lunes, 31 de diciembre de 2018

EL ESPÍRITU DE NABUCODONOSOR


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Te dejo el video donde predico sobre el tema (el contenido es el mismo que los archivos de Word y Powerpoint y que lo expuesto mas abajo):





Daniel, 1:1 En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió. 1:2 Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios. 1:3 Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, 1:4 muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. 1:5 Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. 1:6 Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. 1:7 A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.

Cuando Nabucodonosor invade Jerusalén, en 586 A.C., destruyendo y saqueando el templo, también se llevó cautivo a Babilonia a un grupo selecto de jóvenes príncipes, entre los cuales se hallaban Daniel y sus amigos Ananías, Misael y Azarías. Además de ser instruidos en las letras y la lengua de los caldeos, el rey ordeno también que se les cambiasen los nombres.

Es así que el jefe de los eunucos, cumpliendo esta orden del rey “puso a Daniel (que significa “Dios es mi juez”) Beltsasar (que significa “Bel – dios principal de Babilonia – proteja su vida”), a Ananías (que significa “el Señor fue clemente”) puso Sadrac (que significa “siervo de Aku”, es decir, el dios de la luna), a Misael (que significa  “¿Quién es semejante a Dios?”) puso Mesac (que significa “La sombra del príncipe” o “¿Quién es este?”) y a Azarías (que significa “”el Señor ayudo”) puso Abed-nego (que significa “siervo de Nego”, es decir, el dios de la sabiduría o la estrella de la mañana).

¿Para qué ordeno todo esto Nabucodonosor, es decir, que Daniel y sus amigos fueran instruidos en las letras y lengua de los caldeos y que se les cambiaran sus nombres hebreos por nombres babilónicos?. Para que Daniel y sus amigos, que eran muy jóvenes, pierdan su identidad durante su cautiverio.

Por supuesto que Nabucodonosor no logro absolutamente nada con Daniel y sus amigos, ya que ellos no solo se negaron a comer la comida del imperio sino que también rehusaron inclinarse ante sus dioses.

Lamentablemente no todos los jóvenes cristianos reaccionan como Daniel y sus amigos. Muchos se dejan seducir por las modas y la corriente del mundo.

A favor de los jóvenes cristianos de hoy cabe aclarar que es mucho más difícil ser joven hoy que hace 30 o 40 años atrás. Antes, para ver una película pornográfica había que ser socio de un video club para alquilarla y había que tener más de 18 años. Hoy eso se logra con un “clic” en cualquier Smartphone (por básico que sea). Antes, para tomar una cerveza, había que adquirirla en un supermercado. Hoy, por lo menos aquí en la Argentina, te la venden en cualquier quiosco de barrio y a cualquier hora (y teniendo cualquier edad). Lo mismo ocurre con el tabaco. Antes, para conseguir droga (marihuana, cocaína, etc.), había que ir a determinados barrios, por lo general marginales, y había que ir con algún “contacto”. Hoy la droga la distribuyen en la puerta de las escuelas. Ni hablar del bombardeo visual (con contenido sexual explicito) al que están sometidos no ya los jóvenes sino todos nosotros, tanto en la calle (con carteles de publicidad) como en nuestros hogares (con la TV e internet).

Y esto es lo que hace el espíritu de Nabucodonosor: satanás lo envía contra una iglesia, para que se lleve cautivos a sus jóvenes, para que sus nombres (que contienen referencias a Dios) sean cambiados por otros nombres (que contienen referencias a dioses del mundo) y, de esta manera, pierdan su identidad durante su cautiverio.

Una señal de que este espíritu se encuentra activo en una iglesia local es cuando, dentro la congregación, se observan jóvenes que, proviniendo de familias cristianas y aun congregándose, tienen una manera de vivir y de comportarse que en nada los diferencia de los jóvenes inconversos del mundo. Ellos están cautivos por este espíritu y han perdido su identidad en su cautiverio, por lo que sus corazones se han desviado de la verdad.

El espíritu inmundo de Nabucodonosor ataca a los jóvenes de una congregación, sobre todo a los que tienen algún llamado de Dios y en especial a aquellos que pertenecen a la familia sacerdotal (hijos de pastores).

Oración contra el espíritu de Nabucodonosor

Señor Jesucristo, con la autoridad que hay en tu nombre y con el poder que hay en tu sangre, atamos, reprendemos, echamos fuera y desalojamos violentamente a los lugares secos y vacíos al espíritu inmundo de Nabucodonosor, que satanás ha enviado contra nuestra iglesia para llevarse cautivos a nuestros jóvenes y cambiarles el nombre, para que ellos pierdan su identidad durante su cautiverio y sus corazones se desvíen de la verdad.

Atamos al espíritu inmundo de Nabucodonosor y desatamos al Espíritu Santo y un espíritu de consejo y de temor de Jehová sobre los jóvenes de nuestra iglesia.

Rompemos, quebrantamos, despedazamos, conquistamos, saqueamos, dejamos inhabitada y convertimos en anatema la fortaleza del espíritu inmundo de Nabucodonosor y distribuimos sus bienes.

Oramos, en el nombre de Jesús, para que el espíritu inmundo de Nabucodonosor suelte la mente de los jóvenes de nuestra iglesia ahora, para que ellos puedan salir de su cautiverio y volver sus corazones nuevamente a Dios.

¿Qué significa “convertir en anatema”?.

Significa consagrar para Dios el lugar donde existía la fortaleza destruida, para que nada más, contrario a Dios, pueda ser construido en ese lugar.

Basado en:

Josué, 6:26 En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas.


MARCELO D. D’AMICO
Maestro de La Palabra – Ministerio Rey de Gloria