus brazos, espalda, aliento, oídos, ojos, cara, pies, dedos, etc.

En teología, estas referencias son consideradas expresiones antropomórficas [griego: anthrópos = hombre + morphé = forma]. En otras palabras, es Dios simplemente atribuyéndose a Sí mismo las características humanas para comunicar una verdad acerca de Sí mismo, de una manera que los hombres podamos comprender. Ejemplo: La Biblia habla de las “alas” de Dios, y de Su pueblo amparándose “bajo la sombra de sus alas”.

Rut, 2:12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.

Salmos, 17:8 Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas,

Sería absurdo interpretar tales declaraciones literalmente.

Juan, 4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Este pasaje nos dice claramente que Dios “es Espíritu” y, además, agrega que es necesario adorar a Dios “en espíritu y en verdad”. ¿Qué significa esto?.

Adorar “en espíritu”: Debemos adorar a Dios en el poder del Espíritu Santo y bajo Su dirección.

Adorar “en verdad”: Debemos adorar a Dios según la verdad, es decir, de acuerdo con la voluntad de Dios revelada en las Escrituras.

Se trata de adorar a Dios en un justo equilibrio entre las manifestaciones espirituales y el conocimiento la Palabra de Dios. Hay quienes ponen el énfasis en las manifestaciones espirituales (ej.: el hablar en lenguas, en la revelación o en la profecía) sin considerar (o dando poca importancia) al conocimiento de la Biblia y, a la inversa, hay quienes ponen el énfasis en el conocimiento de la Palabra de Dios sin considerar (o dando poca importancia) a las manifestaciones del Espíritu mencionadas.

Por un lado, desechar el conocimiento de Dios es letal para su pueblo:

Oseas, 4:6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. 

Por el otro, la Biblia, sin las manifestaciones del Espíritu Santo, es “bibliolatria”: la idolatría de la Biblia, cuando se le rinde culto a la Biblia como objeto, despojado de Dios. Esto acontece cuando el mero conocimiento se transforma en una especie de “ídolo”, al que se le rinde culto (es el conocimiento de Dios, pero sin Dios).

Dios es invisible

Hebreos, 11:27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.

Si Dios es invisible ¿cómo podemos explicar los pasajes de las Escrituras donde parece que Él se revela a Sí mismo en forma visible? Para contestar, primero debemos entender dos principios de la interpretación bíblica: Primero, la Biblia no se contradice a sí misma. Segundo, los pasajes de las Escrituras que son difíciles de interpretar con certeza deben ser interpretados a la luz de aquellos pasajes cuya interpretación es clara. Las Escrituras claramente declaran que Dios es invisible, por eso, las apariencias “visibles” de Dios en las Escrituras (con la excepción de la encarnación del Hijo de Dios) deben ser interpretadas como visiones o representaciones simbólicas de una realidad espiritual.

Ezequiel nos describe que “los cielos se abrieron” y que vio “visiones de Dios”:

Ezequiel, 1:1 Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.

En Ezequiel, 1:28, el profeta resume estas visiones como “una visión de la semejanza de la gloria de Jehová”:

Ezequiel, 1:28 Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.

En Lucas 3:22, Juan el Bautista ve una visión de los cielos abriéndose y el Espíritu Santo descendiendo con la apariencia de una paloma (el simbolismo es obvio):

Lucas, 3:22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

Otros pasajes que hablan acerca de la invisibilidad de Dios

1 Timoteo, 1:17 Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

1 Timoteo, 6:15 la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, 6:16 el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. 

¿Cómo debemos vivir a la luz de la invisibilidad de Dios?

Deuteronomio, 4:11 y os acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube y oscuridad; 4:12 y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, más a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. 4:15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; 4:16 para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, 

Si Dios es Espíritu (inmaterial) y, además, es invisible ¿cómo podemos conocerlo?.

Su Hijo le ha dado a conocer a los hombres:

Juan, 6:46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. 

Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

¿Por qué Jesús es el único calificado para revelar a Dios el Padre a los hombres?

Colosenses, 1:15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

Juan, 14:8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 

14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

Dios es personal

Una de las verdades más importantes de las Escrituras es que Dios no es una fuerza impersonal, moviendo el universo sin razón o propósito, tampoco es un poder caprichoso que fríamente manipula a su creación hacía un propósito egoísta. Las Escrituras nos enseñan que Dios es un ser personal quien es consciente de Su propia existencia, quien posee un intelecto y una voluntad, y quien es capaz de tener una relación personal con el hombre.

Dios es consciente de su propia existencia

Quizás parece ser innecesario decir que Dios es consciente de Su propia existencia, pero esta es una de las características fundamentales de una “persona”. Hay muchas religiones fuera del cristianismo cuyo concepto de “dios” es que es una fuerza impersonal (Budismo, Taoísmo, etc.), o una esencia que mora en todas las cosas (Panteísmo: griego: pan = todo + theos = dios). El Dios de las Escrituras es una persona verdadera, quien es consciente de Su propia existencia como distinta de todos los demás seres y cosas.

La siguiente declaración es una afirmación poderosa, de que Dios reconoce Su propia existencia como una persona. Él sabe quién es.

Éxodo, 3:14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.

Las Escrituras no solo nos enseñan que Dios es consciente de Su propia existencia, sino también que es consciente de Su individualidad (i.e. Él es distinto de todas las demás personas y cosas).

Isaías, 45:21 Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.

Isaías, 40:25 ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. 

Cada una de estas declaraciones comprueba que Dios es una persona distinta e independiente de todas las demás personas y cosas.

Dios posee intelecto

El intelecto es considerado por muchos teólogos y filósofos como una de las principales características de ser una persona. La palabra proviene de la palabra latina intellegere [inter = entre + legere = escoger] y se refiere a la capacidad de razonar, percibir, o entender. Según las Escrituras, Dios posee un intelecto mucho más allá de la comprensión del ser humano, pero nada es más allá que el conocimiento y entendimiento de Dios.

¿Qué nos enseñan las siguientes Escrituras acerca del intelecto de Dios?

Salmos, 92:5 ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos. 92:6 El hombre necio no sabe, Y el insensato no entiende esto.

Romanos, 11:33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 11:34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 11:35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? 11:36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

Según las siguientes Escrituras, ¿cómo se describe el intelecto o entendimiento del hombre en comparación con el de Dios?

Salmos, 94:11 Jehová conoce los pensamientos de los hombres,

Que son vanidad.

1 Corintios, 3:20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.

Isaías, 55:8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 55:9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

1 Corintios, 1:20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?

1 Corintios, 1:25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 

El conocimiento y entendimiento de Dios está mucho más allá de la comprensión del hombre. Según las siguientes Escrituras, ¿Cómo puede el finito hombre comprender (por lo menos, en parte) las infinitas cosas de Dios?

[a] A través del Hijo de Dios (Juan 1:18):

Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

[b] A través del Espíritu Santo (I Corintios 2:11-12)

1 Corintios, 2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 

[c] A través de la Palabra de Dios (Salmo 119:97-100)

Salmos, 119:97 ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. 119:98 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están conmigo. 119:99 Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación. 119:100 Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;

En Deuteronomio 29:29, las Escrituras declaran: “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros...”

Según las Escrituras ¿cómo debemos vivir (cuál debe ser nuestra actitud) a la luz del infinito conocimiento de Dios?

Salmos, 131:1 Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes para mí. 131:2 En verdad que me he comportado y he acallado mi alma Como un niño destetado de su madre; Como un niño destetado está mi alma. 131:3 Espera, oh Israel, en Jehová, Desde ahora y para siempre.

Dios posee una voluntad

Las Escrituras claramente revelan que Dios posee una voluntad – el poder de determinar sus acciones (lo que Él hará), y el fin o propósito de su creación (Él puede hacer lo que determine con lo que Él ha hecho). Las decisiones de Dios provienen de Él mismo. Su voluntad es una expresión de Su ser y disposición. Es importante entender que la voluntad de Dios y la voluntad del hombre son dos cosas muy diferentes. Dios es el único quien es completamente libre de hacer todo lo que se propone en Sí mismo, sin limitaciones o posibilidad de fracaso. Las decisiones más resueltas de los hombres más poderosos frecuentemente fallan.

