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Los siguientes pasajes de
la Biblia nos hablan del Padre. Jesucristo nos revelo la existencia del
Padre. Los judíos pensaban que no existía el Hijo, pero adoraban al
Hijo como si fuera el Padre. Sin embargo, a quien adoraban era al Hijo, no
al Padre. Ahora el Hijo nos revela que tiene un Padre.
Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el
unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Mateo, 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los
hombres, para que vean vuestras obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está
en los cielos.
Mateo, 5:45 para que seáis hijos de vuestro Padre
que está en los cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos, y que hace llover
sobre justos e injustos.
Mateo, 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Mateo, 23:9 Y no llaméis padre vuestro a nadie en
la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
Mateo, 6:1 Guardaos de hacer vuestra justicia
delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis
recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
Mateo, 6:4 para que sea tu limosna en secreto; y
tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en público.
Mateo, 6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu
aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre
que ve en lo secreto te recompensara en público.
Mateo, 6: 8 No os hagáis, pues, semejantes a
ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros
le pidáis. 6:9 Vosotros, pues,
orareis así: Padre nuestro que estás en los cielos….
Mateo, 7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis
dar buenas dadivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los
cielos dará buenas cosas a los que le pidan?.
Mateo, 7:21 No todo el que me diga: Señor, Señor,
entrara en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que
está en los cielos.
Mateo, 10:20 Porque no sois vosotros los que
habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.
Mateo, 10:29 ¿No se venden dos pajarillos por un
cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.
Mateo, 10:32 A cualquiera, pues, que me confiese
delante de los hombres, yo también le confesare delante de mi Padre que está en
los cielos. 10:33 Y a cualquiera
que me niegue delante de los hombres, yo también le negare delante de mi Padre
que está en los cielos.
Nadie puede conocer al
Padre, si el Hijo no lo revela:
Mateo, 11:25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús,
dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas
cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 11:26 Si, Padre, porque así te agrado. 11:27 Todas las cosas me fueron entregadas
por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno,
sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Solo a quien el Hijo lo
revele, puede entender el asunto del Padre.
Mateo, 13:43 Entonces los justos resplandecerán
como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Mateo, 16:16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 16:17 Entonces le respondió Jesús:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo revelo carne ni
sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Mateo, 18:14 Así, no es la voluntad de vuestro
Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.
No es la voluntad de Dios
que la gente se condene.
Mateo, 18:10 Mirad que no menospreciéis a uno de
estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el
rostro de mi Padre que está en los cielos.
Acá dice que el Padre
tiene rostro. Los ángeles lo ven. Es una persona y los de limpio corazón lo
verán.
Juan, 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y
habito entre nosotros (y vimos su gloria, gloria del unigénito del Padre),
lleno de gracia y de verdad.
Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el
unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan, 4:23 Más la hora viene, y ahora es, cuando
los verdaderos adoradores adoraran al Padre en espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
El Padre busca adoradores,
también.
Juan, 5:17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta
ahora trabaja, y yo trabajo. 5:18 Por
esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día
de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose
igual a Dios. 5:19 Respondió
entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo
hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el
Padre hace, también hace el Hijo igualmente. 5:20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra
todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrara, de modo que
vosotros os maravilléis. 5:21 Porque
como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los
que quiere da vida. 5:22 Porque
el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo.
No se piense acá que el
“Hijito” hace lo que hace el “Papito”. No quiere decir eso. Quiere decir que,
así como el Padre resucita muertos, salva y perdona y es Dios, el “Hijito” hace
lo mismo, porque es Dios igual que el Padre. Son igualitos en el poder y en
divinidad. “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre”. No menos. Al
mismo nivel, como Dios. Exactamente iguales.
Filipenses, 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no
estimo el ser igual a Dios como a cosa a que aferrarse. 2:7 sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.
Juan, 6:38 Porque he descendido del cielo, no
para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 6:39 Y esta es la voluntad del Padre, el que
me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite
en el día postrero.
Pero algunos dicen que el
Padre no existe:
Juan, 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre
que me envió no le trajere; y yo le resucitare en el día postrero.
Cuando te preguntan ¿cómo
te convertiste?, tu seguro respondes: me entregue a Cristo. Pero no es así.
Juan, 6:65 Y dijo: Por eso os he dicho que
ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.
Entonces ¿cómo pueden
negar al Padre?. ¿Cómo se puede negar el “puente” después de que se pasó por él?.
Juan, 8:16 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero;
porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre.
Juan, 14:8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos al
Padre, y nos basta. 14:9 Jesús le
dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos
el Padre?. 14:10 ¿No crees que yo
soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo
por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, el hace las obras.
Jesús demuestra que él no
es el Padre. Si yo tengo una esponja y la meto al agua ¿dónde está la esponja?.
En el agua. Y ¿dónde está el agua?. En la esponja. Pero la esponja no es el
agua, ni el agua es la esponja. Así el Hijo está en el Padre y el Padre en el
Hijo, pero el Hijo no es el Padre, ni el Padre es el Hijo. ¿Por qué el Hijo no
es el Padre?. Porque al Padre nadie lo ha visto y al Hijo lo vieron y le
pegaron.
Juan, 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el
unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan, 5:37 También el Padre que me envió ha dado
testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto.
Jesús, primero, dice que
su Padre ha “dado testimonio de él” y, luego, dice que “nunca habéis oído su
voz”. ¿Cómo que nunca habéis oído su voz?. Ahora veremos tres situaciones en las que Dios si hablo. Dios hablo
tres veces:
Primera vez:
Juan, 12:28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces
vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificare otra vez. 12:29 Y la multitud que estaba allí, y había
oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel ha hablado.
12:30 Respondió Jesús y dijo: No
ha venido esa voz por causa mía, sino por causa de vosotros.
Segunda vez:
Mateo, 3:16 Y Jesús, después que fue bautizado,
subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al
Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venia sobre él. 3:17 Y hubo una voz de los cielos, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Tercera vez:
Mateo, 17:5 Mientras el aun hablaba, una nube de
luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
Pero ¿Cómo Jesús dijo que
el Padre nunca hablo?. Si acabamos de ver estas situaciones donde se escuchó la
voz de Dios.
Juan, 5:37 También el Padre que me envió ha dado
testimonio de mí. Nunca habéis
oído su voz, ni habéis visto su aspecto.
No significa que Dios
nunca haya hablado. Significa que hablo y no lo escucharon. Por eso Jesús dice
“nunca habéis oído su voz”. No le hicieron caso, no lo obedecieron. No oír,
significa no obedecer.
Jesucristo no es el Padre,
porque al Padre nadie lo ha visto:
1 Juan, 4:12 Nadie ha
visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y
su amor se ha perfeccionado en nosotros.
Timoteo, 6:16 el único que tiene inmortalidad, que
habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede
ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
Si usted ve al Padre, se
desintegra. Porque es mucha gloria. Señor yo quiero ver tu rostro, tu gloria,
le dijo Moisés (nada menos que Moisés). Dios le contesto: no puedes ver mi
cara, porque no me vera hombre y vivirá.
Éxodo, 33:20 Dijo más: No podrás ver mi rostro;
porque no me vera hombre, y vivirá.
Pero ¿cómo puede ser, si
los siguientes versículos de Éxodo, anteriores a 33:20, dicen que Moisés hablaba
“cara a cara” con Jehová?.
Éxodo, 24:9 Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y
Abiu, y setenta de los ancianos de Israel. 24:10 y vieron al Dios de Israel; y había
debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando
esta sereno. 24:11 Mas no
extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y
comieron y bebieron.
Éxodo, 33:11 Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara,
como habla cualquiera a su compañero. Y el volvía al campamento; pero el joven
Josué hijo de Num, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.
Y además:
Números, 12:1 María y Aarón hablaron contra Moisés a
causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita.
12:2 Y dijeron ¿Solamente por
Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová.
12:3 Y aquel varón Moisés era muy
manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. 12:4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y
a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 12:5 Entonces Jehová descendió en la
columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamo a Aarón y a
María; y salieron ambos. 12:6 Y
él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de
Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablare con él. 12:7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel
en toda mi casa. 12:8 Cara
a cara hablare con él, y claramente, y no por figuras; y vera la apariencia de
Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?. 12:9 Entonces la ira de Jehová se encendió
contra ellos; y se fue. 12:10 Y
la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la
nieve; y miro Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa. 12:11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! Señor mío,
no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y
hemos pecado. 12:12 No quede ella
ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya
medio consumida su carne. 12:13 Entonces
Moisés clamo a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. 12:14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su
padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea
echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la
congregación. 12:15 Así María fue
echada del campamento siete días; y el pueblo no paso adelante hasta que se
reunió María con ellos.
Cuando la Biblia dice que
Moisés hablaba “cara a cara” con Jehová, no se refiere a Jehová Padre sino a
Jehová Hijo, porque los Jehová son dos.
Romanos, 9:5 de quienes son los patriarcas, y de
los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas,
bendito por los siglos. Amén.
Tito, 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada
y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Apocalipsis, 1:8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y
fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Todo aquel que no crea que
Jesucristo es Dios se condenara.
Juan, 8:28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis
levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy……..
Jesús dijo “entonces
conoceréis que YO SOY”…..
Éxodo, 3:13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego
yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado
a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?.
3:14 Y respondió Dios a Moisés:
YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a
vosotros.
Cuando Dios llama a Moisés
y lo manda a Egipto, Moisés le dice: si me preguntan quién me envía ¿qué les
digo? ¿cuál es tu nombre? ¿quién eres?. Y Dios le contesto: YO SOY EL QUE SOY.
Y luego le dice: di que YO SOY te envía. Este es Jesucristo.
El anterior escrito está
basado en una prédica del Dr. Darío Salas, conocido Escatólogo chileno:
QUE DIOS LOS BENDIGA A
TODOS!!!