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Introducción
Jack Kelley,
el reconocido ensayista bíblico norteamericano (lamentablemente fallecido en el
otoño americano de 2015), observa:
La palabra griega de la que proviene la palabra dispensación solamente aparece siete veces en el Nuevo Testamento y solamente la traduce Pablo como tal en dos ocasiones:
La palabra griega de la que proviene la palabra dispensación solamente aparece siete veces en el Nuevo Testamento y solamente la traduce Pablo como tal en dos ocasiones:
Efesios,
1:10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento
de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la
tierra.
Efesios, 3:9
y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los
siglos en Dios, que creó todas las cosas;
Otros
significados de esta palabra son comisión, mayordomía, administración, y
economía.
Los que
somos dispensacionalistas creemos que, a través de la historia, Dios ha tratado
con la humanidad en diferentes maneras y en diferentes tiempos como parte del
proceso de revelar Su carácter y Su plan para la humanidad y llamamos a estos
diferentes períodos “dispensaciones”.
Por ejemplo,
así como la salvación siempre ha sido por la fe, el camino a la salvación a
través de la mayor parte del Antiguo Testamento era a través de Israel y
requería también la obediencia a la Ley. Pero ese no es el caso durante la Era
de la Iglesia.
Por consiguiente
la manera como Dios trató con Israel en el Antiguo Testamento se llevó a cabo
durante una dispensación diferente a la forma como Él está tratando con la
Iglesia en el Nuevo Testamento. ¿Se entiende el punto?.
Las
dispensaciones divinas son siete:
[1] la
inocencia;
[2] la
conciencia;
[3] el
gobierno humano;
[4] la
promesa;
[5] la ley;
[6] la
gracia; y
[7] el
reinado milenial de Cristo (Apocalipsis, 20:4);
Las primeras
cinco se han cumplido, la sexta está en proceso de cumplimiento y la séptima comenzara
a cumplirse luego del rapto de la iglesia (1 Corintios, 15:51-52, 1
Tesalonicenses, 4:15-17).
En el
presente estudio nos centraremos en la segunda dispensación: la conciencia.
Introducción
Entre la
Caída y el Diluvio, Dios permitió que la conciencia humana gobernara su
comportamiento sin necesidad de la intervención divina. Debido a la naturaleza
pecaminosa transmitida por los primeros padres de la humanidad, el resultado
fue que “la maldad de los hombres
era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de
ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5). Dios
pronunció el juicio sobre el mundo y destruyó a todas las personas excepto a
ocho miembros de la raza humana en el Diluvio Universal.
Caín y Abel
Una de las
consecuencias de la desobediencia de Adán y Eva en el Huerto del Edén fue que Dios
maldijo la tierra:
Génesis, 3:17
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del
árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu
causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
En Génesis,
4 se nos relata que Eva concibe de Adán a Caín:
Génesis, 4:1
Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por
voluntad de Jehová he adquirido varón.
Eva pensó
que su hijo Caín era la simiente prometida en Génesis, 3:15. En Génesis, 4:1
Eva dijo “por voluntad de Jehová he adquirido varón”. Caín significa
precisamente "adquirido". Se miraba al niño como un don (regalo) de
Dios.
Génesis, 4:2
Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue
labrador de la tierra.
Luego Eva
concibió a Abel. El nombre Abel significa "vanidad, vapor". Ya desde
el mismo principio vemos una división del trabajo: mientras a Caín se lo
identifica con la tierra y con el oficio de labrador, a Abel se lo asocia con
el ganado y con el oficio de pastor. Y, como Dios ya había maldecido la tierra
(Génesis, 3:17), Caín (como labrador de la tierra) quedo asociado a esa
maldición.
Un día ambos
(Caín y Abel) trajeron ofrendas al Señor:
Génesis, 4:3
Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una
ofrenda a Jehová. 4:4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus
ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su
ofrenda; 4:5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se
ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
Y a causa de
esto, tuvo celos Caín de su hermano Abel y lo mato:
Génesis, 4:8
Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos
en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. 4:9 Y
Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo
acaso guarda de mi hermano? 4:10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de
la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 4:11 Ahora, pues,
maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la
sangre de tu hermano. 4:12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su
fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.