¿Qué nos enseñan las siguientes Escrituras acerca de la voluntad de Dios? ¿Tiene Su voluntad limitaciones?. ¿Puede el hombre truncar la voluntad de Dios?

Proverbios, 19:21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; 

Mas el consejo de Jehová permanecerá.

Isaías, 14:27 Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder? 

Isaías, 46:9 Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, 

46:10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; 

Daniel, 4:34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. 4:35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? 

Efesios, 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,

Aunque la voluntad de Dios no puede ser limitada por una persona o fuerza fuera de Sí mismo, hay ciertas cosas que Dios no puede hacer simplemente porque ellas contradicen Su santo y justo carácter. Según las siguientes Escrituras, ¿Cuáles son algunas cosas que Dios no hará? ¿Cómo es esto un consuelo y bendición para nosotros?

Tito, 1:2 en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos, 

2 Timoteo, 2:13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.

Santiago, 1:13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 

¿Quién es Jesucristo?

Jesucristo es la Segunda Persona de la Trinidad, es Dios hecho hombre y es también el Verbo, es decir, la Palabra de Dios:

Juan, 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 1:2 Este era en el principio con Dios. 1:3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

Jesucristo es la Biblia hecha persona. Los versículos de Génesis, 1:3 (la luz), 1:6 (la expansión de los cielos), 1:9 (el surgimiento de la tierra), 1:14 (las estrellas, el sol y la luna), 1:20 (los peces y las aves), 1:24-28 (los animales terrestres y el hombre) comienzan todos con la expresión “Y Dios dijo”. Esto significa que Dios creo todo hablando, menos al hombre que lo formo del polvo de la tierra, soplando aliento de vida (espíritu) sobre el (Génesis, 2:7).

La Biblia dice que el universo entero fue creado por la Palabra de Dios:

Hebreos, 11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

La palabra “constituido” aquí significa “creado de la nada”. 

Podemos ver, entonces, al Padre creando por medio de la Palabra (el Hijo) y al Espíritu Santo moviéndose sobre la faz de las aguas (Génesis, 1:1). La Trinidad en pleno durante la creación.

Pero ¿por qué el Hijo de Dios, siendo también Dios, vino a la Tierra a morir en una cruz?.

La Biblia se refiere al Hijo de Dios, a Cristo, como el Cordero Inmolado - sacrificado - desde el principio, desde antes de la fundación del mundo.

¿Qué fue lo que paso?


Antes de crear la Tierra y a los seres humanos,  Dios ya había creado a los ángeles. Sabemos que Dios creó a los ángeles antes de que creara el universo físico porque el libro de Job describe a los ángeles adorando a Dios mientras Él estaba creando el mundo:

Job, 38:4 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?  Házmelo saber, si tienes inteligencia. 38:5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes?   ¿O quién extendió sobre ella cordel? 38:6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases?   ¿O quién puso su piedra angular, 38:7 Cuando alababan todas las estrellas del alba,   Y se regocijaban todos los hijos de Dios?

Existen diferentes categorías de ángeles, en función de la cercanía que tienen con Dios y de su poder. La jerarquía más alta son los Serafines. Luego vienen los Querubines, los Arcángeles (jefes de ángeles) y demás. La Biblia también menciona a los Tronos, Dominios y Potestades. Los Serafines y los Querubines son los más cercanos al Trono de Dios y los más poderosos.


Entre todos estos seres celestiales que Dios creo antes que a la Tierra y al hombre, hubo uno, que perteneció a la categoría de los Querubines, especial por su esplendor, hermosura y sabiduría. Fue el ser celestial más hermoso creado por Dios:

Ezequiel, 28:11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 28:12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 28:13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro;




Fue un Querubín especial porque llego a ser el Jefe de los Querubines:

Ezequiel, 28:14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.

Era, además, el encargado de la Alabanza Musical en el cielo. Él era Ministro de Alabanza. Él fue creado para adorar a Dios.

Ezequiel, 28:13 los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. 

Era un ser perfecto, hasta que comenzó a adorarse a sí mismo.

Ezequiel, 28:15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 28:16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. 28:17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor;

Y este fue el principio de su caída.

Ezequiel, 28:17 yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. 28:18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. 28:19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.



En su rebelión, arrastro a una tercera parte de los ángeles del cielo. Ellos fueron expulsados del cielo. Estamos hablando de ángeles caídos. Estamos hablando de SATANAS y sus DEMONIOS.


¿Por qué Dios no aplasto a satanás de entrada?

Yo sé perfectamente que si tú ya eres cristiano, alguna vez te lo preguntaste y si lo no eres (o estas en el proceso) te lo estas preguntando ahora mismo: ¿por qué Dios no aplasto a Satanás de entrada y nos evitábamos tanto desastre?.

Primero: esa no es la forma de proceder de Dios. Dios es Santo, Justo y Misericordioso. Así podemos pensar los hombres, pero no Dios. Segundo: Dios sabía perfectamente que aplastar a Satanás probablemente no evitaría futuras rebeliones.

Dios ha dado al hombre "libre albedrio", es decir, la posibilidad de elegir. Dios no oprime ni manipula a nadie. Dios no quiebra la voluntad de nadie. Dios no interfiere. Dios llama, pero no obliga. El único que interfiere, presiona, oprime, manipula y esclaviza es Satanás. ¿Cuantas veces escuchamos decir "si Dios existiera, esto no hubiese pasado"?. Algunas tragedias ocurren, es cierto, cuando Dios - ejecutando sus juicios - castiga a alguien o algunos. Pero ¿cuantas tragedias - de todo tipo – ocurren también por culpa del hombre?.

Solo por citar un ejemplo: ¿qué culpa tiene  Dios si, por construir  una represa - que, tal vez, al haber existido corrupción desviando fondos, no fue todo lo bien construida que debió haber sido, como tantas veces ha pasado - y desviar el cauce natural de un rio, sumado al cambio climático producto de la contaminación ambiental - existiendo energías alternativas se sigue usando petróleo, porque es un negocio - luego ocurre un desastre natural - supongamos por lluvias anormales y por la crecida  de ese rio - que elimina a 20.000 personas?. ¿Tiene la culpa Dios de esto?. Nuestro Dios es un Dios que respeta "a ultranza" la libertad de elección del hombre.

Dios sabia, entonces, que lo mejor era no destruir sino tan solo expulsar de los cielos a Satanás y a los ángeles que arrastro en su rebelión, para que el resto de los ángeles (los que permanecieron fieles) observen lo que el mal, ahora personificado en Satanás, era capaz de hacer. Es decir, los ángeles no caídos amarían más a Dios por contraste con Satanás. Y no es que hubo 'otro Satanás' que tentara a Satanás. La Biblia dice que él era perfecto en todos sus caminos, hasta que se halló en el maldad.

Satanás y sus demonios fueron, entonces, expulsados de los cielos y anduvieron vagando por quién sabe dónde, hasta que Dios decidió crear al Hombre. La Biblia dice que el infierno fue creado para Satanás y sus demonios (no para el hombre). Desde su rebelión, Satanás no solo fue expulsado de los cielos sino que ha sido condenado y su sentencia es inapelable. El no tendrá una segunda oportunidad, porque él se rebeló contra Dios 'viendo' Su Gloria.

Satanás corrompe la creación de Dios

Satanás, entonces, expulsado de los cielos y viendo que Dios había creado un nuevo ser (el hombre), corrompe la nueva creación de Dios. ¿Como?. Haciendo que el hombre desobedeciera a Dios, en la “única” condición que le había impuesto Dios:

Génesis, 2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 2:17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Es así que Satanás se aparece a Eva (como una serpiente) y la induce a comer del árbol prohibido:

Génesis, 3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

Eva come el fruto prohibido e induce a hacerlo, además, a Adán. Cuando Dios inquiere a Adán (Génesis, 3:11), él y su mujer responden:

Génesis, 3:12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 3:13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.



¿Por qué la Tierra se descontrolo cuando  Adán peco?.

Cuando Dios creo a Adán, lo puso a señorear y sojuzgar la tierra:

Génesis, 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Dios le entrego el “título de propiedad” de la Tierra a Adán. Pero Adán, al pecar, perdió esta potestad. Satanás corrompió las relaciones entre Adán y Eva (Adán acuso a Eva) y quebranto la comunión que Adán y Eva tenían con Dios (que, antes de pecar, era total).

A raíz de esta caída, Dios maldijo la tierra (Génesis, 3:17), Eva pariría sus hijos con dolor y quedaría sujeta a su marido (Génesis, 3:16), Adán obtendría su sustento con esfuerzo (Génesis, 3:17, 19), ambos – Adán y Eva, que fueron creados eternos, como Dios - y toda su descendencia, morirían (Génesis, 3.19), la tierra se llenaría de espinos y cardos (Génesis, 3:18) y las bestias comenzarían a devorarse unas a otras (Isaías, 65:25). Y así fue como satanás se entronizo en el mundo.

La Biblia llama a satanás el “príncipe de este mundo” (Juan, 14:30, Juan, 16:11), porque, desde la caída de Adán, tomo el control del mundo. Cuando tentó al Señor en el desierto, el diablo le prometió todos los reinos del mundo si postrado lo adoraba:

Mateo, 4:8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, 4:9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. 

Pero la Tierra fue hecha para el hombre y no para satanás. Lo que fue hecho para él y sus demonios es el infierno (Mateo, 25:41) y, en el futuro, el lago de fuego (Apocalipsis, 20:10). La tierra no le pertenece. Y a esto vino Jesucristo a la Tierra: a restaurar las cosas (Juan, 12:31).



Desde el pecado de Adán y Eva, cada persona nace con una naturaleza pecaminosa. Esa corrupción de la naturaleza humana implica el innato deseo de actuar de manera independiente y egoísta, sin interés por Dios ni los demás, y se ha transmitido a todos los seres humanos.

En ninguna parte las Escrituras enseñan que todos pecaron cuando Adán peco o que su culpa fue imputada a toda la raza humana. Lo que enseña la Biblia, en cambio, es que Adán introdujo la ley del pecado y de la muerte en toda la raza humana.

Satanás arrebato a Adán la potestad sobre la Tierra de la única forma en que el opera: el ENGAÑO.

Estábamos condenados, porque, para Dios, la paga del pecado es muerte (Romanos, 6:23). Y Dios no puede desdecirse. Dios no puede quebrantar Su propia ley. El pecado no puede quedar sin castigo. Esto forma parte de la naturaleza de Dios. Dios ama al pecador pero no puede tolerar el pecado. La paga del pecado debía ser la muerte.

El plan de Dios

Pero Dios amaba al hombre. Y solo había una manera de salvarlo:


El Hijo dijo al Padre: yo voy a pagar el precio necesario para salvar al hombre. Porque solo un hombre podía redimir a la raza humana, como representante de ella.

Jesucristo, el Hijo de Dios y Segunda Persona de la Trinidad, es el “segundo o postrer Adán” (el hombre perfecto), porque si por el pecado del “primer Adán”, heredamos la muerte, por el sacrificio de amor del segundo Adán, heredamos la vida (1 Corintios, 15:21-22, 45-49).


Paul Washer, el reconocido predicador norteamericano, lo explica fantásticamente bien:

Todo el problema comienza con la naturaleza de Dios. Dios es Justo y Santo. Dios no puede violar sus atributos. Él no puede hacer algo que contradiga su naturaleza. Él es un Dios Recto. Ahora bien, esto es algo bueno. Sería terrible pensar que este universo fue creado por un dios malvado, por un dios omnipotente que fuera malvado. Sería absolutamente aterrador. De modo que, en principio, es algo bueno que Dios sea Justo, Santo y Recto. Pero entonces, esto presenta un problema. Si Dios es Justo… ¿qué es lo que hace con nosotros?. La verdad más aterradora de la Biblia es que Dios es bueno. ¿Por qué es una mala noticia que Dios sea bueno?. Porque nosotros no lo somos. Entonces ¿qué hace un Dios bueno con nosotros?.  Pecamos contra Dios, pecamos unos contra otros, pecamos contra la naturaleza, pecamos contra todo. Toda la creación clama por nuestra condenación. Si Dios es verdaderamente Justo, entonces ¿qué hace con nosotros?.

Si Dios, simplemente, pasa por alto la maldad, deja de ser Justo. Si un Dios Santo llama a los malvados hacia El para compartir con ellos, entonces no es un Dios Santo. De modo que la gran pregunta de toda la Biblia es esta: ¿Cómo puede un Dios Justo perdonar malvados y seguir siendo Justo?. ¿Cómo un Dios Santo llama a los malvados a tener comunión con El, siendo un Dios Santo?. Y la repuesta se encuentra en la cruz de Jesucristo. En la cruz de Jesucristo vemos esta tremenda y única revelación de la amplitud de los atributos de Dios. Dios es Justo. Él debe condenar nuestro pecado. Dios es amor y por eso se convierte en hombre por medio de Su Hijo. Vive una vida perfecta como hombre y luego va hacia esa cruz y en esa cruz los pecados de su pueblo son echados sobre El. Y toda la justicia de Dios, toda la ira de Dios que merecíamos nosotros es arrojada sobre la cabeza de Cristo. La cantidad exacta que era requerida para satisfacer la justicia de Dios. Después de sufrir, Cristo dijo “CONSUMADO ES”. Esto significa que hizo lo que era requerido para satisfacer la justicia de Dios contra su pueblo. El pago el precio en su totalidad.

Es muy importante entender esto. Que no fue simplemente que nuestros pecados fueron perdonados porque los romanos golpearon a Jesús y lo clavaron en una cruz. Nuestros pecados fueron pagados porque en esa cruz El cargo con nuestros pecados. Y le plació a Dios, el Señor, quebrantar a Su propio Hijo. La ira de Dios, que debió haber caído sobre mí y sobre ti, cayo, en cambio, sobre su Unigénito Hijo. Y lo sufrió completamente, pago el precio, murió, porque la paga del pecado es muerte y en el tercer día resucito de entre los muertos. Y ahora está sentado a la diestra de Dios y no hay otro nombre, ningún otro nombre, en cualquier otro mundo, no hay ningún otro nombre dado a los hombres en el que podamos ser salvos, excepto por el nombre de Jesucristo. Él es el camino, la verdad y la vida. Y nadie puede llegar al Padre, excepto por medio de Jesucristo. Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre. Y para que podamos ser salvos, la Biblia llama a todos los hombres a arrepentirse de sus pecados y a creer en el Evangelio.

Supón que un delincuente está preso y que otro delincuente, que es buscado por la policía pero que aún está libre, se presenta ante el juez y exige que se libere al delincuente preso.

No solamente que no liberan al delincuente que está preso sino que lo meten preso a él también. Porque un delincuente (pecador) no puede responder por (redimir a) otro delincuente (pecador).

Se necesitaba que muriera alguien inocente, santo y sin pecado: JESUS

¿Todavía te sigues preguntando por que Dios no aplasto a Satanás?. Cada vez que no entiendas algo en el accionar de Dios, la respuesta será siempre la misma: POR AMOR. Por amor Él te reprende y te castiga (hay caminos que al hombre le parecen rectos pero su final es de muerte), por amor a veces El permite que sufras (porque en el sufrimiento está el aprendizaje). Si no eres capaz de preguntarle por qué El murió en una cruz por ti, entonces nunca le preguntes nada. Solo escúchalo.

 

DIOS TE BENDIGA!

Marcelo D. D’Amico

Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA