En
el evangelio de Judas podemos leer:
Judas, 1:17 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 1:18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 1:19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.
Judas, 1:17 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 1:18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 1:19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.
La
RAE define la sensualidad como la dedicación excesiva a los placeres de los
sentidos naturales.
Por
ejemplo, comer es un placer, pero eso se puede volver un dios. La sensualidad
no solo tiene que ver con el sexo. Una persona sensual es alguien dedicado a
satisfacer sus gustos y sus deleites naturales.
Tenemos
cinco sentidos:
[1]
la vista;
[2]
el oído;
[3]
el gusto;
[4]
el tacto; y
[5]
el olfato;
Y
los sensuales se dedican a satisfacer, de alguna manera, uno o todos estos
sentidos.
1
Juan, 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama
al mundo, el amor del Padre no está en él.
O
sea, no hay que amar el estilo de vida de la gente que vive en el mundo, ni las
cosas que van en contra de la espiritualidad o de la vida espiritual del
cristiano. Si alguno ama al mundo o la forma de vida de la gente que no conoce
a Dios, dice Juan “el amor del Padre no está en él”.
1
Juan, 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los
deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del
mundo.
La
frase “los deseos de la carne” se refiere a los sentidos y la “vanagloria de la
vida”, al orgullo, la riqueza y la fama y esto no proviene del Padre sino del
“príncipe de este mundo”, que es satanás.
Pero
¿quiénes son los sensuales a los que Judas se refirió?. Judas dice que son los
que no tienen al Espíritu. La palabra griega que emplea Judas para “sensuales”
es “sukikos” y se refiere a gente que es dirigida por sus sentidos naturales.
Habla de gente que es llevada por su mente natural. Estrictamente se refiere a
los “no nacidos de nuevo”.
Los
corintios habían nacido de nuevo pero todavía eran dirigidos por los sentidos
naturales. Por eso Pablo les escribe:
1
Corintios, 3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a
espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Los
corintios andaban por lo que sentían: “hoy no nos gustó la predica de Pablo”, “la
alabanza estuvo floja”, etc..
1
Corintios, 2:14 Pero el hombre natural [el hombre “sensual” o el “sukikos”] no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no
las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
La sensualidad esta en todos
nosotros
Todas
las personas (aun las que somos cristianas) somos cuerpo, alma y espíritu (1
Tesalonicenses, 5:23) y todavía tenemos esa naturaleza humana que tiene
inclinaciones hacia el pecado, porque nuestra redención aún no está completa
sino que se completara en el rapto o arrebatamiento de la iglesia, cuando
recibamos un cuerpo de gloria (1 Corintios, 15:51-54, 1 Tesalonicenses,
4:15-17).
Todos
los seres humanos tenemos un lado de sensualidad: ¿a quién no le gusta una
buena comida? o ¿a quién no le gusta vivir cómodamente?. No tiene nada de malo
tener una buena comida pero ¿qué sucede si solo hay sopa?.
Muchos
cristianos dicen “Dios me dejo o no siento que Dios me esté bendiciendo”
porque, a los cristianos actuales, solo se les ha enseñado a vivir en la
abundancia, pero no se les ha enseñado a vivir en la escases. Cuando la escases
viene, empiezan a reprender al diablo.
Por
eso Pablo escribe:
Filipenses,
4:11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme,
cualquiera que sea mi situación. 4:12 Sé vivir humildemente, y sé tener
abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para
tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Hoy
en día, predicadores sensuales enseñan a cristianos sensuales a vivir solo en
la abundancia. Por eso, cuando a estos cristianos les viene la escases, dicen
que Dios los dejo. Ellos se preguntan: ¿qué mal hice si yo diezmo, Señor? o si
yo he pactado contigo, Señor ¿por qué he perdido mi empleo o mi negocio se
desplomo?. Pura sensualidad y nada de espiritualidad.
