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Te dejo el video donde predico acerca de este tema (el contenido del video es el mismo que el expuesto mas abajo):
Introducción
Introducción
Hoy está de moda discutir si todavía hay apóstoles
entre nosotros, tal vez porque muchos líderes cristianos hoy se adjudican esa condición.
Algunos se manifiestan a favor y otros en contra. Los que se manifiestan en
contra, sostienen que hoy no hay apóstoles ya es imposible que puedan cumplirse
los requisitos bíblicos necesarios para ser considerado apóstol. Veremos esos
requisitos y también veremos hasta que punto esto es verdad.
A modo de anticipo, solo diremos que hoy si existen apóstoles pero en un sentido un poco distinto a los que pusieron los pilares fundacionales de la iglesia.
A modo de anticipo, solo diremos que hoy si existen apóstoles pero en un sentido un poco distinto a los que pusieron los pilares fundacionales de la iglesia.
Requisitos bíblicos para ser apóstol
En el libro de los Hechos, podemos leer:
Hechos, 1:21 Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, 1:22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. 1:23 Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías. 1:24 Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, 1:25 para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar. 1:26 Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles
Hechos, 1:21 Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, 1:22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. 1:23 Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías. 1:24 Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, 1:25 para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar. 1:26 Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles
Los anteriores pasajes se refieren a la elección de
un nuevo apóstol para suplantar a Judas Iscariote quien, como se sabe, luego de
traicionar al Señor, se quito la vida.
Hubo dos candidatos:
[1] José, llamado Barsabás, que tenia por
sobrenombre Justo; y
[2] Un tal Matías;
Se echaron suertes y la elección recayó, finalmente,
sobre Matías (Hechos, 1:26).
Cuando Pedro se refiere a los candidatos dice:
[1] “estos hombres que han estado juntos con
nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros”
(Hechos, 1:21), dando a entender que, para preseleccionar a ambos candidatos, fue
importante el hecho de que los dos habían convivido con el Señor desde su
bautismo por Juan el Bautista hasta su ascensión;
[2] “uno (de los dos candidatos) sea hecho testigo -
continúa diciendo Pedro - con nosotros, de su resurrección” (Hechos, 1:22),
dando a entender que, además, era necesario haber visto a Cristo resucitado; y
[3] Podríamos agregar que, además, era necesario
haber sido comisionado (enviado) personalmente por Jesús en los términos de:
[a] Mateo, 10:16 He aquí, yo os envío
como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos
como palomas; y
[b] Hechos, 1:8 pero recibiréis poder, cuando
haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Hasta aquí un antecedente bíblico acerca de los
requisitos que era necesario cumplimentar para ser considerado apóstol.
El caso de Pablo
Mas allá de que, como veremos, Pablo se consideraba
a sí mismo un apóstol, ¿cumplió Pablo con lo requisitos anteriormente
mencionados?. ¿Fue Pablo un apóstol?.
Algunos falsos profetas y maestros se habían
infiltrado en la iglesia de Corinto para socavar la autoridad de Pablo,
afirmando que ni siquiera era un apóstol “como los otros”. Pablo escribe la
Primera Epístola a los Corintios para responder, entre otras cosas, a esta
cuestión:
1 Corintios, 9:1 ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No
he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el
Señor? 9:2 Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy;
porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.
Pablo acaba de afirmar que el vio al Señor y lo
re-afirma en:
1 Corintios, 15:5 y que apareció a Cefas, y después
a los doce.
15:6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 15:7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 15:8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.
15:6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 15:7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 15:8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.
Es claro que Pablo vio al Señor resucitado. Cabria
preguntarse ahora si Pablo fue comisionado por el Señor para algo.
Recordemos el relato de la conversión de Pablo:
Hechos, 9:3 Mas yendo por el camino, aconteció que
al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del
cielo; 9:4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues? 9:5 El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le
dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra
el aguijón. 9:6 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo
haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá
lo que debes hacer.
A Pablo le fue encomendado el Evangelio de la
incircuncision (de los incircuncisos o gentiles):
Gálatas, 2:7 Antes por el contrario, como vieron que
me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de
la circuncisión 2:8 (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la
circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), 2:9 y
reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran
considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de
compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la
circuncisión.
Pablo afirma que le fue encomendado (fue comisionado
para) el evangelio de los gentiles (no judíos) de la misma forma que a Pedro le
fue encomendado (fue comisionado para) el evangelio a los judíos.
Además, Pablo siempre encabezo sus cartas
presentándose como un apóstol nombrado (comisionado) no por los hombres sino
por Dios:
Gálatas, 1:15 Pero cuando agradó a Dios, que me
apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, 1:16
revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles
Romanos, 1:1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a
ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,
1 Corintios, 1:1 Pablo, llamado a ser apóstol de
Jesucristo por la voluntad de Dios
2 Corintios, 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la
voluntad de Dios
Gálatas, 1:1 Pablo, apóstol (no de hombres ni por
hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los
muertos),
Efesios, 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la
voluntad de Dios
Colosenses, 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la
voluntad de Dios
1 Timoteo, 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por
mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza,
2 Timoteo, 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la
voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús,
Tito, 1:1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de
Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la
verdad que es según la piedad,
Pablo, entonces, lleno los requisitos para ser apóstol
y así fue reconocido en vida por sus contemporáneos.
El mismísimo Pedro reconoce la autoridad apostólica
de Pablo en:
2 Pedro, 3:15 Y tened entendido que la paciencia de
nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo,
según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 3:16 casi en
todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay
algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen,
como también las otras Escrituras, para su propia perdición.
En Apocalipsis, 21:9-14 un ángel le muestra a Juan
la Nueva Jerusalén. Entre otras cosas, Juan ve doce puertas (Apocalipsis,
21:12) que representan a Israel y doce cimientos (Apocalipsis, 21:14) que representan
a la iglesia.
Al respecto, Jack Kelley, el reconocido ensayista
bíblico, observa:
Cuando Judas Iscariote traicionó al Señor y luego se
suicidó, los Doce eran discípulos, o estudiantes. Más tarde, los once
restantes, ahora Apóstoles (los enviados), votaron y escogieron a Matías para
reemplazar a Judas. Nada más se dice sobre Matías, y no sabemos por qué.
Obviamente, al que seleccionó Dios fue a Pablo, el más prolífico de los autores
del Nuevo Testamento. Yo creo que será el nombre de Pablo el que veremos en uno
de estos cimientos.
Por último, el haber convivido con Jesús antes de su
crucifixión y resurrección (Hechos, 1:21) fue “importante” para Pedro a la hora
de preseleccionar a los dos candidatos que reemplazarían a Judas (de entre los
cuales fue elegido Matías), pero no puede ser un requisito para ser considerado
apóstol porque entonces ni el mismísimo Pablo de Tarso hubiera calificado, ya
que Pablo, aunque sí tuvo un encuentro con Cristo resucitado camino a Damasco,
no conoció personalmente al Señor antes de crucifixión y resurrección.
¿Hay apóstoles hoy?
¿Puede alguno de nuestros contemporáneos calificar
para ser considerado apóstol?.
Para responder esta pregunta, habría que preguntarse
si alguno de nuestros contemporáneos podría reunir los requisitos antes
mencionados:
[1] ¿Podría alguien, en nuestros días, tener un
encuentro personal con Cristo resucitado?; y
[2] ¿Podría alguien, en nuestros días, ser
comisionado personalmente por Jesucristo para alguna tarea?;
Ambas cosas son totalmente posibles en nuestros
días. Teniendo en cuenta esto y el hecho de que la palabra “apóstol” significa
“enviado”, es totalmente posible y, además, legitimo desde el punto de vista
bíblico que, en nuestros días, haya apóstoles.
En Romanos, Pablo escribe:
Romanos, 16:7 Saludad a Andrónico y a Junias, mis
parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre
los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo.
A Andronico y a Junias se les trata de apóstoles.
Pero (siempre hay un pero) debemos aclarar que la
palabra “apóstol” puede emplearse en dos sentidos:
[1] en un sentido GENERAL, para referirse a aquellos
que, en nuestros días, hayan tenido un encuentro con Cristo resucitado y hayan
sido comisionados por el Señor para algo; y
[2] en un sentido ESPECIAL, para referirse a los 12 apóstoles
que estuvieron con Jesús, mas Pablo de Tarso;
En un sentido GENERAL hoy continua habiendo apóstoles,
pero Pablo fue el último de los apóstoles definido en el sentido de recibir una
comisión ESPECIAL, mediante un encuentro personal con el Señor resucitado para
unirse al testimonio fundacional de los apóstoles que caminaron con
Cristo.
Los apóstoles del NT fueron el comienzo y las
piedras del fundamento de la iglesia. Por lo tanto, ese oficio apostólico del
NT es único y no puede repetirse. Como mensajeros del Señor resucitado,
pusieron las bases de la iglesia de Jesucristo y no puede alterarse ni se le
puede agregar nada a ese fundamento. Esos apóstoles no pueden tener sucesores.
Al respecto, Pablo escribe:
1 Corintios, 3:10 Conforme a la gracia de Dios que
me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica
encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 3:11 Porque nadie puede
poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 3:12
Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas,
madera, heno, hojarasca, 3:13 la obra de cada uno se hará manifiesta;
porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada
uno cuál sea, el fuego la probará. 3:14 Si permaneciere la obra de alguno
que sobreedificó, recibirá recompensa. 3:15 Si la obra de alguno se
quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por
fuego.
Pablo se autodenomina el “perito arquitecto, que
puso el fundamento y que no es otro que Jesucristo” y nos advierte que “nadie
puede poner otro fundamento que el que está puesto”.
De hecho Pablo, en Gálatas, profiere una maldición
para todos aquellos que intenten cambiar ese fundamento:
Gálatas, 1:8 Mas si aun nosotros, o un ángel del
cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea
anatema.
La palabra “anatema” significa “maldito”.
Pablo continua diciendo en 1 Corintios, 3:10-15, que
“otros”, que vendrán después de él, sobreedificaran sobre ese fundamento que él
puso y advierte que tengamos cuidado como sobreedificamos, porque lo que
pongamos sobre el fundamento que puso el será probado por el fuego.
Lo que Pablo está diciendo es que, los que vengan
después de él, solo podrán sobreedificar sobre el fundamento que él puso pero
no podrán cambiar ese fundamento, agregando ni quitando nada. En este sentido
ESPECIAL, es claro que ya no hay mas apóstoles.
¿Puede Dios, hoy, levantar a otro como Pablo de Tarso?.
Claro que puede, pero no necesita hacerlo porque los
fundamentos de la iglesia ya fueron puestos por Pablo y nadie puede cambiarlos,
bajo pena de maldición (Gálatas, 1:8).
Los apóstoles son levantados por Jesucristo
1 Corintios, 12:4 Ahora bien, hay diversidad de
dones, pero el Espíritu es el mismo. 12:5 Y hay diversidad de ministerios, pero
el Señor es el mismo. 12:6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace
todas las cosas en todos, es el mismo.
Los dones son del Espíritu Santo pero los
ministerios son de Jesús.
Los cinco grandes ministerios de la iglesia son:
[1] apóstol;
[2] profeta;
[3] evangelista;
[4] pastor;
y
[5] maestro
de la palabra;
Jesús es el que nombro a los Apóstoles y el que
nombra a los pastores, a los profetas, maestros y evangelistas.
Jesús se le apareció a Pablo de Tarso, no fue el
Espíritu Santo. Fue Jesús quien lo nombro apóstol. Mientras Jesús entrega los
ministerios, el Espíritu Santo entrega los dones, todo con el beneplácito del
Padre.
Conclusión
Ha quedado demostrado que, en la actualidad, si hay
apóstoles, pero en un sentido GENERAL (como enviados). Ninguno de los que hoy,
legítimamente incluso, se autodenominan apóstoles puede recibir nuevas
revelaciones que alteren el Evangelio del NT recibido de Jesucristo y los
apóstoles.
Los pilares fundacionales de la iglesia ya han sido
establecidos por los apóstoles que caminaron con Cristo, más Pablo de Tarso. Esto
apóstoles que, en un sentido ESPECIAL, colocaron los pilares fundacionales de
la iglesia, no tienen sucesores.
Como ya nos hemos preguntado ¿podría Dios hoy
levantar a “otro Pablo de Tarso”?. Claro que puede, pero no necesita hacerlo,
ya que “el Pablo que si levanto” ya vino y cumplió sobradamente con su tarea.
QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!
Marcelo D.
D’Amico
Maestro de
la Palabra – MINISTERIO REY DE GLORIA