Y se apartó Caín
de la presencia de Dios:
Génesis, 4:13
Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado. 4:14 He
aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante
y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me
matará. 4:15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a
Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que
no lo matase cualquiera que le hallara. 4:16 Salió, pues, Caín de delante
de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.
Por la
Palabra de Dios sabemos que Abel trajo su ofrenda por fe:
Hebreos,
11:4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo
cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus
ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
Por la
Palabra de Dios, sabemos que la fe viene por el oír:
Romanos,
10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Si la fe
viene por el oír, entonces Dios debe haber enseñado a Adán y a su familia como
acercarse a Él, luego de la expulsión del paraíso. La gloria de Dios habitaba
en el árbol de la vida (el otro árbol del paraíso, además del árbol de la
ciencia del bien y del mal) pero el acceso a él había quedado restringido con
el querubín custodiando el camino.
Por la
Palabra de Dios, sabemos que sin fe es imposible agradar a Dios:
Hebreos,
11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan.
Además de la
fe, Adán también sabía que el acercamiento a Dios debía incluir un sacrificio
de sangre, ya que resulta obvio que Dios mato un animal para vestirlos con
“túnicas de pieles”:
Génesis, 3:21
Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los
vistió.
Por la
Palabra de Dios, sabemos que sin derramamiento de sangre no hay remisión de
pecados:
Hebreos,
9:22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento
de sangre no se hace remisión.
Aun sabiendo
que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos, 11:6) y que, sin derramamiento
de sangre, no puede haber remisión de pecados (Hebreos, 9:22), Caín trajo de la
tierra maldita una ofrenda "sin sangre" (verduras). Aunque tal vez
fue sincera, su ofrenda no fue aceptada por Dios. Caín no tenía fe en la
Palabra de Dios, ni dependencia en el sacrificio (de sangre) de un sustituto,
como si las tuvo Abel.
Judas habla
acerca del "camino de Caín", que es la senda de la "religión sin
sangre", es decir, de la religión basada en las obras humanas y en la
justicia propia.
Judas, 1:11
¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en
el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
La
descendencia de Caín fue:
[+] Lamec
(Génesis, 4:19) fue el primero que rechazo el principio de monogamia ordenado
por Dios (Génesis, 2:24);
[+] Jabal
(Génesis, 4:20) el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían
ganados;
[+] Jubal
(Génesis, 4:21) el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta;
[+] Tubal
Caín (Génesis, 4:22) artífice de toda obra de bronce y de hierro;
La familia
impía de Caín desarrollo y centro su vida en torno a las artes seculares y los
negocios, estableciendo un procedimiento de confianza en sí mismos (auto
confianza). Caín y sus descendientes fueron los pioneros de la civilización
humana que no conoce a Dios. Una motivación fundamental en todas las sociedades
humanísticas es la tentativa por vencer la maldición de Caín y recobrar el
paraíso sin sumisión a Dios.
En otras
palabras, el sistema mundial, en su rebelión contra Dios, está fundado en el
principio de auto redención de la raza humana.
La
descendencia de Set:
Génesis,
4:25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su
nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de
Abel, a quien mató Caín. 4:26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su
nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.
Set y su
descendencia, por el contrario, “comenzaron a invocar el nombre de Jehová” a
fin de expresar su dependencia de Él. De esta manera, se fueron desarrollando
en la tierra dos grupos familiares fundamentalmente distintos: los piadosos y
los impíos.
La
descendencia de Adán
[+] Adán, a los 130 años, engendro a Set y vivió Adán
hasta los 930 años y murió (Génesis, 5:3-4);
[+] Set, a los 105 años. Engendro a Enos y vivió Set
hasta los 912 años y murió (Génesis, 5:5-8);
[+] Enos, a los 90 años, engendro a Cainan y vivió
Enos hasta los 905 años y murió (Génesis, 5:9-11);
[+] Cainan, a los 70 años, engendro a Mahalaleel y vivió
Cainan hasta los 910 años y murió (Génesis, 5:12-14);
[+] Mahalaleel, a los 65 años, engendro a Jared y vivió
Mahalaleel hasta los 895 años y murió (Génesis, 5:15-17);
[+] Jared, a los 162 años, engendro a Enoc y vivió
Jared hasta los 962 años y murió (Génesis, 5:18-20);
[+] Enoc, a los 65 años, engendro a Matusalén y vivió
Enoc hasta los 365 años, pero no murió sino que fue arrebatado (Génesis,
5:21-24);
[+] Matusalén, a los 187 años, engendro a Lamec y vivió
Matusalén hasta los 969 años y murió (Génesis, 5:25-27);
[+] Lamec, a los 182 años, engendro a Noé y vivió
Lamec hasta los 777 años y murió (Génesis, 5:28-31);
La frase “engendro a” también puede significar “vino
a ser antepasado de”. De este modo, estas genealogías (como otras genealogías
de la Biblia), no tienen el propósito de mencionar a cada persona de la
descendencia.
Y de Lamec nació Noé, quien tuvo tres hijos:
Génesis, 5:32 Y siendo Noé de quinientos años,
engendró a Sem, a Cam y a Jafet.
La
maldad de los hombres
Génesis, 6:1 Aconteció que cuando comenzaron los
hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 6:2
que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas,
tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
Lo más probable es que "los hijos de Dios"
se refiera a hombres que eran descendientes del linaje piadoso de Set (Génesis,
4:25). Ellos comenzaron a casarse con "las hijas de los hombres", es
decir, mujeres de la familia impía de Caín (Génesis, 4:17).
La teoría de que "los hijos de Dios" eran
ángeles es menos probable en vista de las palabras de Jesús de que los ángeles
no se casan (Mateo, 22:30, Marcos, 12:25). Esta unión de justos con los
injustos condujo a "la maldad" (Génesis, 6:5). Los justos se
distrajeron con lo malo. Como resultado, la tierra se corrompió y se llenó de
violencia (Génesis, 6:11-13).
Hay una teoría que sostiene que los “hijos de Dios”
mencionados en los versículos anteriores eran, en realidad, ángeles, los cuales
viendo que las “hijas de los hombres” (mujeres normales) eran hermosas se
allegaron a ellas (tuvieron relaciones sexuales), de donde surgieron los
gigantes mencionados en Génesis, 6:4. Estos ángeles serian una segunda tanda de
“ángeles caídos” (la primera tanda fue la que siguió a Satanás en su rebelión).
El Evangelio de Judas pareciera abonar esta teoría:
Judas, 1:6 Y a los ángeles que no guardaron su
dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo
oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.
Dios decide acortar la vida del hombre:
Génesis, 6:3 Y dijo Jehová: No contenderá mi
espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán
sus días ciento veinte años.
Arrepintiéndose, incluso, de haberlo creado:
Génesis, 6:5 Y vio Jehová que la maldad de los
hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del
corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6:6 Y se arrepintió
Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
En el tiempo de Noé el carácter del pecado humano se
manifestó flagrantemente de dos maneras:
[1] la lujuria sexual; y
[2] la violencia;
La depravación humana no ha cambiado. Todavía es
mediante la lujuria y la violencia que la maldad encuentra expresión
desenfrenada. Hoy la inmoralidad, la impiedad, la pornografía y la violencia
dominan la sociedad (Mateo, 24:37-39, Romanos, 1:32).
Y es cuando decide raer al hombre de la tierra:
Génesis, 6:7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de
la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta
el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
Noé
construye el arca
Génesis, 6:8 Pero Noé halló gracia ante los
ojos de Jehová. 6:9 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era
perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.
En medio de la extendida iniquidad y maldad de
aquellos días (Génesis, 6:5), Dios encontró en Noé a un hombre que todavía
buscaba la comunión con El y que era justo. La expresión "perfecto en sus
generaciones" indica que él se mantuvo separado de la moral perversa de la
sociedad que lo rodeaba.
Génesis, 6:10 Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a
Cam y a Jafet. 6:11 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la
tierra llena de violencia. 6:12 Y miró Dios la tierra, y he aquí que
estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la
tierra. 6:13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser,
porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los
destruiré con la tierra. 6:14 Hazte un arca de madera de gofer; harás
aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.
La palabra hebrea "arca" significa una
embarcación para flotar y aparece solo aquí y en Éxodo, 2:3, 5 donde también se
emplea para referirse a la arquilla en la que fue colocado el niño Moisés.
Génesis, 6:15 Y de esta manera la harás: de
trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de
treinta codos su altura. 6:16 Una ventana harás al arca, y la acabarás a
un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su
lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero. 6:17 Y he aquí que yo
traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que
haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.
Se dan las dimensiones del arca en
"codos". Un "codo" antiguo equivalía a unos 45 centímetros,
de modo que el arca tenia aproximadamente 135 metros de largo, 22,5 metros de
ancho y 13,5 metros de alto. Su capacidad de carga era igual a más de 300 vagones
de ferrocarril. Se calcula que el arca podía dar cabida a unas 7000 clases de
animales.
Hebreos, 11:7 sugiere que el arca es un tipo de
Cristo, quien es el medio para que el creyente se salve del juicio y de la
muerte (1 Pedro, 3:20-21).
Génesis, 6:18 Mas estableceré mi pacto contigo, y
entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos
contigo.
A través de su pacto, Dios le prometió a Noé que sería
librado del juicio que vendría mediante el diluvio. Noé respondió al pacto de
Dios creyendo en El y en su Palabra (Génesis, 6:13, Hebreos, 11:7). Se demostró
su fe al actuar “con temor” (Hebreos, 11:7) y al preparar el arca y entrar en
ella (Génesis, 22, 7:7, 1 Pedro, 3:21).
Génesis, 6:19 Y de todo lo que vive, de toda carne,
dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y
hembra serán.
Y Noé obedeció a Dios en todo:
6:22 Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que
Dios le mandó.
El
diluvio
Una gracia de siete días:
Génesis, 7:4 Porque pasados aún siete días, yo haré
llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz
de la tierra a todo ser viviente que hice. 7:5 E hizo Noé conforme a todo
lo que le mandó Jehová. 7:6 Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio
de las aguas vino sobre la tierra.
Y pasados esos siete días de gracia, el diluvio
comenzó:
Génesis, 7:10 Y sucedió que al séptimo día las aguas
del diluvio vinieron sobre la tierra. 7:11 El año seiscientos de la vida de
Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas
todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron
abiertas, 7:12 y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta
noches. 7:13 En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de
Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca;
Dos acontecimientos cataclísmicos provocaron el
diluvio: la erupción de grandes depósitos de agua subterránea, tal vez causada
por terremotos con subsecuentes enormes marejadas de los océanos y lluvias
torrenciales que cayeron sobre la tierra durante 40 días (Génesis, 7:12).
[1] De esta manera, fuera del arca murieron todas
las criaturas vivientes, tanto seres humanos como animales, que por lo regular
vivían en tierra seca (Génesis, 7:21-22, Mateo, 24:37-39, 1 Pedro, 3:20, 2
Pedro, 2:5).
[2] El agua subió a tal altura que cubrió “todos los
montes altos que había debajo de todos los cielos” (Génesis, 7:19-20). Toda la
tierra fue cubierta de agua. Esto indicaría un diluvio universal y no
sencillamente uno local limitado a una pequeña parte de la tierra (2 Pedro,
3:6). El agua comenzó a retirarse solo después de 150 días (Génesis, 7:24). El
arca de Noé vino finalmente a reposar sobre una de las montañas de Ararat
(Armenia), 740 km de donde partió (Génesis, 8:4).
[3] La tierra se secó y Noé salió del arca 377 días
después que comenzó el diluvio (Génesis, 8:13-14).
[4] El apóstol Pedro afirma que el mundo
antediluviano "pereció" (2 Pedro, 3:6). Esto sugiere que, debido al
enorme cataclismo topográfico, la tierra antediluviana se transformó de manera
radical, tanto física como geológicamente, en la tierra que ahora existe.
Génesis, 7:17 Y fue el diluvio cuarenta días sobre
la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la
tierra. 7:18 Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y
flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. 7:19 Y las aguas
subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de
todos los cielos, fueron cubiertos. 7:20 Quince codos más alto subieron
las aguas, después que fueron cubiertos los montes. 7:21 Y murió toda
carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y
de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.
Y prevalecieron las aguas por espacio de 150 días
(Génesis, 7:24).
Las
aguas comienzan a bajar
Génesis, 8:1 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los
animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar
Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.
Noé no había tenido noticias de Dios durante 150
días (Génesis, 7:24). Se estaba probando su fe, porque él no tenía idea alguna
de cuando bajarían las aguas o cuando Dios intervendría otra vez. Entonces Dios
actuó por interés y amor por Noé y su familia. Se registran las relaciones de
Dios con Noé para darle a todo el fiel pueblo de Dios la esperanza y la
confianza en sus caminos.
Si por largo tiempo Dios no ha actuado en la vida de
un creyente, puede este estar seguro de que El actuara otra vez y que le
manifestara su cuidado amoroso. En la actualidad la tarea del creyente es
acercarse al Señor y seguir en fiel obediencia a su Palabra y a su Espíritu
(Proverbios, 3:5-6, 16:3, Filipenses, 2:13).
Génesis, 8:2 Y se cerraron las fuentes del abismo y
las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida. 8:3 Y
las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas
al cabo de ciento cincuenta días. 8:4 Y reposó el arca en el mes séptimo,
a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat. 8:5 Y las aguas
fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se
descubrieron las cimas de los montes.
Transcurridos cuarenta días, Noé abrió la ventana
del arca y envió un cuervo y tres palomas para ver si estos hallaban tierra
firme (Génesis, 8:6-12). Cuando la última paloma ya no regreso, Noé abrió la
ventana del arca y vio que la tierra estaba seca (Génesis, 8:13). Y salieron
Noé, su familia y los animales del arca (Génesis, 8:15-19) y edifico un altar a
Dios:
Génesis, 8:20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y
tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el
altar. 8:21 Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No
volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del
corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo
ser viviente, como he hecho. 8:22 Mientras la tierra permanezca, no
cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y
el día y la noche.
El
pacto de Dios con Noé
Entonces Dios manda a Noé y su familia a multiplicarse
y llenar toda la tierra:
Génesis, 9:1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les
dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.
Este mandamiento es muy importante porque es el
mandamiento que van a desobedecer Nimrod y su gente cuando, en lugar de
multiplicarse y llenar toda la tierra (Génesis, 9:1), decidan asentarse en un
lugar y edificar “una torre, cuya cúspide llegue al cielo (la torre de Babel)
para hacernos un nombre (fama), por si fuéramos esparcidos sobre la faz de toda
la tierra” (Génesis, 11:4).
Dios instituye la pena de muerte para los homicidas:
Génesis, 9:6 El que derramare sangre de hombre, por
el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
Y vuelve a recordar el mandamiento que más tarde
quebrantarían Nimrod y su gente:
Génesis, 9:7 Mas vosotros fructificad y
multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.
El pacto de Dios seria con Noé, su familia, sus
descendientes y con todo ser viviente (Génesis, 9:9-10) y consistiría en lo
siguiente:
Génesis, 9:11 Estableceré mi pacto con vosotros, y
no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio
para destruir la tierra.
Y este pacto tendría una señal:
Génesis, 9:12 Y dijo Dios: Esta es la señal del
pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con
vosotros, por siglos perpetuos: 9:13 Mi arco he puesto en las nubes, el
cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 9:14 Y sucederá que
cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las
nubes. 9:15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y
todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir
toda carne. 9:16 Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del
pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la
tierra. 9:17 Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he
establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.
Y esa señal estaría representada por el arco iris.
QUE DIOS LOS
BENDIGA A TODOS!!!
Marcelo D.
D’Amico
Maestro de
la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA