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Te dejo el video donde predico acerca de este tema (es el mismo contenido que los archivos de Word y Powerpoint y que lo expuesto mas abajo):
Introducción
1 Timoteo, 4:1 Pero el
Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la
fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
Según el versículo anterior, los demonios pueden crear doctrinas, es decir, doctrinas contrarias a la Palabra de Dios y esto llegara a su “clímax” conforme se vaya acercando el fin de los tiempos.
Según el versículo anterior, los demonios pueden crear doctrinas, es decir, doctrinas contrarias a la Palabra de Dios y esto llegara a su “clímax” conforme se vaya acercando el fin de los tiempos.
¿Qué es una doctrina?.
Una “doctrina” puede ser
definida como el “conjunto de ideas, enseñanzas o principios básicos defendidos
por un movimiento religioso, ideológico, político, etc.”. La “doctrina
bíblica”, entonces, puede ser definida como el “conjunto de ideas, enseñanzas o
principios emanados de Dios y transmitidos por El a la humanidad a través de
reyes, profetas, su Hijo Jesucristo y los Apóstoles”.
Hebreos, 1:1 Dios,
habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres
por los profetas, 1:2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,
a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el
universo;
Satanás es mentiroso y
padre de mentira (Juan, 8:44), es decir, es el creador de todo argumento que se
levanta contra la Palabra de Dios (que es la Verdad). El diablo es el autor
intelectual de todas las ideologías y corrientes de pensamiento (que conducen
inevitablemente al ateísmo) y religiones falsas (que fomentan una fe que no
salva).
Cuando Satanás no puede
lograr que los hombres se distraigan con sus mentiras (ideologías y corrientes
de pensamiento [que conducen al ateísmo] y religiones falsas [que fomentan una
fe que no salva]) entonces tratara de infiltrar el verdadero Evangelio de
Cristo, creando "doctrinas de demonios".
El
principio de lo falso
Ana Méndez explica este
proceso de envilecimiento de la verdad del Evangelio en su muy buen libro sobre
la masonería "El oscuro secreto de G.A.D.U.": "Es importante
recalcar – escribe Ana Méndez - que lo falso no es lo visiblemente opuesto a la
verdad, sino una copia lo más parecida a ella, pero cuya esencia es la mentira
y conduce inevitablemente al error. Por ejemplo, tomemos un billete
falsificado. Si el que lo fabrico hiciese una reproducción totalmente diferente
al verdadero – una burda copia - jamás podría engañar a nadie.
Si, en cambio, logra
robar el papel moneda, las tintas y los moldes originales, lo único por lo que
se descubriría su falsedad seria por el número de serie y por las marcas
especiales sensibles a ciertos rayos, con que los marca el banco emisor de billetes.
Y
este, precisamente, es el principio de lo falso: usar la verdad hasta donde le
sea posible para atraer a aquellos que más o menos creen conocerla. Una vez
teniendo su confianza, es fácil introducir sutilmente un concepto falso que
desvirtúe y cambie la esencia del mensaje (obra citada, pp. 46 y 47).
Como veremos a
continuación, es tal el poder de la Palabra de Dios que, normalmente, no hace
falta más que un versículo para refutar cada falsa doctrina elaborada por
Satanás y sus demonios.
Ejemplos
prácticos de falsas doctrinas
Caín
es “hijo del diablo”
En mi largo peregrinar a
través de la web, sobre todo al principio de mi aventura (hace ya más de 10
años), buscando información para estudiar y comprender la Biblia, he leído las
más disparatadas doctrinas. Una de ellas sostiene que la serpiente (en verdad,
Satanás) no solo convenció a Eva de comer el fruto del árbol prohibido de la
ciencia del bien y del mal sino que, además, tuvo relaciones sexuales con ella
con lo cual Caín literalmente sería el hijo de Satanás.
Esto está claramente
refutado por el siguiente versículo:
Génesis, 4:1 Conoció Adán
a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de
Jehová he adquirido varón.
Por lo general, en la
Biblia se emplea el verbo "conocer" para referirse a la relación
marital y sexual.
La
doctrina de la reencarnación
Un ejemplo muy habitual
de doctrina de demonios es la doctrina (falsa) de la reencarnación. Este error
ha llegado a afectar aun a algunos cristianos. Esta doctrina dice que los
hombres mueren y reencarnan una y otra vez, hasta que su alma se perfeccione y
no reencarne más, al haber ido abandonando, vida tras vida, las pasiones
carnales. En primer lugar, si esto fuera cierto, teniendo en cuenta que los
hombres han venido reencarnado desde el principio, una y otra vez, debiéramos
está viviendo hoy en un mundo sublime. Pero la realidad muestra que el mundo
hoy, como nunca, está dominado por las pasiones carnales, la avaricia y la
insolidaridad (entre otras tragedias). O sea, que esta doctrina se cae sola por
aplicación del sentido común.
En segundo lugar, la
Biblia expone la mentira de la doctrina de la reencarnación al decir:
Hebreos, 9:27 Y de la
manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después
de esto el juicio.
El temor a la muerte, en
el mejor de los casos, o el amor al mundo y a las pasiones carnales en la
mayoría de las situaciones, puede llevar a una persona (aun cristiana) a creer
en esta doctrina. Pero la Biblia expone su falsedad. Creer que para llegar al
cielo solo hay que reencarnar una equis cantidad de veces nos lleva a
preguntarnos entonces ¿para que murió Cristo en la cruz?.
Abrazar la doctrina
(falsa) de la reencarnación implica [1] vaciar de propósito la cruz de Cristo y
[2] amar el mundo y aborrecer el reino de Dios. Por estas dos causas, aun
creyendo el resto de la Biblia, las personas que abracen esta doctrina se irán
al infierno.
Respecto de la doctrina
de la reencarnación, Ana Méndez (obra citada, pp. 218 y 219) cita el testimonio
de una persona que recibió una revelación del Espíritu Santo sobre el origen de
la supuesta reencarnación: "En aquellos tiempos en que yo estaba en esos
caminos, creía en la reencarnación. Cuando comencé a caminar con el Señor
Jesucristo y conocí su palabra, que dice que el hombre muere una vez y después
de esto el juicio, le pedí que me dijera de qué manera podía yo enseñarle a la
gente que creía en la reencarnación ya que esta no era la verdad. Un día,
mientras yo lavaba los platos en mi casa, me hablo el Espíritu Santo y me dijo:
mira, el espíritu del hombre es eterno, por lo tanto los espíritus inmundos
(demonios) también lo son.
Cuando el hombre muere,
su espíritu vuelve a Dios que lo dio. El espíritu inmundo necesita un cuerpo físico
para habitar y manifestarse y dice la palabra que cuando este sale del hombre
(sea por su muerte o por liberación), vaga, buscando un lugar donde habitar
(Mateo, 12:43-45). Entonces lo que sucede es que estos espíritus inmundos han
conocido a distintas personas durante muchas épocas y luego vienen y le dicen a
aquella en quien ahora habitan que esta tuvo vidas pasadas, señalándole
nombres, lugares y situaciones. El diablo es un mentiroso y la reencarnación es
una de sus grandes falsedades".
El
evangelio adulterado
Algunas falsas doctrinas
son, como vimos, bastante burdas. Otras, en cambio, son más bien sutiles.
Dentro de estas últimas se incluyen los intentos de satanás por pervertir el
evangelio verdadero. Por ejemplo, al agregar requisitos para la salvación que
no forman parte del evangelio de la gracia predicado por Pablo.
Pablo escribió:
Efesios, 2:8 Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Para Pablo, la causa de
la salvación es la gracia, mientras que la fe es el medio. Dice, además, que la
salvación no es por obras “para que nadie gloríe” (se jacte).
Pablo dice que la fe es
el “boleto de entrada” a la gracia (la causa de la salvación).
Romanos, 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo; 5:2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria
de Dios.
El evangelio predicado
por Pablo es un evangelio de “gracia + fe”.
Pero algunos comenzaron a
pervertir el evangelio predicado por Pablo, agregando requisitos falsos para la
salvación:
Hechos, 15:5 Pero algunos
de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es
necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.
Algunos fariseos,
contemporáneos a Pablo, si bien habían abrazado el cristianismo (habían creído
en Jesús), sostenían que, al mismo tiempo, había que circuncidarse y guardar la
ley de Moisés. Este falso evangelio es un evangelio de “fe + obras”, a
diferencia del predicado por Pablo que es un evangelio de “gracia + fe”. Satanás
sabe que no puede eliminar la fe de la ecuación de la salvación (si lo hace, muchos
desconfiarían). Por eso mantiene la fe pero pervierte el evangelio reemplazando
la gracia de Dios por las obras humanas, contrariando el evangelio de Pablo.
Al suplantarse el
evangelio de Pablo (gracia + fe) por el falso evangelio de “fe + obras”, se
activa la siguiente maldición con la que Pablo blindo su evangelio:
Gálatas, 1:7 No que haya
otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo. 1:8 Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro
evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 1:9 Como
antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente
evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
Ver predica “El espíritu
del fariseo” en el blog en la pestaña “Predicas del autor del blog”.
La
doctrina luciferina
El clímax de 1 Timoteo,
4:1 lo veremos cuando, en pleno gobierno del anticristo, se propague la
“doctrina luciferina”.
Jack Kelley, el
reconocido ensayista bíblico, lo explica maravillosamente bien:
Hay una creencia que
siempre ha circulado y es tan antigua como la humanidad, pero que en los
últimos días llegará a ser una religión que engañará a casi todas las personas.
Esta se llama la “doctrina luciferina” (sustentada por los masones), y el
entenderla nos ayudará a explicar por qué el mundo no se vuelve a su Creador en
ese momento, el cual es el peor momento en la historia humana.
La “doctrina luciferina”
se llama así, por supuesto, por Lucifer, un nombre en latín que significa el
“portador de luz”. Esta doctrina sostiene que Lucifer es el Ángel de Luz, el
buen tipo que está tratando de iluminar a la gente del mundo para prepararla
para la evolución espiritual necesaria que traerá la paz a toda la humanidad.
Según esta doctrina, nuestra evolución física ha terminado y todo lo que
necesitamos hacer ahora es liberarnos de las ataduras del pensamiento
Judeo-Cristiano para poder completar nuestra evolución espiritual y así entrar
en la tan esperada era utópica (este es el pilar de la Nueva Era).
Pero
Lucifer está siendo obstaculizado por el malo de Adonaí (en hebreo Señor)
Quien, junto con Sus seguidores, está trabajando para frustrar el gran plan de
Lucifer, previniendo de manera efectiva nuestra evolución espiritual. Para que
la humanidad pueda llegar a esta Utopía, todas las personas que insisten en
aferrarse a su obsoleta fe judeo-cristiana tienen que ser eliminadas.
La
Gran Tribulación está caracterizada por la “doctrina luciferina” como el
último gran esfuerzo del malo de Adonaí de destruir al “portador de luz” de la
humanidad y prevenir nuestra ascensión a la Utopía, al mantenernos atados a Él.
Después
de la desaparición de la iglesia (por el rapto), la Verdad estará muy
escasa en la Tierra y todo el mundo será engañado al creer en esta
“doctrina luciferina”, tal y como Pablo advirtió que sucedería (2
Tesalonicenses 2:9-12).
2
Tesalonicenses, 2:9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran
poder y señales y prodigios mentirosos, 2:10 y con todo engaño de iniquidad
para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser
salvos. 2:11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la
mentira, 2:12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la
verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Así
que naturalmente al creer que el Señor es el tipo malo, todas estas personas
adoran a Lucifer con más intensidad, esperando que él sea quien prevalezca y
ponga fin a sus sufrimientos (Hay camino que al hombre le parece derecho; pero
su fin es camino de muerte… Proverbios 14:12). Por supuesto, Lucifer es
también ampliamente conocido como Satanás o el diablo.
Todo
lo anterior será cada vez más habitual conforme nos acerquemos a los últimos
días. La segunda venida de Cristo (en sus dos fases: el rapto de la iglesia y
su segunda venida propiamente dicha al final de los 7 años de la Tribulación)
será precedida por una mayor dosis de satanismo, espiritismo, ocultismo,
posesión de espíritus malos y engaño demoniaco, en el mundo y en la iglesia.
La única garantía de no
caer en el engaño es la absoluta fidelidad a Dios y a la Biblia.
2º Pedro, 1:19 Tenemos
también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y
el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
Las
siguientes son señales de que este espíritu se encuentra activo dentro de una
iglesia local:
[+] cuando los mensajes que
se predican contradicen uno o más pasajes de las Escrituras;
[+] cuando los mensajes
que se predican afirman una verdad negando la otra o enfatizan una verdad más
que otra, es decir, cuando se instala una idea incorrecta manipulando la
Palabra de Dios (lo cual es una herejía): por ejemplo cuando se predica un
evangelio de amenazas y advertencias y nunca se predica sobre la gracia;
[+] cuando los mensajes que
se predican están basados en la Biblia pero incluyen ideas, conceptos o frases
seculares, equiparando el conocimiento del mundo a la Palabra de Dios escrita;
[+] cuando no se predica
el evangelio de la gracia de Pablo o se predica distorsionado: por ejemplo, cuando
se agregan requisitos para la salvación que exceden al concepto de “gracia +
fe” expuesto por Pablo;
[+] cuando se insinúa que
existen “otros caminos” para llegar al cielo, además de Jesucristo;
[+] toda idea que minimiza,
menosprecia o vacía de propósito la cruz de Cristo;
Oración
contra el espíritu de falsas doctrinas
Señor Jesucristo, con la
autoridad que hay en tu nombre y con el poder que hay en tu sangre, atamos,
reprendemos, echamos fuera, desalojamos a los lugares secos y vacíos al
espíritu inmundo de falsas doctrinas y a todos los espíritus inmundos y
demonios que vienen con el: error religioso, legalismo, confusión y mentira.
Atamos todos estos espíritus
inmundos y demonios y desatamos al Espíritu Santo y un espíritu de sabiduría
sobre nuestra iglesia.
Rompemos, quebrantamos,
despedazamos, arruinamos, conquistamos, saqueamos, dejamos inhabitada y
convertimos en anatema las fortalezas del espíritu inmundo de falsas doctrinas
y distribuimos sus bienes.
¿Qué significa “convertir
en anatema”?.
Significa consagrar para
Dios el lugar donde existía la fortaleza destruida, para que nada más,
contrario a Dios, pueda ser construido en ese lugar.
Basado en:
Josué, 6:26 En aquel
tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre
que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche
los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas.
MARCELO D. D’AMICO
Maestro de la Palabra -
Ministerio Rey de Gloria