Esta
sensualidad, que está en todas las personas (incluyendo las cristianas) tiene
que ser sujetada y dominada por el “nuevo hombre” que habita en nosotros, por
la nueva naturaleza. Y esto es justamente lo que no está sucediendo en el
cristianismo de hoy.
La
constante son frases del tipo “yo creo, yo pienso y yo siento”. Todo está
centrado en el “yo”, en los sentidos naturales y en lo terrenal. Muchos dicen
“yo sé que la Biblia dice tal cosa, pero yo creo o yo pienso esto otro”,
anteponiendo su propia opinión a la Palabra de Dios. Mientras el “hombre
espiritual” se deleita en las cosas de Dios, al “hombre natural” (a la carne)
no le gusta oír las verdades del Evangelio, porque la Biblia nos descubre y
revela nuestro corazón.
¿Cuántos
podrían orar como oraba David?.
Salmos,
139:23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis
pensamientos; 139:24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en
el camino eterno.
Jeremías,
17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá?
La necesidad de “sentir” a
Dios
Hay
una escena que se repite bastante en las iglesias de hoy y es la siguiente: el
predicador, dirigiéndose a la congregación, pregunta: hermanos ¿cuánto hace que
no sienten la presencia de Dios?, a lo cual muchos contestan “Amen”. Acto
seguido, el predicador exclama: pues hoy la van a volver a sentir!. Los que no
sienten la presencia de Dios, pasen aquí al frente!. Entonces el predicador, en
un intento por hacerles sentir a Dios, les impone las manos en la cabeza
diciendo “recibe”, mientras le piden a Dios que “los toque”.
Esta
es una enseñanza o una práctica totalmente cargada de sensualidad. Nosotros no
necesitamos “sentir” a Dios para creer en El, porque el cristiano verdadero
“vive por fe”:
Habacuc,
2:4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; más el justo por
su fe vivirá.
Por
eso “sentir” a Dios es muy subjetivo y, por ende, relativo. El cristiano no
anda (o no debería andar) por lo que
siente, ve o toca (por los sentidos). Esto es ser sensual. El cristiano
verdadero anda (vive) por fe (Habacuc, 2:4).
San
Agustín (uno de los padres de la iglesia primitiva) dijo: “yo creo para después
entender” y lo que hacemos es lo contrario: primero queremos entender, ver y
tocar para después creer, como hizo Tomas “el incrédulo” (Juan, 20:25-29).
La
fe nos permite entender las realidades espirituales:
Hebreos,
11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la
palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Cuando
de veras sentimos a Dios, Él nos quebranta, porque su presencia es sumamente
santa.
Y
esta es la razón por la cual muchas filosofías mundanas han entrado a la
iglesia: por el sensualismo. El problema está en los predicadores, maestros y
apóstoles sensuales, que incitan a satisfacer la sensualidad de los oyentes en
la iglesia.
El pragmatismo o relativismo
cultural
Por
ejemplo, el “pragmatismo” o “relativismo cultural” (que sostiene que los puntos
de vista no tienen validez universal, sino que solo poseen una validez
subjetiva encuadrada en los diferentes marcos de referencia.) es una filosofía
que, básicamente, rechaza las verdades absolutas.
Y
esto se ve cuando se afirma que Cristo no es el único camino al cielo sino que
hay “otras alternativas”. Esta filosofía afirma que las ideas pueden cambiar,
que los conceptos pueden variar, por lo tanto hay que “acomodarse” (y
“acomodar” la Palabra de Dios) a ese cambio.
El
único problema con esto es que Dios (y su Palabra) no cambia:
Malaquías,
3:6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido
consumidos.
La
Palabra de Dios no cambia, por eso no se puede acomodar a las épocas ni a las
modas.
