sábado, 19 de mayo de 2012

DIOS ES UNO Y ES TRES

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Fuente: El Único Dios Verdadero (libro de Paul David Washer)

Dios es Uno:

Deuteronomio, 6:4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

Pero también es Tres:

2 Corintios, 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

DIOS ES UNO:

El testimonio de las Escrituras es que hay solo un Dios verdadero. La creencia en solo un Dios es monoteísmo [Griego: mono = uno + theos = dios]. La creencia en más de un Dios es politeísmo [Griego: poly = muchos]. La fe cristiana es monoteísta.

Deuteronomio, 6:4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

Nota: Hay solo un Dios. Es importante entender que la palabra “uno” proviene de la palabra hebrea “echad”, que se refiere a una unidad de más de una persona.

Génesis, 2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Esdras, 3:1 Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén.

Marcos, 12:29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.

NO HAY OTRO DIOS:

Deuteronomio, 4:39 Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.

Isaías, 43:10 Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí.

Isaías, 45:18 Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.

Éxodo, 20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 20:6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

Marcos, 12:28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

DIOS ES UNA TRINIDAD:

La palabra “trinidad” proviene de la palabra latina “trinitas”, que significa “tres en uno”. Las Escrituras afirman que el único Dios verdadero existe como una trinidad: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

Ellos son tres personas distintas que son distinguidas el uno del otro, y a la vez, comparten la misma naturaleza o esencia divina, y se relacionan el uno con el otro en un compañerismo inquebrantable.

Es importante saber que la palabra “trinidad” no se encuentra en las Escrituras, sino que fue empleada por primera vez por Tertuliano, uno de los padres de la iglesia temprana, para describir lo que las Escrituras enseñan acerca de la naturaleza trinitaria de Dios.

Como cristianos, confesamos abiertamente que la Trinidad es un misterio inalcanzable para el entendimiento humano, pero no podemos negar la Trinidad porque es la clara enseñanza de las Escrituras. La misma Biblia que declara que Dios es uno, también se refiere a tres diferentes personas como Dios:

El Padre:

1 Corintios, 8:6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio

El Hijo, el Hijo del Hombre:

Juan, 6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

Juan, 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Juan, 20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!.

Filipenses, 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

Tito, 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,

Romanos, 9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

Colosenses, 1:15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

Colosenses, 2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,

Hebreos, 1:8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; 
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.

El Espíritu Santo:

Hechos 5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 5:4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

En el versículo 5:3, Pedro le dice a Ananías que mintió al Espíritu Santo. Y luego, en el versículo 5:4, le dice que no ha mentido a los hombres sino a Dios.

1 Corintios, 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?.

1 Corintios, 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?.

Romanos, 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

El Espíritu Santo es una persona verdadera, distinta del Padre y del Hijo. El Espíritu de Dios. Dios el Padre, y el Espíritu Santo son uno. El Espíritu de Cristo. Dios el Hijo y el Espíritu Santo son uno.

Mateo, 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

En Mateo 28:19 se encuentra una declaración que se usa en cada bautismo cristiano como fue mandado por el Señor Jesucristo. Esta declaración es un ejemplo maravilloso de la unidad y trinidad de Dios. Es importante notar que el “nombre” es singular aunque se refiere a tres personas diferentes. El texto no dice en los nombres del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, sino en el Nombre, porque los Tres son Uno.

La vista trinitaria de Dios que descubrimos en Mateo 28:19 se encuentra a través de toda la Escritura.

2 Corintios, 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

Tal estructura literaria denota una igualdad absoluta. Es importante notar que el Hijo se menciona antes que el Padre. Sería blasfemia mencionar al Hijo y el Espíritu en la misma frase con el Padre si no fueran iguales con Él.

1 Corintios, 12:4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 12:5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 12:6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

Efesios, 4:4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 4:5 un Señor, una fe, un bautismo, 4:6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

1 Pedro, 1:2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

El Padre, Hijo, y Espíritu Santo son de una sola esencia divina y moran en perfecta igualdad y unidad, pero a la vez son tres personas distintas y no simplemente una persona que se revela en tres diferentes maneras.

Marcos, 1:10 Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. 1:11 Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

El Hombre es bautizado (v.10). El Espíritu desciende (v.10). El Padre  habla del cielo (v.11).

Juan, 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 14:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

El Hombre  ora al Padre (v.16).
El Padre da al Consolador o Espíritu Santo (v.16-17).
El Espíritu mora con y estará en el creyente (v.17).

Nota: De estos sencillos textos de las Escrituras está claro que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son tres personas distintas. Dios no es tres personas independientes o tres diferentes dioses; tampoco Dios es una sola persona que se pone tres diferentes máscaras o que simplemente se revela en tres formas diferentes. El Dios de las Escrituras existe en tres personas distintas e iguales quienes son uno en naturaleza o esencia divina, y quienes se relacionan el uno con el otro en perfecta igualdad y unidad. Aunque el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son iguales y existen en perfecta unidad, con frecuencia llevan a cabo diferentes funciones, y se manifiestan de diferentes maneras.

El Padre es el Dios invisible que ningún hombre ha visto jamás:

Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

El Hombre es Dios hecho carne y la revelación perfecta del Padre:

Juan, 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Juan, 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Juan, 14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

El Espíritu Santo es Dios viviendo en el cristiano:

Romanos, 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

Juan, 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 14:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Juan, 14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

REFLEXION FINAL:

De las Escrituras que hemos estudiado, podemos afirmar las siguientes verdades acerca de Dios:

1. Dios es Uno. No hay tres diferentes Dioses en la Trinidad – esta es una herejía llamada Triteísmo.
2. Dios es Tres. Hay uno Dios que existe en tres personas: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
3. Las Tres Personas de la Trinidad son verdaderas y distintas Personas. La Trinidad no es una sola persona que se pone tres diferentes máscaras o que se revela de tres diferentes formas – esta es una herejía llamada Modalismo.
4. Las Tres Personas de la Trinidad son perfectamente Iguales. El Hijo no es menos que el Padre, y el Espíritu no es menos que el Hijo.
5. Las Tres Personas de la Trinidad pueden manifestarse de diferentes maneras y pueden llevar acabo diferentes funciones. Ningún hombre ha visto al Padre; el Hijo llegó a ser carne y habitó con los hombres; el Espíritu mora en cada creyente en Cristo.
6. Las Escrituras afirman dos verdades importantes: Dios es uno y Dios es tres. Aunque no podemos comprender plenamente como esto es posible, es necesario creer y enseñar cada verdad con igual convicción. Una herejía (falsa doctrina) sucede cuando afirmamos una verdad y negamos la otra, o cuando enfatizamos una verdad más que la otra. Debemos afirmar toda verdad con igualdad y evitar todo extremo.
7. El misterio de la Trinidad no es una razón para negarla. Algunos dicen que no pueden creer lo que no pueden entender, o si algo no se puede explicar entonces no puede ser verdad. Si aplicáramos esta misma lógica a la Biblia entera o aún a nuestra propia existencia, nos dejaría muy poco en que creer. Aún las verdades más simples de las Escrituras y de la existencia humana van mucho más allá que nuestro entendimiento. No creemos porque podemos entenderlo todo perfectamente, sino creemos porque es la verdad – es el testimonio de las Escrituras.
8. La mayoría de las ilustraciones que se emplean para explicar la Trinidad no son adecuadas. Con frecuencia, los estudiantes de las Escrituras emplean varias ilustraciones para explicar la Trinidad. Lamentablemente, con frecuencia, estas ilustraciones hacen más daño que nada. Por ejemplo, a veces la Trinidad se compara al agua que existe en tres formas diferentes – líquido, hielo, y vapor. Tal ilustración es una distorsión de la Trinidad, en que sugiere que Dios es una persona que toma tres diferentes formas – una herejía que se llama Modalismo (véase #3). Es mejor simplemente afirmar que Dios es uno y tres, sin dar explicaciones ni usar ilustraciones que son inadecuadas o aún una herejía.


QUE DIOS LOS BENDIGA A TOSOS!!!