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Fuente: El Único Dios Verdadero (libro de Paul David Washer)
Dios es Uno:
Deuteronomio, 6:4 Oye, Israel: Jehová
nuestro Dios, Jehová uno es.
Pero también es Tres:
2 Corintios, 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
DIOS ES UNO:
El testimonio de las Escrituras es que
hay solo un Dios verdadero. La creencia en solo un Dios es monoteísmo [Griego: mono = uno + theos = dios]. La creencia en más de
un Dios es politeísmo [Griego: poly =
muchos]. La fe cristiana es monoteísta.
Deuteronomio, 6:4 Oye, Israel: Jehová
nuestro Dios, Jehová uno es.
Nota: Hay solo un Dios. Es importante entender que la palabra
“uno” proviene de la palabra hebrea “echad”, que se refiere a una unidad
de más de una persona.
Génesis, 2:24 Por tanto, dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Esdras, 3:1 Cuando llegó el mes
séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo
hombre en Jerusalén.
Marcos, 12:29 Jesús le respondió: El
primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el
Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
NO HAY OTRO DIOS:
Deuteronomio, 4:39 Aprende pues, hoy,
y reflexiona en tu corazón que Jehová
es Dios arriba en el cielo y
abajo en la tierra, y no hay
otro.
Isaías, 43:10 Vosotros sois mis
testigos, dice Jehová, y
mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue
formado dios, ni lo será después de mí.
Isaías, 45:18 Porque así dijo Jehová,
que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la
compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.
Éxodo, 20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 20:4 No te harás imagen, ni ninguna
semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las
aguas debajo de la tierra. 20:5
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de
los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me
aborrecen, 20:6 y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Marcos, 12:28 Acercándose uno de los
escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien,
le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
DIOS ES UNA TRINIDAD:
La palabra “trinidad” proviene de la
palabra latina “trinitas”, que significa “tres en
uno”. Las Escrituras afirman que el único Dios verdadero existe como una
trinidad: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
Ellos son tres personas distintas que
son distinguidas el uno del otro, y a la vez, comparten la misma naturaleza o
esencia divina, y se relacionan el uno con el otro en un compañerismo
inquebrantable.
Es importante saber que la palabra
“trinidad” no se encuentra en las Escrituras, sino que fue empleada por primera
vez por Tertuliano, uno de los padres de la iglesia temprana, para describir lo
que las Escrituras enseñan acerca de la naturaleza trinitaria de Dios.
Como cristianos, confesamos
abiertamente que la Trinidad es un misterio inalcanzable para el entendimiento
humano, pero no podemos negar la Trinidad porque es la clara enseñanza de las
Escrituras. La misma Biblia que declara que Dios es uno, también se refiere a
tres diferentes personas como Dios:
El Padre:
1 Corintios, 8:6 para nosotros, sin
embargo, sólo hay un Dios, el
Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un
Señor, Jesucristo, por medio
El Hijo, el Hijo del Hombre:
Juan, 6:27 Trabajad, no por la comida
que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el
Padre.
Juan, 1:1 En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Juan, 20:28 Entonces Tomás respondió y
le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!.
Filipenses, 2:5 Haya, pues, en
vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 2:6 el cual, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
Tito, 2:13 aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo,
Romanos, 9:5 de quienes son los
patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre
todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
Colosenses, 1:15 El es la imagen del
Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Colosenses, 2:9 Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
Hebreos, 1:8 Mas del Hijo dice: Tu
trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
El Espíritu Santo:
Hechos 5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por
qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses
al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 5:4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a
ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino
a Dios.
En el versículo 5:3, Pedro le dice a Ananías
que mintió al Espíritu Santo. Y luego, en el versículo 5:4, le dice que no ha
mentido a los hombres sino a Dios.
1 Corintios, 3:16 ¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?.
1 Corintios, 6:19 ¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros?.
Romanos, 8:9 Mas vosotros no vivís
según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
El Espíritu Santo es una persona
verdadera, distinta del Padre y del Hijo. El Espíritu de Dios. Dios el Padre, y
el Espíritu Santo son uno. El Espíritu de Cristo. Dios el Hijo y el Espíritu
Santo son uno.
Mateo, 28:19 Por tanto, id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo;
En Mateo 28:19 se encuentra una
declaración que se usa en cada bautismo cristiano como fue mandado por el Señor
Jesucristo. Esta declaración es un ejemplo maravilloso de la unidad y trinidad
de Dios. Es importante notar que el “nombre” es singular aunque se refiere a
tres personas diferentes. El texto no dice en los nombres del Padre, del Hijo, y del
Espíritu Santo, sino en el Nombre, porque
los Tres son Uno.
La vista trinitaria de Dios que
descubrimos en Mateo 28:19 se encuentra a través de toda la Escritura.
2 Corintios, 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
Tal estructura literaria denota una
igualdad absoluta. Es importante notar que el Hijo se menciona antes que el
Padre. Sería blasfemia mencionar al Hijo y el Espíritu en la misma frase con el
Padre si no fueran iguales con Él.
1 Corintios, 12:4 Ahora bien, hay
diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 12:5 Y hay diversidad de ministerios,
pero el Señor es el mismo. 12:6 Y hay diversidad de operaciones,
pero Dios, que hace todas
las cosas en todos, es el mismo.
Efesios, 4:4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis
también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 4:5 un
Señor, una fe, un bautismo, 4:6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre
todos, y por todos, y en todos.
1 Pedro, 1:2 elegidos según la
presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser
rociados con la sangre de Jesucristo:
Gracia y paz os sean multiplicadas.
El Padre, Hijo, y Espíritu Santo son
de una sola esencia divina y moran en perfecta igualdad y unidad, pero a la vez
son tres personas distintas y no simplemente una persona que se revela en tres
diferentes maneras.
Marcos, 1:10 Y luego, cuando subía del
agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. 1:11 Y vino una voz de los cielos que
decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
El Hombre es bautizado (v.10). El Espíritu
desciende (v.10). El Padre habla
del cielo (v.11).
Juan, 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os
dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 14:17 el Espíritu de verdad, al cual
el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le
conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
El Hombre ora al Padre (v.16).
El Padre da al Consolador o Espíritu
Santo (v.16-17).
El Espíritu mora con y estará en el
creyente (v.17).
Nota: De estos sencillos textos de las Escrituras está claro
que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son tres personas distintas. Dios no
es tres personas independientes o tres diferentes dioses; tampoco Dios es una
sola persona que se pone tres diferentes máscaras o que simplemente se revela
en tres formas diferentes. El Dios de las Escrituras existe en tres personas
distintas e iguales quienes son uno en naturaleza o esencia divina, y quienes
se relacionan el uno con el otro en perfecta igualdad y unidad. Aunque el
Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son iguales y existen en perfecta unidad,
con frecuencia llevan a cabo diferentes funciones, y se manifiestan de
diferentes maneras.
El Padre es el Dios invisible que
ningún hombre ha visto jamás:
Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás;
el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
El Hombre
es Dios hecho carne y la revelación perfecta del Padre:
Juan, 1:1 En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Juan, 1:14 Y aquel Verbo fue hecho
carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito
del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás;
el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan, 14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto
tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha
visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
El Espíritu Santo es Dios viviendo en
el cristiano:
Romanos, 8:9 Mas vosotros no vivís
según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Juan, 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os
dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 14:17 el Espíritu de verdad, al cual
el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le
conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Juan, 14:23 Respondió Jesús y le dijo:
El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y
haremos morada con él.
REFLEXION FINAL:
De las Escrituras que hemos estudiado,
podemos afirmar las siguientes verdades acerca de Dios:
1. Dios es
Uno. No hay tres
diferentes Dioses en la Trinidad – esta es una herejía llamada Triteísmo.
2. Dios es
Tres. Hay uno Dios que
existe en tres personas: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
3. Las Tres
Personas de la Trinidad son verdaderas y distintas Personas. La
Trinidad no es una sola persona que se pone tres diferentes máscaras o que se
revela de tres diferentes formas – esta es una herejía llamada Modalismo.
4. Las Tres
Personas de la Trinidad son perfectamente Iguales. El
Hijo no es menos que el Padre, y el Espíritu no es menos que el Hijo.
5. Las Tres Personas de la Trinidad pueden
manifestarse de diferentes maneras y pueden llevar acabo diferentes funciones. Ningún hombre ha visto al
Padre; el Hijo llegó a ser carne y habitó con los hombres; el Espíritu mora en
cada creyente en Cristo.
6. Las
Escrituras afirman dos verdades importantes: Dios es uno y Dios es tres. Aunque
no podemos comprender plenamente como esto es posible, es necesario creer y
enseñar cada verdad con igual convicción. Una herejía (falsa doctrina) sucede
cuando afirmamos una verdad y negamos la otra, o cuando enfatizamos una verdad
más que la otra. Debemos afirmar toda verdad con igualdad y evitar todo
extremo.
7. El
misterio de la Trinidad no es una razón para negarla. Algunos dicen que no pueden creer lo
que no pueden entender, o si algo no se puede explicar entonces no puede ser
verdad. Si aplicáramos esta misma lógica a la Biblia entera o aún a nuestra
propia existencia, nos dejaría muy poco en que creer. Aún las verdades más
simples de las Escrituras y de la existencia humana van mucho más allá que
nuestro entendimiento. No creemos porque podemos entenderlo todo perfectamente,
sino creemos porque es la verdad – es el testimonio de las Escrituras.
8. La
mayoría de las ilustraciones que se emplean para explicar la Trinidad no son adecuadas. Con
frecuencia, los estudiantes de las Escrituras emplean varias ilustraciones para
explicar la Trinidad. Lamentablemente, con frecuencia, estas ilustraciones
hacen más daño que nada. Por ejemplo, a veces la Trinidad se compara al agua
que existe en tres formas diferentes – líquido, hielo, y vapor. Tal ilustración
es una distorsión de la Trinidad, en que sugiere que Dios es una persona que
toma tres diferentes formas – una herejía que se llama Modalismo (véase #3). Es
mejor simplemente afirmar que Dios es uno y tres, sin dar explicaciones ni usar
ilustraciones que son inadecuadas o aún una herejía.
QUE DIOS LOS BENDIGA A TOSOS!!!