domingo, 29 de enero de 2012

LOS DOS TESTIGOS DEL APOCALIPSIS



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Apocalipsis, 11:3  Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. 11:4  Estos dos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están de pie delante del Dios de la tierra. 11:5  Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir el de la misma manera. 11:6  Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tiene poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. 11:7  Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matara. 11:8  Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. 11:9  Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. 11:10  Y los moradores de la tierra se regocijaran sobre ellos y se alegraran, y se enviaran regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. 11:11  Pero después de tres días y medio entro en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayo gran temor sobre los que los vieron. 11:12  Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.


Pero, estos dos testigos ¿quiénes son?. Se piensa que van a ser Elías y Enoc, porque no murieron (fueron arrebatados, los dos).

Pero los hombres deben morir:

Hebreos, 9:27  Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.

Pero nosotros leemos mal, porque:

Corintios 1, 15:51  He aquí os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados.

Juan, 21:20  Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?. 21:21  Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y que de este?. 21:22  Jesús le dijo: Si quiero que el quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?. Sígueme tú. 21:23  Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que el quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?.

Uno de estos dos testigos, podría ser Juan entonces:

Apocalipsis, 10:11  Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.

Enoc no puede ser, porque:

Hebreos, 11:5  Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

Apocalipsis 11:7 dice que (si Enoc fuese uno de los dos testigos) la bestia lo matara:

Apocalipsis, 11: 7  Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matara.

Hebreos, 11:5  Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte.

Si la bestia lo mata, entonces Enoc vería muerte y la promesa quedaría falsa.

Elías viene:

Malaquías, 4:5  He aquí, yo os envió al profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.

Pero Jesús, hablando de Juan El Bautista, dijo:

Mateo, 11:14  Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.

Pero si le preguntamos a Juan El Bautista si él es Elías, responde:

Juan, 1:21  Y le preguntaron: ¿Qué pues?. ¿Eres tu Elías?. Dijo: no soy. ¿Eres tú el profeta?. Y respondió: no.

La Biblia lo explica en Lucas 1:17, que habla de Juan el Bautista:

Lucas, 1:17  E ira delante de el con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

Juan El Bautista vendría, entonces, con la virtud (el espíritu y el poder) de Elías, pero sin ser Elías.

Ya tenemos uno de los dos testigos: Elías.

¿Pero quién será el compañero?. Probablemente, Moisés:

Mateo 17:3  Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con el (la transfiguración).

Jehová convence a Job de su ignorancia:

Job, 38: 22  ¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, O has visto los tesoros del granizo, 38:23  Que tengo reservados para el tiempo de angustia, Para el día de la guerra y de la Batalla?.

El cuerpo de Moisés, puede estar enterrado bajo el hielo, para que no se pudra, para una misión futura: Tesoros enterrados en la nieve.

El diablo quería destruir el cuerpo de Moisés, porque sabía que le causaría problemas:

Judas, 1:9  Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.

Apocalipsis, 11:6  Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tiene poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.

Sabemos que Elias, en su tiempo, oro para que no lloviera (poder para cerrar el cielo) y tambien conocemos todos los prodigios que hizo Moises, delante de Faraon, para que dejara salir a su pueblo (Israel) de Egipto. Estos dos testigos que menciona el Apocalipsis, tendran poder, precisamente, para hacer todas estas maravillas.


Los dos testigos del Apocalipsis serian, entonces, ELIAS y MOISES.


QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!.