La
Palabra de Dios es invariable:
Mateo,
24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
La
Palabra de Dios no puede acomodarse “al gusto del cliente”. Muchas iglesias ven
a las personas que van como “clientes”, a los que hay que “servir bien” para
que “dejen bien”. Es como un restaurante, donde te hacen sentir bien desde que
llegas hasta que te retiras (para que vuelvas).
Cristo
jamás se manejó de esta manera:
Juan,
6:66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban
con él. 6:67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros
también vosotros? 6:68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de vida eterna.
Lo
que ha pasado es que la sensualidad ha invadido los pulpitos de las iglesias.
Este
“pragmatismo o relativismo cultural”, ha provocado que muchas iglesias hayan
introducido o incorporado muchas prácticas y conceptos del mundo.
Ejemplos
de pragmatismo religioso:
[+]
La Biblia es clara en cuanto al divorcio. Las únicas causales que Dios reconoce
para dar por disuelto un matrimonio (con la posibilidad de volver a casarse)
son:
[1]
Cuando hay adulterio (Mateo, 19:9), el cónyuge víctima del engaño puede romper
el vínculo y volver a casarse (o perdonar y continuar la relación);
[2]
Cuando uno de los cónyuges es cristiano mientras que el otro es inconverso y el
cónyuge inconverso abandona al cónyuge creyente y no al revés (1 Corintios,
7:12-16), lo cual excluye la situación de que una persona creyente se case con
un inconverso, ya que esto no debería pasar (2 Corintios, 6:14-18); y
[3]
Cuando uno de los cónyuges muere (Romanos, 7:2, 1 Corintios, 7:39);
Fuera
de estas causales, aunque los cónyuges se separen de hecho, para Dios el
matrimonio sigue vigente y cualquier relación que los cónyuges separados
inicien con otras personas, luego de su separación, implicará necesariamente
entrar en una relación de adulterio.
Hoy
en día, al igual que sucede en el mundo, los cristianos se están divorciando
por cualquier cosa. Se repudian unos a otros por cualquier causa, menos por las
causas por las que (como acabamos de ver) Dios acepta la disolución de un
matrimonio.
Ni
hablar cuando los que violan las leyes de Dios en cuanto al divorcio son los
propios ministros y lideres cristianos.
[+]
La Biblia es clara en cuanto a que la fornicación es pecado (1 Corintios,
6:9-10), porque Dios acepta el sexo solo dentro del matrimonio. Sin embargo,
muchos cristianos dicen: bueno, pero si nos amamos, no es malo. Y es por esto
que muchos pastores están tolerando el pecado de fornicación dentro de la
iglesia.
El subjetivismo
Hay
otra filosofía, que tiene que ver con nuestra manera de pensar, con nuestro
modo de ver, denominada “subjetivismo”. Resumidamente, esta filosofía dice así:
“todo depende del cristal con que se mira”.
Cada
quien tiene su verdad. Yo puedo ver esto blanco y tú lo puedes ver negro. El
subjetivismo religioso dice “yo pienso, yo creo, yo siento”.
Ejemplos
de subjetivismo religioso:
[+]
Como Dios es amor (1 Juan, 4:8), por lo tanto Él nunca va a enviar a nadie al
infierno. Esta lógica es equivocada, porque la Biblia (Jesucristo fue el que
más lo hizo) habla del infierno. No podemos ser tan subjetivos.
[+]
Como en las demás religiones (el hinduismo, el islam, etc.) opera igualmente la fe, sus seguidores
también son salvos.
Pero
la Biblia dice:
Santiago,
2:19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y
tiemblan.
[+]
Las experiencias personales no pueden estar por encima de la Palabra de Dios
escrita:
Pablo
fue arrebatado hasta el tercer cielo pero se le prohibió contar esa experiencia
(2 Corintios, 12:1-4). Pablo jamás enseño que hay que ser transportado al o
tener revelaciones del tercer cielo y, si lo sacó a colación, fue porque los
falsos maestros estaban contaminando a los corintios, por lo que el mismo Pablo
se vio forzado a contarles esa experiencia. A Pablo se le prohibió expresamente
contar lo que vio, pero a muchos, en estos días, parece que Dios les ha dado el
permiso que negó a Pablo.
Cuando
alguien es invitado al pulpito a dar un testimonio, muchas veces dice “si Dios
obro así conmigo, también lo hará con usted”, pero esto no necesariamente
tienen que ser así. Nuestras experiencias son totalmente subjetivas. No debemos
basar los mensajes o predicas sobre esas experiencias sino solo sobre la
Palabra de Dios escrita.
Esto
puede verse claramente en muchos mensajes donde se predica “como recibir al
Espíritu Santo” o “como recibir un milagro de Dios” o “como recibir
revelaciones de Dios”. Estas predicas se parecen más a las instrucciones para ensamblar
un lavarropa o una licuadora que a otra cosa.
La
salvación es un regalo que se recibe por gracia, por medio de la fe y el mismo
principio opera para recibir un milagro o el bautismo en el Espíritu Santo. No
hay que “trabajar” por estas cosas, porque “no son (no se reciben) por obras”,
como dice Pablo, “para que nadie se gloríe” (Efesios, 2:8-9).
El sincretismo
Otra
filosofía que ha penetrado la iglesia es el “sincretismo” (un sistema
filosófico, que trata de conciliar doctrinas diferentes, algo propio del
ecumenismo de esta época). La Biblia dice que solo hay un Evangelio. Juan es
celoso en esto al afirmar:
2
Juan, 1:9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo,
no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al
Padre y al Hijo. 1:10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina,
no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! 1:11 Porque el que le
dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras.
Se
habla mucho de la unidad casi en cualquier ámbito: vamos a unirnos y a dejar de
lado las diferencias!, dicen muchos. Hay diferencias, en el cristianismo, que
no tienen importancia (hay quienes levantan las manos para adorar y quienes
no). Esto no tiene que ver con la salvación. Pero que sucedería si, en esa
reunión ecuménica, para tratar de unirnos, hay algunos apóstoles herejes y
maestros que andan enseñando herejías.
Los
esfuerzos por unir a la iglesia (a las distintas denominaciones) no debería
conducirnos a aceptar doctrinas anti bíblicas.
Por
ejemplo, hay algunos que creen que, si oran, pueden sacar a las personas que
están en el infierno. Quienes esto afirman, se basan en el siguiente pasaje:
Marcos,
9:23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Esto
es una herejía, porque relativiza el sacrificio de Cristo en la cruz y
relativiza la doctrina de la salvación por gracia, por medio de la fe (Efesios,
2:8-9). Si con una oración podemos “sacar gente del infierno” ¿para que murió
Cristo en la cruz?.
La
Biblia prohíbe cambiar el Evangelio de la salvación (las reglas de juego
puestas por Dios):
Gálatas,
1:8 Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema [maldito];
Este
“sincretismo” (esta mezcla) ha hecho del cristianismo de hoy un “cristianismo
sensual”.
Otra
manifestación de este sincretismo es la siguiente afirmación: no importa que
aquel Pastor este en adulterio, porque “con el amor se cubren multitud de
pecados”, torciendo el sentido de las Escrituras.
Mateo,
24:38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y
bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el
arca, 24:39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó
a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
La
palabra “comiendo”, en estos pasajes, viene de la palabra griega “trogo” (de
donde viene la palabra “tragar”, dicho sea de paso) y alude a “mordisquear o
masticar”, como cuando se degusta un manjar, en un proceso lento, como
disfrutando (saboreando). Aquellos cuyo dios en el vientre hacen esta práctica.
Y
los mundanos del tiempo del Noé, se dedicaban a esta práctica de manera
excesiva o exagerada (la satisfacción del gusto). Y, cuando Noé les llevo el
mensaje de arrepentimiento, los mundanos de su época se rehusaron a abandonar
su sensualidad y se abocaron más a comer y a beber.
