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Introducción
La oración bíblica es al Padre, en el nombre del Hijo (Jesucristo) y en el poder del Espíritu Santo.
Primero que nada, nos colocamos la “armadura de Dios” (Efesios, 6:11-17)
Antes de comenzar cada oración, debemos colocarnos la armadura de Dios. En el nombre de Jesús:
[1] nos colocamos el yelmo de la salvación, que es la esperanza de la salvación en nuestra mente, como casco que protege nuestra cabeza y nuestra mente de todos los dardos de fuego del maligno;
[2] nos colocamos la coraza de justicia;
[3] nos ceñimos con el cinturón de la verdad;
[4] nos calzamos con el apresto del Evangelio de la Paz;
[5] tomamos el escudo de la fe; y
[6] desenvainamos la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios;
Sobre el significado de cada parte de la armadura, puedes ver en mi blog un estudio denominado “La armadura de Dios” (pincha Aqui).
[+] Presentamos la persona delante del Señor;
Padre, te presentamos, delante de tu trono de gracia, la vida de _____________ (mencionar a la persona).
[+] Bendecimos a la persona;
Bendecimos a _____________ (mencionar a la persona), con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo Jesús, Señor nuestro.
[+] Cubrimos a la persona;
Padre, cubrimos a ________________ (mencionar a la persona) con la sangre preciosa, bendita y eterna de tu Hijo Jesucristo.
Padre, hacemos un vallado (Job, 1:10) alrededor de ________________ (mencionar a la persona), en el glorioso nombre de tu Hijo Jesucristo, levantamos y edificamos (Jeremías, 1:10) a su alrededor una verdadera muralla espiritual de bendición y protección que resulte impenetrable para satanás y sus demonios.
Padre, en el nombre de tu Hijo Jesucristo, te rogamos que, en esta hora, estés enviando ángeles guerreros, espíritus ministradores que, con sus espadas desenvainadas y comandados por un príncipe del cielo, actúen a favor de ________________ (mencionar a la persona), acampen alrededor de su vida y guarden su entrada y su salida (Salmos, 34:7, 91:11), desde ahora y para siempre.
[+] Reprendemos los demonios que sepamos que están oprimiendo a la persona;
Padre, con la autoridad que hay en el nombre de tu Hijo Jesucristo y con el poder que hay en su sangre, atamos, reprendemos, echamos fuera y desalojamos a los lugares secos y vacíos, todo espíritu inmundo, todo demonio, todo principado, toda potestad, toda hueste espiritual de maldad en las regiones celestes, todo gobernador de las tinieblas de este siglo (Efesios, 6:12), que satanás haya enviado contra _______________ (mencionar a la persona): todo espíritu inmundo de __________, __________, ____________, ___________ y ____________ (mencionar los nombres de los demonios que sepamos que oprimen a la persona; ejemplo: tabaquismo, alcoholismo, lujuria, adulterio, etc.).
[+] Cuando hay una enfermedad, podemos arrancarla del cuerpo de la persona y ordenarle a la parte afectada que comience a funcionar normalmente de acuerdo al diseño de Dios o que ciertos parámetros médicos vuelvan a su nivel normal;
Padre, con la autoridad que hay en el nombre de tu Hijo Jesucristo y con el poder que hay en su sangre, arrancamos (Jeremías, 1:10) de ______________ (mencionar a la persona) la ______________ (nombrar la enfermedad) y le ordenamos a ____________ (mencionar el parámetro) que retroceda hasta el límite medicamente establecido y le ordenamos a su ____________ (mencionar el órgano afectado) que comience a funcionar de acuerdo al diseño establecido por ti para el normal funcionamiento de su cuerpo, aun desde antes de la fundación del mundo y antes de que fuese formado en el vientre de su madre.
AMEN.
Sustento bíblico:
Salmos, 34:7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.
Salmos, 91:11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.
Job, 1:10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.
Jeremías, 1:10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
Efesios, 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Respecto de la cobertura con la sangre de Cristo, puedes ver el sustento bíblico en un estudio, en mi blog, denominado “La sangre de Cristo” (pincha Aqui).
DIOS
LOS BENDIGA!
Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA