ESCUDRIÑANDO LA BIBLIA: SERIE LA BIBLIA EN VIDEOS: LIBRO DE CANTAR DE LOS CANTARES

Cuando tengas ganas de llorar....

Cuando tengas ganas de llorar, llora. Ninguna lágrima derramada delante de Dios es inútil. Y aquí es donde puede verse la verdadera diferencia entre Dios y los hombres. Mientras Dios seca tus lágrimas, algunos hombres te llaman cobarde, débil o pusilánime. En una cultura que valora la fortaleza, en una cultura que se siente incómoda con el sufrimiento, las lágrimas tienen mala prensa. Pero el mismo Dios que dijo "bienaventurados los que lloran" (Mateo, 5:4), no te reprochara las lagrimas que derramas mientras caminas por las ruinas de este mundo caído.

Justificados pues por la fe (Romanos, 5:1)

¿Que sucede si negamos la doctrina de la justificación solo por la fe?. Estamos negando que somos salvos por Cristo y solo por Cristo y esa negación podría ser suficiente para condenarnos. Solo Jesucristo merece la salvación frente a un Dios justo y santo, porque El es el único que no tiene pecado. Toda la doctrina de la justificación por la fe, toda la doctrina de la justificación por la gracia, se basa en el principio de que la ley de Dios se ha cumplido en Cristo. Cuando ponemos nuestra confianza en El, El me imputa o pone a mi cuenta su justicia y, sobre la base de esa justicia imputada, Dios nos declara justos ahora mismo. Entonces, si morimos ahora mismo, iremos al cielo ahora mismo, porque tenemos toda la justicia necesaria para llegar allí, es decir, la justicia de Cristo.

Robert Charles Sproul

JESUCRISTO ES EL CENTRO DE TODA LA BIBLIA

Me considero dentro del grupo de los anticuados que buscan a Cristo en cada línea del Antiguo Testamento. Si Cristo es removido del Antiguo Testamento, si cada cosa escrita allí no es el retrato de Él, entonces el Antiguo Testamento no es más que un compendio de historias morales. Las pieles de los animales que cubrieron la desnudez de nuestros primeros padres (Adán y Eva) era Cristo, el arca que sobrevivió al diluvio era Cristo, el carnero enredado en las zarzas que Dios proveyó a Abraham era Cristo, el templo y sus sacrificios era Cristo, el es la simiente de Abraham y alguien mayor que Moisés y Josué, cuando leo sobre Sansón quebrantando las puertas de aquella ciudad y tirándolas abajo, veo a Cristo quebrantando las puertas del infierno.

Paul Washer

martes, 23 de septiembre de 2014

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