Por
su parte, la palabra griega que se utiliza para “bebiendo” significa
“embriagarse”. Según el texto griego, esta palabra tiene dos aplicaciones:
[1]
una es literal: los mundanos de la época de Noé estaban de continuo bebiendo; y
[2]
la otra es figurada: es una embriaguez no de vino sino de idolatría:
Apocalipsis,
18:3 Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación;
y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra
se han enriquecido de la potencia de sus deleites.
Este
pasaje habla de la satisfacción de los deleites en grado sumo, de los reyes y
mercaderes de la tierra, con la gran ramera, es decir, con el sistema
(religioso, político y económico) corrompido del mundo. Y la palabra “deleites”
viene de la palabra griega “strenos”, que significa lujo vergonzoso u obsceno,
un lujo insolente, orgulloso,
voluptuoso, soberbio y desvergonzado.
Apocalipsis,
18:4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no
seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
El
Señor nos manda salir de este sistema corrompido, del estilo de vida del mundo.
Romanos,
1:32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios [saben que lo que están
haciendo está mal], que los que practican tales cosas [igual las hacen] son
dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con
[aprueban, felicitan a] los que las practican.
En
la actualidad, lo que predomina en el mundo y, ciertamente, ha penetrado la
iglesia, es el “hedonismo”, es decir, la doctrina que proclama el placer como
fin supremo de la vida, o sea, vivir solamente para el placer.
La
sensualidad de Hollywood hoy premia con premios Grammy a los músicos
cristianos. Muchos cantantes cristianos se justifican diciendo “tenemos que
estar a la altura de los grandes espectáculos del mundo”. Pero Cristo no nos
envió a competir con el mundo, sino a predicar el Evangelio. Es por eso que hay
muchas iglesias multitudinarias, porque satisfacen la sensualidad de los
asistentes.
Muchos
se justifican diciendo “Pablo se hacía judío a los judíos”. En primer lugar ser
judío nunca fue una moda. En segundo lugar, Pablo jamás comprometió las verdades
esenciales del Evangelio, para ganar personas para Cristo. Pablo Jamás
traiciono el Evangelio. Nunca lo diluyo, ni lo abarató. No lo comercializo,
como suelen hacerlo muchos predicadores sensuales de hoy.
Todo
este escenario configura una evidente sensualidad religiosa.
El exhibicionismo
Han
surgido también talentosos “showman”, que se autoproclaman predicadores. Esta
gente posee la chispa y el carisma para mantener entretenidos a miles, que van
a las funciones de los domingos, gente que disfruta de la capacidad
histriónica, de actuación de estos predicadores que, en realidad, son bufones
del Evangelio.
Ya
lo dijo Charles Spurgeon:
“Llegara
un día en que, en lugar de Pastores alimentando a la ovejas, habrá payasos entreteniendo
a las cabras”.
Esta
especie de profecía de Spurgeon la vemos cabalmente cumplida en nuestros días. Estos
predicadores, al final del show evangélico, le dan un pequeño toque de Biblia, con
algún versículo suelto, para aparentar que son predicadores de Dios.
Pero
Cristo no fue ningún payaso que deseara entretener a la audiencia, ni bailoteo
al son que le toco el mundo. ¿Por qué Cristo hizo los milagros más extraordinarios
de noche y/o en lo oculto?.
Esto
lo podemos ver claramente en la Biblia:
Marcos,
1:34 Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó
fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.
Marcos,
3:11 Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban
voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. 3:12 Más él les reprendía mucho
para que no le descubriesen.
Lucas,
4:40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades
los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. 4:41
También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de
Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el
Cristo.
Mateo,
8:3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante
su lepra desapareció. 8:4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a
nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó
Moisés, para testimonio a ellos.
Mateo,
9:30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente,
diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
¿Por
qué, por ejemplo, Cristo no camino sobre las aguas para que todos lo vieran?.
¿Por qué Cristo hizo esto de noche, cuando nadie lo veía?.
Esto
se contrapone al exhibicionismo de muchos sensuales de hoy. Muchos afirman que
la gente creerá más si ve pero, a la luz de las enseñanzas de Cristo, esto es
una manifestación más de la sensualidad dentro de la iglesia de hoy. Porque
¿cuántos en los tiempos de Jesús vieron y no creyeron?. La gran mayoría. Sucede
que nos han vendido que, si hacemos una exhibición de milagros, la gente va a
creer, pero esto no es verdad.
¿Cuántos
leprosos sanó Jesús y cuántos se salvaron?.
Lucas,
17:11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 17:12 Y al
entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales
se pararon de lejos 17:13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten
misericordia de nosotros! 17:14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos
a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron
limpiados. 17:15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado,
volvió, glorificando a Dios a gran voz, 17:16 y se postró rostro en tierra
a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17:17 Respondiendo
Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde
están? 17:18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este
extranjero? 17:19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
Un
leproso de diez. Esto significa que solo el 10% glorifica a Dios cuando recibe
un milagro mientras que el 90% no lo hace y se pierde. Por eso, asegurar lo
contrario, es contradecir las Escrituras.
Los enemigos de la cruz
Los
sensuales modernos son enemigos de la cruz de Cristo.
Filipenses,
3:18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces,
y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 3:19
el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es
su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
La
cruz de Cristo habla de la muerte a nuestras pasiones y deseos.
Gálatas,
5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos.
El
único mensaje de los predicadores sensuales es el dinero.
Ellos
predican la (falsa) doctrina de que el diezmo ya no está vigente en el NT. Y
hacen esto porque el diezmo (el 10% de nuestros ingresos) ya les parece
insignificante. En un oído te dicen que el diezmo ya no está vigente (lo cual
agrada a nuestra carne) y en el otro te dicen que pactes con Dios (con dinero)
y, cuando te sueltan una palabra profética, te piden que la selles (también con
dinero). De esta manera, ellos recaudan mucho más que con el diezmo y por eso
lo desprecian.
Mira
a un predicador que siempre habla de dinero y ahí tendrás un sensual. Estos
predicadores jamás te van a hablar de la cruz de Cristo. Tampoco te van a
hablar de santidad.
Filipenses, 3:19
el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es
su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
Pablo
identifica a estos falsos cristianos, a estos falsos maestros y nos advierte al
respecto:
2
Timoteo, 3:1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán
tiempos peligrosos. 3:2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, 3:3 sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 3:4 traidores,
impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 3:5
que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a
éstos evita.
Estos
hombres que Pablo dice que se van a manifestar en los últimos tiempos ¿a dónde
se van a manifestar?, ¿en el mundo o dentro de la iglesia?. Se manifestaran en
la iglesia y la clave está en el versículo 5: la Biblia dice que estos hombres
“tendrán apariencia de piedad” (2 Timoteo, 3:5), es decir, aparentaran ser
cristianos pero no lo serán. A estos hombres debemos evitar.
El
apóstol Pedro también habla de ellos:
2
Pedro, 2:12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales
irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia
perdición, 2:13 recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por
delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes
aún mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. 2:14 Tienen
los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas
inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de
maldición. 2:15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el
camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, 2:16 y
fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con
voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
Si
en los tiempos de Pablo ya existían los sensuales, en estos últimos tiempos han
inundado la casa de Dios.
Conclusión:
La
proliferación de gente sensual dentro de la iglesia es una clara señal de que
Jesucristo regresa pronto por los verdaderos hijos de Dios.
Este estudio esta basado en la siguiente predica del Pastor Chuy Olivares:
Este estudio esta basado en la siguiente predica del Pastor Chuy Olivares:
QUE
DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!
Marcelo
D. D’Amico
Maestro
de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA