lunes, 31 de diciembre de 2018

EL ESPÍRITU O FORTALEZA DE AMOR FRIO


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Te dejo el video donde predico sobre el tema (el contenido es el mismo que los archivos de Word y Powerpoint y que lo expuesto mas abajo):




Mateo, 24:12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

Es inevitable que en este mundo complejo, con diferentes niveles sociales, económicos y culturales, todos nosotros nos causemos ofensas y heridas. Si fallamos en reaccionar con amor y perdón y guardamos en nuestro espíritu la deuda que el ofensor nos debe, esa amargura, ese dolor, esa ofensa, nos impedirá amar y orar debidamente. Esto nos llevara a formar parte de esos muchos cuyo amor, según el Señor, se enfriara.

Muchas veces, las experiencias dolorosas son permitidas por Dios para enseñarnos a perdonar, a amar y orar por los que nos ofenden. Cuantas veces oímos decir, aun a los cristianos: “yo ame pero me correspondieron muy mal” o “yo me comprometí a servir y abusaron de mi o me rechazaron y por eso no pienso volver”. Estas personas se retiran de su compromiso sin darse cuenta que su amor se va enfriando.

Hay muchos que aun van a la iglesia, leen la Biblia, oran, diezman, pero dentro de sus corazones se han vuelto distantes y se han apartado poco a poco de otras personas y así se van apartando de la demostración del amor de Dios.

Jesucristo dijo que en el mundo vendrían tropiezos, refiriéndose a aquellas cosas que nos harían tropezar para hacernos caer (la llamada “zancadilla del enemigo”). Ahora bien, hay veces que personas buenas y siervos o siervas de Dios tienen un día malo y nos causan tropiezo, con piedrecitas muy pequeñas, por cosas insignificantes (y no por una roca grande).

No podemos formarnos una opinión negativa sobre alguien (aunque lo merezca) y darle sitio al enemigo. Esa opinión puede endurecer nuestro corazón y enfriar nuestro amor y nuestro compromiso.

Es necesario que aún nos amemos en nuestras imperfecciones. No hay uno perfecto. No hay alguno sin falta. No hay nadie sin pecado. Por lo tanto, no podemos permitir que, a causa de pequeñas faltas o debilidades humanas, el enemigo engrandezca cosas mínimas para que aparezcan como grandes problemas que enfríen nuestro amor a Dios.

El objetivo de la “fortaleza del amor frio” es conseguir que haya división en el cuerpo de Cristo. Nadie puede alcanzar la plenitud del Reino de Dios en la tierra sin estar comprometido con personas imperfectas a los largo del camino.

Las siguientes son señales de que esta fortaleza ha sido edificada por satanás dentro de una iglesia local.

Esta fortaleza:

[+] hace que pequeñas ofensas que podamos sufrir de nuestros hermanos y siervos de Dios aparezcan como “grandes ofensas”;

[+] endurece nuestro corazón, enfría nuestro amor y disminuye nuestro compromiso con la obra;

[+] nos desenfoca de la perfección de Cristo y nos enfoca en nuestra propias imperfecciones;

[+] trae división al cuerpo de Cristo;

Oración para destruir la fortaleza de amor frio:

Señor Jesucristo, con la autoridad que hay en tu nombre y con el poder que hay en tu sangre, atamos, reprendemos, echamos fuera, desalojamos a los lugares secos y vacíos, todo espíritu inmundo que enfríe nuestro amor y todo espíritu que venga tras el: falta de perdón y división.

Atamos todo espíritu inmundo que enfríe nuestro amor, de falta de perdón y que traiga división y desatamos al Espíritu Santo sobre nuestra iglesia.

Rompemos, quebrantamos, despedazamos, conquistamos, saqueamos y convertimos en anatema, la fortaleza del amor frio y distribuimos sus bienes.

¿Qué significa “convertir en anatema”?.

Significa consagrar para Dios el lugar donde existía la fortaleza destruida, para que nada más, contrario a Dios, pueda ser construido en ese lugar.

Basado en:

Josué, 6:26 En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas.



MARCELO D. D’AMICO
Maestro de La Palabra – Ministerio Rey de Gloria