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Efesios, 2:8 Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no
por obras, para que nadie se gloríe.
En el anterior pasaje bíblico, Pablo
habla de dos cuestiones de suma importancia en relación a nuestra salvación: la
gracia y la fe. Dice Pablo: “por gracia somos salvos (la condición necesaria),
por medio de la fe (la condición suficiente).
Antes que nada, vamos a definir
conceptos:
¿Qué es la gracia?.
La gracia nace de Dios y puede ser
definida como la “voluntad o intención de Dios” de que no perezca el alma de
ningún hombre. Que algo sea por “gracia”, por otra parte, significa que es
totalmente inmerecido. Dios, entonces, está dispuesto a reconciliarse con el
hombre, con el fin de que no perezca el alma de ninguno.
¿Qué es la fe?.
Como no podía ser de otra manera, la
propia Biblia nos lo dice:
Hebreos, 11:1 Es, pues, la fe la
certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve.
La fe, entonces, es la convicción de
lo que no podemos ver, ya sea porque aquello en lo que tenemos fe ocurre en un
plano dimensional al cual no tenemos acceso (el plano espiritual) o porque
ocurrió en un momento histórico en el cual nosotros no existíamos (la
crucifixión de Cristo).
Recordemos:
Efesios, 2:8 Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Nótese que la causa de la
salvación es la gracia y el medio es la fe. No somos
salvos por fe, sino por gracia. La fe es un medio, el boleto de entrada a la
gracia para la salvación, pero no es la causa por la cual somos salvos.
Sin la voluntad conciliadora de Dios
(la gracia), no habría salvación posible. Por eso decimos que la gracia es
la condición necesaria. Los abogados dirían que la gracia es la condición “sine
qua non”, es decir, condición “sin la cual” no habría directamente salvación. Por
qué decimos que la gracia es condición necesaria pero no suficiente?. Porque la
gracia es la parte que le toca a Dios. Pero hay una parte que nos toca a
nosotros y esa parte es la práctica de la fe.
Condición necesaria = La GRACIA de
Dios
Condición suficiente = Nuestra FE.
Evento esperado = SALVACION.
La condición necesaria es aquella que
si no se cumple, el evento esperado es de ocurrencia imposible (sin la gracia –
voluntad conciliadora – de Dios, la salvación sería imposible). La condición
suficiente es aquella que si se cumple, habiéndose cumplido la condición
necesaria, el evento esperado ocurrirá sin dudas. Es decir, visto y
considerando que Dios si quiere reconciliarse con el hombre, si tenemos fe,
seremos salvos, pero si no tenemos fe no seremos salvos, por más que Dios
quiera que nos salvemos (que, de hecho, lo quiere).
Por eso la Biblia dice claramente:
Hebreos, 11:6 Pero sin fe es
imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay.
¿Cómo operan, entonces, la gracia (la
voluntad conciliadora de Dios) y la fe (nuestra parte)?
Que la fe es el “boleto de entrada” a
la gracia lo dice la propia Biblia:
Romanos,
5:1 Justificados, pues, por la
fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 5:2
por quien también tenemos
entrada por la fe a esta gracia en
la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de
Dios.
Esto significa que, para poder ser
merecedores de esta gracia (la causa de la salvación), debemos tener fe
(tenemos entrada por la fe a esta gracia). Somos hechos
participes de esta gracia si y
solo si tenemos fe. ¿En que o en
quien?.
Romanos, 10:9 que si confesares con tu
boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo. 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero
con la boca se confiesa para salvación.
La fe en nuestro Señor Jesucristo es
la que nos justifica delante de Dios. Cuando aceptamos a Jesucristo como
nuestro Salvador, su Padre no ve a través de Él. Jamás seremos justificados por
las obras (las mejores obras de los mejores hombres son, delante de Dios,
trapos sucios, barro, nada).
Isaías, 64:6 Si bien todos nosotros
somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia;
¿Por qué la salvación es por gracia,
por medio de la fe y no por obras?.
Efesios, 2:8 Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 2:9 no
por obras, para que nadie se gloríe.
Pablo no da las claves:
1)
1º
Corintios, 1:21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios
mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de
la predicación; Dios, ejerciendo su soberanía, decidió que el hombre fuera
salvo por medio de la predicación y la fe; después de todo fue Jesucristo el
que murió en la cruz y tienen todo el derecho del mundo de elegir el modo en
que se salven los hombres;
2)
Efesios,
2:9 no por obras, para que nadie se gloríe; es decir, para que nadie pueda
decir “me salve porque soy bueno”; por otra parte, si la salvación fuera por
obras (como creen los católicos) la gente de dinero podría “comprar” su
salvación (tendría más posibilidades de ser salvo que un pobre);
Pero la gracia de Dios no será eterna:
en algún momento se acabara.
Esto sucederá con el rapto o
arrebatamiento de la iglesia (te sugiero que leas, en este mismo blog, el
siguiente post: http://escudriniandolabiblia.blogspot.com.ar/2012/02/el-rapto-o-arrebatamiento-de-la-iglesia.html) y el comienzo de la Gran Tribulación
(te sugiero que leas, en este mismo blog, el siguiente post: http://escudriniandolabiblia.blogspot.com.ar/2012/05/el-proposito-de-la-gran-tribulacion.html) a que hace referencia el Libro de
Apocalipsis.
Reflexión final:
Cualquiera de nosotros puede abandonar
este mundo, en cualquier momento. A partir de entonces, la Fe se tornara
impracticable (lo único que salva, la condición suficiente), porque entonces,
al trascender de plano, veremos lo que antes no podíamos ver. Y ahí la FE no
será contada, porque será por poder ver (Hebreos, 11:1 Es, pues, la fe la
certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve).
Lucas, 11:29 Y apiñándose las
multitudes, comenzó a decir: Esta generación es mala; demanda señal, pero señal
no le será dada, sino la señal de Jonás. 11:30
Porque así como Jonás fue señal a los ninivitas, también lo será el Hijo del
Hombre a esta generación.
La generación perversa demanda señal,
pero señal no le será dada. Interesante ¿verdad?. Los que demandaron ver para
creer, fueron endurecidos y, finalmente, condenados.
Dios exige, primeramente, un acto de
FE y luego (les puedo asegurar, por experiencias personales que algún día
compartiré con ustedes en este blog) dará señales por doquier.
La Fe, entonces, es un privilegio del
mundo de los vivos. Busquemos a Dios mientras pueda ser hallado.
QUE DIOS LES BENDIGA A TODOS!!!