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Introducción
1 Timoteo, 4:1 Pero el
Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la
fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas
de demonios;
Según el versículo anterior,
los demonios crean doctrinas, es decir, doctrinas contrarias a la Palabra de
Dios y esto llegara a su “clímax” conforme se vaya acercando el fin de los
tiempos.
¿Qué es una doctrina?. Una
“doctrina” puede ser definida como el “conjunto de ideas, enseñanzas o
principios básicos defendidos por un movimiento religioso, ideológico,
político, etc.”. La “doctrina bíblica”, entonces, puede ser definida como el
“conjunto de ideas, enseñanzas o principios emanados de Dios y transmitidos por
El a la humanidad a través de reyes, profetas, su Hijo Jesucristo y los
Apóstoles”.
Dios nos ha hablado, entonces,
a través de los reyes y profetas del AT, a través de su Hijo y finalmente a
través de los Apóstoles del NT:
Lucas, 16:16 La ley y los
profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos
se esfuerzan por entrar en él.
Hebreos, 1:1 Dios, habiendo
hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, 1:2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien
constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
2 Pedro, 1:19 Tenemos también
la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a
una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el
lucero de la mañana salga en vuestros corazones; 1:20 entendiendo primero
esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación
privada, 1:21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,
sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo.
Satanás es mentiroso y padre de
mentira (Juan, 8:44), es decir, es el creador de todo argumento que se levanta
contra la Palabra de Dios (que es la Verdad). El diablo es el autor intelectual
de todas las ideologías y corrientes de pensamiento (que conducen
inevitablemente al ateísmo) y religiones falsas (que fomentan una fe que no
salva). Por todas estas "ideas" los hombres se han matado entre sí,
desde siempre.
Cuando Satanás no puede lograr
que los hombres se distraigan con sus mentiras (ideologías y corrientes de
pensamiento [que conducen al ateísmo] y religiones falsas [que fomentan una fe
que no salva]) entonces tratara de infiltrar el verdadero Evangelio de Cristo,
creando "doctrinas de demonios".
Ana Méndez explica este proceso
de envilecimiento de la verdad del Evangelio:
"Es importante recalcar
que lo falso no es lo visiblemente opuesto a la verdad, sino una copia lo más
parecida a ella, pero cuya esencia es la mentira y conduce inevitablemente al
error. Por ejemplo, tomemos un billete falsificado. Si el que lo fabrico
hiciese una reproducción totalmente diferente al verdadero, jamás podría
engañar a nadie. Si, en cambio, logra robar el papel moneda, las tintas y los
moldes originales, lo único por lo que se descubriría su falsedad seria por el número
de serie y por las marcas especiales sensibles a ciertos rayos, con que los
marca el banco emisor de billetes. Este, precisamente, es el principio de lo
falso: usar la verdad hasta donde le sea posible para atraer a aquellos que más
o menos creen conocerla. Una vez teniendo su confianza, es fácil introducir
subrepticiamente un concepto falso que desvirtúe y cambie la esencia del mensaje".
Como veremos a continuación, es
tal el poder de la Palabra de Dios que, normalmente, no hace falta más que un
versículo para refutar cada falsa doctrina elaborada por Satanás y sus
demonios.
Caín es “hijo del diablo”
En mi largo peregrinar a través
de la web, sobre todo al principio de mi aventura (hace ya mas de 10 años),
buscando información para estudiar y comprender la Biblia, he leído las más
disparatadas doctrinas. Una de ellas sostiene que la serpiente (en verdad,
Satanás) no solo convenció a Eva de comer el fruto del árbol prohibido de la
ciencia del bien y del mal sino que, además, tuvo relaciones sexuales con ella
con lo cual Caín literalmente sería el hijo de Satanás.
Esto está claramente refutado
por el siguiente versículo:
Génesis, 4:1 Conoció Adán a su
mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová
he adquirido varón.
Por lo general, en la Biblia se
emplea el verbo "conocer" para referirse a la relación marital y
sexual.
La reencarnación
Otro ejemplo muy habitual de
doctrina de demonios es la doctrina de la reencarnación. Este error ha llegado
a afectar aun a algunos cristianos. Esta doctrina dice que los hombres mueren y
reencarnan una y otra vez, hasta que su alma se perfecciona y no reencarna mas,
al haber ido abandonando, vida tras vida, las pasiones carnales. En primer
lugar, si esto fuera cierto, teniendo en cuenta que los hombres han venido
reencarnando desde el principio, una y otra vez, debiéramos estar viviendo hoy
en un mundo casi perfecto. Pero la realidad muestra que el mundo hoy, como
nunca, está dominado por las pasiones carnales, la avaricia y la insolidaridad
(entre otras tragedias). O sea, que esta doctrina se cae sola por aplicación
del sentido común.
El temor a la muerte, en el
mejor de los casos, o el amor al mundo y a las pasiones carnales en la mayoría
de las situaciones, puede llevar a una persona (aun cristiana) a creer en esta
doctrina. Pero la Biblia expone su falsedad. Creer que para llegar al cielo
solo hay que reencarnar una equis cantidad de veces nos lleva a preguntarnos
entonces ¿para que murió Cristo en la cruz?.
Abrazar la doctrina de la
reencarnación implica:
[1] vaciar de propósito la cruz
de Cristo; y
[2] amar el mundo y aborrecer
el reino de Dios;
Por estas dos causas, aun
creyendo el resto de la Biblia, las personas que abracen esta doctrina se irán
al infierno.
Detrás de todo argumento que:
[a] aun otorgándole estatus de
profeta, avatar o maestro (entre otros) ponga en duda la divinidad de
Jesucristo; o
[b] insinúe que existen otras
alternativas para llegar al cielo, vaciando de propósito la cruz de Cristo;
Están siempre Satanás y sus
mentiras.
La Biblia expone la mentira de
la doctrina de la reencarnación al decir:
Hebreos, 9:27 Y de la manera
que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de
esto el juicio.
Obviamente este versículo echa totalmente por tierra la (falsa)
doctrina de la reencarnación, tan popular no solo en las (falsas) religiones
orientales sino también en los círculos iniciáticos (la masonería) y todo lo
que es la Nueva Era.
Respecto de la doctrina de la reencarnación, Ana Méndez
cita el testimonio de una persona que recibió una revelación del Espíritu Santo
sobre el origen de la supuesta reencarnación:
"En aquellos tiempos en que yo estaba en esos
caminos, creía en la reencarnación. Cuando comencé a caminar con el Señor
Jesucristo y conocí su palabra, que dice que el hombre muere una vez y después
de esto el juicio, le pedí que me dijera de que manera podía yo enseñarle a la
gente que creía en la reencarnación ya que esta no era la verdad. Una día,
mientras yo lavaba los platos en mi casa, me hablo el Espíritu Santo y me dijo:
mira, el espíritu del hombre es eterno, por lo tanto los espíritus inmundos
(demonios) también lo son. Cuando el
hombre muere, su espíritu vuelve a Dios que lo dio. El espíritu inmundo
necesita un cuerpo físico para habitar y manifestarse y dice la palabra que
cuando este sale del hombre (sea por su muerte o por liberación), vaga,
buscando un lugar donde habitar (Mateo, 12:43-45). Entonces lo que sucede es
que estos espíritus inmundos han conocido a distintas personas durante muchas
épocas y luego vienen y le dicen a aquella en quien ahora habitan que esta tuvo
vidas pasadas, señalándole nombres, lugares y situaciones. El diablo es un
mentiroso y la reencarnación es una de sus grandes falsedades".
El infierno esta “vacío” o “inoperante”
Otro de los disparates
doctrinales con los que me he topado es el que dice que “el infierno, ahora,
esta vacio o inoperante”, es decir, “en el infierno ahora no hay nadie, ningún
alma de ningún hombre, ya que (todos) los muertos están esperando el juicio
ante el Gran Trono Blanco (Apocalipsis, 20:11-15) para ser juzgados”.
Esto es una “barrabasada” por
varias razones:
[1] En Lucas, 16:19-31 Jesucristo cuenta la historia
(real, no una parábola) de Lázaro el mendigo y el hombre rico en el “seno de
Abraham”. La historia es sencilla y tiene dos personajes: un mendigo, que vivía
a la intemperie, justo a la entrada de la casa de un hombre rico, que jamás le
ofreció ayuda y que vivía en deleites. Mueren los dos y, mientras el mendigo va
al “seno de Abraham” (un lugar en el mismo infierno - el primer paraíso -
destinado a los justos muertos antes del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo
en la cruz), el rico va directo al infierno. Ambos lugares estaban cerquita, ya
que el rico, estando en el infierno (atormentado en llamas) podía hablar con
Abraham y, además, podía ver también a Lázaro, el mendigo.
[2] Aunque no es el tema de este post, habrá
resurrección de muertos. La iglesia (los muertos en Cristo a lo largo de la era
de la iglesia) resucitara en el rapto de iglesia (1 Corintios, 15:51-52, 1
Tesalonicenses, 4:15-17). Los muertos antes de Cristo (los justos del AT)
resucitaran luego de la Gran Tribulación, en la Segunda Venida de Cristo
(Daniel, 12:1-2). Los “santos de la Tribulación” (los mártires de - los que
mueran durante - la Tribulación) resucitarán también luego de la Gran Tribulación,
en la Segunda Venida de Cristo pero por aplicación de Apocalipsis, 20:4. Los
únicos que resucitaran al final del reinado milenial (de 1000 años) de Cristo
son los justos muertos durante ese reinado milenial y todos los impíos muertos
a los largo de toda la historia (los malos resucitan todos juntos aquí). Estos
dos grupos solamente enfrentaran el juicio ante el Gran Trono Blanco de
Apocalipsis, 20:11-15. Apocalipsis, 20:15 dice: “Y el que no se halló inscrito en el libro de la
vida fue lanzado al lago de fuego”. Los que no se hallaran inscriptos en el
libro de la vida son los impíos muertos a los largo de toda la historia ya que
los justos muertos durante el reinado milenial (los únicos justos que resucitan
aquí y que enfrentan el juicio ante el Gran Trono Blanco) si se encontrarán
inscriptos en el libro de la vida. De otra manera, Apocalipsis, 20:15 no haría
esa aclaración y diría algo así como “y todos los que enfrentaron el juicio
ante el Gran Trono Blanco fueron lanzados al lago de fuego”. O sea: va a haber
quienes enfrenten el juicio ante el Gran Trono Blanco y si se hallaran sus
nombres inscriptos en el libro de la vida.
[3] Respecto del juicio ante el Gran Trono Blanco,
Apocalipsis, 20:13 dice: “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la
muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados
cada uno según sus obras”. La palabra griega “Hades” es equivalente a la
palabra hebrea “Seol” y ambas son utilizadas para referirse al infierno.
Apocalipsis, 20:13 dice que la muerte y el Hades (el infierno) entregaron los
muertos que había en ellos. ¿Para qué?. Para ser juzgados ante el Gran Trono
Blanco (Apocalipsis, 20:11-15). Si el infierno (Hades) entrego muertos que
había en el, era porque esos muertos estaban ahí.
Como podemos ver, tanto el relato de Jesucristo
sobre el “seno de Abraham” (Lucas, 16:19-31) como el pasaje de Apocalipsis,
20:13 echan por tierra el disparate doctrinal de que “infierno esta vacio”. Es
más, solo con Apocalipsis, 20:13 (sin ayuda de nada mas) alcanza para refutar
esta doctrina detrás de la cual no puede estar otro que Satanás.
La
doctrina luciferina
El clímax de 1 Timoteo, 4:1 lo veremos cuando, en
pleno gobierno del anticristo, se propague la “doctrina luciferina”.
Jack Kelley, el reconocido ensayista bíblico, lo
explica maravillosamente bien:
Hay una creencia que siempre ha circulado y es tan antigua como la
humanidad, pero que en los últimos días llegará a ser una religión que engañará
a casi todas las personas. Esta se llama la “doctrina luciferina” (sustentada
por los masones), y el entenderla nos ayudará a explicar porqué el mundo no se
vuelve a su Creador en ese momento, el cual es el peor momento en la historia
humana.
La “doctrina luciferina” se llama así, por supuesto, por Lucifer, un nombre
en latín que significa el “portador de luz”. Esta doctrina sostiene que Lucifer
es el Ángel de Luz, el buen tipo que está tratando de iluminar a la gente del
mundo para prepararla para la evolución espiritual necesaria que traerá la paz
a toda la humanidad. Según esta doctrina, nuestra evolución física ha terminado
y todo lo que necesitamos hacer ahora es liberarnos de las ataduras del
pensamiento Judeo-Cristiano para poder completar nuestra evolución espiritual y
así entrar en la tan esperada era utópica (este es el pilar de la Nueva Era).
Pero Lucifer está siendo obstaculizado por el malo de Adonaí (en hebreo
Señor) Quien, junto con Sus seguidores, está trabajando para frustrar el gran
plan de Lucifer, previniendo de manera efectiva nuestra evolución espiritual.
Para que la humanidad pueda llegar a esta Utopía, todas las personas que
insisten en aferrarse a su obsoleta fe judeo-cristiana tienen que ser
eliminadas.
La Gran Tribulación está caracterizada por la “doctrina luciferina”
como el último gran esfuerzo del malo de Adonaí de destruir al “portador de
luz” de la humanidad y prevenir nuestra ascensión a la Utopía, al mantenernos
atados a Él.
Después de la desaparición de la iglesia (por el rapto), la
Verdad estará muy escasa en la Tierra y todo el mundo será
engañado al creer en esta “doctrina luciferina”, tal y como Pablo advirtió que
sucedería (2 Tesalonicenses 2:9-12).
2 Tesalonicenses, 2:9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con
gran poder y señales y prodigios mentirosos, 2:10 y con todo engaño de
iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la
verdad para ser salvos. 2:11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para
que crean la mentira, 2:12 a fin de que sean condenados todos los que no
creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Así que naturalmente al creer que el Señor es el tipo malo, todas estas
personas adoran a Lucifer con más intensidad, esperando que él sea quien
prevalezca y ponga fin a sus sufrimientos (Hay camino que al hombre le parece
derecho; pero su fin es camino de muerte… Proverbios 14:12). Por supuesto, Lucifer es también ampliamente
conocido como Satanás o el diablo.
Todo lo anterior será cada vez más habitual conforme
nos acerquemos a los últimos días. La segunda venida de Cristo (en sus dos
fases: el rapto de la iglesia y su segunda venida propiamente dicha al final de
los 7 años de la Tribulación) será precedida por una mayor dosis de satanismo,
espiritismo, ocultismo, posesión de espíritus malos y engaño demoniaco, en el
mundo y en la iglesia.
La única garantía de no caer en el engaño es la
absoluta fidelidad a Dios y a la Biblia.
QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!