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Fuente:
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Muchas personas han dudado en usar Hechos 15:13-18 para apoyar mi posición
de que el Rapto de la iglesia tiene que preceder el inicio de la Semana
Setenta de Daniel. Muchos de los comentarios recibidos solicitan que dé una
explicación más clara del por qué hago esto, entonces, aquí les va.
Fue casi 20 años después de la cruz que se llevó a cabo el Concilio de
Jerusalén. Jacobo, Pedro, Pablo, Bernabé, algunos creyentes de los fariseos, y
otras personas se habían reunido para definir de una vez por todas si los
gentiles tenían que convertirse al judaísmo antes de ser cristianos. Pero hubo
otra pregunta que no se había mencionado antes y que estaba en sus mentes y,
como judíos, para ellos era más importante aún. “Si no, ¿qué será de Israel?”.
Los fariseos alegaban que el camino al cristianismo tanto para judíos como
para gentiles era a través del judaísmo. Para ellos, esto significaba guardar la
Ley, ser circuncidados y seguir las tradiciones además de reconocer a Jesús
como el Mesías. Entonces, Pedro, Bernabé y Pablo presentaron una opinión
diferente basada en su experiencia de primera mano sobre el don del Espíritu
Santo a los gentiles. Ellos dijeron que debido a eso, los gentiles debían ser
permitidos de llegar directamente a la Iglesia. Entonces veamos Hechos 15:13-18 sobre el
resultado de esa reunión.
Hechos, 15:13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones
hermanos, oídme. 15:14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los
gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15:15 Y con esto
concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: 15:16 Después
de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está
caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, 15:17 Para
que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre
los cuales es invocado mi nombre, 15:18 Dice el Señor, que hace
conocer todo esto desde tiempos antiguos.
¿Qué significa
esto?:
En lenguaje simple Jacobo, el hermano de Jesús y cabeza de la Iglesia en
Jerusalén, dijo que Israel estaba siendo puesto a un lado mientras el Señor
tomaba un pueblo para Su nombre. Recuerden, 69 semanas de las 70 de la profecía
de Daniel ya habían transcurrido. Se estaba volviendo obvio que con la crucifixión
del Señor el reloj se había detenido antes de iniciarse la semana setenta
prometida. A pesar de que Jerusalén y el Templo aún no habían sido destruidos,
la profecía del Señor de que pronto lo serían ya era de conocimiento popular.
Ya habían señales de que todo no estaba bien en cuanto al Templo se
refería. El Talmud judío registra cuatro indicaciones ominosas de que se
acercaba el problema (Talmud Mas. Yoma 39b).
1. Durante la celebración del
Yom Kippur se traían dos carneros al Sumo Sacerdote, uno era “para el Señor”
(la ofrenda de paz) y el otro era “para Azazel”, también conocido como el chivo
expiatorio. Se escogían por suerte y la suerte para el Señor siempre quedaba a
la mano derecha del Sumo Sacerdote. Después de la cruz, nunca más se dio.
2. Se ataba el chivo expiatorio con un listón color
púrpura a la puerta del templo durante la ceremonia. Después que el Sumo
Sacerdote simbólicamente ponía los pecados de Israel sobre la cabeza del
carnero, cortaba el listón dejando un pedazo en el cuerno del carnero y el
resto en la puerta del Templo. Luego se llevaba el carnero al desierto para
matarlo. Previamente, la porción del listón que quedaba en la puerta del Templo
siempre se tornaba blanca cuando el carnero moría. Esto se veía como un
cumplimiento de la profecía de Isaías
1:18, “si los pecados de
ustedes fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos” lo
cual indicaba que los pecados de Israel habían sido perdonados. Después de la
cruz el listón nunca más se tornaría blanco.
3. La lámpara en el extremo oeste del candelabro de
siete brazos, Menora, no se encendería más. El número siete significa la
totalidad divina, mientras que el número del hombre es el 6. Las siete lámparas
significaban que junto con Dios, Israel estaba completo y le traía la luz al
mundo. Pero ahora, con solamente seis lámparas que estarían encendidas, era
obvio que Dios los había dejado.
4. Las puertas principales del
Templo empezaron a abrirse por sí solas. Los sacerdotes vieron esto como una
advertencia de que Zacarías 11:1 pronto
se cumpliría. “Oh Líbano, abre
tus puertas, y consuma el fuego tus cedros”.
Durante la conquista de Jerusalén los romanos le prendieron fuego al
Templo. Su techo estaba hecho de cedro del Líbano recubierto con hojas de oro.
El intenso calor del fuego derritió el oro el cual corrió por las paredes hacia
las hendiduras de las piedras de las paredes. Después de que el fuego consumió
todo, los soldados romanos desmantelaron el Templo, piedra por piedra, para
recuperar el oro. Cuando terminaron, la profecía del Domingo de Pascua del
Señor se cumplió dramáticamente. “Y
no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu
visitación” (Lucas 19:44).
Cuando Jacobo se refirió a Pedro hablando del Señor tomando un pueblo para
Su nombre en Hechos 15:13-14,
las palabras griegas que él usó para “tomar de” fueron “lambano ek”. Juntas
estas dos palabras significan tomar (algo) con la mano para llevarlo lejos de
un cierto tiempo y lugar. En este caso, ese algo es la Iglesia (un pueblo
para Su nombre), y el cierto tiempo y lugar del que sería tomada es la
restauración de Israel en la Tierra para los siete años finales de su
pacto con Dios. Esto lo sabemos porque las primeras tres palabras de Hechos 15:15, que hablan sobre la
reconstrucción del templo son, “después de esto”, después que la Iglesia se
ha ido.
Ya fuera que Jacobo lo sabía o no, él estaba diciendo que el Rapto de la
Iglesia precedería el comienzo de la Semana Setenta de Daniel.
Luego, ¿qué sucede?:
En Hechos 15:15-18 Jacobo
citó de Amós 9:11-12 para
confirmar su entendimiento de que después que el Señor ha tomado la
Iglesia, Él hará que el Templo sea reconstruido.
Hechos, 15:15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está
escrito: 15:16 Después de esto volveré Y reedificaré el
tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo
volveré a levantar, 15:17 Para que el resto de los hombres busque al
Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi
nombre, 15:18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos
antiguos.
Amos, 9:11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y
cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo
pasado;
Como lo vimos antes, ellos sabían que pronto sería destruido, pero Jacobo
usó una profecía de Amós que ya tenía 800 años de antigüedad para mostrar que
el Templo sería reconstruido cuando el Señor terminara con la Iglesia.
Después de eso los gentiles que han perdido el Rapto tendrán una última
oportunidad de ser salvos también. Esto resolvió el asunto sobre el futuro de
Israel.
De Daniel 9:24-27 sabemos
que la reconstrucción de su Templo será una señal de que Israel ha retornado a
su relación de pacto con Dios y que la restante semana setenta de la profecía
de Daniel se estará llevando a cabo.
Daniel, 9:24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu
santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar
la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la
profecía, y ungir al Santo de los santos. 9:25 Sabe, pues, y entiende, que
desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el
Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a
edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 9:26 Y después de las
sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo
de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin
será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 9:27
Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará
cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las
abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que
está determinado se derrame sobre el desolador.
El único motivo para que exista un Templo es para permitirle a Israel
conducir los rituales y sacrificios. Daniel 9:27 dice que el anticristo hará cesar el sacrificio y
la ofrenda a la mitad de la semana setenta. Esto nos dice que el Templo habría
sido erigido y los sacrificios ofrecidos de nuevo en algún momento anterior.
Entonces, aquí tenemos el alcance del pasaje. Después de la cruz, Israel
fue temporalmente puesto a un lado mientras Dios empezaba Su obra redentora
entre los gentiles. Su primera tarea era la de edificar Su Iglesia, en contra
de la cual las puertas del infierno no prevalecerán (Mateo 16:18).
Romanos, 11:25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para
que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel
endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los
gentiles;
Romanos 11:25 nos dice que Israel va a
estar endurecido en parte durante este tiempo. Pablo estaba hablando acerca del
corazón de Israel que sería endurecido para no entender. Recuerden, en Lucas 19:41-45 Jesús dijo que el
hecho obvio de que su tan esperado Mesías los había visitado de ahí en adelante
estaría oculto a sus ojos.
Lucas, 19:41 Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,
19:42 diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo
que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. 19:43 Porque vendrán
días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y
por todas partes te estrecharán, 19:44 y te derribarán a tierra, y a tus hijos
dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no
conociste el tiempo de tu visitación. 19:45 Y entrando en el templo,
comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él,
Pablo dijo que esto sería el caso durante todo el tiempo que el Señor
estuviera concentrado en la Iglesia. El hecho de que algunas personas
dicen que más judíos han llegado a Cristo en los últimos 19 años que en los anteriores
1900 años puede ser una indicación que el tiempo de su endurecimiento esté
llegando a su fin.
En los días de Pablo, la palabra griega traducida “plenitud” generalmente
se utilizaba en el sentido náutico. Se refería al número de tripulantes necesarios
para que un barco comercial pudiera zarpar. Debido a los peligros implicados de
ser sorprendidos por una tormenta en alta mar y no tener la cantidad de
tripulantes necesarios, los barcos no zarpaban hasta que se completara el
número de tripulantes requerido. También, la palabra traducida “haya entrado”
significa el arribo a su destino asignado. (Todos hemos escuchado la frase
“esperando que mi barco llegue”.). En Romanos 11:25 Pablo usó estas metáforas para describir la
Iglesia dejando la Tierra y llegando a nuestro destino celestial
antes que el corazón de Israel fuese suavizado.
Cuando el número total de gentiles se ha completado desapareceremos de
repente hacia la casa de nuestro Padre (Juan 14:2-3) mientras Él vuelve Su atención de nuevo a Israel. En
ese momento, los restantes siete años de la profecía de Daniel se llevarán a
cabo. A través de los juicios más devastadores jamás vistos en la Tierra,
las naciones en las cuales Israel fue esparcido serán completamente destruidas,
Israel será purificado para prepararlo para la llegada de la Era del
Reino, y el remanente de los gentiles tendrán su última oportunidad para su
salvación.
Pero esperen,
aún hay más:
Si ustedes se detienen a pensar en ello, estos pocos versículos de Hechos
15 responden varias importantes preguntas teológicas. Muestran que el Nuevo
Pacto no reemplazó el Antiguo Pacto, sino meramente lo interrumpió. Demuestran
que el propósito de Dios no fue que la Iglesia reemplazara para
siempre a Israel en Su plan. Él solamente puso a un lado a Israel temporalmente
para que la puerta de la salvación estuviera abierta a los gentiles.
En Isaías 49:5-6 el
Padre le dijo al Hijo:
Isaias, 49:5 Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para
ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel
(porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza); 49:6
dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob,
y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las
naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.
Con la nueva percepción de Romanos 11:25 también podemos confirmar que
Israel y la Iglesia son como el aceite y el agua, no pueden
mezclarse. Para que uno esté aquí el otro debe de ser removido.
Los dos sistemas son teológicamente incompatibles. Uno no puede tener un
sistema de fe evidenciado por la obediencia a la Ley, completo con
sacrificios diarios de animales (el Viejo Pacto) funcionando a la par de un
sistema de gracia a través de la fe solamente con ningún otro requisito que el
de creer en aquel que Él envió (el Nuevo Pacto).
Por consiguiente la Iglesia no es el siguiente punto en la línea
recta de la Creación hacia la Eternidad. Es un gigantesco
giro a la derecha que lleva a los creyentes a un destino único y exclusivo que
ningún otro creyente va a compartir, y que le permite al Señor cumplir al mismo
tiempo Sus promesas a Israel.
Nosotros tenemos la tendencia de creer que la única razón para el Rapto es
sacar de aquí a la Iglesia para que no esté presente durante los
juicios de los tiempos finales. Pero aquí se demuestra que hay otra razón del
porqué la Iglesia no puede estar en la Tierra durante
ningún momento de la Semana Setenta de Daniel.
Tenemos que irnos para que Israel vuelva a Dios.
Y a como van las cosas, nuestra partida está muy cerca. Ya casi se escuchan
los pasos del Mesías.
QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!!